1. PERFIL DEL EMPRENDEDOR
Para ser un emprendedor se requiere tener cierto perfil, ciertas aptitudes
y ciertas características de personalidad. No es una tarea fácil identificar
con claridad cual debe ser el perfil de un emprendedor, pero muchos
autores coinciden que los factores mas importantes a tener en cuenta,
son los siguientes:
• Personalidad idealista y astuta, preocupada por hacer dinero pero no
obsesionados
• No les interesa demasiado el poder sino la autonomía, les gusta
ponerse a prueba, enfrentar riesgos pero no a lo loco, sino planificados;
• Les gusta demostrar y demostrarse lo que saben, pueden y valen;
• tienen capacidad de concentración para la resolución y búsqueda de
salidas exitosas a problemas, tienen cierto carisma o mística y esperanza
respecto a su emprendimiento,
• No tienen todo absolutamente claro, tienen miedos como todo ser
humano, pero a pesar de ello se animan;
• Son capaces de sacrificarse por su obra pero sin perder la cordura, son
ansiosos y buscan ofrecer un producto o servicio de calidad superior,
distinto, destacado
Les gusta dejar su marca en la vida a través de su emprendimiento,
están convencidos de que el éxito es 99% transpiración y 1% inspiración,
• Saben que se pueden equivocar pero también saben que el fracaso es
no intentarlo de nuevo.
Otros aspectos a tener en cuenta
Autoconfianza. La autoconfianza es la capacidad del individuo en creer
en sí mimo, y en la posibilidad de conseguir sus metas personales.
La persona emprendedora tiene que tener confianza absoluta en su
proyecto y en que está preparada para sacarlo adelante. Va tomar
decisiones y lo tiene que hacer de manera decidida, sin miedo y
confiando en sí misma, aunque puedan ser erróneas o el resultado no
sea el esperado.
La confianza debe extenderse también a las personas que van a formar
parte de la empresa. Y es que esta capacidad (estrechamente
relacionada con la autoestima personal) se relaciona directamente con
algunas habilidades de liderazgo como la motivación.
2. Orientación al logro. Se entiende como la persistencia para conseguir
metas y objetivos personales, en este caso, emprender un negocio.
El emprendedor tiene que saber dónde quiere llegar y estar en
disposición de realizar todo lo necesario para lograrlo. Por eso, esta
capacidad se relaciona con otras como la voluntad de finalizar
correctamente las tareas que se comienzan, y con la energía vital y con
el entusiasmo, necesarios para conseguir logros de largo recorrido.
Asunción de riesgos. Supone una predisposición a no evitar situaciones
que impliquen incertidumbre o riesgo potencial.
La persona emprendedora va a asumir riesgos, pero éstos deben ser
calculados. El proceso de creación de una empresa no se acomete (o, al
menos, nunca debería hacerlo) de manera aleatoria. El emprendedor ha
analizado el entorno, ha diseñado su producto o servicio, ha analizado la
viabilidad de su negocio y ha establecido unos resultados previsibles
para su actividad.
Resultará contraproducente asumir demasiados riesgos si la realidad lo
desaconseja, o trabajar en un ambiente de total inseguridad. Por tanto,
es necesario calcular los riesgos de cada decisión que se tome y, por
supuesto, evitar los que sean innecesarios.
Expectativa de control. Se relaciona con la capacidad de la persona
para asumir la responsabilidad de sus propias acciones.
En ocasiones, la persona emprendedora puede culpar de sus propias
decisiones a otras personas o circunstancias. Esto sucede porque su
expectativa de control es externa, esto es, considera que el resultado de
sus acciones se debe a la suerte o a causas no relacionadas con su
conducta.
Pero realmente es necesario que su expectativa de control sea interna y
asuma la independencia de sus acciones con respecto al entorno y la
relación entre su conducta y el resultado.
Tolerancia a la frustración. Puede definirse como la capacidad de
persistir en la conducta encaminada a obtener un resultado, a pesar de
las dificultades o retrasos que hayan de enfrentarse.
Esta es una cualidad fundamental en la persona emprendedora, porque
va a tener que enfrentarse a retrasos, dificultades o imprevistos que le
pueden llevar al desengaño y al fracaso. Es normal que no todo salga
3. bien a la primera y tropezar varias veces, pero es necesario saber
afrontar los obstáculos que se pueden interponer en el camino y
perseverar.
