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COMENTARIO DE TEXTO DE ORTEGA Y GASSET
PRIMER RESUMEN:
En el fragmento se presentan dos nociones: Vida Y Cultura.
Vida y cultura, no se subordinan la una a la otra, sino que las dos se fundan
y sintetizan para dar lugar al concepto del raciovitalismo.
Ortega pretende unir el concepto de vida y cultura, y dice que la una
necesita a la otra para poder dar cuenta de la realidad.
Los racionalistas defienden el realismo como teoría del conocimiento; Ellos,
perciben la realidad como fuera o exterior al sujeto, y el sujeto no participa
en la realidad, sino que solo la percibe. Los relativistas niegan todo valor a
la cultura ensalzando el interés de la vida.
Ortega está totalmente en contra de esta escisiion, es decir, él piensa que
no podemos interpretar bien la realidad, si miramos sólo lo racional o solo lo
irracional. No podemos conocer la realidad sólo desde una perspectiva, sino
que debemos buscar el punto intermedio, generándose así un nuevo
concepto el “raciovitalismo” que esta en contra de corrientes como Platón,
los sofistas o Nietzsche.
En definitiva para Ortega, la vida es la realidad existencial humana, su
quehacer. Vivir es sentir algo, querer algo o pensar algo, y sostiene que la
vida es el hecho primario sobre el que ha de basarse toda filosofía, desde la
circunstancia personal de cada uno, de ahí su perspectivismo.
SEGUNDO RESUMEN:
En este segundo fragmento, Ortega y Gasset habla sobre la perspectiva.
Dos personas pueden estar en el mismo lugar observando un paisaje, y no
verán lo mismo, ya que cada uno le dará prioridad a un objeto, una
persona, o una situación. Pero no se puede definir como falsa la imagen de
uno respecto del otro, en relación a ese mismo paisaje, ya que es el mismo
pero de distinta perspectiva. Las dos descripciones del paisaje son
verdaderas y reales, solo que cada persona recuerda u observa más
claramente, lo que ha puesto en primer plano, mientras que la otra quizás
lo tenga en segundo plano y lo vea de una manera borrosa.
Afirmar que ninguno de los dos paisajes descritos son realmente ciertos,
nos lleva a postular la existencia (como hiciera el realismo) de un tercer
paisaje que es el verdadero y no se halla sometido a ningún
condicionamiento subjetivo, es puro, ahistórico y por ende antivital. Pero
este paisaje no puede existir, ya que cada persona que lo observe no puede
tener una imagen de él, sin poner en él situaciones o experiencias
personales. No se puede observar en abstracto, sino que cada uno lo hará
desde su distinta perspectiva. Esta es un componente de la realidad, la
ordena y no la desordena, porque una realidad con el mismo punto de vista
es absurda e imposible.
Igual que ocurre con el ejemplo del paisaje, ocurre con todo en la vida,
cada persona tiene una perspectiva distinta a los demás. La species
aeternitatis, de Spinoza, no existe como tal, ya que tener una idea general,
1
pura, la verdadera de algo es imposible, ya que cada uno lo vera desde su
punto de vista.
La perspectiva falsa es la que pretende ser la única. El utopista es el
hombre que no se conserva fiel a su punto de vista.
Cada vida tiene un punto de vista sobre el universo, y lo que ve una vida no
lo puede ver otra. Cada individuo es imprescindible para le conquista de la
verdad, adquiriendo ésta una dimensión vital.
NOCIONES:
VIDA Y CULTURA
Oponer la vida y la cultura y reclamar para la vida la plenitud de sus
derechos frente a la cultura, como ya hiciera el vitalismo no nos lleva a
una perfecta confusión. Situarnos en el otro extremo y reclamar la validez
exclusiva de la cultura o racionalismo frente a la vida, nos sitúa de nuevo en
un plano indeseable. La vida necesita de la cultura; y la cultura de la vida.
Ambos poderes —el inmanente de lo biológico y el trascendente de la
cultura—deben combinarse, superando su antagonismo. Por consiguiente, lo
dicho hasta aquí es un adelanto para la síntesis en que culturalismo y
vitalismo, al unirse, desaparecen. Esto es, el raciovitalismo.
Ortega nos dice que no podemos conocer el mundo sin olvidarnos de que
éste cambia. Une racionalidad con vitalidad, y Ortega se separa de
Nietzsche, en tanto hace uso de la razón. Cuando habla de conocimiento se
refiere a cultura.
La realidad es historia; esta realidad no es fija, sino discontinua. La cultura
está ligada a la realidad, Ortega afirma que no podemos seguir con la
división que dijo Platón, ya que la vida necesita de la cultura, y la cultura de
la vida. Al combinarse estas dos, cambian.
Para Ortega los sentidos son los que nos dicen que estamos vivos. Y en este
momento la filosofía está preparada para aceptar las cosas. Por
consiguiente, no podemos definir lo que no vemos, y no hay una realidad
fuera de un sujeto.
La razón histórica es tan razón como la razón pura, pero, además, está
capacitada para captar la realidad cambiante que es la vida. Razón, vida e
historia están unidas, no puede haber oposición entre razón y vida, nuestra
misión es combinar la razón pura con la razón vital. Ortega no va contra la
razón sino contra el racionalismo, ya que para que tenga sentido la razón
tiene que estar insertada en un contexto vital.
Razón y vida, esto es racionalismo y vitalismo, quedan, por lo tanto,
integrados en su filosofía por medio de una síntesis que no equivale sino
imperfectamente a un movimiento dialéctico, pues la unidad de la vida y de
la razón no es el resultado de la síntesis de unos contrarios, sino la
manifestación de una necesaria coexistencia. La vida humana es para
Ortega, el objeto propio de la Metafísica, un objeto cuyo carácter no
consiste en «ser», porque la vida es todo lo contrario de una substancia o
de un ente: es algo cuya realidad consiste en <<llegar a ser>>. La vida es
2
para Ortega una idea que se forma el hombre en el movimiento de
aproximación a su identidad personal o, si la vida es falsa e inauténtica, en
su alejamiento de ella. Vida falsa y vida auténtica o vida preocupada son
dos formas cuyo aspecto ético queda englobado en su ser ontológico, en su
radical y constitutivo ser metafísico. A diferencia de otros seres, la vida
humana es actividad pura; tiene que hacerse a sí misma, consiste en una
continua y necesaria elección. Por eso la vida es todo lo contrario de una
naturaleza, cosa o substancia, y por eso también el conocimiento no le es
consubstancial o connatural al hombre. El hombre se decide a conocer
racionalmente cuando irrumpe en su vida cierta experiencia.
NOCIÓN REALIDAD Y PERSPECTIVA.
