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AMÉRICA LATINA, HOY Parte 2
Un quinto elemento fundamental para la comprensión del presente de América Latina, es
el hecho de que en los últimos años ella ha sido el escenario y el espacio de desarrollo de
nuevos y originales movimientos sociales anti sistémicos y anticapitalistas. Porque como
resultado de la extrema desigualdad interna que la caracteriza, y también de su eterna
condición de subordinación dependiente, es que han ido madurando y gestándose esos
nuevos movimientos sociales, movimientos que al involucrar en sus dinámicas esenciales a
nuevos actores, problemas y cosmovisiones sociales, a la vez que reinventan y renuevan
sus objetivos estratégicos, sus métodos de lucha y sus formas de organización internas y
externas, han logrado concitar una atención prácticamente mundial, constituyéndose
progresivamente en una suerte de posibles "modelos" de lo que habrán de ser, en todo el
mundo y en el más inmediato futuro, todos los movimientos anticapitalistas y anti
sistémicos por venir.
Porque igual que en todo el mundo, también en América Latina ha sido la enorme
revolución cultural planetaria de 1968 (22), el punto de ruptura esencial que ha dado
nacimiento a todos estos nuevos movimientos sociales actuales. Pues es solo en las tres
últimas décadas, que se ha pluralizado sistemáticamente el abanico de los nuevos actores
sociales anti sistémicos, para incluir tanto a las mujeres como a los campesinos sin tierra, a
los indígenas igual que a los desempleados, a los estudiantes tanto como a los colonos y a
los pobladores, entre tantos y tantos otros grupos que hoy luchan contra el capitalismo, lo
mismo en el mundo que en América Latina.
Nuevos actores sociales, que no solo han introducido dentro de la agenda de la reflexión y
de la lucha a nuevas y hasta antes casi nunca exploradas problemáticas, como las de la
cuestión étnica, los problemas de género, los sistemas de la apropiación y explotación del
espacio urbano, los puntos del rol social del Estado o de la función específica de los
intelectuales, o la discusión del concepto mismo y de los contenidos de la cultura, entre
muchos otros, sino que también han incorporado dentro de las perspectivas del análisis
social, a nuevos elementos conceptuales y a nuevas cosmovisiones, que van desde la
perspectiva de género hasta la cosmovisión indígena del mundo, y pasando entre otros por
la cultura campesina, la cultura juvenil, la teología de la liberación o diversas formas de la
contracultura.
Renovación de los actores, los temas y las perspectivas de análisis de estos nuevos
movimientos sociales, que también han modificado sus objetivos específicos, sus métodos
de lucha y sus formas de organización particulares. Porque hoy es frecuente, en el mundo y
en América Latina, encontrar movimientos que declaran explícitamente que su objetivo no
es la toma del poder político, y que luchan más bien por organizar vastos movimientos
sociales contra el racismo, por los derechos humanos, en contra de la cultura machista y
sexista, por la defensa de los grupos étnicos, o por el respeto a los derechos de las
minorías. Movimientos que utilizan lo mismo el Internet que una marcha pacífica hacia la
capital del país, e igual una ocupación directa de tierras que una presión y cerco masivo al
Congreso, pero que también saben aprovechar las posibilidades que brindan los periódicos
o los otros medios de comunicación, tanto para la difusión de sus discursos como de sus
silencios, en una determinada situación.
Nuevos movimientos sociales que se organizan también de otra forma, redescubriendo las
virtudes de los métodos de la democracia directa y de un nuevo tipo de relación entre
representantes y representados, desde el ahora célebre paradigma del "mandar
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obedeciendo", a la vez que proponen otro tipo de vínculos con la sociedad civil, y también
nuevas formas de alianza, más horizontales, descentralizadas, democráticas, tolerantes e
inclusivas, con otros movimientos sociales y con otros actores en lucha.
Elementos que redefinen a los nuevos movimientos sociales anti sistémicos, y que se han
plasmado de manera clara, por ejemplo, en el movimiento neo zapatista mexicano, en el
movimiento de los indígenas ecuatorianos, o en el movimiento campesino brasileño de los
‘Sin Tierra’. Tres movimientos sociales anti sistémicos de nuevo tipo, generados en
América Latina en los últimos lustros, y que destacan dentro del conjunto de los
movimientos que hoy componen el vasto frente de lucha anticapitalista mundial, frente que
no por casualidad, ha organizado desde sus más amplias e importantes reuniones recientes
en la ciudad brasileña de Porto Alegre, con los dos grandes Foros Sociales Mundiales de
Porto Alegre de los años de 2001 y de 2002 (27).
