Factores nutricionales y genéticos que favorecen el aumento de la longevidad en los seres humanos
1. Factores nutricionales y genéticos que favorecen el aumento de
la longevidad en los seres humanos.
RESUMEN
La búsqueda de la vida eterna, no es de hoy, ya desde la antigüedad la longevidad en los seres vivos ha sido
ampliamente investigada y, desde hace muchos siglos, los humanos han tenido entre sus inquietudes el cómo
prolongar su vida. La concretización de esta idea comienza en el tiempo de la alquimia, donde se plantea la
forma de crear un “Elixir de la longevidad”, que mantendría el cuerpo físico por millones de años. En la
actualidad, se han desarrollado numerosas investigaciones con el fin de encontrar la mítica fuente de la
juventud. Algunas han tenido éxito, como un estudio realizado en gusanos donde, gracias a un gen (nhr-80),
se consiguió ampliar sus expectativas de vida en 150% o; algún organismo unicelular resistente capaz de
reparar el daño al material genético, pero de ahí a aumentar la longevidad humana hay un paso.
El propósito de esta investigación fue describir algunos factores nutricionales y genéticos que podrían
favorecer el aumento de la longevidad en los seres humanos; teniendo como hipótesis que ambos factores
son los de mayor incidencia en el retardo del envejecimiento. La investigación permitió determinar que existe
una gran gama de genes (gen Cloto, gen SIRT-1, gen NHR-8/NHs-4, C150T) y alimentos (como los del
género Allium, frutas y verduras que contiene fitoquímicos y el consumo moderado de vino) que favorecerían
la longevidad.
INTRODUCCIÓN
Preservar la juventud y alargar la vida ha sido una búsqueda realizada por el
hombre desde la antigüedad. La longevidad en los seres vivos ha sido ampliamente
investigada por científicos a nivel mundial y, desde hace muchos siglos, los seres
humanos han tenido entre sus inquietudes el cómo prolongar su vida, o vivir
eternamente.La concretización de esta idea se puede pensar que comienza en el tiempo
de la alquimia, donde se plantea la forma de crear un “Elixir de la longevidad”, formado
por una pócima blanca que convertía en plata todos los metales imperfectos y una roja
que transformaba todos los metales imperfectos en oro, y por último, la mezcla de ambos
con ayuda de un ángel que las combina en copas, generaría un elixir de larga vida que
mantendría el cuerpo físico por millones de años.
De ese sueño han pasado doscientos años, pasando por los estudios de herencia
de Mendel (1865) y por determinar la estructura del ADN (1953), gracias a Watson y
Crick, hasta el logro de descifrar el código genético, a través del proyecto genoma
humano (2000).
En la actualidad, se han desarrollado numerosas investigaciones con el fin de
encontrar la mítica fuente de la juventud. Algunas han tenido éxito, como un estudio
realizado en gusanos (Caenorhabditis elegans) al que consiguieron ampliar sus
expectativas de vida en 150% más que sus ejemplares silvestres, gracias a un gen
conocido como nhr-80 (versión en el ser humano nhrs-4) (Goudeau et al., 2011); o algún
organismo unicelular súper resistente capaz de reparar el daño al material genético que
se produce con el paso del tiempo, pero de ahí a aumentar sensiblemente la longevidad
humana hay un paso. Aún así, la esperanza ha sido duplicar la longevidad media del
hombre en este siglo.
Algunos autores (Yamamoto et al., 2005 y Kurosu et al., 2005), se apuran en
concluir que en promedio las personas que tienen una menor temperatura corporal,
niveles bajos de producción de insulina y altos niveles de la hormona
dehydroepiandrosterona sulfato (DHEAs) (Alberg et al., 2000 y Berr et al., 1996), podrían
vivir más años (un 40% más). Según Berr et al., (1996) el descenso en las
concentraciones de DHEAs con la edad, en mayor proporción en varones, se relaciona
con los cambio propios que se generan con el paso de los años. Se ha comprobado que
2. ancianos con una disminución en las concentraciones de DHEAs en la sangre, tienden a
una mayor preponderancia de enfermedades propias de la vejez (cardiovasculares,
demencia, depresión u otra enfermedad senil). Todo esto puede estar relacionado a
factores de índole genéticos, pero también puede tener una relación a malos hábitos de
vida (el estrés, una carencia alimentaria grave, el abuso de dulces y de alcohol). En
relación a los hábitos de vida, varios autores mencionan que la vida se podría alargar si
existe preocupación por tener una adecuada nutrición; por ejemplo: reducir la ingesta de
calorías que activa un gen denominado SIR2 (capaz de frenar el envejecimiento),
consumir alcohol de forma moderada (3 copas de vino al día) e incluir la cebolla y el ajo
en la dieta (Colman et al., 2007; Di Castelnuovo, 2006; Galeone et al., 2006).