Orientación comercial. Tiene que ver con la preferencia por las
relaciones interpersonales laborales, lo que incluye la capacidad de
comunicación y de obtención de la información adecuada para lograr los
objetivos que se persiguen, o para la generación de relaciones de
colaboración.
Las habilidades o competencias más directamente relacionadas con este
rasgo son las que tienen que ver con las habilidades de comunicación
interpersonal, negociación y venta.
El emprendedor no actúa aislado: el desarrollo de su proyecto, su puesta
en marcha y su crecimiento y éxito van a depender de las relaciones que
establezca en diferentes ámbitos, por lo que conviene que tenga facilidad
para las relaciones personales, para la comunicación y para la
negociación. Por supuesto, debe tener habilidades para la venta y una
fuerte orientación al servicio a su cliente.
COMPONENTES DE LA INICIATIVA EMPRENDEDORA
Fuerzas Internas: Son aquellas relacionadas directamente con el
emprendedor como persona. Ello incluye:
La motivación de la iniciativa emprendedora, sostenida por el
optimismo impartido al desarrollo de su plan innovador para
generar deseo de persistencia.
La evaluación permanente de los resultados de su innovación
para implementar los cambios o mejoramientos con los que
ella continúe aportando el beneficio para el cual fue creada.
El compromiso en la aventura a desarrollar su iniciativa
empresarial, teniendo en cuenta el impacto que causará en su
entorno social y de negocios.
La capacidad de liderazgo, comunicación efectiva y la
utilización proactiva de los recursos existentes o latentes para
que la iniciativa emprendedora se concrete.
La autonomía para determinar el método de desarrollo y las
responsabilidades inherentes a su toma de decisiones.
4. Personalidad Emprendedora: El autor reconoce las cualidades que un
emprendedor debe tener para calificarse como tal y que se proyectan en
la realización de su iniciativa emprendedora.
Desde la motivación y perseverancia para su plan innovador,
hasta la permanente vigilancia de su entorno para detectar
otras oportunidades aplicables al mejoramiento de su
empresa, el emprendedor debe fundamentar la realización de
empresa bajo parámetros de riesgo inteligente, refrescamiento
continuo de las redes de contacto, y reprocesamiento de
recursos y de modelos de desarrollo, para sostener su
permanencia en el mercado.
Fuerzas Externas: El autor se concentra en estos aspectos como los
que influyen la concreción o no de la iniciativa emprendedora:
Entorno político y económico, como disciplinas que regulan y
controlan el desarrollo de empresa.
Contexto sociocultural, determinante de la dirección que la
empresa debe tomar en aras no solo de cumplir los objetivos
para los que fue creada, sino como garantía de permanencia
en el mercado.
Contexto tecnológico como facilitador de la dinámica de
desarrollo de la empresa en entornos de avanzada.
Cultura laboral determinante de las probabilidades de
surgimiento de la iniciativa emprendedora.
Contexto organizacional, como objeto disciplinario
condicionante del libre desarrollo del potencial innovador.
Contexto familiar, como parámetro fijador o inhibidor de la
motivación para la creación o no de empresa.
Contexto educacional al que el ser humano está expuesto
desde sus primeras estancias de formación escolar, para
afianzar el concepto de sumisión y autonomía adquiridos en el
entorno familiar.
5. Para iniciar hay que tener en claro tres puntos. Primero, que el
emprendedor es aquella persona que toma el riesgo y la aventura de
empezar algo, segundo que el proceso emprendedor comprende todas
las actividades relacionadas con detectar oportunidades y crear
organizaciones para concretarlas, y tercero, que todos podemos lograr
ser emprendedores, sólo tenemos que desearlo ser. Además, si bien es
cierto que los rasgos de la personalidad del nuevo emprendedor, su
situación social o económica, sus motivaciones, su capacidad intelectual
o física, su formación o experiencia previa pueden influir en el éxito de la
nueva empresa, estos aspectos no tienen un valor absoluto, ni son
requisitos indispensables para poder afrontar con perspectivas un nuevo
negocio. Pero sí es imprescindible ser inaccesible al desaliento, es decir,
a la capacidad de superar los obstáculos y no tirar la toalla, al primer
impedimento que se nos presente en el camino.
