3. El sistema nervioso humano desarrolla
todas las neuronas que tendrán en la
semana 20 de gestación.
Las inter neuronas aparecen y se
reproducen para interconectar las
células cerebrales hasta el año de
edad.
Los reflejos primitivos están presentes en
el recién nacido y en el niño menor de
seis meses.
Estos desaparecen a medida que las respuestas posturales, que están
bajo control voluntario, son incorporadas de manera natural dentro del
movimiento y la locomoción.
La evolución de los reflejos primitivos y las respuestas posturales se dan
a nivel próximo distal.
La persistencia de reflejos primitivos y la falta de un adecuado
desarrollo de respuestas posturales normales, son signos de desarrollo
neuromotor anormal.
4. La persistencia de los reflejos primitivos interfiere con los
cambios evolutivos en la postura y el tono muscular,
la adquisición de la posición sedente, posteriormente la
cuadrúpeda y finalmente, la bipedestación y la marcha.
Se habla de retardo en la aparición de la marcha
cuando el niño no logra dar más de seis pasos de
manera independiente a los 18 meses de edad.
5. Dentro de las posibles causas de retardo en
la marcha están:
Retardo en la mielinización.
Defectos óseos osteo articulares
congénitos o adquiridos.
Temor a caerse.
Retardo mental.
Enfermedad neuromuscular.
7. La marcha humana implica un
fino control neurológico que
permite el balance y el
equilibrio, debe superar serias
dificultades mecánicas y
además depende de la
mielinización del sistema
nervioso periférico. Debido a
todo lo anterior, el ser humano
tarda alrededor de 12 meses en
lograr la marcha en
comparación con otros
mamíferos cuadrúpedos que
camina mucho antes.
9. El desarrollo del aparato locomotor
también varía con el crecimiento y la
adquisición de las habilidades motrices.
A medida que el aparato locomotor es
sometido a estímulos provistos por la
acción muscular y por las cargas axiales se
modifica la arquitectura torsional y angular
de los huesos, y finalmente adoptan la
anatomía definitiva .
10. El crecimiento del sistema
musculo esquelético produce
cambios en la forma de caminar
y en el consumo de energía.
El crecimiento longitudinal
de los huesos ocurre en la placa
de crecimiento y es estimulado
principalmente por la
somatomedina, y en segundo
lugar por las cargas a las que es
sometido.
Por otra parte, el poder
muscular depende del diámetro
transverso del mismo, de tal
manera que el aumento neto de
la fuerza muscular esta
directamente relacionado con el
diámetro del mismo.
12. Un ciclo de marcha se inicia cuando el
pie hace contacto con el piso y termina
cuando lo toca nuevamente.
Cada ciclo de marcha consta de dos
fases: apoyo y balanceo.
Fase de apoyo
Fase de balanceo
Rspta a la carga mono podal pre balanceo
13. El espacio entre un contacto inicial y el siguiente contacto
inicial del mismo pie es denominado longitud de la
zancada.
La longitud del paso se define como la distancia longitudinal
entre los dos pies.
La velocidad de la marcha se expresa en centímetros o
metros por minuto.
La cadencia como el número de pasos por unidad de tiempo
Z
A
N
C
A p
D A
A S
O
14. Requisitos de la marcha normal
• Estabilidad en el apoyo.
• Libertad en el balanceo.
• Adecuada preposición del pie al final del balanceo.
• Longitud adecuada del paso.
• Conservación de energía.
En la marcha los huesos son brazos de palanca.
Funcionan gracias a momentos provistos por fuerzas externas y
fuerzas internas.
Durante la marcha normal se requiere generación de energía a
través de fuerzas aceleradoras provistas por la contracción
concéntrica de los músculos.
El principal musculo acelerador de la marcha normal es el
gastrosoleo, seguido por los extensores de la cadera incluyendo los
izquiotibiales, los flexores de cadera y los extensores de rodilla.
17. El SNC controla el cuerpo “como un todo” a través de
posturas globales. Cada una de ellas permite realizar unos
determinados movimientos y no otros. Movimiento y postura
son inseparables entre sí.
El conocimiento de los patrones posturales en cada etapa
madurativa permite utilizarlos como escala de medida para
valorar la normalidad o anormalidad de la motricidad del niño
en un determinado momento de su desarrollo.
Para esto es necesario analizar no solo “lo que hace” el niño,
sino “como” realiza sus acciones motoras (desde que postura
con que grado de enderezamiento, cuáles son sus apoyos,
con que equilibrio, etc.).