Ante la pregunta ¿llegaremos a vivir más años?, la respuesta podría encontrarse
más cerca que los nanobots o una dieta baja en grasas, una restricción calórica o un
consumo moderado de alcohol. Existe un gen llamado Cloto, que podría actuar como
hormona en el organismo de los mamíferos, incrementando la capacidad que las enzimas
tienen para reparar daños. La manipulación de este gen, podría frenar la acción de los
radicales libres que promueven el envejecimiento y que se generan como producto de
desecho a través del proceso de respiración celular, necesaria en las células animales
para obtener energía a partir de la combustión de la glucosa en presencia de oxígeno
(Yamamoto et al., 2005).
La longevidad y el envejecimiento en general dependen de diversos factores de
índole genéticos, nutricionales y ambientales (radiación solar, contaminación atmosférica,
consumo de tabaco, entre otras), algunos de los cuales se investigaron en este trabajo.
En el ámbito molecular, se puede considerar que se trata de un proceso azaroso
resultante del incremento del desorden en los mecanismos reguladores intracelulares e
intercelulares. Ello conduce a que se reduzca la resistencia del organismo a los efectos
ocasionados por la enfermedad y el estrés. De acuerdo a esto, el propósito de este
trabajo fue describir algunos factores nutricionales y genéticos que podrían retardar el
envejecimiento en los seres humanos. Además, de proporcionar datos nutricionales útiles
para mejorar la calidad de vida.
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
I. NUTRICIÓN RICA EN FITOQUÍMICOS
1. Género Allium, el cáncer y la longevidad.
En la actualidad, numerosas investigaciones relacionan el consumo de cebolla y ajo con
la prevención de diferentes tipos de cáncer. Se ha demostrado la existencia de una
asociación inversa entre la frecuencia del consumo de vegetales del Género Allium
(sobretodo ajos que contienen alicina) y el riesgo de sufrir varios tipos de cánceres
comunes (prostático, de la cavidad bucal, faringeo, esófagico, colorectal, mamario,
ovárico, renal y hepático) (Arivazhagan et al., 2004; Oommen et al., 2004; Galeone et al.,
2006 y Chen et al., 2006) Esto se debería a la presencia de Flavonoles (quercetina,
kaempferol y myricetina) que reducen el riesgo de cáncer por su acción antioxidante,
bloqueando el acceso de los carcinógenos a las células, suprimiendo los cambios
malignos en las células, interfiriendo con el enlace de las hormonas a las células,
quelando los metales, induciendo a las enzimas a modificar su carcinogenicidad,
estimulando la respuesta inmune o combinación de estas acciones ( Dwyer, 1996).
3. Dentro de las propiedades de la cebolla se destaca:
Estimulante digestivo. La cebolla cocida, por su alto contenido en agua,
favorecería el proceso digestivo. El consumo diario de cebollas crudas, sería un
excelente desinfectante intestinal, combatiendo la colonización de bacterias y
hongos.
Estimulante del flujo de los jugos digestivos, facilitando la asimilación de alimentos,
especialmente de proteínas.
Neutralizante de ácidos
Disminuye la glicemia
Promueve la secreción interna de las glándulas endocrinas.
Gracias a la presencia de silicio, aumentaría el brillo de los ojos y el cabello y,
daría mayor flexibilidad a las uñas
2. El Alcohol y la salud cardiovascular
No cabe duda que el consumo excesivo de alcohol es dañino y peligroso para la salud.
Las estadísticas indican que la mayoría de los accidentes de tránsito se deben al
consumo excesivo y además, se asocia a diversas enfermedades, incluyendo: infartos,
diferentes tipos de cáncer, pérdida del apetito, deficiencia vitamínica, mala digestión de
alimentos, problemas de piel, impotencia sexual, obesidad, problemas del sistema
nervioso central, pérdida de memoria y desórdenes psicológicos, entre otros.