Pensar en la realidad radical es pensar en la realidad en la que descansan
todas las demás. La realidad radical es la verdadera y pura realidad, que se
divide en dos modelos principales:
-La epistemología que expone que la primera realidad es la primera verdad
desde ella se dan a conocer todos nuestros conocimientos.
-La ontología expone que la realidad primordial es la verdad en la que se
basan todas las realidades.
Para el realismo la realidad radical es algo externo a la subjetividad. En
cambio, para el idealismo será la subjetividad.
Ortega y Gasset exigirá una nueva realidad radical: el paralelismo entre el
mundo y la subjetividad, entre el yo y las circunstancias, es decir, la vida.
La época moderna y el espíritu filosófico que la sustenta está en crisis y
debe superarse con nuevas creencias y nuevas formas culturales y vitales.
Cada época está inspirada y organizada en ciertos principios. En el caso de
la Edad Moderna, de sus formas culturales y espirituales, el principio básico
que Ortega encuentra es el de la subjetividad, y la filosofía que lo gesta el
racionalismo y el idealismo:
El racionalismo considera que la razón es la dimensión fundamental del hombre y
trae consigo la idea de la racionalidad como una capacidad ahistórica,
transpersonal, capaz de vincularnos con verdades abstractas, atemporales, ajenas
a cualquier elemento histórico y subjetivo. En sus versiones más extremas, el
racionalismo es contrario a la vida. Por su parte, el idealismo presenta al mundo
como una construcción del sujeto cognoscente, como un contenido de la conciencia
que se lo representa. El idealismo tiene como contraria la tesis realista típica del
pensamiento antiguo y medieval, y al racionalismo se opone el relativismo y el
vitalismo irracionalista (el de Nietzsche, por ejemplo). Ortega considera que
ninguna de estas dos oposiciones es correcta, que es preciso encontrar una solución
a la disputa entre el racionalismo y el relativismo, entre el idealismo y el realismo. Y
ello sólo es posible profundizando en el gran descubrimiento de la modernidad (la
subjetividad).
El realismo, su tesis principal se puede desdoblar en las dos afirmaciones
siguientes: la realidad es independiente de la conciencia o mente que se la
representa o conoce; el sujeto cognoscente no construye la realidad que conoce.
3
Para el realismo, los árboles, los animales, los montes y los valles, las personas, el
Universo en su conjunto, está más allá de nuestra mente, y tiene una existencia
propia, autónoma. Para el realismo, en el auténtico conocimiento nuestra mente es
pasiva, es como un espejo fiel de la realidad.
Por su parte, el idealismo defiende todo lo contrario: la realidad es una
construcción de la subjetividad que se la representa, es inseparable de la conciencia
que conoce. Esta concepción aparece con el descubrimiento de la subjetividad por
Descartes (aunque este autor se sitúa aún en el realismo)
Para Ortega, sin embargo, la realidad tiene dos caras, el mundo y el yo, la
subjetividad y las cosas y ambos extremos se necesitan mutuamente. Ni la realidad
es una mera construcción del sujeto (este sería el exceso del idealismo) ni la
realidad es algo independiente y anterior al sujeto (el exceso del realismo). Son dos
extremos que se necesitan y no pueden darse uno sin el otro ni separados. Los
términos yo y mundo, sujeto y objeto pueden expresarse también con palabras
más conocidas: yo y circunstancias. Esta es una de las dimensiones más profundas
de la célebre frase orteguiana “yo soy yo y mi circunstancia”: mis circunstancias
están ahí porque yo las atiendo, el mundo no es algo independiente, existe más
bien en su relación conmigo, con mis intereses, preferencias y pensamientos, con
mi subjetividad entera (residuo del idealismo); pero el yo no puede darse sin las
circunstancias, no puede ser lo que es sino es en el ámbito de lo concreto y
depende de las cosas para su realización (residuo del realismo). La realidad consta
de mundo y subjetividad y ambas se necesitan mutuamente, están radicalmente
unidas.
La realidad es, sin embargo múltiple, no existe un mundo en sí mismo, existen
tantos como perspectivas; y cada una de ellas permite una verdad: la verdad es
aquella descripción del mundo que sea fiel a la perspectiva. El perspectivismo
le permite a Ortega superar tanto el objetivismo como el subjetivismo. El
sujeto es un “aparato receptor” capaz de captar cierto tipo de realidad y no otro:
de la totalidad de cosas que componen el mundo muchas son ignoradas por el
sujeto cognoscente, por no disponer de órganos adecuados para captarlas. En la
percepción visual y auditiva se ve con claridad las limitaciones de nuestros
sentidos, lo mismo ocurre con las verdades, en cada individuo su psiquismo
actúa como un “órgano receptor” que faculta la percepción de ciertas verdades y
dificulta e impide la percepción de otras. Cada perspectiva capta una parte de la
realidad, de ahí la importancia de todo hombre y toda cultura. El mismo paisaje
es distinto visto desde dos puntos de vista; la posición del espectador hace que
el paisaje se organice de distinto modo y que haya objetos que desde un lado se
aprecian y desde otro no. Carecería de sentido que uno de los espectadores
declarase falso el paisaje visto por el otro pues tan real es uno como el otro;
tampoco serviría declarar los dos ilusorios por aparentemente contradictorios
puesto que ello exigiría un tercer paisaje auténtico, verdadero. Una realidad que
vista desde cualquier punto de vista sea siempre igual será absurdo. El
conocimiento absoluto, objetivo e independiente del sujeto cognoscente no
existe, es ficticio, irreal. La propia esencia de la realidad es perspectivística,
multiforme;
SÍNTESIS:
TEMA 1: TRADICIÓN MODERNA Y RAZÓN VITAL
Ortega y Gasset propone un sistema filosófico basado en la razón vital y la
histórica.
4
Defiende que no podemos alcanzar una verdadera concepción de la
realidad si no tenemos en cuenta que el mundo es historia, está expuesto al
devenir y cambia, defendiendo la razón como instrumento de conocimiento.
La tradición moderna ofrece dos maneras opuestas de conocer el mundo,
que constituyen una oposición entre vida y cultura:
Por una parte, el racionalismo niega todo sentido a la vida para salvar la
cultura.
Por otra, el vitalismo deja de lado la cultura (razón) para elevar al grado
máximo la vida.
Para Ortega, es necesario superar los rasgos de la modernidad (s. XVII-
XIX), ya que durante toda la historia de la filosofía, se han opuesto los
conceptos previamente citados.
El filósofo dice que hay que combinar racionalidad y vitalismo para superar
la crisis de la filosofía moderna, producida por el enfrentamiento entre
ambos. Utiliza la razón vital como medio para superar la razón pura
impuesta durante la Edad Moderna, la cual únicamente permitió el avance
de las ciencias naturales, dejando de lado las ciencias humanas. El modelo
filosófico de Ortega se basa en la concepción de la razón como una facultad
humana indispensable y necesaria para analizar las circunstancias que a
cada uno nos rodean, dando sentido a nuestra vida y planteándonos
nuestro propio proyecto vital.
