3. Guepand es un personaje que encarna
la sabiduría, no académica, sino vital,
fruto de los tropiezos y experiencias.
Se encuentra envuelto en un mundo que lo ciega, que
le impide observar la belleza de la fuerza en grupo y
más aún, de compartir lo propio con los de su
comunidad. En últimas son enseñanzas de la vida…
4. En cierta ocasión, un guepardo estando en
sus andanzas veloces, pensaba en lo “fácil”
que era correr tras su presa, sin que ésta
escapase por su portentosa velocidad tan
admirable.
Guepand, como le llamaban desde su
nacimiento, gozaba de una gran fama, pues
era el más rápido de la manada, siempre
salía a la delantera de lo que esperaban su
familia y amigos.
5. Ésta situación lo llevaba a tener cierta vanidad,
por creer ser siempre el mejor de todos los
animales del mundo.
Le inquietaba la manera de lograr
muchas de sus metas
proyectadas para su propia vida y
tenía la plena seguridad de nunca
llegar a perder.
6. Era egoísta frente a sus hermanos de manada,
no le importante saber los proyectos de los
demás. Para Guepand todos debían luchar por
conseguir lo suyo, así como él lo había hecho
hasta el momento, con sus propias fuerzas.
Ellos vivía en un valle lejos de sus parientes los
leopardos, que según las malas lenguas, eran
muy fuertes.
Se habían desplazado hacía unos 21 años de allí,
según el calendario de guepardos.
7. Mientras Guepand corría, reflexionaba
sobre toda su vida en la manda, de
repente, chocó con una rana silvestre…
Tropezó impactándose fuertemente contra el suelo
ardiendo, dando unos cuantos votes y parando en seco
contra un árbol. Tan solo para no pisarla
8. Perdón no era mi intensión hacerlo
tropezar, le dijo la Rana…
-Alguna vez escuché que las ranas silvestres como
tú, exhalan un veneno mortal que impide la
respiración de la víctima, matándolo de inmediato-
preguntó Guepand un poco asustado.
Cómo te llamas, pregunta Guepand.
Soy Rannfer contestó un poco nerviosa, agregándole:
¿no te da miedo morir por un vaho venenoso?
9. Está bien, sé que puedes llegar a ser el mejor de los
tuyos, pero no de toda la tierra, porque yo también
soy la mejor de las mías, pues incluso a los elefantes
he derribado, con tan sólo insuflar un mínimo de mi
aliento.
Nunca me pasaría algo así, pues, no hay quien pueda contra
mi, soy el animal más veloz de la tierra y el mejor de los míos.
10. Mientras estos dos se miraban
forzando el uno al otro a la
retirada, una poderosa gacela
se avecinó por un costado de
aquel paisaje un tanto
caluroso, de poca hierva, con
algunos árboles, muchos
mosquitos y animales en
busca de agua (por tiempos de
migración).
11. La gacela al ver a Guepand salió corriendo en máxima
velocidad, pues sabía que al quedarse en aquel encuentro
podría no salir bien librada.
12. Dicen que Garcela
escapó una vez de los
dientes y uñas de un
leopardo, y luego de
poder salir, juró nunca
más volver a caer -se
refirió Rannfer sobre
aquella gacela-.
13. Rannfer le advirtió al guepardo la dificultad que
representa para él dirigirse a otro animal que se
encuentra en su cadena alimenticia, pues ellos
huirían de inmediato.
La Gacela Garcela, apodada así por las ranas,
nunca querría estar en las garras de un
guepardo. Entonces decidió retirarse de aquel
lugar.
14. Finalmente, la rana con su gran
poder de vaho venenoso y el
guepardo con su velocidad
inalcanzable, decidieron no
agredirse entre sí e hicieron el
trato de encontrarse cada “sol
encima” (mediodía) en este
sitio.
15. Al regresar Guepand, tenía más interrogantes que
antes, sin embargo comprendía algo:
No era él el único mejor de los suyos como le
habían hecho creer por tanto tiempo… era
simplemente un guepardo que hacía lo que le
correspondía: correr por su presa, así como la
rana aquella: soplar por su vida.
Si, los dos eran buenos, y como ellos
probablemente cerca de su territorio de
verano, otros muchos mejores que ellos.
16.
17. El propósito de poner una rana como
depredador de un gran guepardo, es
mostrar mi gran debilidad por los
pequeños, los más débiles. Aquellos
que marginamos con nuestros
comentarios y actitudes indiferentes y
más aún con nuestras “ocupaciones
falsas”, las que usamos como
justificación para no responder a quien
lo necesita.
18. La gacela, es uno de los animales que pertenecen a
la cadena alimenticia de los guepardos, sólo que
soy demasiado pacífico… todo lo dejo en manos de
Dios, siguiendo la sabiduría de la sagrada
escritura que siempre me ha impactado:
“como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden” (lc 11, 4)