Sin embargo, ciertas investigaciones señalan que el consumo moderado de alcohol
tendría ciertos beneficios para la salud humana. Los Sardos1 brindan diciendo kent´annos:
salud y vida por 100 años, ellos consumen un vaso de vino de uvas Cannonau diario y al
parecer, esta costumbre sería una de las razones por la cual vivirían mas de 100 años,
aunque esto debe ir acompañado con una dieta rica en frutas, verduras y productos
lácteos, como queso “pecorino” (rico en omega-3). Según Galeone (2006) y Keefe et al.,
(2007), el consumo moderado de alcohol disminuye en un 18% la mortalidad por
enfermedades coronarias, especialmente reduciendo la cantidad de colesterol libre en la
sangre y descendiendo las concentraciones de insulina, de forma diferencial en hombres
y mujeres. Según los autores, para que el consumo de alcohol en el hombre sea
beneficioso, no debería exceder de 4 copas por día, mientras que en las mujeres sólo
sería de 2 por día. Aunque también se menciona que dosis más altas de consumo alcohol
se asocian a una mortalidad creciente. Estos beneficios se debe principalmente a la
presencia de fitoquímicos como los Flavanoles (catequina y epicatequina) que tienen
acción antioxidante, reducen la peroxidación de los lípidos, tienen propiedades
anticoagulantes, antimicrobianas, inmunoestimulantes y reguladoras de la presión arterial
y de la glucemia (Dwyer, 1996)
3. Frutas, verduras y el cuidado general del organismo
Los alimentos, además de aportar nutrientes, contienen una serie de sustancias no
nutritivas que intervienen en el metabolismo secundario de los vegetales: sustancias
colorantes (pigmentos), aromáticas, reguladores del crecimiento, protectores naturales
frente a parásitos y otros. Estas sustancias, que no tienen una función nutricional
clásicamente definida o no son considerados esenciales para la salud humana, pueden
1
Habitantes de Cerdeña, Italia texto extraído de Nacional Geographic: En busca de la eterna juventud (2005).
4. tener un impacto significativo en el curso de alguna enfermedad, son conocidas como
fitoquímicos o sustancias bioactivas.
Las sustancias bioactivas o fitoquímicos se encuentran abundantemente en frutas,
verduras y en los lactobacilos presentes en productos lácteos obtenidos por fermentación
ácido láctica como el yoghurt, leche cortada y verduras fermentadas (ej: el choucroute).
En la actualidad, los fitoquímicos o quimiopreventores, son altamente investigados por la
industria farmacéutica y alimentaria. En la literatura científica, este campo de investigación
se denomina alimentos funcionales o functional foods.
Aunque no se les puede considerar como sustancias esenciales, ya que no se
requieren para el metabolismo, son indispensables a largo plazo para la salud, debido a
que ejercen un efecto protector del sistema cardiocirculatorio, reductor de la presión
sanguínea, regulador de la glicemia y la colesterolemia, reductor del riesgo de cáncer y
mejorador de la respuesta defensivo inmunitario de nuestro cuerpo (tabla 1)
Tabla 1. Algunos fitoquímicos fenólicos y los alimentos que los contienen
Fuente: KING, A and YOUNG, G. Characteristics and occurrence of phenolic phytochemicals. J. Am. Diet. Assoc. 99(2):
214. Feb, 1999
II. GENES RELACIONADOS CON LA LONGEVIDAD
1. El gen Cloto y la resistencia al envejecimiento
El envejecimiento no es más que una respuesta de los organismos a las continuas
agresiones externas e internas que sufren durante toda su vida, y que vienen en forma de
virus, bacterias, fenómenos meteorológicos, la contaminación y la oxidación de los
radicales libres. Esta última causa de envejecimiento es tal vez la más erosiva para un
organismo vivo, ya que la condición de estas moléculas es tal que cuando se oxidan son
tremendamente agresivas para las membranas celulares y para el material genético.