De este modo, elimina las doctrinas extremas, como el racionalismo y el
vitalismo puros, sintetizando ambas en un punto medio con el fin de llegar a
una síntesis entre razón y vida.
Como hemos dicho anteriormente Ortega piensa que la sociedad se
encuentra en crisis porque se sitúa entre dos doctrinas filosóficas
antagónicas; no hemos evolucionado, no hemos sido fieles a nosotros
mismos, por lo tanto, la sociedad moderna se encuentra sumida en un
pozo oscuro de ignorancia según Ortega, del cual debemos escapar
mediante nuevas creencias y nuevas formas culturales y vitales. Ortega, al
igual que Nietzsche, concibe la realidad como devenir, cambio, evolución y
finitud, pero al contrario que el filósofo alemán, considera que la realidad, la
propia vida, es fruto de nuestra propia historia; las circunstancias vitales
influyen en nuestra percepción de las cosas, en nuestro propio
conocimiento, lo cual convierte en absurdo el mero hecho de ignorarlas.
Esto significa que incorpora la racionalidad como estructura que da
coherencia y permite el entendimiento de las circunstancias.
El mundo o circunstancia al que se refiere Ortega, el mundo como
ingrediente de la vida, no es sólo el descrito por la ciencia, es también el
mundo de los valores, de los objetos de la religión y en definitiva “todo
aquello que nos afecta Cuando Ortega insiste en la circunstancia termina
hablando también de la perspectiva, y ello porque el hombre es un ser
circunstanciado, inscrito en la realidad espacio-temporal que le ha tocado
vivir y de la que le es imposible separarse definitivamente.
Para poder explicar y desarrollar la crítica que realiza el autor sobre la
tradición moderna, partimos de un principio básico para él: la autenticidad.
La sociedad debe ser fiel a sí misma, a su tarea; de esta forma puede
5
traicionar su destino o ser fiel al mismo. Cada época tiene una tarea
concreta dependiendo de sus circunstancias históricas y culturales, y para
Ortega nuestra tarea no es otra que la de superar las bases de la
modernidad.
El principio básico para superar estas bases, es la subjetividad, centrada en
la existencia de dos doctrinas filosóficas opuestas, las cuales intentan
imponer su teoría del conocimiento como absoluta. Estas doctrinas son el
racionalismo y el idealismo, las cuales desarrollaremos a continuación:
El racionalismo defiende que la razón es la dimensión fundamental del
hombre y se sirve de la racionalidad como una noción atemporal,
transpersonal y ahistórica, que nos vincula con verdades absolutas,
abstractas, ajenas a cualquier elemento histórico particular y subjetivo. De
esta forma, el racionalismo es contrario a la vida como última categoría,
anteponiendo a esta la razón.
Por otra parte, el idealismo presenta el mundo como una construcción
dependiente del sujeto que conoce, como un contenido de la conciencia que
se lo representa. Es decir, cada persona adquiere un conocimiento desde
un punto de vista del cual no podemos prescindir, por lo que las
características del sujeto hacen insuperable nuestra propia perspectiva del
mundo y de la realidad.
Como solución a este dualismo filosófico, Ortega mantiene una posición
claramente raciovitalista que reúne rasgos de las dos anteriores. Ésta
consiste en encontrar un equilibrio entre el sujeto y el objeto, entre la
mente y el mundo, entre el yo y las cosas.
Por esta razón, la realidad tiene dos caras: el mundo y el yo, la
subjetividad y las cosas, pero existe una dependencia recíproca entre
ambos conceptos. Es decir, ni la realidad es una mera construcción del
sujeto (exceso de idealismo) ni la realidad es algo independiente y exterior
al mismo (exceso de racionalismo). Por ello, cuando hablamos de yo y
mundo, de sujeto y objeto, en realidad hablamos de yo y mis
circunstancias, principio en el cual se basa filosofía orteguiana.
De esta forma llegamos finalmente al concepto básico de la filosofía de
Gasset, con el cual pretende acabar con este dualismo falaz entre vitalismo
y racionalismo en el cual,(valga la redundancia) se encuentra sumida
nuestra sociedad. Por tanto se trata de un concepto complejo con el que
quiere señalar que:
- No podemos renunciar al ejercicio de la razón, ya que es necesario
utilizarla a modo de instrumento para solucionar los problemas que
presenta la vida.
- Debemos apreciar la vida por sí misma y los valores que le son
característicos. para hacer que la vida sea culta y la cultura sea vital
es preciso combinar los imperativos subjetivos con los objetivos, por
ejemplo, en el sentimiento debemos tener en cuenta la belleza y el
deleite y en el pensamiento la verdad y la sinceridad.
- Es necesario aceptar el uso de la razón para el conocimiento del
mundo, pero también las dimensiones irracionales de la existencia.
6
- Por tanto el objetivo del raciovitalismo es analizar la vida, así como
las categorías y dimensiones fundamentales del vivir.
La vida guía a la razón (vital, narrativa, histórica) y la verdad se descubre
en la historia.
Síntesis:
TEMA 2: Doctrina del punto de vista
El pensamiento de Ortega y Gasset pasó por varias etapas hasta llegar a la
razón vital: La primera etapa se caracterizó por la formación kantiana la
cual se fundamentó en el subjetivismo idealista. La segunda etapa se
caracterizó por el realismo sin dejarse arrastrar por él. Y la tercera etapa se
caracterizó por la metafísica. Es ésta última etapa la que conduce a Ortega
y Gasset a la razón vital.
El punto de partida de la filosofía de Ortega y Gasset fue el descubrimiento
de la vida como realidad radical, es decir, vivir es el cogito de
su racionalismo, de ahí, el concepto de “razón vital”. La razón vital es un
modelo de razón propuesto por Ortega y Gasset propuso un modelo de
razón; la razón vital, esta surgió como superación de la razón pura que se
había impuesto durante la Edad Moderna, y que, aunque permitía el avance
de las ciencias naturales, no lo hacía así con las ciencias humanas, porque
era insuficiente para aprender la vida. Por ende, la persona se constituye en
ser por esta misma subjetividad. Para él no hay prioridad del individuo
sobre la realidad, sino una interrelación del hombre con la realidad, esto
quiere decir que no existe un “yo” separado del mundo real: ”Yo soy yo y mi
circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. la propia vida, es la
realidad radical.
