2. Introducción:
¿Alguna vez le dijeron que al casarse usted y su
pareja asumían, de manera tácita, un plan “todo
incluido” en el que además de riqueza, pobreza,
salud, enfermedad, alegrías y penas, también iban a
lidiar con un invitado indeseable llamado “crisis”?
De seguro que no. Y nadie le contó que existen cinco
etapas en las que una relación tambalea y se pone a
prueba: A los dos años de casados, con el
nacimiento de los bebés, varios años más tarde, con
la partida de los hijos, que consecuente y finalmente
dejan el “nido vacío”.
3. Además de las cinco etapas críticas toda relación puede presentar
fisuras en cualquier momento. Eso está en función de la capacidad
que los miembros de la misma tengan para sortear esos desafíos.
Cuando se sale de las manos una crisis, el propósito es hacer a la
pareja consciente de ese algo que no está resuelto en cada uno, que
no han perdonado o que no han superado de su propia relación o de
la relación con sus respectivos padres.
Las crisis deben asumirse con actitud positiva, de crecimiento, de
transformación, pues con cada victoria las parejas se fortalecen más.
Y si se les presenta una crisis que los desborda, no dejen de buscar
ayuda psiquiátrica o psicológica, porque una relación se lucha, en las
buenas y en las malas.
Al casarse nadie debe olvidar que uno cede para ganar otras cosas”.
Es decir, hemos cedido la independencia, la libertad total, pero
hemos ganado compañía, afecto, cariño, sexo y la posibilidad de
construir un proyecto de vida juntos.
A continuación hablaremos sobre estas 5 etapas de Crisis dentro del
Matrimonio:
4. 1. La crisis de los dos años
“La crisis de los dos años es regla para quienes no hayan resuelto
la relación simbiótica con los padres, porque les va a costar
asumir a su pareja como su nueva familia, con la que deben
contar para tomar decisiones, planear, etc. Les va a costar
también a las personas que tienen dificultades con el
compromiso, porque se pueden sentir atrapadas en la relación”.
También es la crisis del final de la luna de miel, cuando la química
del cerebro pasa del éxtasis de la novedad a descubrir que ¡Oh,
no! esto era “para toda la vida”.
Otra razón es que no es lo mismo ir a cine, salir a comer y tener
sexo los fines de semana, que convivir juntos, pagar deudas y
tener responsabilidades compartidas.
A las crisis de las primeras semanas o meses, el psicólogo Manuel
Saravia las llama ‘Crisis de la crema dental’, porque versan sobre
hábitos y convivencia.
5. 2. ¿Hasta que los pañales nos separen?
La llegada del primer hijo del matrimonio suele
causar un desfase sexual, a causa del
agotamiento físico de los primeros meses tras el
parto, el gran impacto psicológico de esta
etapa en muchas mujeres y también hay un
cambio en la química de los circuitos cerebrales.
La llegada de los hijos trae conflictos, así ellos
sean la felicidad del hogar: Suele ocurrir que la
madre se vuelca a dar todo su afecto y
atención al hijo y el hombre se siente ignorado.
Otro punto es que los padres se olvidan de su
vida en pareja, abandonan las salidas a comer
solos, el diálogo, la seducción y todo se limita a
quién cuida al niño.
Hay que estar preparados para saber que la
relación de pareja debe reinventarse varias
veces en la vida, en especial después de la
llegada de cada hijo. Ser adultos, madurar,
aceptar el cambio.
6. 3. La crisis de los 7 años. ¿Y ahora?:
Cuando una pareja ronda el séptimo año de casada se
presenta la temida “comenzón del séptimo año”.
Esta época es cuando la relación ha seguido su curso y
se han logrado las metas iniciales que se establecieron
en conjunto. La expectativa de que lo mejor está por
venir se acaba. Cualquiera de los dos siente que ya se
completó el proyecto y no hay nada más por hacer
juntos.
En esta etapa, “cada uno sabe de qué pie cojea el
otro”. En algunos casos se presentan las infidelidades. Se
da un cierto desgaste por la crianza de los hijos y cada
uno ha perdido el encanto de los primeros tiempos.
Lo que puede ocurrir es que el enamoramiento para
ese entonces está agotado, pero si la pareja regó la
plantita del amor, si siguieron siendo novios,
manteniendo el romance, cuidando los detalles y
siendo compañeros no tendría que agotarse porque
hay vínculo afectivo de tipo seguro y han entrado en
sintonía afectiva.
7. 4. La crisis del solsticio:
Es la etapa de los cuestionamientos. Hay quienes
viven este proceso alrededor de los 15 años de
relación y a otros les ocurre hacia los 20 años. Hay
quienes viven una segunda adolescencia y hacen
cosas no por su pareja, sino por sí mismos, como
cambios en su aspecto físico y estilo de vida: “Ellos
quieren un auto deportivo y ellas se aplican bótox”.
Cuestionar las cosas y replantear un proyecto de
vida es fundamental, porque la relación es viva,
dinámica, cambiante y es importante que nos
adaptemos a los cambios. No es lo mismo tener
hijos pequeños a tener adolescentes y esa etapa
puede coincidir con los hijos adolescentes que
mueven muchísimo internamente a los padres.