Un sexto perfil importante de la América Latina más actual es el de la crisis total que
viven todas sus estructuras y construcciones políticas específicas. Crisis global del
nivel de lo político, que abarca desde el Estado hasta los partidos, pasando por las
organizaciones políticas, por los funcionarios y por todas las figuras de la ‘superestructura’
política, que América Latina comparte una vez más con todo el planeta. Pues lo mismo
sucede en el ámbito latinoamericano que en el resto del mundo, se ha ido imponiendo cada
vez más en la opinión común, una visión que identifica a la actividad política, en
cualquiera de sus manifestaciones, con procesos de corrupción, de tráfico de influencias,
de malos manejos y de abuso del poder, lo mismo que de cosas turbias, sucias e
inconfesables. Es decir, un proceso de deslegitimación y de descrédito total de este nivel
de lo político dentro de las sociedades contemporáneas.
Y si este proceso global no es más que otra de las manifestaciones de la situación de
bifurcación o de crisis terminal del capitalismo, que pone también en crisis a la institución
misma del "Estado" en tanto que entidad social, dicha crisis se agudiza y extrema en el
caso de América Latina, acercándose a veces hasta los niveles mismos de la tragicomedia.
Pues en todo el mundo el Estado ha comenzado a dejar de cumplir sus tareas históricas más
esenciales, que son las de la salud, la educación y la seguridad públicas.
Al mismo tiempo, se vive en América Latina y en todo el mundo, un proceso de clara
desprofesionalización de la política, que ha hecho posible que una Ex-Miss Universo haya
sido candidata a la presidencia de Venezuela, o que un escritor lo haya sido a la
presidencia de Perú, pero también que hayan sido recientemente, o que sean hoy,
presidentes de distintos países latinoamericanos, un ex gerente de la Coca Cola en México,
un ex militar en Venezuela, un excéntrico músico en Ecuador, o un sociólogo reconvertido
al neoliberalismo en Brasil, entre otros. Y es solo esta crisis profunda de la política y de lo
político en América Latina, la que hace posible entender que haya habido en nuestra
América Latina gobiernos como los de Menem en Argentina, el de Fujimori en Perú, o el
de Collor de Melo en Brasil, entre varios otros que podrían ser igualmente mencionados.
¿A qué se debe esta crisis contemporánea mundial de este nivel de lo político?. A la
crisis terminal del sistema capitalista, pero también al hecho de que la política actual se ha
desvinculado totalmente de lo social, de lo ético y de lo cultural. Porque como bien lo
enseño Marx, lo político no es otra cosa que una forma protocolizada e institucionalizada
de lo social mismo, forma que cuando se separa y autonomiza de ese sustrato social al que
ella expresa, comienza a pervertirse y a girar en el vacío. Pues no hay partido, grupo u
organización políticos que valgan, si no tienen detrás de sí, como su respaldo y apoyo
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real, a movimientos, fuerzas o grupos sociales que los soporten, apoyen y retroalimenten
constantemente. Si no cuentan con ese respaldo, se convierten como sucede hoy, en solo
membretes o cascarones vacíos, cuando no en simples asociaciones o grupos de intereses
personales y mezquinos.
Y también, la política es o debería de ser, según sus primeras definiciones, la gestión de los
asuntos colectivos para la búsqueda del bien común. Lo que solo es posible si dicha
política posee una dimensión claramente ética y un sustrato denso cultural. Pero la política
actual se ha separado no solo de lo social, sino también de lo ético y de lo cultural. Y una
gran parte de nuestros políticos actuales, en toda América Latina, parecen competir a veces
en cuanto a su grado de incultura y de falta de ética en general.
Urge entonces, en América Latina y en todo el mundo, redefinir profundamente el
sentido de la política y de lo político, re vinculándolo con lo social, con lo ético y con lo
cultural. Lo que sin duda es otra más de las tantas lecciones importantes que ahora nos
están dando en América Latina, esos nuevos movimientos sociales anti sistémicos antes
mencionados, que nos recuerdan, entre otras cosas, que la política debe de "servir" a los
movimientos sociales, que la búsqueda del poder por el poder mismo carece de sentido y
termina por corromper a los que a ella se entregan, que solo se "manda obedeciendo", y
que no hay política inteligente sin la escucha atenta del ‘saber de los ancianos’ es decir sin
la cultura que nace de la experiencia y sin la experiencia que brota de la verdadera
sabiduría cultural.
Finalmente, un séptimo perfil de la situación presente de América Latina es el que nos
remite a la intensa ebullición cultural que vive, desde hace tres décadas, el conjunto de
nuestra América. Pues es también en estos últimos lustros, que las culturas
latinoamericanas han ido ganando terreno en cuanto a su difusión planetaria, popularizando
la música y el cine latinos en Estados Unidos y en Europa, difundiendo las vestimentas, la
comida y las bebidas latinoamericanas en Europa y en Japón, al mismo tiempo en que
nuestra literatura y nuestras obras de ciencias sociales comienzan a traducirse más
sistemáticamente a todos los idiomas del mundo, proyectando por todos los rincones del
planeta tanto al "realismo mágico" latinoamericano, como a la teoría de la dependencia
elaborada por algunos de nuestros economistas e historiadores importantes.