La realidad consiste en un hacerse, que no es una actividad: “la realidad
radical es nuestra vida. Y la vida es lo que hacemos y lo que nos pasa. Con
esta visión Ortega y Gasset se coloca entre el idealismo y el realismo: ni
prioridad del yo ni prioridad de las cosas; prioridad de la vida
Ortega y Gasset está a favor de un perspectivismo ligado a la
circunstancia, el cual explica lo siguiente: desde distintos puntos de vista,
dos hombres miran el mismo paisaje, sin embargo, no ven lo mismo. La
distinta situación hace que el paisaje se organice ante ambos de distinta
manera. Lo que para uno ocupa el primer término y acusa con vigor todos
sus detalles, para el otro se halla en el último y queda oscuro y borroso.
Además, como las cosas puestas una detrás de otra se ocultan en todo o en
7
parte, cada uno de ellos percibirá porciones del paisaje que al otro no
llegan. ¿Tendría sentido que cada cual declarase falso el paisaje ajeno?
Evidentemente no, ambos son reales, pero tampoco podrían vislumbrar lo
mismo. Esto supondría que hay un tercer paisaje auténtico, el cual no se
halla sometido a las mismas condiciones que los otros dos. Ahora bien, ese
paisaje arquetipo no existe ni puede existir. La realidad es tal, que solo
puede ser vista bajo una determinada perspectiva. La perspectiva es uno de
los componentes de la realidad. Una realidad que vista desde cualquier
punto resultase siempre idéntica es un concepto absurdo. Lo que acontece
con la visión corpórea se completa igualmente en todo lo demás.
Esto se puede explicar con el siguiente ejemplo: dos personas están
en un parque y ambas miran el paisaje de un río. Ambos recibirán una
perspectiva distinta: el primero da más importancia al cauce del río y el
segundo da más importancia a dos niños que hay jugando a la pelota
próximos al río. Ninguna de las dos perspectivas es falsa, ya que lo que
ambos perciben se encuentran en el paisaje. En esto pueden influir las
circunstancias (aspectos de la vida que te hacen ser la persona que eres:
algunas las puedes elegir, como por ejemplo estudiar medicina, y otras no,
como por ejemplo ser hijo del rey), en el primero influye su interés por la
naturaleza, y en el segundo influye su instinto paternal.
Ortega leyó a Nietzsche en su juventud y siempre mostró una
especial predilección por su pensamiento: como el filósofo alemán, Ortega
también defenderá una concepción perspectivista de la verdad, a la vez que
una defensa de la vida, de los valores vitales (entusiasmo, sinceridad,
deleite...) y de las dimensiones no estrictamente racionales de la persona
(el deseo, la imaginación, el sentimiento...), aunque siempre evitando caer
en el irracionalismo y el relativismo, tan característicos, sin embargo de
Nietzsche.
CONTEXTUALIZACION
Obra: El Tema de Nuestro Tiempo
Ortega y Gasset fue un filósofo y ensayista español, exponente
principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica,
situado en el movimiento del Novecentismo.
En su obra “El Tema de Nuestro Tiempo” plantea, «La doctrina del
punto de vista», teoría basada en el perspectivismo del conocimiento.
Ortega compara doctrinas como el idealismo, el racionalismo que se opone
el relativismo y el vitalismo. Se replantea el tema del Relativismo y
Racionalismo. Ortega expone en su obra que cada etapa de la vida está
regida o marcada por unos principios básicos. Cree que la etapa en la que
vivimos (época moderna) y el espíritu filosófico están en crisis, y la forma
de superarlo es mediante el uso de otras creencias y nuevas formas
culturales.
8
El Tema de Nuestro Tiempo es la segunda obra estrictamente
filosófica de Ortega. Éste afirma su ya clásica descripción de la vida como
una estructura compleja: «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a
ella, no me salvo yo». La circunstancia del momento plantea el problema
de vivir, lo que exige el esfuerzo de «salvación» que se ejecuta a través de
la cultura.
La obra surge en torno a la idea de vida, por influencia de Nietzsche.
El tema de nuestro tiempo consiste en someter la razón a la vitalidad,
localizarla dentro de lo biológico, la cultura racional tiene que comprender
que nace de y sirve a la vida.
Influencias de José Ortega y Gasset
Ortega y Gasset del neokantismo asimiló el espíritu de su filosofía,
fecundo para sus intereses vitales pero también para el futuro de España,
tan necesitada de superar el subjetivismo y personalismo y entrar en la
modernidad. Considerará que lo principal no es lo subjetivo y lo individual
sino el ejercicio de la razón, ejercicio que nos vincula con el ámbito de lo
objetivo, lo universal y la ciencia y la filosofía.
También Ortega leyó a Nietzsche y siempre mostró una especial
predilección por su pensamiento, aunque evitando caer en el irracionalismo
y el relativismo, tan característicos, sin embargo de Nietzsche. El autor
también defenderá la concepción perspectivistica de la verdad y la defensa
de la vida, de los valores vitales y de las dimensiones no estrictamente
racionales de la persona.
La fenomenología de Husserl se basaba en la defensa de
la intencionalidad como una de las características principales de la vida
psíquica. Afirmación de que la fidelidad a las cosas mismas exige superar
los planteamientos empiristas aceptando la posibilidad de que además se
nos den intuitivamente entidades no estrictamente físicas como los valores
y las objetividades matemáticas. La preocupación que esta corriente tuvo
por hacer que la filosofía descansara en un fundamento firme (en
una realidad primordial y radical) descubierto a partir de una reflexión
propia e independiente de cualesquiera otros saberes (religiosos, de sentido
común, científicos), exigencia que Ortega expresó en su principio de
autonomía; para la fenomenología dicha “realidad radical” será la conciencia
y para Ortega la vida.
También tenemos que destacar la influencia de Dilthey, como se puede
apreciar en la tercera y última etapa de su pensamiento (doctrina de la
razón vital) en aspectos como su reivindicación de la historia (“el
hombre no tiene naturaleza, tiene historia”) para comprender la
realidad humana (doctrina de la razón histórica), y la importancia que
tiene el “entender” o el “comprender” frente al “explicar”: las “ciencias
físicas” pueden aspirar a la explicación de los fenómenos físicos con
leyes objetivas y causales, las “ciencias humanas o sociales” deben
preocuparse más por aprehender los distintos “sentidos” presentes en
9
cada una de sus manifestaciones, ligados siempre a los programas
vitales, deseos, creencias y afectos de los seres humanos que las
protagonizan.
A partir de la filosofía diltheyana el hombre comienza a estar en
una nueva gran Idea, que es la Idea de la vida. Ortega ve esto muy bien,
con lo cual acierta decisivamente, quiere, por lo pronto, significar que él
advierte que el mundo, desde Dilthey, comienza a experimentar un cambio
(para él extraordinario) como es nada menos que el de transitar desde
una Idea decisiva, fundamental para toda una época a otra igualmente
decisiva y básica. Lo cual, para el caso de Ortega, quiere decir que él está
del todo seguro y convencido de que si alguna Idea es y debe ser admitida
como la nueva gran Idea rectora, es, sin lugar a dudas, la idea de
la Vida. Y, como es presumible, la adopta y utiliza constantemente, a partir
de ahora, con plena y rotunda conciencia y seguridad de que esa es la Idea
en torno a la cual debe girar toda especulación sobre la última y definitiva
realidad.