Como menciona Andy Freire, en el primer capítulo de su libro
“pasión por emprender”, muchos estudiantes universitarios que se
encuentran cursando los últimos ciclos de su carrera, cometen el gran
error de no iniciarse en el campo laboral, ya sea por temor, dejadez, falta
de interés o simplemente, creen que lo mejor es terminar la carrera para
recién formar parte del mundo laboral en el que trabajaran aplicando los
conocimientos adquiridos durante su formación universitaria. Por lo que
enfáticamente señalo que ello es un gran error, debido a que la vida
profesional es un escenario totalmente distinto al de la universidad, por lo
que el éxito alcanzado en la formación académica, no garantizara en
absoluto el éxito en el mundo laboral.
Por ello se recomienda ser emprendedores, ya que la mejor
manera de obtener una adecuada orientación para la iniciación de la
actividad profesional, es buscando trabajo desde los últimos ciclos de
6. estudio, a través de amistades, familiares, terceras personas y
entrevistas en distintas empresas, más que para percibir un salario o
tener un puesto trabajo, sería más con la finalidad por aprender que es
ser empresario, conocer el mundo de los negocios, y definir si uno desea
hacer una carrera corporativa o ser un empresario.
Hay muchos que asocian la palabra emprender, a imágenes que
no siempre coinciden con la realidad y que usan esto como excusa para
no emprender o arriesgarse a hacer algo. Lo que quiero decir, es que no
hace falta ser rico, ni joven, ni necesariamente haber pasado por la
universidad para emprender, lo que se necesita y si esto es
indispensable, es tener coraje, decisión y convicción en lo que uno quiere
emprender. En síntesis, hay tantos perfiles distintos de emprendedores
que lograron el éxito siendo unos muy jóvenes, otros muy mayores, otros
que obtuvieron brillantes carreras académicas, otros que nunca pisaron
la universidad, otros que no contaban con una familia rica que los
apoyare y otros que si; pero todos tienen dos puntos en común. Primero
que a todos ellos los impulsa el deseo personal de emprender su propio
proyecto y segundo que reflejan once condiciones comunes que
caracterizan a los grandes emprendedores.
Estos son la Emancipación para obtener libertad e independencia,
la Moderación al ver el dinero como una consecuencia inevitable al
emprender exitosamente, la Pasión al entregarse en mente, cuerpo y
alma al proyecto, los Resultados al lograr muchos de estos en forma
concreta, la Espiritualidad al correlacionar positivamente el éxito al
emprender con un trabajo emocional y espiritual, el Novicio o actitud del
aprendiz al mostrar humildad y voluntad permanente de aprender, el
Disfrute del camino a cada paso que dan día a día, los Éxitos
compartidos ya que ven a los integrantes de su equipo como socios con
los que comparten el valor creado, la Determinación en sus decisiones
que reflejan seguridad y firmeza, el Optimismo y sueño por tener una
visión clara sobre hacia donde pueden y quieren llevar su futuro y el de
su empresa, y por último la Responsabilidad incondicional que asumen
frente a su destino.
Como se aprecia en estas 11 condiciones, hay muchos desafíos
para desarrollar un adecuado proceso emprendedor, por lo que lo
representaremos para un mejor entendimiento, como un triángulo
invertido donde el punto de apoyo o vértice de abajo este el
emprendedor, en el vértice de la derecha este el capital y en el de la
izquierda, el proyecto o la idea. Como se imaginaran el triángulo se
apoya en el propio emprendedor, ya que de su firmeza depende, en gran
medida, que el modelo no se derrumbe. Por lo que el emprendedor
7. brillante siempre logra finalmente obtener el capital y el proyecto;
mientras que el emprendedor mediocre por más que cuente con el capital
o el proyecto facilitados por terceros, nunca será exitoso.
Ahora teniendo claro el proceso emprendedor, salta una duda, que
quizá más de uno se ha hecho. Esta es el emprendedor ¿nace o se
hace?