Tantas agresiones hacen que las células mueran poco a poco, y no se renueven. En
relación a esto, varias investigaciones (Kurosu et al., 2005 y Yamamoto et al., 2005) han
constatado que un gen llamado Cloto, actúa como supresor del envejecimiento en
mamíferos. Ellos mencionan que ratones modificados genéticamente han sido capaces de
resistir el envejecimiento (20-30%), gracias a la sobreexpresión que podría frenar la
5. acción de los radicales libres durante más tiempo que en ratones normales. Según Kurosu
et al., (2005) la proteína del gen Cloto suprime el envejecimiento a través de dos
mecanismos distintos: 1) la inhibición de la producción de la insulina y el aumento de la
sensibilidad de ella y 2) un aumento en la resistencia a la acción de radicales libres. Los
resultados también sugieren que este gen sirve como acoplamiento importante entre
estos dos mecanismos contra el envejecimiento.
El gen Cloto se encarga simplemente de dar las instrucciones para sintetizar una
hormona que permite contrarrestar los efectos de los radicales libres. Con esta premisa,
los investigadores alteraron genéticamente un grupo de ratones de laboratorio con el fin
de que Cloto aumentara la producción de la hormona, de manera que hubiese una mayor
concentración en la sangre, y los sometieron a un experimento junto con otro grupo de
ratones no alterados. A ambos equipos se les administró un herbicida letal, observando
que los ratones alterados metabolizaban mucho mejor el veneno que los otros,
presentando graves daños en su ADN, por lo que es de esperar que los ratones alterados
dispusieran de enzimas reparadoras de los daños ocasionados (Kurosu et al., 2005).
Según Kuro-o et al., (1997) una supresión del gen Cloto provoca varios signos
típicos del envejecimiento, señalando que un defecto en la expresión génica de Cloto en
ratones termina con un síndrome que es propio del envejecimiento de humano: reducción
de una vida útil, infertilidad, arteriosclerosis, atrofia de la piel, osteoporosis y enfisema.
Finalmente, se menciona que el producto génico del gen Cloto puede funcionar como la
parte de un sendero señalado que regula el envejecimiento y la mortalidad por
enfermedades relacionadas con la edad.
2. Otros genes de la longevidad
2.1. Gen SIRT-1
Algunos autores indican que la combinación de la restricción calórica con algunas
intervenciones genéticas (eliminar la proteína FOB1) aumentan la longevidad, lo que
resulta por ejemplo en aumentar las expectativas de vidas en “cepas de levaduras”.
Además, los resultados de restricción de calorías en una extensión de vida útil mayor en
las células que carecen tanto de Sir2 y Fob1 que en las células donde Sir2 está presente.
Estos hallazgos indican que Sir2 y la restricción de calorías en las vías paralelas
promueven la longevidad en la levadura y, quizás, eucariotas superiores.
2.2. Gen NHR-8/NHs-4
Varias investigaciones han estudiado un poderoso gen de la longevidad en el
nemátodo Caenorhabditis elegans y en la mosca Drosophila melanogaster que podrían
ayudar a los seres humanos a luchar contra enfermedades ligadas a la vejez como el
cáncer, la osteoporosis o los procesos neurodegenerativos. Se trata del NHR-80 un “gen
maestro” que poseen que transmite información a otros muchos genes a los que regula.
La sobreexpresión del mismo en gusanos de laboratorio alarga su vida hasta cerca de
150 por ciento más que la de los especímenes salvajes. El NHR-80, cuya versión en el
ser humano es el NHs-4, se activa gracias a una hormona que aún no se ha podido
identificar y que los científicos buscan en sus estudios poder descubrir (Yamawaki et al.,
2010; Goudeau et al., 2011)
6. 2.3. Genes del ADN mitocondrial de leucocitos (C150T)
Observando el ADN mitocondrial en los glóbulos blancos, se descubrió que el 17%
de los individuos tenía una mutación específica llamada transición C150T, frente al 3,4%
de 117 personas menores de cien años. Esta mutación cambia el lugar en que comienza
a reproducirse el ADN mitocondrial, y quizás eso pueda acelerar su replicación,
permitiendo al individuo sustituir moléculas dañadas más rápido. Es posible que en el
proceso de réplica estas moléculas se vean menos dañadas por la oxidación. Para ver si
la mutación es hereditaria, el equipo estudió células de la piel recogidas de los mismos
individuos con nueve y diecinueve años de diferencia. En algunos casos, ambas muestras
revelaron que la mutación ya existía, mientras que en otros apareció o fue cada vez
mayor durante los años intermedios, estos resultados sugieren que algunas personas
heredan la mutación de su madre, mientras que otros la adquieren a lo largo de su vida
(Zhang et al., 2003; Coskun et al.,2003)
De acuerdo a todas la investigaciones analizadas en este estudio, se podría determinar
que se está muy cerca de conseguir el gran sueño de los hombres antiguos y el anhelo
de muchos “encontrar el elixir de la eterna juventud”. Algunos autores proponen un rango
de vida cercano a los 140 años, pero a la luz de estos descubrimientos surge una nueva
pregunta ¿qué hará el ser humano con tantos años de vida?. La respuesta a esta
pregunta se puede encontrar en nosotros mismos al cambiar el estilo de vida y en la
sociedad, creando instancias propicias para ello; ya que este es un problema de
valoración: vivir más, pero con “calidad de vida”.
