GUIÓN DEL DOMINGO 1º DE ADVIENTO CON LOS SIMBÓLICOS APROPIADOS. CICLO B. DIA 30 DE NOVIEMBRE DEL 2014
1. Domingo 1º - ADVIENTO
30 de noviembre de 2014
MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos: bienvenidos a este encuentro de fe y
de fraternidad.
Iniciamos un nuevo Año Litúrgico y, con él, un
nuevo Adviento: tiempo de gracia y esperanza.
Ésta es la invitación: vivir en actitud vigilante,
despiertos. Él, el Señor Jesús, quiere crecer
dentro de nosotros, curar nuestras heridas,
enderezar nuestros caminos y preparar su Reino.
Merece la pena aprovechar y vivir este tiempo
con intensidad.
Dios se hizo presente ya en la Navidad de su Hijo, pero sólo unos pocos le
recibieron. Él viene a nuestro encuentro en su Palabra, en los sacramentos,
en los acontecimientos que vivimos, en cada hombre y mujer. ¡Atentos!
Permanezcamos despiertos, sin dormirnos, no vaya a ser que no le
reconozcamos cada vez que se nos acerca.
Iniciamos con esta actitud esta celebración inaugural del Año Litúrgico.
EL PREGÓN DEL ADVIENTO (En lugar de la de homilía)
Nota: Conviene darle una significación especial; de hecho, la tiene. Cada
Comunidad verá el momento para realizarlo, si al comienzo de la
celebración, o después de la escucha de la Palabra y de la homilía.
PREGON DE ADVIENTO - 1
Hombre de hoy,
¿dónde has puesto tus ojos,
dónde tienes tu esperanza?
Hombre de hoy,
¿dónde tienes la meta de tu caminar?
Tienes hambre de todo y nada te sacia.
Tienes, tienes, tienes...
y tu tener no te da felicidad.
Te prometen y sigues decepcionado.
“Estad atentos y
vigilad” (Mc 13, 33)
2. Hombre de hoy,
¡abre los ojos a lo que no esperas!
Mira, por los montes llega un hombre frágil,
sin apariencia especial.
Mezclado con los pecadores
se bautiza como uno de tantos
y nadie reconoce su don.
Sólo el Bautista confiesa:
“Soy yo el que tiene que ser bautizado,
no tú, autor del bautismo”.
Este hombre frágil es el brote
que Dios ha sembrado entre los hombres
para que germine el Reino prometido.
Hombre de hoy,
escucha tu sed y tu hambre siempre insaciables
y abre tu corazón a lo nuevo.
Todo lo nuevo está dentro de Él.
No lo busques en tener,
ni lo busques en palabras que sabes que nunca se cumplen.
Hombre de hoy,
escucha tu soledad
y déjate encontrar por Aquel que viene a buscarte
en la fragilidad del silencio,
en la promesa que anuncia:
“Dios quiere al hombre. Hoy se acuerda de él”.
MONICIONES A LAS LECTURAS
1ª Lectura: Isaías 63, 16-17; 64, 1. 3-8
Según el texto del Antiguo Testamento que vamos a proclamar, el pueblo
de Israel anhelaba la presencia de Dios para recobrar el sentido de sus
vidas; esperaban que Él les sacara de la rutina en la que vivían. Por eso, el
profeta Isaías ruega a Dios que rasgue los cielos y venga cuanto antes a
salvarlos. El Dios que rasga los cielos y desciende no es un Dios ocasional,
episódico; es el “Dios-con-nosotros” que viene a estar en el centro de
nuestra existencia. Es un Dios que no exige ni pide cuentas, sino un Dios
que se nos da, se entrega sin reservas. Acogemos este hermoso mensaje.
3. 2ª Lectura: 1 Corintios 1, 3-9
El apóstol Pablo, en la carta a la comunidad de Corintio, profundiza en el
sentido de la espera; y es que mientras se espera, es necesario dar
testimonio de aquello que se ha vivido y experimentado. Esto es, la
NUEVA VIDA lograda por medio de Cristo, el Señor. Todo ello será
posible porque Dios es fiel, concluiré el apóstol. Acogemos su testimonio.
