El documento discute la necesidad de modernizar la gestión social en el nuevo siglo. Propone tres vertientes para lograr esto: la modernización de la gestión social, la reforma del estado y la modernización de la administración pública. También destaca la importancia de mejorar la eficiencia y el impacto de los programas y proyectos sociales, así como la necesidad de perfeccionar la gestión para hacer más con menos recursos y superar problemas como la persistencia de la pobreza.