2. ¿Qué motiva a Dios a ofrecer la
salvación a la humanidad?
El gran anhelo de Dios es que todos
sean transformados por su Espíritu y
sean salvos. Él ama a cada ser
humano, y su amor no tiene límites,
su compasión es eterna, su perdón
inagotable. Dios es un padre
amoroso que quiere que todos sus
hijos estén en casa lo antes posible.
¿Qué nos motiva a nosotros –a los
que Dios ha escogido para esta obra–
a ofrecer la salvación a la
humanidad? ¿Por qué testificar?
Para ofrecer salvación.
Para hacer feliz a Dios.
Para crecer.
Para obedecer.
Por amor.
3. “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?
¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo
oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14)
Dios tiene diversas formas de darse a conocer:
Por la obra del
Espíritu Santo
(Hechos 5:32).
A través de la
naturaleza (Salmo
19:1).
Por circunstancias o
providencias
especiales (1ª de
Crónicas 16:12).
Por la vida y
ministerio de Jesús
(Juan 1:18).
A pesar de disponer de todos estos medios, Dios ha
querido usarnos a nosotros como canales para transmitir el
plan de salvación.
Él quiere que los que hemos aceptado la Salvación la
compartamos con los demás. Quiere que demos de aquello
que hemos recibido, dando a otros la oportunidad de
alcanzar la vida eterna (Mateo 10:8; Santiago 5:20).
4. ¿Te has preguntado alguna vez
cómo se siente Dios ante
tanto dolor y sufrimiento, ante
tanta injusticia que el pecado
ha traído a este mundo?
(Jeremías 13:17).
Cada vez que compartimos el
Evangelio con otros, el Cielo
mira expectante, anhelando
que la persona abra su
corazón y acepte la
Salvación.
Cuando un corazón se abre, los ángeles
prorrumpen en gritos de alegría. Dios mismo
canta de gozo (Lucas 15:7; Sofonías 3:17).
¿Qué puede ser más gratificante, más
reconfortante, que saber que, en un mundo de
tristeza, tu testimonio trae alegría al corazón
de Dios?
5. “De aquel que cree en mí, como dice la
Escritura, brotarán ríos de agua viva”
(Juan 7:38 NVI)
¿Qué ocurre cuando el agua se
estanca?
El agua de una piscina se corrompe si no se renueva
habitualmente. Así,nosotrospodemos“corrompernos”sino
dejamos que brote de nosotros el agua viva.
Como vimos al principio, Dios tiene
muchos medios para darse a conocer.
Sin embargo, aun cuando se
manifestó directamente, puso en
contacto a las personas con otras
personas. Piensa en el ejemplo de
Saulo, o Cornelio (Hechos 9:3-6; 10:1-
6)
.La predicación del Evangelio es un
beneficio para nosotros mismos.
Nos permite crecer espiritualmente
y participar del gozo de ver a otras
personas aceptar a Cristo.
6. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19)
Diosdeseafervientemente “que ninguno
perezca, sino que todos procedan
al arrepentimiento” (2ª dePedro3:9).
Por esta razón, nos ha dado la
orden de compartir el Evangelio
con todo el mundo. Es más, espera
pacientemente a que cumplamos
esa orden (Mateo 24:14).
A través de la historia, Dios ha escogido a
hombres (2P 2:5; Gn. 12:1-3), naciones (Is.
49:6) y pueblos (Hch. 1:8) con el propósito de
que diesen a conocer la Salvación al mundo.
Para la iglesia, descuidar o minimizar el
mandato de Cristo es fallar en el propósito de
su existencia y perder su llamado profético al
mundo.
7. Constreñir es “obligar, precisar, compeler por
fuerza a alguien a que haga y ejecute algo”
(definiciónde la R.A.E.).
Comprender que, por amor, Jesús se había
entregado a sí mismo para morir en su lugar,
era el motor que impulsaba a Pablo a
diseminar la Palabra de Dios por todo el
mundo.
Testificar es, por tanto, una respuesta de
namor al amor de Dios.
“Ahora más que nunca la mayoría de los
hermanos, confiados en el Señor, se han
atrevido a anunciar sin temor la palabra de
Dios[…]lo hacenconbuenas
intenciones[…]lo hacenpor amor”
(Filipenses 1:14-16 NVI).