18. El primer trimestre
El niño recién nacido en decúbito dorsal muestra
una postura asimétrica y muy inestable.
No puede estabilizar su postura, por lo que sus
respuestas motoras a los estímulos son
exageradas y las realiza de forma global.
Durante los dos primeros meses, todas las
extremidades se encuentran en flexión, la
columna está sin extender en el eje y las grandes
articulaciones esféricas (hombros, caderas) estas
descentradas.
En decúbito dorsal aparece como signo de esa
gran inestabilidad postural el reflejo de Moro.
En decúbito ventral, todas las extremidades están
también en flexión, y los brazos retraídos hacia
atrás, por lo que el niño no puede apoyarse en
ellos para cambiar la cabeza de lado.
19. A partir de las seis a ocho
semanas, el niño empieza a
discriminar y a “interpretar” lo que
ve y oye y es capaz de modificar
su postura para orientar su
cuerpo hacia esos estímulos.
A los dos meses y en decúbito
ventral se inicia la extensión de las
caderas que estaban en máxima
flexión y los brazos empiezan a
salir de su posición primitiva para
acercarse hacia la cabeza.
Es el inicio de la función de apoyo
de los brazos, en relación a la
orientación de la cabeza hacia el
estimulo visual o auditivo que ha
llamado la atención al niño.
20. A los tres meses y en decúbito
ventral, el niño encuentra el apoyo
en los codos como postura.
Desde esta postura puede mantener
la cabeza y los hombros
enderezados en contra de la
gravedad y de forma estable para
orientar su cabeza en el espacio.
La cabeza se convierte a partir de
entonces en “órgano de
orientación”.
Es este el patrón postural global que
define al niño sano de tres meses
colocado en decúbito ventral.
21. El segundo trimestre
A los cuatro meses y medio el niño
es capaz de trasladar el peso de
su cuerpo, que estaba localizado
en el centro, sobre uno de los
codos para extender el otro brazo
en busca de un objeto.
Para ello, tiene que realizar un
ajuste postural previo: flexionar la
pierna del lado del brazo prensor y
rotar la columna dorsal hacia el
codo de apoyo.
22. A los seis meses, el cerebro del niño ha alcanzado un grado mayor en su
maduración global y en su función de controlar la postura del cuerpo hacia la
vertical.
A esta edad, el niño puede pasar, en decúbito ventral, del apoyo en los codos
al apoyo sobre las manos, impulsado por el deseo de ampliar así su campo
visual.
Se trata de un nuevo patrón postural global, en el que las manos están
apoyadas abiertas y con flexión dorsal y radial de la muñeca.
Para ello ha tenido que desaparecer totalmente el reflejo de prensión de las
manos. Los codos se mantienen en extensión relajada.
.
23. También a esta edad, el niño, estando en
decúbito dorsal, descubre visualmente sus
pies y se los coge con las dos manos para
llevárselos a la boca, (coordinación ojos-
pies-manos-boca).
24. El tercer trimestre
En este trimestre, el niño va a descubrir el
espacio superior y se va iniciar la
verticalización.
Desde el decúbito dorsal y a los siete u
ocho meses, consigue pasar de la postura
de enderezamiento sobre las manos a la
posición a cuatro patas, que le permitirá ir
estabilizando el enderezamiento de la
pelvis sobre las rodillas.
También puede colocarse en cuatro
puntos desde la postura de sedestación
lateral.
Aquí todo el tronco esta enderezado en
contra de la gravedad, estando los
apoyos en las rodillas y en las manos
abiertas.
25. A los nueve meses y desde la posición a cuatro
patas aparece el gateo.
Se trata de la primera forma de locomoción humana
y es una marcha cuadrúpeda cruzada.
Un gateo normal, coordinado, debe cumplir los
siguientes requisitos:
Las extremidades se cargan alternativamente y por
igual.
Las manos se apoyan sobre la palma con los dedos
relajados y extendidos.
Los hombros se mantienen en rotación externa y
centrados.
El tronco no se inclina hacia ningún lado y la
columna se mantiene alineada, sin lordosis ni
cifosis.
La pelvis se mantiene horizontal, sin desviarse hacia
la pierna que da el paso.
Los pies se mantienen en el eje de la pierna.
26. También a los nueve o diez meses, el
niño consigue manipular objetos con
ambas manos estando sentado en el
suelo con las piernas semi estiradas.
A esta postura llega el niño desde la
sedestación lateral o desde la
posición a cuatro puntos.
