3. Marco Tulio Cicerón nació en Arpinum, Italia, el 3 de enero del año
648 de Roma, es decir, en el 106 a.C.
4. Desde joven le gustaba asistir al Foro a
escuchar, así como traducir los discursos de los
grandes oradores griegos.
A los 25 años, pronunció su primera
defensa y al año siguiente defendió a
Roscio Amerino, a quien perseguía
uno de los hombres de confianza de
Sila, el dictador del momento.
5. Ganó el proceso, lo que sumado a su
oposición al dictador, a cuyo régimen se
oponía públicamente, le dio gran fama. A
raíz de ello, se unirá al grupo de los
principales abogados de la ciudad.
Sin embargo, sus actos
ponían en riesgo su vida.
Como medio de precaución
y atendiendo a su resentida
salud, inicia un viaje por
Grecia y Asia con el que
perfecciona su elocuencia.
Lucio Cornelio Sila.
6. Catilina volvió a intentarlo al año siguiente con los mismos resultados.
Entonces, organizó una conspiración para derribar el gobierno. Cicerón
controló la situación, detuvo y ejecutó a varios de los partidarios de
Catilina y a éste lo expulsó del Senado con las conocidas Catilinarias.
Volverá a Roma e iniciará su carrera política.
Será nombrado cuestor en el año 75. Después
desempeña los cargos de edil y pretor y
finalmente fue elegido cónsul en el año 64,
venciendo a Lucio Sergio Catilina.
7. Se decanta por apoyar a Pompeyo, a
quien César vence en Farsalia. Tras
esto se retira de la vida política y se
establece en Bríndisi.
En el año 51 partió como cónsul a
Cilicia, donde logra un éxito
militar contra los bandidos que
infestaban el monte Amano, que
le valió la admiración de sus
hombres. Esperaba con ello
obtener honores, pero a su
regreso encontró Roma sumida en
una guerra civil entre César y
Pompeyo.
8. César le perdonó y le devolvió todas sus
antiguas dignidades, pese a lo que
Cicerón se muestra reservado y se limita
a obtener el perdón para algunos
pompeyanos.
La muerte de su hija Tulia unida a la
situación política, le sumen en un estado
de gran depresión. Para distraerse,
emplea su tiempo escribiendo varias de
sus obras filosóficas.
9. Cuando muere César, se enfrentó al nuevo
aspirante, Marco Antonio. Parar ello, trata de
hundirle atacando sus pretensiones de poder
mediante la publicación de sus catorce Filipicas.
Esta acción le enfrenta a Marco
Antonio y debe huir para intentar
salvar su vida. Sin embargo,
cambia de opinión y vuelve a
tierra.
Los esbirros de Marco Antonio le dan caza y un centurión a quien
Cicerón había salvado de ser ejecutado en otra ocasión, le decapita.
Así, el brillante orador muere el 7 de diciembre del 711 de Roma (año
43 a.C).
10.
11.
12. Es el famoso Pro Lege Manilia, su primer discurso pronunciado desde la tribuna de los
arengas.
Trata la defensa que Cicerón hace de la ley presentada por el tribuno Manilio, a fin de
que se le confíe la dirección de la guerra que sostenían en Asia contra Mitrídates a
Pompeyo.
La ley disponía que la dirección suprema de la guerra se confiase a un jefe único, cuya
autoridad fuese absoluta, y que éste fuese Pompeyo.
13. Pero esta concentración de poder incompatibilizaba con la República y sus
instituciones, por lo que muchos caballeros y senadores se oponían a su aprobación.
Cicerón lo pronuncia con 41 años y se le puede considerar como uno de sus discursos
más perfectos. Está dividido en tres proposiciones: que la guerra es necesaria, que es
difícil y que el único que podía llevarla a buen término era Pompeyo.
Su estilo es sencillo y sus argumentos tan claros y evidentes que cautivaron el ánimo
del pueblo.
14.
15. Este discurso es la forma con la que Cicerón muestra a César su agradecimiento por
haber perdonado a uno de sus amigos, Marco Claudio Marcelo, del partido pompeyano,
que se había declarado enemigo de las pretensiones cesarianas desde el principio. Sin
embargo, Marcelo no pudo gozar del perdón ni volver a Roma ya que murió asesinado
a manos de su amigo Magio Chirón.
El discurso fue pronunciado cuando Cicerón tenía 61 años. Con un estilo elegante y
armonioso, ricas figuras y cumplidos delicados, hace referencia a la clemencia y a las
virtudes de César.