Sin embargo Dilthey no llega jamás a exponer con la debida suficiencia
(claridad) el propio pensamiento. Además, Dilthey no rebasó el nivel de la
razón histórica, en tanto que Ortega, como él mismo asegura, alcanza el
nivel de la razón vital.
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Cometn defin ortega

  • 1. COMENTARIO DE TEXTO DE ORTEGA Y GASSET PRIMER RESUMEN: En el fragmento se presentan dos nociones: Vida Y Cultura. Vida y cultura, no se subordinan la una a la otra, sino que las dos se fundan y sintetizan para dar lugar al concepto del raciovitalismo. Ortega pretende unir el concepto de vida y cultura, y dice que la una necesita a la otra para poder dar cuenta de la realidad. Los racionalistas defienden el realismo como teoría del conocimiento; Ellos, perciben la realidad como fuera o exterior al sujeto, y el sujeto no participa en la realidad, sino que solo la percibe. Los relativistas niegan todo valor a la cultura ensalzando el interés de la vida. Ortega está totalmente en contra de esta escisiion, es decir, él piensa que no podemos interpretar bien la realidad, si miramos sólo lo racional o solo lo irracional. No podemos conocer la realidad sólo desde una perspectiva, sino que debemos buscar el punto intermedio, generándose así un nuevo concepto el “raciovitalismo” que esta en contra de corrientes como Platón, los sofistas o Nietzsche. En definitiva para Ortega, la vida es la realidad existencial humana, su quehacer. Vivir es sentir algo, querer algo o pensar algo, y sostiene que la vida es el hecho primario sobre el que ha de basarse toda filosofía, desde la circunstancia personal de cada uno, de ahí su perspectivismo. SEGUNDO RESUMEN: En este segundo fragmento, Ortega y Gasset habla sobre la perspectiva. Dos personas pueden estar en el mismo lugar observando un paisaje, y no verán lo mismo, ya que cada uno le dará prioridad a un objeto, una persona, o una situación. Pero no se puede definir como falsa la imagen de uno respecto del otro, en relación a ese mismo paisaje, ya que es el mismo pero de distinta perspectiva. Las dos descripciones del paisaje son verdaderas y reales, solo que cada persona recuerda u observa más claramente, lo que ha puesto en primer plano, mientras que la otra quizás lo tenga en segundo plano y lo vea de una manera borrosa. Afirmar que ninguno de los dos paisajes descritos son realmente ciertos, nos lleva a postular la existencia (como hiciera el realismo) de un tercer paisaje que es el verdadero y no se halla sometido a ningún condicionamiento subjetivo, es puro, ahistórico y por ende antivital. Pero este paisaje no puede existir, ya que cada persona que lo observe no puede tener una imagen de él, sin poner en él situaciones o experiencias personales. No se puede observar en abstracto, sino que cada uno lo hará desde su distinta perspectiva. Esta es un componente de la realidad, la ordena y no la desordena, porque una realidad con el mismo punto de vista es absurda e imposible. Igual que ocurre con el ejemplo del paisaje, ocurre con todo en la vida, cada persona tiene una perspectiva distinta a los demás. La species aeternitatis, de Spinoza, no existe como tal, ya que tener una idea general, 1
  • 2. pura, la verdadera de algo es imposible, ya que cada uno lo vera desde su punto de vista. La perspectiva falsa es la que pretende ser la única. El utopista es el hombre que no se conserva fiel a su punto de vista. Cada vida tiene un punto de vista sobre el universo, y lo que ve una vida no lo puede ver otra. Cada individuo es imprescindible para le conquista de la verdad, adquiriendo ésta una dimensión vital. NOCIONES: VIDA Y CULTURA Oponer la vida y la cultura y reclamar para la vida la plenitud de sus derechos frente a la cultura, como ya hiciera el vitalismo no nos lleva a una perfecta confusión. Situarnos en el otro extremo y reclamar la validez exclusiva de la cultura o racionalismo frente a la vida, nos sitúa de nuevo en un plano indeseable. La vida necesita de la cultura; y la cultura de la vida. Ambos poderes —el inmanente de lo biológico y el trascendente de la cultura—deben combinarse, superando su antagonismo. Por consiguiente, lo dicho hasta aquí es un adelanto para la síntesis en que culturalismo y vitalismo, al unirse, desaparecen. Esto es, el raciovitalismo. Ortega nos dice que no podemos conocer el mundo sin olvidarnos de que éste cambia. Une racionalidad con vitalidad, y Ortega se separa de Nietzsche, en tanto hace uso de la razón. Cuando habla de conocimiento se refiere a cultura. La realidad es historia; esta realidad no es fija, sino discontinua. La cultura está ligada a la realidad, Ortega afirma que no podemos seguir con la división que dijo Platón, ya que la vida necesita de la cultura, y la cultura de la vida. Al combinarse estas dos, cambian. Para Ortega los sentidos son los que nos dicen que estamos vivos. Y en este momento la filosofía está preparada para aceptar las cosas. Por consiguiente, no podemos definir lo que no vemos, y no hay una realidad fuera de un sujeto. La razón histórica es tan razón como la razón pura, pero, además, está capacitada para captar la realidad cambiante que es la vida. Razón, vida e historia están unidas, no puede haber oposición entre razón y vida, nuestra misión es combinar la razón pura con la razón vital. Ortega no va contra la razón sino contra el racionalismo, ya que para que tenga sentido la razón tiene que estar insertada en un contexto vital. Razón y vida, esto es racionalismo y vitalismo, quedan, por lo tanto, integrados en su filosofía por medio de una síntesis que no equivale sino imperfectamente a un movimiento dialéctico, pues la unidad de la vida y de la razón no es el resultado de la síntesis de unos contrarios, sino la manifestación de una necesaria coexistencia. La vida humana es para Ortega, el objeto propio de la Metafísica, un objeto cuyo carácter no consiste en «ser», porque la vida es todo lo contrario de una substancia o de un ente: es algo cuya realidad consiste en <<llegar a ser>>. La vida es 2
