1. Repaso abril 2010
1. ¿Qué dio a entender Noemí cuando dijo: "Es Jehová quien me ha humillado, y el
Todopoderoso quien me ha causado calamidad"? (Rut 1:21.)
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1:13, 21. ¿Fue Jehová el causante de la amargura de Noemí y de su calamidad? No, y
Noemí no culpó a Dios de ningún mal. No obstante, en vista de todo lo que le había
pasado, pensaba que Jehová estaba contra ella. Se sentía amargada y había perdido
toda ilusión. Además, en aquellos tiempos, el fruto del vientre se veía como una bendición
divina, y la esterilidad, como una maldición. Ante la muerte de sus dos hijos, que no le
habían dado nietos, tal vez Noemí se sintiera justificada a pensar que Jehová la había
humillado.
2. ¿Qué virtudes hicieron de Rut "una mujer excelente"? (Rut 3:11.)
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3:11. ¿Por qué se ganó Rut la reputación de ser "una mujer excelente"? Si la gente admiró a
Rut, no fue porque llevara trenzados externos del cabello. o por ponerse ornamentos de oro
o por el uso de prendas de vestir exteriores, se debió, más bien, a la persona secreta del
corazón., a su lealtad, amor, humildad, mansedumbre, diligencia y abnegación. Toda
mujer que teme a Dios y desea contar con una reputación como la de Rut debe esforzarse
por cultivar estas cualidades (1 Pedro 3:3, 4; Proverbios 31:28-31).
3. ¿Por qué decimos que las palabras de Elqaná, “¿No soy yo mejor para ti que diez hijos?”,
fortalecieron a su esposa? (1 Sam.1:8)
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Elqaná entonces le hizo a Ana esta pregunta sumamente fortalecedora: “¿No soy yo mejor
para ti que diez hijos?”. Le recordó a Ana el cariño que le tenía a pesar de que era estéril.
Ella era preciada para él, y por eso podía llegar a esta conclusión: ‘Pues, después de todo
no soy tan inútil. ¡Mi esposo de veras me ama!’. Las palabras de Elqaná fortalecieron a Ana,
pues empezó a comer y fue al templo. (1 Samuel 1:8, 9.)
Los que desean ayudar a los deprimidos deben obrar como Elqaná, quien fue específico y
dirigió la atención de su esposa a una razón válida para que tuviera mejor estimación de sí
misma. Por ejemplo, una cristiana llamada Naomi dijo esto en cuanto a algo que
contribuyó a que recobrara su gozo: “Algunos amigos elogiaron la crianza que le había
dado a mi hijo, la manera como mantenía mi hogar y hasta el cuidado que daba a mi
apariencia a pesar de mi depresión. ¡Cuánto me estimuló aquello!”. Sí, el encomio
merecido ayuda al alma abatida a ver las buenas cualidades que tiene y a estimar bien su
valía de persona.
4.¿Por qué fue inapropiado que Israel pidiera un rey? ( 1 Sam. 8:5)
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En tiempos del profeta Samuel, la favorecida nación de Israel volvió a caer en la trampa
de andar por vista. Quisieron tener un rey visible. Aunque Jehová había demostrado ser su
Rey, esto no bastó para hacerlos andar por fe (1 Samuel 8:4-9). Tontamente rechazaron la
2. guía perfecta de Jehová y optaron por ser como los pueblos vecinos en perjuicio propio
(1 Samuel 8:19, 20).
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Los israelitas piden un rey humano. Casi cuatrocientos años después del éxodo y más de
ochocientos después que Dios hizo un pacto con Abrahán, los israelitas solicitaron un rey
humano que los acaudillara, como tenían las demás naciones. Con esa solicitud
rechazaban la propia gobernación real de Jehová sobre ellos. (1Sa 8:4-8.) Es cierto que el
pueblo tenía razones para esperar que Dios estableciera un reino en consonancia con las
promesas dadas a Abrahán y a Jacob. Además, la profecía que pronunció Jacob respecto
a Judá en su lecho de muerte daba más base para tal esperanza (Gé 49:8-10), así como la
daban las palabras que Jehová dirigió a Israel después del éxodo (Éx 19:3-6), los términos
del pacto de la Ley (Dt 17:14, 15) e incluso parte del mensaje que Dios hizo pronunciar al
profeta Balaam (Nú 24:2-7, 17). Ana, la devota madre de Samuel, expresó esta esperanza
en oración. (1Sa 2:7-10.) Sin embargo, Jehová no había revelado completamente su
“secreto sagrado” concerniente al Reino; no había indicado cuándo llegaría el momento
debido para establecerlo ni la estructura y los componentes de ese gobierno, o si sería
terrenal o celestial. Por consiguiente, fue un atrevimiento el que el pueblo exigiera entonces
un rey humano.
5. ¿Qué ejemplo puso Samuel, ya “envejecido y encanecido”, en lo que tiene que ver con
orar a favor de otros, y qué pone de relieve esto? (1 Sam. 12: 2,23.)
*** w07 1/6 pág. 29 párrs. 14,15 ***
Todo esto pone de relieve un modo importantísimo en que los mayores pueden ejercer una
influencia positiva en otros siervos de Jehová. Prescindiendo de las limitaciones que les
impongan la mala salud y otras circunstancias, las personas de edad avanzada pueden
orar por otros. Si usted es una de ellas, ¿se da cuenta de lo mucho que sus oraciones
benefician a la congregación? Debido a su fe en la sangre derramada de Cristo, usted
disfruta de una buena posición ante Jehová. Además, gracias a su historial de aguante, su
fe ha aumentado en calidad al haber sido “probada” (Santiago 1:3; 1 Pedro 1:7). Nunca lo
olvide: “El ruego del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho vigor” (Santiago
5:16).