Es una oportunidad para que los miembros de la
pareja se observen a sí mismos y se cuestionen la
vida, pero no para terminar la relación sino para
replantearla a fin de que satisfaga las nuevas
necesidades no solo como familia sino como
individuo que está entrando a la mediana edad”.
8. 5. El síndrome del “nido vacío”:
Los padres aspiran a que sus hijos sean profesionales,
independientes y exitosos, pero cuando esa realidad llega los hijos
vuelan en búsqueda de su propia vida y empieza el ‘Síndrome del
nido vacío’, ese sentimiento de soledad y abandono que sienten
papá y mamá cuando, de nuevo, son solo dos en casa.
“Cuando una pareja se vuelca hacia los hijos y ellos se van, los
esposos se dan cuenta que se olvidaron de cultivar una relación
de pareja”. Este sentimiento y crisis de soledad se previene
durante la vida en pareja.
“Si durante la crianza la pareja tiene
momentos y espacios para ellos dos,
cuando los hijos se vayan podrán
seguir disfrutando del gusto de estar
juntos. Pero cuando los hijos son el
único objetivo y estos se van, lo que
encuentra cada uno es un
desconocido”.
10. Profesión: “desempleado”
Si el desempleo se prolonga por meses puede
sacar lo peor de cada uno. Hay presión desde lo
económico porque los gastos no dan espera. La
presión trae estrés y, con él, aumento de las
posibilidades de conflicto. Eso sin contar que hay
depresión. Y uno de los dos pierde respeto por el
otro.
11. ¡Bienvenida la jubilación!
La jubilación afecta en la medida en que, si él
trabajó toda la vida y ella se quedó en casa, el
hombre está más de lleno en la casa, se mete en
todo y repara todo, lo que satura a la mujer. Y
cuando la persona no se prepara para la
jubilación, se deprime, se sienten mal, se vuelve
irritable y busca conflictos en el hogar.
12. La adolescencia de los hijos
Es un cambio drástico que
mueve toda la estructura
familiar. Requiere mucha
sensatez, escucha de
todos y cada uno de los
implicados, estar
presentes y dispuestos a
afrontar los cambios.
13. La pareja está en crisis cuando…
Ya no disfrutan de la relación y la convivencia
se vuelve más difícil.
La comunicación disminuye notablemente o
toda comunicación termina en conflicto. Se les
dificulta comunicarse incluso para las cosas
básicas.
La actividad sexual en la pareja tiene un
cambio notorio, ya sea que disminuya o que
desaparezca.
Las agresiones físicas o verbales son continuas y
van en aumento.
Hay indiferencia ante los problemas que surgen
en la pareja.
14. Las crisis se agravan cuando...
Hay constantes, reproches y ofensas incluso cuando se trata
de crisis pequeñas o que en otras ocasiones han podido
solucionarlas.
Cuando empieza a haber mayores faltas de respeto,
indiferencia por las necesidades y sentimientos del otro,
cuando a causa de esto se están evitando las discusiones y
por lo tanto la resolución del conflicto.
Cuando las crisis se están haciendo más continúas y el tiempo
de reconciliación es más tardado, así como los niveles de
sentimientos negativos incluidos en la crisis son exagerados o
aumentan de intensidad con cada crisis.
Cuando no se reconocen los errores aunque estos sean
evidentes, a aun así se sostienen las discusiones, así mismo
cuando se reconocen no hacer ningún intento de reparación
del daño ocasionado.
15. Las crisis se agravan cuando...
Cuando en cada crisis siguen apareciendo intenciones de
cambiar a la pareja, ya sea en la manera de pensar o en
algunas conductas o creencias.
Cuando cada miembro de la pareja empieza a perder el
interés en su pareja y la atención la concentra en su trabajo
o en actividades que hace sin su pareja.
Cuando la relación de pareja se está convirtiendo en una
rutina, se empiezan a perder los intereses, las ilusiones, los
proyectos, la alegría y el sentido del humor.
Cuando la manera de responder genera más estrés y
tensión, que puede llevar a agresiones físicas y verbales.
16. Algunas consecuencias emocionales
de las crisis de pareja:
Síntomas depresivos o depresión.
Alteraciones en el apetito, puede haber aumento o
disminución, lo que trae consigo alteraciones en el peso.
Dificultades en el sueño, esto puede ser debido a la
ansiedad.
Quejas de todo tipo, irritabilidad o por el contrario
pasividad extrema.
Sentimientos de baja estima, inutilidad y culpa.
Dificultades en la atención, lo que lleva a afectar otras
áreas de los miembros de la pareja, como la social y la
laboral.
Suicidios e intentos de suicidio.
17. Referencias bibliográficas:
Tomado de:
http://www.elpais.com.co/elpais/entretenimiento/noticias/
manual-para-sobrevivir-cinco-grandes-crisis-matrimonio
Tomado de: http://terapiaenpareja.mex.tl/477396_Crisis-de-pareja.
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Gracias por
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