  • 3. para Ortega una idea que se forma el hombre en el movimiento de aproximación a su identidad personal o, si la vida es falsa e inauténtica, en su alejamiento de ella. Vida falsa y vida auténtica o vida preocupada son dos formas cuyo aspecto ético queda englobado en su ser ontológico, en su radical y constitutivo ser metafísico. A diferencia de otros seres, la vida humana es actividad pura; tiene que hacerse a sí misma, consiste en una continua y necesaria elección. Por eso la vida es todo lo contrario de una naturaleza, cosa o substancia, y por eso también el conocimiento no le es consubstancial o connatural al hombre. El hombre se decide a conocer racionalmente cuando irrumpe en su vida cierta experiencia. NOCIÓN REALIDAD Y PERSPECTIVA. Pensar en la realidad radical es pensar en la realidad en la que descansan todas las demás. La realidad radical es la verdadera y pura realidad, que se divide en dos modelos principales: -La epistemología que expone que la primera realidad es la primera verdad desde ella se dan a conocer todos nuestros conocimientos. -La ontología expone que la realidad primordial es la verdad en la que se basan todas las realidades. Para el realismo la realidad radical es algo externo a la subjetividad. En cambio, para el idealismo será la subjetividad. Ortega y Gasset exigirá una nueva realidad radical: el paralelismo entre el mundo y la subjetividad, entre el yo y las circunstancias, es decir, la vida. La época moderna y el espíritu filosófico que la sustenta está en crisis y debe superarse con nuevas creencias y nuevas formas culturales y vitales. Cada época está inspirada y organizada en ciertos principios. En el caso de la Edad Moderna, de sus formas culturales y espirituales, el principio básico que Ortega encuentra es el de la subjetividad, y la filosofía que lo gesta el racionalismo y el idealismo: El racionalismo considera que la razón es la dimensión fundamental del hombre y trae consigo la idea de la racionalidad como una capacidad ahistórica, transpersonal, capaz de vincularnos con verdades abstractas, atemporales, ajenas a cualquier elemento histórico y subjetivo. En sus versiones más extremas, el racionalismo es contrario a la vida. Por su parte, el idealismo presenta al mundo como una construcción del sujeto cognoscente, como un contenido de la conciencia que se lo representa. El idealismo tiene como contraria la tesis realista típica del pensamiento antiguo y medieval, y al racionalismo se opone el relativismo y el vitalismo irracionalista (el de Nietzsche, por ejemplo). Ortega considera que ninguna de estas dos oposiciones es correcta, que es preciso encontrar una solución a la disputa entre el racionalismo y el relativismo, entre el idealismo y el realismo. Y ello sólo es posible profundizando en el gran descubrimiento de la modernidad (la subjetividad). El realismo, su tesis principal se puede desdoblar en las dos afirmaciones siguientes: la realidad es independiente de la conciencia o mente que se la representa o conoce; el sujeto cognoscente no construye la realidad que conoce. 3
  • 4. Para el realismo, los árboles, los animales, los montes y los valles, las personas, el Universo en su conjunto, está más allá de nuestra mente, y tiene una existencia propia, autónoma. Para el realismo, en el auténtico conocimiento nuestra mente es pasiva, es como un espejo fiel de la realidad. Por su parte, el idealismo defiende todo lo contrario: la realidad es una construcción de la subjetividad que se la representa, es inseparable de la conciencia que conoce. Esta concepción aparece con el descubrimiento de la subjetividad por Descartes (aunque este autor se sitúa aún en el realismo) Para Ortega, sin embargo, la realidad tiene dos caras, el mundo y el yo, la subjetividad y las cosas y ambos extremos se necesitan mutuamente. Ni la realidad es una mera construcción del sujeto (este sería el exceso del idealismo) ni la realidad es algo independiente y anterior al sujeto (el exceso del realismo). Son dos extremos que se necesitan y no pueden darse uno sin el otro ni separados. Los términos yo y mundo, sujeto y objeto pueden expresarse también con palabras más conocidas: yo y circunstancias. Esta es una de las dimensiones más profundas de la célebre frase orteguiana “yo soy yo y mi circunstancia”: mis circunstancias están ahí porque yo las atiendo, el mundo no es algo independiente, existe más bien en su relación conmigo, con mis intereses, preferencias y pensamientos, con mi subjetividad entera (residuo del idealismo); pero el yo no puede darse sin las circunstancias, no puede ser lo que es sino es en el ámbito de lo concreto y depende de las cosas para su realización (residuo del realismo). La realidad consta de mundo y subjetividad y ambas se necesitan mutuamente, están radicalmente unidas. La realidad es, sin embargo múltiple, no existe un mundo en sí mismo, existen tantos como perspectivas; y cada una de ellas permite una verdad: la verdad es aquella descripción del mundo que sea fiel a la perspectiva. El perspectivismo le permite a Ortega superar tanto el objetivismo como el subjetivismo. El sujeto es un “aparato receptor” capaz de captar cierto tipo de realidad y no otro: de la totalidad de cosas que componen el mundo muchas son ignoradas por el sujeto cognoscente, por no disponer de órganos adecuados para captarlas. En la percepción visual y auditiva se ve con claridad las limitaciones de nuestros sentidos, lo mismo ocurre con las verdades, en cada individuo su psiquismo actúa como un “órgano receptor” que faculta la percepción de ciertas verdades y dificulta e impide la percepción de otras. Cada perspectiva capta una parte de la realidad, de ahí la importancia de todo hombre y toda cultura. El mismo paisaje es distinto visto desde dos puntos de vista; la posición del espectador hace que el paisaje se organice de distinto modo y que haya objetos que desde un lado se aprecian y desde otro no. Carecería de sentido que uno de los espectadores declarase falso el paisaje visto por el otro pues tan real es uno como el otro; tampoco serviría declarar los dos ilusorios por aparentemente contradictorios puesto que ello exigiría un tercer paisaje auténtico, verdadero. Una realidad que vista desde cualquier punto de vista sea siempre igual será absurdo. El conocimiento absoluto, objetivo e independiente del sujeto cognoscente no existe, es ficticio, irreal. La propia esencia de la realidad es perspectivística, multiforme; SÍNTESIS: TEMA 1: TRADICIÓN MODERNA Y RAZÓN VITAL Ortega y Gasset propone un sistema filosófico basado en la razón vital y la histórica. 4
  • 5. Defiende que no podemos alcanzar una verdadera concepción de la realidad si no tenemos en cuenta que el mundo es historia, está expuesto al devenir y cambia, defendiendo la razón como instrumento de conocimiento. La tradición moderna ofrece dos maneras opuestas de conocer el mundo, que constituyen una oposición entre vida y cultura: Por una parte, el racionalismo niega todo sentido a la vida para salvar la cultura. Por otra, el vitalismo deja de lado la cultura (razón) para elevar al grado máximo la vida. Para Ortega, es necesario superar los rasgos de la modernidad (s. XVII- XIX), ya que durante toda la historia de la filosofía, se han opuesto los conceptos previamente citados. El filósofo dice que hay que combinar racionalidad y vitalismo para superar la crisis de la filosofía moderna, producida por el enfrentamiento entre ambos. Utiliza la razón vital como medio para superar la razón pura impuesta durante la Edad Moderna, la cual únicamente permitió el avance de las ciencias naturales, dejando de lado las ciencias humanas. El modelo filosófico de Ortega se basa en la concepción de la razón como una facultad humana indispensable y necesaria para analizar las circunstancias que a cada uno nos rodean, dando sentido a nuestra vida y planteándonos nuestro propio proyecto vital. De este modo, elimina las