Según la Nacional Geographic2, los secretos de una vida larga se encontrarían en:
Beber vino tinto con moderación
Consumir frutas, vegetales, legumbres, granos enteros y alimentos ricos en
omega-3
No fumar
Tener motivación en la vida
Moderar la carga laboral para disfrutar de la familia y amigos
Mantenerse activos y socialmente vinculados
Cultivar la fe.
Hoy en día y en un tiempo no muy lejano, las personas alcanzaran una mayor
sobrevida, teniendo el lema “envejecimiento satisfactorio”. Por lo tanto, la preocupación
debe ir enfocada a mejorar la “calidad de vida” para ellas. Algunas medidas para lograr
dicho objetivo tienen relación con:
Rectificar la imagen negativa de la vejez, ya que esto es una cuestión cultural y se
soluciona con una educación que involucre a todas las generaciones.
Permitir que las personas de mayor edad tengas posibilidades de tener un trabajo
digno, con sueldos que permitan llevar esa vida de forma más placentera, porque
no basta con conseguir la prolongación de nuestras vidas (aspecto físico), sino
que también debe existir una mejora en la calidad de vida (aspecto social).
2
En busca de la juventud: conclusiones obtenidas a partir de estudio realizado por demógrafos para la nacional geographic,
relacionado con focos de longevidad encontrados en Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón) y California (Estados unidos).
7. Promocionar estilos de vida saludables (no fumar, alimentarse bien y mantenerse
activo físico, mental y socialmente durante toda su vida), evitando con esto la
discapacidad.
Finalmente, garantizar una vida de calidad a personas longevas es un nuevo reto para
las sociedades actuales, que seguirá cobrando importancia en el contexto de la
cooperación de los países más desarrollados hacia los menos desarrollados y debe estar
en las agendas políticas y estatales de todos los países durante la próxima década.
CONCLUSIÓN
De acuerdo a las investigaciones analizadas, tener una vida larga y saludable no es un
accidente. Dentro de los factores con mayor incidencia se destaca la genética y los
hábitos de vida, principalmente los nutricionales.
- Los alimentos ricos en fitoquímicos poseerían propiedades antioxidantes que
favorecerían el retardo del envejecimiento, previniendo además la presentación de
diversas enfermedades relacionadas con la edad.
- Se ha determinado la existencia de diversos genes responsables del envejecimiento
celular, por lo tanto, su manipulación permitiría prolongar la vida del ser humano.
- Tanto a nivel personal como a nivel de sociedad, se debe tener presente que no sólo es
importante retardar el proceso de envejecimiento, sino que además esto debe ir
acompañado por una serie de medidas que permitan envejecer con una adecuada calidad
de vida.
BIBLIOGRAFÍA
1. Alberg, A., Gordon, G., Hoffman, S., Comstock G., Helzlsouer K. (2000). Serum
Dehydroepiandrosterone and Dehydroepiandrosterone Sulfate and the Subsequent
Risk of Developing Colon Cancer. Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention Vol.
9, 517-521.
2. Berr, C., Lafont, S., Debuire, B., Dartigues J., Baulieu, Etienne-Emile. (1996).
Relationships of dehydroepiandrosterone sulfate in the elderly with functional,
psychological, and mental status, and short-term mortality: A French community-
based study. Proc. Natl. Acad. Sci. Vol. 93, pp. 13410-13415.