Sus oraciones a favor de la obra del Reino de Jehová son necesarias. Algunos de nuestros
hermanos están en prisión debido a su neutralidad. Otros han sufrido los embates de
desastres naturales, guerras y disturbios civiles. Y hay miembros de nuestras propias
congregaciones que afrontan tentaciones u oposición (Mateo 10:35, 36). Los hermanos que
encabezan la predicación y los que supervisan las congregaciones también necesitan que
usted ore por ellos constantemente (Efesios 6:18, 19; Colosenses 4:2, 3). ¡Qué bueno es que
incluya a sus hermanos en sus oraciones, como lo hizo Epafras! (Colosenses 4:12.)
6. ¿Por qué mostró Sául consideración especial a los quenitas? (1 Sam. 15:6)
*** w05 15/3 pág. 22 párr. 10 Puntos sobresalientes del libro de 1 Samuel***
15:6. ¿Por qué mostró Saúl consideración especial a los quenitas? Los quenitas eran hijos del
suegro de Moisés. Ayudaron a los israelitas después de que estos partieron del monte Sinaí
(Números 10:29-32). En la tierra de Canaán, los quenitas también moraron por algún tiempo
con los hijos de Judá (Jueces 1:16). Aunque posteriormente residieron entre los amalequitas
y varios pueblos más, mantuvieron buenas relaciones con Israel. Con razón, pues, Saúl les
perdonó la vida a los quenitas.
3. 7. ¿Por qué le preguntó el rey Saúl a David: “¿De quién eres hijo, muchacho?”? ( 1 Sam,
17:58)
*** w07 1/8 pág. 31 párrs. 3,5***
Parece ser que cuando interrogó a Abner primero y luego a David, Saúl quería averiguar
algo más que el nombre del padre de David. Ahora veía al muchacho desde una
perspectiva completamente nueva: una persona de gran fe y valor que acababa de
derrotar a Goliat. Por eso quería saber qué clase de hombre lo había criado. Tal vez Saúl
tenía la intención de incluir al padre, Jesé, o a otros miembros de la familia en el ejército, ya
que estos quizás poseían el mismo valor que David.
Aunque 1 Samuel 17:58 solo incluye la breve respuesta de David —“El hijo de tu siervo Jesé
el betlemita”—, el pasaje siguiente da a entender que la conversación se extendió. Fíjese
en lo que comentan a este respecto C. F. Keil y F. Delitzsch: “Se deduce claramente por la
expresión que aparece en [1 Samuel 18:1] —‘cuando había terminado de hablar con
Saúl’— que Saúl siguió conversando con [David] acerca de los asuntos de su familia, puesto
que las mismas palabras dan a entender una conversación más larga”.
De todo esto podemos llegar a la conclusión de que con su pregunta “¿De quién eres hijo,
muchacho?”, Saúl no quería averiguar quién era David —pues ya lo conocía—, sino que
deseaba saber cuáles eran sus antecedentes.
8. ¿Qué podemos aprender de la forma en que David manejó un problema serio en Gat? (1
Sam. 21:12,13.)
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21:12, 13. Jehová espera que utilicemos nuestras facultades mentales y aptitudes para
hacer frente a las situaciones difíciles de la vida. Nos ha proporcionado su Palabra
inspirada, que nos da sagacidad, conocimiento y capacidad de pensar (Proverbios 1:4).
También contamos con la ayuda de ancianos cristianos nombrados.
9. ¿Cómo se manifestaron el amor y la humildad de Jonatán cuando tuvo que apoyar y
animar a su amigo David? ( 1 Sam. 23:17 )
*** lv pág. 28 párr. 10 nota***
A David y Jonatán les unía el amor a Dios y el firme deseo de ser fieles a él. Ambos tenían
en gran estima las cosas espirituales. Además, se admiraban mutuamente por sus buenas
cualidades. Sin duda, Jonatán apreciaba la valentía y el fervor de un joven que era capaz
de defender el nombre de Jehová sin ningún miedo. Y David no podía menos que valorar
la lealtad y obediencia a las disposiciones de Jehová de un hombre de edad madura que,
sin pensar en sí mismo, anteponía los intereses de su amigo a los suyos propios. Solo hay que
fijarse en lo que ocurrió cuando David atravesaba uno de los peores momentos de su vida,
perseguido a muerte por el malvado rey Saúl (el padre de Jonatán) y viviendo como
fugiivo. Tanta era la lealtad de Jonatán, que “fue a [donde estaba] David […] para
fortalecerle la mano respecto a Dios” ( 1 Samuel 23:26). ¡Qué bien tuvo que sentirse David al
ver que su mejor amigo acudía a su lado para darle ánimos!*
* En 1 Samuel 23:17 vemos que Jonatán dijo cinco cosas para animar a David: 1) que no
debía tener miedo; 2) que los intentos de Saúl fracasarían; 3) que se cumpliría la promesa
divina de que David sería rey; 4) que podía contar con toda su lealtad, y 5) que hasta Saúl
sabía que él nunca iba a traicionar a su amigo.
4. 10. ¿Qué lección aprendemos del encuentro de Saúl con la bruja de Endor? ( 1 Sam.
28:8-19.)
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28:8-19. Con el objetivo de engañar o perjudicar a la gente, los espíritus inicuos pueden
fingir ser cierta persona que ha muerto. Tenemos que abstenernos de toda forma de
espiritismo (Deuteronomio 18:10-12).