doctrinas extremas, como el racionalismo y el vitalismo puros, sintetizando ambas en un punto medio con el fin de llegar a una síntesis entre razón y vida. Como hemos dicho anteriormente Ortega piensa que la sociedad se encuentra en crisis porque se sitúa entre dos doctrinas filosóficas antagónicas; no hemos evolucionado, no hemos sido fieles a nosotros mismos, por lo tanto, la sociedad moderna se encuentra sumida en un pozo oscuro de ignorancia según Ortega, del cual debemos escapar mediante nuevas creencias y nuevas formas culturales y vitales. Ortega, al igual que Nietzsche, concibe la realidad como devenir, cambio, evolución y finitud, pero al contrario que el filósofo alemán, considera que la realidad, la propia vida, es fruto de nuestra propia historia; las circunstancias vitales influyen en nuestra percepción de las cosas, en nuestro propio conocimiento, lo cual convierte en absurdo el mero hecho de ignorarlas. Esto significa que incorpora la racionalidad como estructura que da coherencia y permite el entendimiento de las circunstancias. El mundo o circunstancia al que se refiere Ortega, el mundo como ingrediente de la vida, no es sólo el descrito por la ciencia, es también el mundo de los valores, de los objetos de la religión y en definitiva “todo aquello que nos afecta Cuando Ortega insiste en la circunstancia termina hablando también de la perspectiva, y ello porque el hombre es un ser circunstanciado, inscrito en la realidad espacio-temporal que le ha tocado vivir y de la que le es imposible separarse definitivamente. Para poder explicar y desarrollar la crítica que realiza el autor sobre la tradición moderna, partimos de un principio básico para él: la autenticidad. La sociedad debe ser fiel a sí misma, a su tarea; de esta forma puede 5
  • 6. traicionar su destino o ser fiel al mismo. Cada época tiene una tarea concreta dependiendo de sus circunstancias históricas y culturales, y para Ortega nuestra tarea no es otra que la de superar las bases de la modernidad. El principio básico para superar estas bases, es la subjetividad, centrada en la existencia de dos doctrinas filosóficas opuestas, las cuales intentan imponer su teoría del conocimiento como absoluta. Estas doctrinas son el racionalismo y el idealismo, las cuales desarrollaremos a continuación: El racionalismo defiende que la razón es la dimensión fundamental del hombre y se sirve de la racionalidad como una noción atemporal, transpersonal y ahistórica, que nos vincula con verdades absolutas, abstractas, ajenas a cualquier elemento histórico particular y subjetivo. De esta forma, el racionalismo es contrario a la vida como última categoría, anteponiendo a esta la razón. Por otra parte, el idealismo presenta el mundo como una construcción dependiente del sujeto que conoce, como un contenido de la conciencia que se lo representa. Es decir, cada persona adquiere un conocimiento desde un punto de vista del cual no podemos prescindir, por lo que las características del sujeto hacen insuperable nuestra propia perspectiva del mundo y de la realidad. Como solución a este dualismo filosófico, Ortega mantiene una posición claramente raciovitalista que reúne rasgos de las dos anteriores. Ésta consiste en encontrar un equilibrio entre el sujeto y el objeto, entre la mente y el mundo, entre el yo y las cosas. Por esta razón, la realidad tiene dos caras: el mundo y el yo, la subjetividad y las cosas, pero existe una dependencia recíproca entre ambos conceptos. Es decir, ni la realidad es una mera construcción del sujeto (exceso de idealismo) ni la realidad es algo independiente y exterior al mismo (exceso de racionalismo). Por ello, cuando hablamos de yo y mundo, de sujeto y objeto, en realidad hablamos de yo y mis circunstancias, principio en el cual se basa filosofía orteguiana. De esta forma llegamos finalmente al concepto básico de la filosofía de Gasset, con el cual pretende acabar con este dualismo falaz entre vitalismo y racionalismo en el cual,(valga la redundancia) se encuentra sumida nuestra sociedad. Por tanto se trata de un concepto complejo con el que quiere señalar que: - No podemos renunciar al ejercicio de la razón, ya que es necesario utilizarla a modo de instrumento para solucionar los problemas que presenta la vida. - Debemos apreciar la vida por sí misma y los valores que le son característicos. para hacer que la vida sea culta y la cultura sea vital es preciso combinar los imperativos subjetivos con los objetivos, por ejemplo, en el sentimiento debemos tener en cuenta la belleza y el deleite y en el pensamiento la verdad y la sinceridad. - Es necesario aceptar el uso de la razón para el conocimiento del mundo, pero también las dimensiones irracionales de la existencia. 6
  • 7. - Por tanto el objetivo del raciovitalismo es analizar la vida, así como las categorías y dimensiones fundamentales del vivir. La vida guía a la razón (vital, narrativa, histórica) y la verdad se descubre en la historia. Síntesis: TEMA 2: Doctrina del punto de vista El pensamiento de Ortega y Gasset pasó por varias etapas hasta llegar a la razón vital: La primera etapa se caracterizó por la formación kantiana la cual se fundamentó en el subjetivismo idealista. La segunda etapa se caracterizó por el realismo sin dejarse arrastrar por él. Y la tercera etapa se caracterizó por la metafísica. Es ésta última etapa la que conduce a Ortega y Gasset a la razón vital. El punto de partida de la filosofía de Ortega y Gasset fue el descubrimiento de la vida como realidad radical, es decir, vivir es el cogito de su racionalismo, de ahí, el concepto de “razón vital”. La razón vital es un modelo de razón propuesto por Ortega y Gasset propuso un modelo de razón; la razón vital, esta surgió como superación de la razón pura que se había impuesto durante la Edad Moderna, y que, aunque permitía el avance de las ciencias naturales, no lo hacía así con las ciencias humanas, porque era insuficiente para aprender la vida. Por ende, la persona se constituye en ser por esta misma subjetividad. Para él no hay prioridad del individuo sobre la realidad, sino una interrelación del hombre con la realidad, esto quiere decir que no existe un “yo” separado del mundo real: ”Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. la propia vida, es la realidad radical. La realidad consiste en un hacerse, que no es una actividad: “la realidad radical es nuestra vida. Y la vida es lo que hacemos y lo que nos pasa. Con esta visión Ortega y Gasset se coloca entre el idealismo y el realismo: ni prioridad del yo ni prioridad de las cosas; prioridad de la vida Ortega y Gasset está a favor de un perspectivismo ligado a la circunstancia, el cual explica lo siguiente: desde distintos puntos de vista, dos hombres miran el mismo paisaje, sin embargo, no ven lo mismo. La distinta situación hace que el paisaje se organice ante ambos de distinta manera. Lo que para uno ocupa el primer término y acusa con vigor todos sus detalles, para el otro se halla en el último y queda oscuro y borroso. Además, como las cosas puestas una detrás de otra se ocultan en todo o en 7
