Este documento discute la responsabilidad de las izquierdas en la construcción de un patriotismo democrático español. Argumenta que las izquierdas no han forjado una identidad progresista española con la que la mayoría de los españoles puedan sentirse cómodos. También critica que las izquierdas no hayan ofrecido una crítica efectiva al nacionalismo catalán, dejando ese espacio a manos de la derecha españolista. El autor concluye que si las izquierdas no defienden sus propias ideas y una visión alternativa