5. Había una vez un pequeño conejo
llamado Cori, que vivía en el bosque
encantado junto a otras criaturas
mágicas, por supuesto que no era
un conejo cualquiera, pues él tenia
el poder de hacer aparecer huevos
de pascuas.
Todos los años durante la semana
santa el peludo orejón recorría
miles de casas. Cori dejaba
deliciosos huevos de chocolate para
todos los niños y el solo hecho de
hacerlos feliz era suficiente paga
para él.
6. Una noche mientras entraba por la
ventana de una de las casas se
tropezó y en la caída una de sus
patitas se dobló… el pobre quedo
muy adolorido.
Benjamín el pequeñín de la casa
despertó por el ruido y vio al
conejito tirado en el piso, sin
dudarlo lo levantó para llevarlo a
su habitación colocó al animalito
en una caja con trapos para que se
pudiese dormir y luego se volvió a
acostar.
7. Al día siguiente el niño despertó y
lo primero que hizo fue ver como
estaba el conejo, cuando abrió la
caja quedo impactado, pues
alrededor del animal había varios
huevos de pascuas, Cori lo había
hecho aparecer apropósito como
muestra de agradecimiento.
Benja quedo maravillado y decidió
adoptar como mascota a Cori, su
padre construyó una gran jaula y
lo pusieron dentro de ella.
8. El conejito estaba muy triste, ya
que necesitaba estar libre para
seguir repartiendo huevos de
pascua y luego volver a su bosque
encantado, pero no podía decirlo, ya
que no hablaba el idioma de los
humanos.
Intentó haciendo aparecer más
huevos de pascua, quizás con eso lo
dejarían libre, pero no, Benja solo
se los comía sin decir nada a sus
padres.
9. Benja de tanto chocolate que
comió se enfermó de la panza y
tuvieron que llevarlo al médico, el
pequeño se llevó tal susto que
decidió contarle todo a sus
padres, por supuesto que ellos no
le creyeron.
Así que los llevó junto a la jaula y le
pidió al conejo que haga aparecer
más huevos, al principio Cori dudó
pues no quería revelar su secreto a
más humanos, pero luego de pensarlo
un poco decidió arriesgarse.
10. - Claro que no jovencito –dijo el
padre- terminarías internado en el
hospital, comer demasiado
chocolate es malo para la salud, lo
que hay que hacer es vender los
huevos, este conejo puede poner
miles de ellos y nos haremos ricos.
El animalito se paró en 2 patas
movió las orejas y ¡PUF! de la
nada aparecieron huevos de
chocolate.
- ¡¿Ahora me creen?! –dijo el niño-
esto es fantástico tendré huevos
de pascuas para comer cuando
quiera.
11. En ese momento la madre del niño
se cruzó de brazos y los miró muy
disgustada.
Benja y su padre se dieron cuenta
que ella tenía razón, sin dudarlo
abrieron la puerta de la jaula y le
dijeron
- Ve conejito eres libre.
- Me apena mucho que tengan esas
ocurrencias, este es un conejo muy
especial tiene un gran poder y por
algo será, de seguro él sabe qué
hacer con esa magia y no voy a
permitir que lo utilicen para
beneficiarse ustedes mismos.
12. El pequeño conejito seguiría
repartiendo deliciosos huevos de
pascuas y Benja había aprendido una
importante lección, la ambición no es
buena y hay que respetar a todos
los seres vivos por igual.
Cori salió, pero antes de
abandonar la casa les dejó una
gran sorpresa cientos de huevos
de chocolate para la familia,
algunos lo guardaron para Benja y
el resto lo donarían a familias muy
pobres.