Ortega y Gasset propone una epistemología basada en la perspectiva individual determinada por el momento histórico y las circunstancias. La ética se centra en el proyecto vital de cada persona y su libertad para elegir su propia existencia. Defiende una razón vital enraizada en la historia y las emociones frente a una razón abstracta atemporal. Critica tanto el idealismo como el realismo por no reconocer la interrelación dinámica entre el sujeto y el mundo.