Evangelio: Marcos 13, 33-37
El evangelista Marcos nos hace hoy una llamada a la vigilancia porque el
Señor se está acercando. No podemos ni dormirnos ni desentendernos; hay
que estar alerta. No podemos delegar en nadie el encargo de vigilar y
trabajar. Sólo así podremos descubrir y vivir diariamente su presencia en
nuestras vidas y en nuestro mundo. Escuchamos.
ORACIÓN DE FIELES
Y como respuesta a la Palabra que Dios nos ha dirigido hoy,
presentamos al Señor nuestras oraciones y plegarias. Estamos
seguros de que Él nos ha de escuchar, pues no le es indiferente
nuestra suerte y nuestros caminos.
1.- Por nuestra Iglesia, que su preocupación por los más pobres y
desfavorecidos le lleve a ser lámpara encendida que ilumina las esperanzas
de los hombres. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2.- Por las autoridades y gobernantes de todos los países del mundo, para
que busquen siempre promocionar y alentar a los movimientos que luchan
a favor de la justicia, la paz y la libertad. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3.- Por los hombres y mujeres que caminan por la vida sin meta ni objetivo,
para que encuentren al Dios que nos mantiene despiertos y nos llama a la
vida en plenitud. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4.- Por todos los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, para que sus
dolores no apaguen en ellos nunca la esperanza. ROGUEMOS AL
SEÑOR.
5.- Por nosotros y por nuestra comunidad, para que en este Adviento
vivamos despiertos en la fe, firmes en la oración y atentos a las necesidades
de los hermanos. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Nota: ofrecemos diversos “SIGNOS” que nos parecen posibles, “fáciles”
y que expresen el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana en el
Adviento.
PRESENTACIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO
SE ENCIENDE LA PRIMERA VELA DE LA CORONA DE
ADVIENTO
(Una vez todos sentados, se acerca quien preside hasta la corona,
situada delante del altar o sitio bien visible, y enciende el primero de los
velones, que corresponde a este primer domingo de Adviento. Tras ello,
dice la siguiente monición-oración).
ORACIÓN - EXPLICACIÓN: Padre nuestro, en el inicio del Adviento,
queremos hoy encender la primera vela de esta corona, como signo de la
luz que alumbra nuestra esperanza. A la vez, queremos hacer de ella la
señal de nuestro permanecer despiertos y con los ojos del corazón abiertos
para leer todos los signos y rastros de tu venida y de tu presencia entre
nosotros. Que no se nos escape, Señor, nada de lo que nos habla de Ti. Que
no se embote nuestra sensibilidad para sintonizar contigo allá donde Tú
estés.
PRESENTACIÓN DE UN SUEÑO, UN DESEO, UNA
ESPERANZA Y UNA ORACIÓN
(Hacen la ofrenda un niño, un joven, un matrimonio y un anciano).
ORACIÓN - EXPLICACIÓN:
El NIÑO: Señor, yo te traigo un sueño infantil: que el mundo sea
como nuestros juegos, un ámbito de fraternidad e igualdad.
El JOVEN: Por mi parte, te traigo, Señor, un deseo: que el hombre
y la sociedad sólo se muevan desde la verdad.
El MATRIMONIO: Nosotros, que vivimos mirándonos en
nuestros hijos, te ofrecemos una esperanza: que el clima de las
relaciones entre los hombres sea la paz.
El ANCIANO: Yo vivo, Señor, marcado por el pasado y tocando
con las yemas de los dedos el futuro. Por eso, te traigo mi oración:
perdona cuanto retarda tu venida definitiva y haz que el sueño del
niño, el deseo del joven y la esperanza de nuestro matrimonio, por
5. la fuerza de tu gracia, lleguen a ser una realidad.
6. la fuerza de tu gracia, lleguen a ser una realidad.