3. Colman, R., Nam, G., Huchthausen, L., Mulligan J., Saupe, K. (2007). Energy
Restriction-Induced Changes in Body Composition Are Age Specific in Mice.
American Society for Nutrition J. Nutr. 137:2247-2251.
4. Coskun P., Ruiz-Pesini Eduardo, and Wallace Douglas C. (2003) Control
regionmtDNA variants: Longevity, climatic adaptation, and a forensic conundrum
PNAS 100(5)
5. Di Castelnuovo, A., Costanzo S., Bagnardi V., Benedetta, Maria, Iacoviello L.,
Gaetano G. (2006). Alcohol Dosing and Total Mortality in Men and Women. Arch
Intern Med. Vol.166 (22):2437-2445.
6. Dwyer, J. (1996) Is there a need to change the American Diet? In: Dietary
Phytochemicals in Cancer prevention and treatment. Adv. Exp. Med. Biol. 401:189-
198.
8. 7. Galeone, C., Pelucchi, C, Levi F, Negri E, Franceschi S, Talamini R, Giacosa A, La
Vecchia. (2006). Onion and garlic use and human cancer. American Journal of Clinical
Nutrition, Vol. 84, No. 5, 1027-1032.
8. Goudeau J, Bellemin S, Toselli-Mollereau E, Mehrnaz Shamalnasab, Yiqun Chen,
Hugo Aguilaniu (2011). Fatty Acid Desaturation Links Germ Cell Loss to Longevity
Through NHR-80/HNF4 in C. elegans. PLoS Biol 9(3).
9. Kurosu, H., Yamamoto, M., Clark, J., Pastor, J., Nandi, A., Gurnani, P., McGuinness,3
O., Chikuda, H., Yamaguchi, M., Kawaguchi, H., Shimomura, I., Takayama, Yoshiharu J.,
Herz, C., Kahn, K., Rosenblatt, R., Kuro, M. (2005). Suppression of Aging in Mice by the
Hormone Klotho. Science Vol. 309. no. 5742, pp. 1829 - 1833
10. Keefe, J., Bybee K., Lavie C. (2007). Alcohol and Cardiovascular Health. J Am Coll
Cardiol, Vol. 50:1009-1014.
11. Kuro-o, M., Matsumura Y, Aizawa H, Kawaguchi H, Suga T, Utsugi T, Ohyama Y,
Kurabayashi M, Kaname T, Kume E, Iwasaki H, Iida A, Shiraki-Iida T, Nishikawa S, Nagai
R, Nabeshima YI. (1997). Mutation of the mouse klotho gene leads to a syndrome
resembling ageing. Nature. 6;390(6655):45-51.
12. Oommen S, Anto RJ, Srinivas G, Karunagaran D. (2004) Allicin (from garlic)
induces caspase-mediated apoptosis in cancer cells. Eur J Pharmacol. 2004 Feb
6;485(1-3):97-103
13. Yamamoto, M., Clark J., Pastor J., Gurnani, P., Nandi A., Kurosu, H., Miyoshi, M.,
Ogawa, Y., Castrillon D., Rosenblatt K., Kuro-o M. (2005). Regulation of Oxidative
Stress by the Anti-aging Hormone Klotho. J. Biol. Chem., Vol. 280, Issue 45, 38029-
38034.
14. Yamawaki T., Berman J. Suchanek-Kavipurapu, Monika., McCormick M., Maria Gaglia
M. Lee, Seung-Jae Cynthia Kenyon (2010) The Somatic Reproductive Tissues of C.
elegans Promote Longevity through Steroid Hormone Signaling PLoS Biol 8(8):
e1000468. doi:10.1371/journal.pbio.1000468
15. Zhang J., Asin-Cayuela J., Fish J., Michikawa Y., Bonafe M., Olivieri F. Passarino G.
De Benedictis G. Franceschi C. and Giuseppe Attardi (2003) Strikingly higher frequency
in centenarians and twins of mtDNA mutation causing remodeling of replication
origin in leukocytes PNAS 100(3)
Cibergrafía:
http://www.institutobiologico.com/caseros/cebolla.htm última rev. jueves 01 de
Septiembre 2011
http://www.farmaceuticonline.com/cast/familia/alcohol_beneficis_c.html última rev.
jueves 01 de Septiembre 2011
http://www.senado.cl/prontus_senado/site/artic/20070328/pags/20070328102106.html