1. Diagnostico
Jardín de Niños “Rosaura Zapata”
Grupo: 3° “D”
Educadora Titular: María del Rosario Álamos Álvarez
El grupo cuenta con 25 niños de 5 o 6 años de edad ya cumplidos, dentro de este
salón de clases se pudo observar que son pocas las deficiencias que se tienen ya
que cuenta con el material suficiente para trabajar, así también como las
condiciones son las adecuadas para llevar a cabo la jornada laboral.
Al ser un grupo de tercer grado, los niños se preparan para entrar en la educación
primaria, es por ello que para estos niños es importante aprender a leer y escribir,
aunque para eso se tengan que dejar un poco de lado las actividades divertidas y
novedosas que les permitan aprender de una forma diferente. Durante el día de
observación y ayudantía dentro de este grupo, se pudo detectar algunas pequeñas
problemáticas, como son:
Mala conducta
Falta de comunicación por parte de los padres de familia
Actividades poco novedosas
Ritmos de aprendizaje
Las condiciones del aula son las adecuadas para todos los niños, cuenta con sillas
y mesas exactas para la cantidad de alumnos, así como el material necesario
como: Plastilina, lapiceras, mandiles, crayolas, pinturas, palillos de madera etc.
Fuera de este salón se encuentra la dirección y un pequeño lavadero que les
permite a los niños de este grupo el fácil acceso al agua para poder lavarse las
manos o realizar alguna manualidad.
2. La actitud de la educadora es muy positiva y enérgica, amable y siempre
dispuesta a ayudar a sus alumnos sin dejar de lado las reglas del salón. La
comunicación con ella fue muy buena, se presta para realizar pequeñas
entrevistas además de que es muy accesible y responsable.
Una de las problemáticas más notorias durante la estancia en este jardín fue la
falta de comunicación que existe entre los actores educativos, sobre todo entre las
educadoras y con los padres de familia. La mala organización se debe a esta
problemática y es importante mencionarla ya que afecta de manera directa unos
con otros. El plan de acción en este caso sería planear o propiciar los momentos
adecuados para que tanto las educadoras como los padres de familia y los niños
puedan comunicarse correctamente. Se sabe que si no hay comunicación no hay
aprendizajes, lo que buscamos es que los niños de este grupo y de todo el jardín
se conozcan, hablen y puedan desarrollarse debidamente de manera integral.