Bueno por una parte algunos aseguran que el espíritu
emprendedor se lleva en la sangre y que se detecta desde muy temprana
edad. Sin embargo, existen otros que opinan que cualquier persona
puede aprender a emprender. Pero Andy Freire, plantea una visión
intermedia, donde se deben considerar 3 capas niveles que requieren de
un análisis para determinar su importancia dentro del camino
emprendedor
La primera capa es el de los hábitos técnicos y cuyo contenido es
altamente modificable. Es en esta capa donde el emprendedor puede
reflejar el dominio de herramientas básicas para emprender, como por
ejemplo: ¿cómo hacer un plan de negocios? ¿Cómo levantar capital
semilla? ¿Cómo armar tu equipo de trabajo?
La segunda capa es el de las características o metahabilidades,
las cuales se refieren a las once condiciones comunes en los grandes
emprendedores. Estas características son en parte modificables, ya que
el tiempo, la experiencia y los tropiezos son los factores que
paulatinamente irán modificando dichas características, siempre y
cuando la persona esté dispuesta a trabajar en ellas.
Por último está la capa más polémico, llamado talento el cual se
refiere a condiciones innatas que le permiten a una persona destacar
como emprendedor. Es un hecho que el talento es impredecible y no
adquirible. Por ejemplo no importa cuántas horas entrenes fútbol,
probablemente nunca jugarás como jugaba Maradona, si es que no
tienes dicho talento.
En definitiva la clave del éxito reside en el talento del emprendedor
para impulsar sus fortalezas y reconocer sus debilidades, ya que este no
solo debe de mejorar y desarrollar sus habilidades técnicas, sino también
las once condiciones comunes de los grandes emprendedores,
independientemente de la dimensión inmodificable de cada uno de
nosotros. En otras palabras se trata de una cuestión de grados y mejora
continua, donde el emprendedor o cada uno de nosotros presenten un
8. firme interés en desarrollar las dos primeras capas como un factor
multiplicador de su potencial emprendedor.
Ahora, ¿qué es lo que motiva? a los emprendedores realizar un
“proceso emprendedor”. Bueno para esto clasificaremos en tres grupos a
los emprendedores los cuales responden a 3 tipos de motivaciones y
actitudes. Estos son los “luchadores” quienes ven el proceso
emprendedor como la única manera de subsistir, ante la imposibilidad de
ser parte de un proyecto existente, los “caza olas” quienes se montan
sobre grandes ondas de moda en busca de fortuna y por último los
“gladiadores” quienes sienten el proceso emprendedor en la sangre, ya
que se comprometen con lo que hacen, más allá de las modas o
circunstancias.
Pero de estos 3 grupos, el que suele estar predestinado al fracaso
es el grupo de los caza olas, ya que tienen demasiada ambición por
hacer dinero rápidamente, por lo que se caracterizan por no poner la
pasión necesaria, por no ser firmes en sus decisiones y sobre todo
porque no asume un profundo compromiso con lo que emprende.
Mientras que en el grupo de los luchadores están muchos de los
pequeños empresarios, muchas de ellas bajo la forma de negocios
familiares, donde alguno de estos emprendimientos son exitosos, otros
no tanto y otros fracasan. En cada caso habría que estudiar que llevo a
uno u otro resultado.
Finalmente el grupo de los gladiadores son quienes tienen por lo
general mayor éxito, ya que son aquellos quienes se formaron para
emprender, ya que lo eligieron como su profesión y como tal están
dispuestos a enfrentar los obstáculos y hallar su camino, cualquiera sea
el contexto en el que deba actuar.
Profundizando un poco más y yendo más allá del primer capítulo
de Andy Freire, sobre lo que es ser emprendor, Ahora hay que conocer
las claves para reconocer e identificar oportunidades de negocios para
emprender. Por lo que Andy Freire nos cuenta el proceso que siguió a la
hora de buscar la idea de negocios con que iniciaría su gran sueño
de crear una empresa. O como dijo Konrad Adenau para sintetizar la idea
anterior, “Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos los
mismos horizontes”
Para reconocer las oportunidades, primero hay que saber de
donde surgen las ideas, por lo que Andy Freire nos menciona que de
cada nueve, de cada diez ideas llevadas a cabo nacen porque
9. el emprendedor potencial descubre una necesidad o una oportunidad a
partir de interactuar con un ramo del mercado. Esto es de suma
importancia para desmitificar la creencia de que uno tiene que sentarse
como buda debajo de un árbol y que en algún momento recibirá la
iluminación. Por el contrario, el proceso en general comienza con
detectar, a partir del mercado en el que uno ya opera y su probable
evolución, las oportunidades de negocios que uno puede emprender.
