la Eucaristia es una Fiesta-Explicación para niños
Evangelio 4 de julio 2010
1. Desde el primer momento, Jesús se rodea de amigos y colaboradores. La llegada del reino de Dios está pidiendo un cambio de dirección en todo el pueblo, y esto no puede ser tarea exclusiva de un predicador particular. Es necesario poner en marcha un movimiento de hombres y mujeres salidos del pueblo que ayuden a los demás a tomar conciencia de la cercanía salvadora de Dios. Jesús enseña a confiar en el amor solícito de Dios y en la acogida mutua entre hermanos. Lo que se respira junto a Jesús es inusitado, algo verdaderamente único. Su presencia lo llena todo. Él es el centro. Lo decisivo es su persona, su vida entera. Vive perdonando, liberando del mal, amando apasionadamente a las personas por encima de toda ley, y sugiriendo a todos que el Dios que está irrumpiendo en sus vidas es así: amor insondable y sólo amor. José Antonio Pagola. “ Jesús: aproximación histórica”. Lucas 10,1-12.17-20 // 14 Tiempo Ordinario –C- Autora: Mariasun Gutiérrez. Música: Bruch. Adagio.
2. Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: –La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. Lucas es el único evangelista que narra la misión de los setenta y dos. Intenta hacer ver la legitimidad y responsabilidad misionera de todos, no sólo de los Doce. Ante la misión, nadie está de más. Limitar el encargo de anunciar el evangelio a sacerdotes, religiosos y misioneros, es falsear y empobrecer la palabra, el deseo y la recomendación de Jesús. Pedir, rogar, es tomar conciencia de las necesidades de los demás y poner los medios para remediarlas. Es confiar en Dios y asumir nuestra misión y nuestra responsabilidad. Las indicaciones de Jesús siguen siendo válidas para nosotros: pobreza, acogida, decisión, no violencia...
3. ¡Vayan ! Yo los envío como ovejas en medio de lobos. Es una invitación a vivir de tal manera que todas las personas puedan descubrir que la bondad, la amistad, la acogida, la alegría, la solidaridad, la ternura, la paz... existen, y que la vida, a pesar de todo, merece la pena.
4. No lleven dinero, ni alforja ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. No hay duda de que la pobreza, la austeridad, son un testimonio elocuente y condición necesaria para una auténtica evangelización. Es un dato históricamente comprobado que el afán de eficacia, recurriendo al poder, al dinero, hasta a las armas, desvirtúa y corrompe los más puros y auténticos valores evangélicos. Jesús nos invita a seguirlo con el único equipaje que necesitó Él, la palabra y el ejemplo. Junto con una gran valentía y una profunda libertad. Él no utilizó el dinero para influir ni la fuerza y el poder para imponer.
5. Al entrar en una casa, digan primero: ¡Que descienda la paz sobre esta casa! Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. Desear y trabajar por la paz, curar, compartir vida y mesa más allá de prejuicios y escrúpulos legales son modos concretos de hacer visible la cercanía del Reino que trae salvación, rompe fronteras y libera de todo lo que oprime y deshumaniza .
6. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: “El reino de Dios está cerca de ustedes”. Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: “¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Jesús nos invita a ser liberadores de todas las enfermedades de nuestro mundo. A ser personas sanadoras, bálsamo, medicina y consuelo, constructores de paz. El mensaje puede ser mal recibido, pero en la actitud de quien lo comunica no puede faltar, comprensión, apertura, bondad..., en coherencia con lo que se quiere comunicar. También existe la posibilidad de que el mensaje sea rechazado porque lo que se anuncia no es el Evangelio de Jesús.
7. Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca. Les aseguro que en aquel día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad. Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: –Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre. Que ya está llegando el Reino de Dios es la buena noticia que hay que anunciar. Jesús lo repite dos veces en este texto señalando que es el núcleo del mensaje. La misión, hacer presente la buena noticia con el testimonio y la vida, ser instrumentos de Jesús y poder colaborar en su causa, produce la mayor alegría, la alegría propia del Reino.
8. Jesús les dijo: - Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones, y para vencer todas las fuerzas del enemigo, y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo. La Palabra es poderosa y eficaz ante los poderes que oprimen a los seres humanos. Tenemos la seguridad de que en Jesús, con nuestra disponibilidad y colaboración, Dios ha decidido acabar con el mal. La fuente de nuestra alegría no está en las obras realizadas ni en el triunfo personal, sino en la seguridad de sabernos y sentirnos hijos queridos, acogidos y protegidos por el Padre. Todo lo demás... es secundario.
9. Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré mi corazón lleno de nombres. Poema de Pedro Casaldáliga, El Tiempo y la Espera, 1986.