El arte del Antiguo Egipto es aquí el arte que no pudo ser. La falta de libertad es como el aire para el arte. No existía la palabra arte ni artista. El artista escribía, no pintaba, según cuentan ellos mismos en sus ostraka - no confundir con el ostraka griego que condenaba al ostracismo -. Sin embargo hubo un momento en el periodo de Amarna en que pareció posible el cultivo de la belleza. De cualquier manera hubo que esperar a que ese arte que no pudo ser llegara al Egeo para que los griegos lo convirtieran - a través de un elaborado, complejo, apasionado y vertiginoso proceso de liberación - en el arte que conocemos e identificamos como nuestro.
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Arte egipcio: magistrales artistas entre las normas
1. Egipto : el arte que no pudo ser (II).
Alguien se preguntará. ¿No hubieron artistas en 3.000 años de historia de una de las civilizaciones
más esplendorosas que han existido?
Hay que responder que sí. Ciertamente hubieron artistas. Artistas escultores. Artistas pintores y
artistas arquitectos. No es este el lugar para las enumeraciones, fácilmente obtenibles, por otro
lado, en cualquier búsqueda por internet. Aunque la mayoría, incluso los autores más destacados,
como lo son los autores de las dos esculturas que presentamos, permanecen en el más absoluto
anonimato.
Dama Sennuy, XII Dinastía, Imperio Medio,
procedente de Kerma, granito negro, Museum
of Fine Arts, Boston.
En ésta época - Sesostris II, sXIX aC – el poder
se encuentra descentralizado.
Los trabajadores de los templos inauguran su
primera ciudad. "(...) las mujeres no se habían
representado hasta ahora más que como la
otra mitad y solamente en el contexto funerario
"(1,112).
Es evidente que una nueva época se
inauguraba a comienzos del segundo milenio.
Sugiero comprar esta producción con la
escultura de Ueret, otra de las esposas de
Sesostris II para apreciar las diferencias : la
opción de la belleza siempre existió, aunque no
estuvo al alcance de cualquiera, como en
nuestro tiempo.
Nunca fueron considerados como artistas por la sociedad. Ni ellos mismos se identificaban como
tales. Sin embargo, ¿Quién puede dudar que estas esculturas no son obra de unos artistas
magistrales?
Como en la caligrafía, en algunas ocasiones, la perfección se une a la belleza. Los artistas egipcios no
podían buscar la belleza directamente pues no tenían libertad para ello. Como los calígrafos, debían
2. de atenerse a unas normas estrictas en la reproducción de las imágenes, tanto en la pintura como en
la escultura.
En ocasiones, se observa un extraordinario equilibrio entre la perfección que exigen los estrictos
cánones del arte de los faraones y la voluntad creadora del artista y su búsqueda de la belleza. Como
es fácil de comprender este magistral equilibrio no era lo usual. A él solo llegan los más grandes. La
mayoría perece artísticamente entre las muelas del canon. Como los calígrafos.
Sin embargo, en las ocasiones en las que se produce los resultados son, lógicamente,
extraordinarios, como se puede apreciar en las esculturas que presentamos. En general, esta chispa
creadora de belleza aparece más frecuentemente en producciones de personajes importantes pero
no del propio faraón. Digamos, personajes de la corte real.
Tenemos pues que la descentralización del poder que se produce a partir de la VI Dinastía del
Imperio Antiguo da lugar a una producción artística igualmente más descentralizada y libre.
En realidad, los pintores de las tumbas no pintaban sino que escribían, como afirma el propio Seni,
pintor de la tumba del Conde Kheni, en una insripción autografa. "Yo escribo la tumba (…)"( Artists
and Artistic Production in Ancient Greece, Kristen Seaman&Peter Schultzn Ed.,pg. 182).
Cabeza de mujer perteneciente a una esfinge,
XII Dinastía, hacia mediados del siglo XIX aC,
The Brooklin Museum
Más adelante comentaremos más ampliamente porqué la pintura egipcia, en general, es escritura
más que pintura, a diferencia de los amplios y bellísimos murales coetáneos encontrados en los
palacios cretenses de Cnossos o Festos.
Lo mismo que sucedió con los artistas sucede con las épocas. No en todas las épocas existió la misma
presión sobre los artistas para que se ajustaran a determinadas normas. Es un tópico muy extendido
el del arte egipcio inmutable durante 3000 años. Sin embargo, esos tres mil años están llenos de
matices importantísimos para nosotros, herederos de la visión del mundo y del arte de los egipcios -
mucho más que del arte y las sociedades grecorromanas, como afirma otro tópico también muy
extendido - . El arte egipcio ciertamente, desemboca, como el Nilo, en los mares griegos, donde
encuentra la plena libertad y se realiza plenamente. Y de allí lo recibimos nosotros.
3. Como se ha comentado más arriba, una nueva época se inauguraba a comienzos del segundo
milenio antes de nuestra era. El Imperio Medio. Una época de más libertad, de más armonía entre
hombres y mujeres, mayores derechos de los trabajadores y descentralización del poder. En
resumen, de más democracia, si se me permite la exageración. Esta nueva situación sociopolítica
tiene un reflejo directo en el arte. De estos cambios hablaremos en la próxima publicación.
Bibliografía.-
1.- Manniche, Lise, 1994, El arte egipcio, Alianza Editorial.