2. El fútbol urgió para buscar privilegios según perfiles de conducta. Ahí se dividen
cuando surge la contingencia. Ya no importa el año y sí este motivo de la división.
Fueron los que inventaron al burgués. Los que hicieron de su predominio la humillación
de los principios con un objetivo y un plan de desarrollo. Así surge el canchero.
Prototipo de oportunista para ganarle al otro en bienes y laudos. Todos son cómplices y
en sus seguidores hay una preferencia respecto de ambos. La polarización para sacar
ventajas. El mito de la camiseta convertido en un afán de lucro. El granero del mundo
hecho pedazos. Los modos de la crueldad que delimitan el poder tener un poder sobre
las acciones coordinadas para un país mejor y dominar todo intento de llevar un plan así
adelante. El vago que vive mirando lo que le reporta pelea con el otro para vivir bien y
mejor. Las clases sociales donde nadie trabaja, ni el pobre ni el que más tiene, en pos de
rascarse. El vivo que hace fama de tener la inteligencia para joder al otro. El tener una
ocupación o profesión que dé un lucro para estar conforme y no un objeto de
capacitación con menos soberbia y mas ideas para crecer como meta no en el bolsillo
propio sino en la identidad de todos y la capacidad de ser artífices y parte de un
concepto de potencialidad real como nación.
Sabemos que hoy en día en todas las ciudades y en todos los países hay un fútbol que
sustenta este fenómeno burgués como decadencia y limitación de los pueblos. Pero hay
algunos países con mucho mas poder que no se dividen así y crecen permanentemente.
Pocos. Así como los deseos de conquista son y han sido propios de extender las
fronteras y ver más allá dándole al mundo grandes descubrimientos. Es el domino de los
fuertes que hacen avanzar la civilización y la mantienen en movimiento. Pero los fuertes
son los que ganan en fuerza porque sus ideas y principios son superiores y no una
letanía de víctimas de su propia abulia universal. Desde la antigüedad que esto genera
imperios que trasladan sus dones y contingencias. Hoy el dominio es cuánto se es capaz
de ser mejor en la vidriera del mundo y decidir así en los foros internacionales. Mandar
es solo un resultado de ser más y mejor cuando se evidencia la calidad de esos
resultados. El mundo sufre hoy el no saber adónde va. Pero sobre todo el vivir para el
consumo de imperios que desarrollan la impotencia de lo que fueron por no tener
nuevas metas que orienten la fe en algo en pos de ello. Hay excepciones. Pero aun no
cree en ellas porque no se han lanzado a una conquista mediática que atrape corazones y
voluntades. Quizá el cambio venga de alguna genialidad de algún individuo que ilumine
el rol hasta de los más privilegiados. Todo hoy se crea para enajenar hacia la
distracción. Aun así los que lo hacen tienen la virtud de la transformación de los puntos
en que todo gira. Si el deporte y sus competencias son los gladiadores de ayer que
miden su destreza también es cierto que hoy gana lo que mas se premia y parece ello no
estar sujeto a la virtud.