2. La Llorona es un espectro del que, según la tradición oral, se
presenta como el alma en pena de una mujer que asesinó o perdió a
sus hijos, busca a estos en vano y asusta con su sobrecogedor llanto a
quienes la ven u oyen. Si bien la leyenda cuenta con muchas variantes,
los hechos medulares son siempre los mismos.
3. La presencia de seres fantasmales que lloran en los ríos por motivos diversos es
una característica recurrente de la mitología aborigen de los pueblos prehispánicos.
Es así como pueden encontrarse rasgos de estos espectros en varias de las culturas
precolombinas, que eventualmente, con la llegada de los conquistadores españoles,
fueron asumiendo rasgos comunes gracias a la expansión del dominio hispánico
sobre el continente. La leyenda es una historia que posee referentes míticos en el
universo prehispánico, pero que instaura su drama y su cortejo imaginario y
angustiante en el orden colonial.1
4.
5. La presencia de seres fantasmales que lloran en los ríos por motivos diversos es
una característica recurrente de la mitología aborigen de los pueblos prehispánicos.
Es así como pueden encontrarse rasgos de estos espectros en varias de las culturas
precolombinas, que eventualmente, con la llegada de los conquistadores españoles,
fueron asumiendo rasgos comunes gracias a la expansión del dominio hispánico
sobre el continente. La leyenda es una historia que posee referentes míticos en el
universo prehispánico, pero que instaura su drama y su cortejo imaginario y
angustiante en el orden colonial.1
6. delinframundo y de la lujuria que aparece en algunas representaciones con los
brazos descarnados. Hermosa mujer, se aparece a los hombres, los enamora y los
seduce para después transformarse en esqueleto y llevarse el espíritu de sus víctimas
al inframundo. Auicanime era considerada entre los purépechas como la diosa del
hambre (su nombre se puede traducir como la Sedienta o la Necesitada). También era
la diosa de las mujeres que morían al dar a luz en su primer parto, las cuales, según
la creencia, se volvían guerreras (mocihuaquetzaque), lo que las convertía en
divinidades y, por ende, en objetos de adoración y ofrenda.4
7. Finalmente, Cihuacóatl, para los mexicas, era diosa de la tierra
(Coatlicue), de la fertilidad y de los partos (Quilaztli), además de mujer
guerrera (Yaocíhuatl) y madre (Tonantzin), tanto de los aztecas como de
sus mismos dioses. Mitad mujer y mitad serpiente, la diosa que emerge,
según la leyenda, de las aguas del lago de Texcoco para llorar a sus hijos
(los aztecas) es el sexto presagio de la devastación de la cultura mexica a
manos de los conquistadores venidos del mar.5 Cihuacóatl, en particular,
muestra tres aspectos característicos:
8. los gritos y lamentos por la noche; la presencia del agua,nota 1 pues tanto Aztlán como
la gran Tenochtitlán estaban cercados por ella —con lo que ambos sitios estaban
conectados por coincidencias no solo físicas, sino también míticas—; y ser la patrona de
las cihuateteo, que de noche vocean y braman en el aire. Estas son las mujeres muertas en
parto que bajan a la tierra en ciertos días dedicados a ellas en el calendario con el fin de
espantar en las encrucijadas de los caminos y que son fatales para los niños. Esta
abundancia de diosas conectadas con cultos fálicos y de la vida sexual fue génesis no solo
de la Llorona, sino también de otros fantasmas femeninos que castigan a los hombres,
como la Siguanaba, la Cegua o la Sucia.