  • 8. parte, cada uno de ellos percibirá porciones del paisaje que al otro no llegan. ¿Tendría sentido que cada cual declarase falso el paisaje ajeno? Evidentemente no, ambos son reales, pero tampoco podrían vislumbrar lo mismo. Esto supondría que hay un tercer paisaje auténtico, el cual no se halla sometido a las mismas condiciones que los otros dos. Ahora bien, ese paisaje arquetipo no existe ni puede existir. La realidad es tal, que solo puede ser vista bajo una determinada perspectiva. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Una realidad que vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica es un concepto absurdo. Lo que acontece con la visión corpórea se completa igualmente en todo lo demás. Esto se puede explicar con el siguiente ejemplo: dos personas están en un parque y ambas miran el paisaje de un río. Ambos recibirán una perspectiva distinta: el primero da más importancia al cauce del río y el segundo da más importancia a dos niños que hay jugando a la pelota próximos al río. Ninguna de las dos perspectivas es falsa, ya que lo que ambos perciben se encuentran en el paisaje. En esto pueden influir las circunstancias (aspectos de la vida que te hacen ser la persona que eres: algunas las puedes elegir, como por ejemplo estudiar medicina, y otras no, como por ejemplo ser hijo del rey), en el primero influye su interés por la naturaleza, y en el segundo influye su instinto paternal. Ortega leyó a Nietzsche en su juventud y siempre mostró una especial predilección por su pensamiento: como el filósofo alemán, Ortega también defenderá una concepción perspectivista de la verdad, a la vez que una defensa de la vida, de los valores vitales (entusiasmo, sinceridad, deleite...) y de las dimensiones no estrictamente racionales de la persona (el deseo, la imaginación, el sentimiento...), aunque siempre evitando caer en el irracionalismo y el relativismo, tan característicos, sin embargo de Nietzsche. CONTEXTUALIZACION Obra: El Tema de Nuestro Tiempo Ortega y Gasset fue un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica, situado en el movimiento del Novecentismo. En su obra “El Tema de Nuestro Tiempo” plantea, «La doctrina del punto de vista», teoría basada en el perspectivismo del conocimiento. Ortega compara doctrinas como el idealismo, el racionalismo que se opone el relativismo y el vitalismo. Se replantea el tema del Relativismo y Racionalismo. Ortega expone en su obra que cada etapa de la vida está regida o marcada por unos principios básicos. Cree que la etapa en la que vivimos (época moderna) y el espíritu filosófico están en crisis, y la forma de superarlo es mediante el uso de otras creencias y nuevas formas culturales. 8
  • 9. El Tema de Nuestro Tiempo es la segunda obra estrictamente filosófica de Ortega. Éste afirma su ya clásica descripción de la vida como una estructura compleja: «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo». La circunstancia del momento plantea el problema de vivir, lo que exige el esfuerzo de «salvación» que se ejecuta a través de la cultura. La obra surge en torno a la idea de vida, por influencia de Nietzsche. El tema de nuestro tiempo consiste en someter la razón a la vitalidad, localizarla dentro de lo biológico, la cultura racional tiene que comprender que nace de y sirve a la vida. Influencias de José Ortega y Gasset Ortega y Gasset del neokantismo asimiló el espíritu de su filosofía, fecundo para sus intereses vitales pero también para el futuro de España, tan necesitada de superar el subjetivismo y personalismo y entrar en la modernidad. Considerará que lo principal no es lo subjetivo y lo individual sino el ejercicio de la razón, ejercicio que nos vincula con el ámbito de lo objetivo, lo universal y la ciencia y la filosofía. También Ortega leyó a Nietzsche y siempre mostró una especial predilección por su pensamiento, aunque evitando caer en el irracionalismo y el relativismo, tan característicos, sin embargo de Nietzsche. El autor también defenderá la concepción perspectivistica de la verdad y la defensa de la vida, de los valores vitales y de las dimensiones no estrictamente racionales de la persona. La fenomenología de Husserl se basaba en la defensa de la intencionalidad como una de las características principales de la vida psíquica. Afirmación de que la fidelidad a las cosas mismas exige superar los planteamientos empiristas aceptando la posibilidad de que además se nos den intuitivamente entidades no estrictamente físicas como los valores y las objetividades matemáticas. La preocupación que esta corriente tuvo por hacer que la filosofía descansara en un fundamento firme (en una realidad primordial y radical) descubierto a partir de una reflexión propia e independiente de cualesquiera otros saberes (religiosos, de sentido común, científicos), exigencia que Ortega expresó en su principio de autonomía; para la fenomenología dicha “realidad radical” será la conciencia y para Ortega la vida. También tenemos que destacar la influencia de Dilthey, como se puede apreciar en la tercera y última etapa de su pensamiento (doctrina de la razón vital) en aspectos como su reivindicación de la historia (“el hombre no tiene naturaleza, tiene historia”) para comprender la realidad humana (doctrina de la razón histórica), y la importancia que tiene el “entender” o el “comprender” frente al “explicar”: las “ciencias físicas” pueden aspirar a la explicación de los fenómenos físicos con leyes objetivas y causales, las “ciencias humanas o sociales” deben preocuparse más por aprehender los distintos “sentidos” presentes en 9
  • 10. cada una de sus manifestaciones, ligados siempre a los programas vitales, deseos, creencias y afectos de los seres humanos que las protagonizan. A partir de la filosofía diltheyana el hombre comienza a estar en una nueva gran Idea, que es la Idea de la vida. Ortega ve esto muy bien, con lo cual acierta decisivamente, quiere, por lo pronto, significar que él advierte que el mundo, desde Dilthey, comienza a experimentar un cambio (para él extraordinario) como es nada menos que el de transitar desde una Idea decisiva, fundamental para toda una época a otra igualmente decisiva y básica. Lo cual, para el caso de Ortega, quiere decir que él está del todo seguro y convencido de que si alguna Idea es y debe ser admitida como la nueva gran Idea rectora, es, sin lugar a dudas, la idea de la Vida. Y, como es presumible, la adopta y utiliza constantemente, a partir de ahora, con plena y rotunda conciencia y seguridad de que esa es la Idea en torno a la cual debe girar toda especulación sobre la última y definitiva realidad. Sin embargo Dilthey no llega jamás a exponer con la debida suficiencia (claridad) el propio pensamiento. Además, Dilthey no rebasó el nivel de la razón histórica, en tanto que Ortega, como él mismo asegura, alcanza el nivel de la razón vital. 10