Así, apoyada en el carácter joven, mestizo y profundamente cosmopolita de la civilización
latinoamericana, la cultura de nuestra América Latina afirma una presencia cada vez más
relevante en el mundo, a la vez que multiplica toda una serie de estudios sociológicos,
económicos, antropológicos e históricos de una riqueza empírica y de una variedad de
resultados monográficos realmente impresionante. Riqueza y variedad empíricas y
monográficas que nos empujan, cada vez más, a dar el paso obligado siguiente, que es el
de la generalización epistemológica de todos esos resultados, en la vía de construir
verdaderos modelos generales de análisis, modelos que como nuestra específica
contribución a las ciencias sociales actuales en el mundo, permitirían a América Latina
insertarse, de pleno derecho y en condiciones de igualdad con todas las restantes culturas,
dentro de los debates intelectuales más contemporáneos.
Además, y en un nivel más profundo, América Latina es ya hoy un ejemplo de lo que, en el
futuro, deberá ser el diálogo multicultural y transcultural que habrá de construirse entre
todas las civilizaciones del planeta. Porque dada su peculiar composición plurimestiza, y
dado su cosmopolitismo acendrado (puro), América Latina ha sabido ya hacer dialogar en
su seno, de manera tolerante, enriquecedora y abierta, a las más distintas tradiciones
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culturales venidas de todas partes, integrando y recuperando de modo generoso y global
muy diferentes perspectivas, cosmovisiones y puntos de vista culturales. Y puesto que uno
de los grandes desafíos actuales que enfrenta ahora la cultura mundial, en este nuevo
tercer milenio cronológico que recién comienza, es justamente el de instaurar en plenitud y
el de salvaguardar este diálogo transcultural y multicultural en escala verdaderamente
planetaria, entonces la experiencia que nuestra América Latina ha acumulado y
desarrollado desde hace siglos en este sentido, puede aportar mucho para la solución de
este mismo desafío.
Mirando entonces la situación de América Latina hoy, en este año de 2002, desde una
perspectiva global, densa, crítica y de larga duración, podemos ser muy optimistas. Porque
más allá de la miseria, de la crisis económica, de la descomposición social y de la
decadencia política que hoy la azotan, están también los nuevos movimientos sociales que
se organizan y prosperan, las gentes que resisten, los intelectuales honestos que continúan
ejerciendo la crítica, y las vastas poblaciones latinoamericanas que buscan salidas a esta
crisis múltiple.
Y puesto que vivimos una clara situación de transición histórica, que está cerrando ya el
ciclo de vida del sistema capitalista en todo el mundo, entonces no es demasiado
aventurado el apostar a que quizá en los próximos cincuenta años, América Latina habrá
podido por fin romper su condición de periferia y de dependencia económicas,
contribuyendo a terminar con la hegemonía mundial de los Estados Unidos y con el propio
sistema capitalista planetario. Y quizá veremos también como comienza a superar sus
brutales desigualdades sociales internas, para construir una sociedad latinoamericana no
capitalista, más justa, más equitativa y más libre, al mismo tiempo que desarrolla y
fortalece sus nuevos movimientos sociales anti sistémicos, potenciándolos como agentes
importantes de ese cambio histórico global que estamos ya viviendo. (Manuel Valdiviezo,
S/F)
Y entonces, quizá veremos también como esta civilización de América Latina aprovecha
su juventud, su fuerza vital, su profunda condición mestiza y su arraigado cosmopolitismo,
para enriquecer y potenciar ese diálogo abierto, plural e igualitario entre todas las culturas
del mundo, que deberá ser la base de la nueva cultura mundial, correspondiente al también
nuevo sistema histórico que está por comenzar.
Aguirre Rojas, Carlos Antonio (2006) América Latina hoy: una visión desde la larga
duración, Editorial Red Theomai . SBN electrónico N/A
CUESIONARIO
1. ¿Determine las causas por las cuales se han creado originales movimientos sociales anti
sistémicos y anticapitalistas?
2. ¿Qué rol desempeñan los nuevos actores sociales y qué perspectivas de análisis y
aspiraciones tienen el sistema político?
3. ¿Cite cuáles son los movimientos sociales creados en Latino América y para que se
conformaron?
4. ¿En un esquema de llaves establezca por qué se produce la crisis total en todas las
estructuras y construcciones políticas Según el sexto perfil?
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5. ¿Por qué se produce un proceso desprofesionalización de la política en América
Latina?
6. ¿Enliste los aspectos más relevantes que inciden a la crisis contemporánea mundial en
lo político?
7. ¿Cómo se debería redefinir profundamente el sentido de la política y de lo político en
nuestra América Latina?
8. En un esquema de llaves establezca cuáles son los logros alcanzados en nuestra
América Latina según el séptimo perfil?
9. ¿Por qué América Latina es ya hoy un ejemplo de diálogo multicultural y transcultural?
10. ¿Por qué cree que se está cerrando el ciclo de vida del sistema capitalista?
11. Conclusiones