Es decir, en el cerebro han madurado
ya los mecanismos de control postural
que permiten estabilizar el
enderezamiento del tronco en la
vertical desde el apoyo sobre ambos.
27. El cuatro trimestre
Entre los diez y doce meses, el cerebro del niño
consigue controlar el equilibrio del cuerpo enderezado
en vertical sobre la pequeña base de apoyo de los
pies, aunque todavía de forma inestable e inmadura.
A partir de la marcha lateral empieza a ser capaz de ir
soltando los apoyos superiores, primero una mano
(apoyo en tres puntos) y luego ambas manos (apoyo
en dos puntos, bípedo)para empezar a controlar la
marcha bípeda en el plano frontal.
Al inicio, los niños realizan la marcha bípeda con las
piernas separadas y formando una amplia base de
sustentación, con los brazos elevados para mejorar su
equilibrio, con las trayectorias del paso irregulares y
con un escaso acoplamiento entre los movimientos de
paso de una y otra pierna.
Además, la pelvis se mantiene en gran anteversión y
los pies están desviados en leve valgo.
La toma de contacto del pie con el suelo, en la
marcha, lo hacen con el pie en bloque, no
apareciendo todavía la secuencia talón-punta hasta
más adelante
28. Se han descrito tres tipos
de marcha bípeda en el
niño:
La marcha de arrastre, con
muy escasa elevación de
los pies.
La marcha con impulso
más activo, en la que
aumenta la elevación de las
piernas y la longitud del
paso.
La carrera, en la que hay
un momento en que los dos
pies están fuera del apoyo
al mismo tiempo.
29. 1AÑO DE EDAD
Cadencia de 180 pasos por minuto.
Miembros superiores relativamente rígidos, con
los hombros en abducción.
La pelvis inclinada hacia atrás.
Caderas rotadas externamente con flexión y
abeducción. aumentadas.
Rodillas en flexión.
Tobillos en dorsiflexión.
Contacto inicial con la punta y planta.
Porcentaje de apoyo monopodal de 32%
Base amplia
Longitud del paso 43cm.
30. 18 MESES DE EDAD
• LOGRAN EL CHOQUE TALON
• LOGRAN EL BALANCEO
RECIPROCO EN MS
• LA PROGRESION DE LOS PIES
ES MENOS INTERNA
• PROGRESION DE RODILLAS ES
EXTERNA
• BASE DE SUSTENTACION
REDUCIDA
31. 2 AÑOS DE EDAD
• MENOR INCLINACIÓN
ANTERIOR DE LA PELVIS Y LA
ABDUCCIÓN Y LA ROTACION
EXTERNA DE LA CADERA
TAMBIEN DISMINUYEN
PARCIALMENTE
• BALANCEO RECIPROCO DE
LOS MIEMBROS SUPERIORES
• LA FLEXION DE LA RODILLA SE
INCREMENTA
• EL PIE ES PLANO
• EL PORCENTAJE DE APOYO
MONOPODAL ES MENOR DE 34
%
• BASE AMPLIA
• CADENCIA DE 156 PASOS X
MIN
• LONGITUD DE 55 CM
32. 3 AÑOS DE EDAD
• PATRON BIEN ESTABLECIDO
• SE INICIA CON UNA INCLINACION DE LA
PELVIS
• HIPEREXTENSION DURANTE EL APOYO
MONOPODAL
• LONGITUD DEL PASO ES DE 67.7CM
• CADENCIA DE 153 PASOS X MINUTO
34. El examen de la marcha del niño exige
experiencia y paciencia.
Es importante aprovechar los momentos
en los que el niño camina
desprevenidamente, esto ocurre
especialmente en el momento que entra al
consultorio.
Un recurso útil es pedirle que lleve objetos
livianos de un lado a otro, evitando
advertirle que se esta observando su forma
de caminar .
También es importante que el niño este
cómodo y utilice la menor cantidad de ropa.
35. Durante el examen el observador debe mirar al
niño en los planos coronal y sagital .
Debe evaluar en el plano coronal la
reciprocidad y el balanceo de los miembros
superiores, la inclinación y la excursión vertical
del tronco y de los hombros, el nivel de la pelvis
y la inclinación de la misma, los ángulos de
progresión de las rodillas y de los pies, y el eje
de la rodilla y el retropié durante el apoyo .
En el plano sagital debe observarse la movilidad
de la cadera , la rodilla , y el tobillo durante el
contacto inicial .
El examen visual es suficiente para la mayoría
de los niños con alteraciones menores de la
marcha.