Pero hay que tener en cuenta que las “ideas buenas no son
únicas”, ya que el secreto no está en preguntar “cuál es tu idea” sino en
responder “qué va a hacer que tú y tu equipo puedan convertir esa idea
en un éxito”. Por eso el triángulo del proceso emprendedor aparece
invertido, porque la base de todo es la calidad del equipo emprendedor.
La idea (como también el capital) es un vértice del proceso, pero el punto
sobre el cual se apoya el triángulo es el emprendedor y su capacidad
para llevar ideas a la realidad.
Y no hay que dejar de lado las “buenas viejas ideas”, ya que la
clave no esta en la “originalidad” de la idea, sino en el éxito que proviene
de haberla implementado mejor que los demás.
Finalmente, por lo general hay muchas más ideas que buenas
oportunidades para concretarlas. Ahora la pregunta sería ¿Cómo
podemos detectar ideas que tengan un buen potencial de realización?.
Por lo que se sugiere buscar las oportunidades a través de un proceso al
que Andy Freire llama la “Lupa Deductiva”. Este se puede sintetizar en
los siguientes cinco pasos.
Primero la Lupa general que define las áreas de actividad que el
emprendedor potencial empieza al realizar una lista de todas las áreas
relacionadas con la actividad que hoy está desarrollando.
Segundo la Lupa mundial al elegir una actividad y aprender de
ella enfocándose en mercados desarrollados. Donde el segundo paso es
ponerle un puntaje de preferencias a las actividades del listado, elegir la
que a uno más le gusta y zambullirse en aprender y leer todo lo que haya
disponible sobre esa industria en mercados desarrollados.
Tercero la Lupa local al conocer el propio mercado de ese sector.
Donde el tercer paso es hacer el mismo ejercicio anterior, pero para el
mercado local. Acá es donde se ve el beneficio de estar en un país
emergente: uno puede analizar las disparidades (los gaps) respecto del
mercado desarrollado, y a partir de allí hacer inferencias sobre qué va a
10. pasar y a qué velocidad para que el mercado local converja hacia lo que
ocurre en los países desarrollados.
Cuarto la Lupa dinámica al analizar el curso probable. Donde el
cuarto paso es hacer un profundo análisis sobre los factores de peso que
determinan que las diferencias entre los mercados desarrollados y no
desarrollados puedan perdurar o tiendan a converger. Es decir, precisar
mediante un análisis muy minucioso cuál es la dinámica más probable en
la rama o el sector donde vamos a iniciar un emprendimiento.
Quinto la Lupa fina al enfocarse en lo particular. Donde el último
paso requiere un esfuerzo para enfocarse al máximo. Ahora hay que ir de
lo global a lo muy particular, es decir, en qué segmento de esta actividad
quiero concentrarme.
A estos cinco pasos cabe agregarle una aclaración general: el
haber detectado una idea con potencial no significa en absoluto que uno
tenga asegurado el éxito, ni mucho menos. Al cumplir los cinco pasos
dela Lupa Deductiva apenas hemos detectado un segmento del mercado
en el que parece haber una oportunidad disponible.
Para terminar el Ser empresario es mucho más que crear una
empresa. Desde las primeras fases del proceso de puesta en marcha y
de tu idea de negocio vas a encontrar gran cantidad de trabas que
deberás ir resolviendo paulatinamente (búsqueda de clientes potenciales,
proveedores, local, financiación, entre otros). Pero a pesar de todo ¡No
te desanimes! Si crees en tu idea de negocio y en lo que quieres ofrecer
al mercado, defiéndelo! Y lucha con todas tus fuerzas, entregándote de
mente, alma y corazón en lo que vas hacer y veras que serás un
emprendedor exitoso, logrando las metas que propongas.
Para finalizar les dejo con pensamiento mío, “Todo nace a partir de un
sueño, así es que sueña y lucha para que ello se haga realidad, y no
olvides que eso solo dependerá únicamente de ti.