Carmelo Gallardo - Procesos regionales para la seguridad alimentaria y nutric...
Revista GTCCJ - Seguridad y Soberanía Alimentaria
1. SEGURIDAD Y SOBERANÍA ALIMENTARIA
Una contribución desde lo local para transitar hacia la soberanía alimentaria.
La Asociación ECO Feria: Apoyando en la seguridad alimentaria urbana.
Entrevista: Adalberto Koop y su visión sobre los recursos naturales.
Lanqaya: Plantando tunas en lugares antes impensables.
Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia.
Cambio Climático y Soberanía Alimentaria.
MAYO 2013 - Año IV
GRUPO DE TRABAJO CAMBIO CLIMATICO Y JUSTICIA
2. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
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2
Derechos de autor: Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia - GTCCJ]
www.ccjusticiabolivia.org
Producción y Edición:
GTCCJ – Regional Cochabamba
Institución Anclaje: Fundación AGRECOL Andes
Urbanización “El Profesional”, pasaje F Nº 2958,
Telf./Fax 4423636 – 4423838, Int. 7
Casilla 1999
Cochabamba - Bolivia
Editor:
Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia – GTCCJ
Regional Cochabamba
Diseño y Diagramación:
Nestor Silvestre, Enrique Rodríguez y Dennis García
Impresión:
IMPRENTA J.R.
Cochabamba, Bolivia Mayo de 2013
EDITORIAL
La crisis civilizatoria en la cual se halla inmersa la humanidad, que tiene entre algunas de sus
manifestaciones la crisis económica, la crisis climática y la crisis alimentaria, han puesto en evidencia
la irracionalidad del modelo capitalista y de lo que se ha venido a llamar “desarrollo”. Más aún,
cuando se invierten miles de millones de dólares para revertir la situación económica, para sacar
adelante y estabilizar el sistema financiero y convencer a la sociedad mundial que este modelo es
todavía viable. No obstante, en el otro lado de la medalla y por efecto de la deshumanización, la
desmaterialización de la economía, la mercantilización de la naturaleza, el total irrespeto a la vida
y la decadencia del propio sistema, se deterioran las condiciones ambientales y se profundiza la
situación de hambre a nivel mundial. Cada día, existen millones de personas que sufren inseguridad
alimentaria, sin posibilidad ni libertad de satisfacer sus necesidades básicas de alimentación.
El informe de la FAO del 2011 sobre inseguridad alimentaria afirma que, aunque se lograra alcanzar
el Objetivo de Desarrollo del Milenio el año 2015 respecto a reducir el hambre en el mundo en un
50%, todavía existirían más de 600 millones de personas en los países en desarrollo que padezcan
hambre. Asimismo, el informe del 2010 mencionaba que a pesar de haber reducido el número de
personas subnutridas los datos siguen siendo inaceptables, principalmente en países en desarrollo
(cerca de 1000 millones de personas con hambre). Por otro lado, existe todo un marco internacional de
reconocimiento al derecho a la alimentación desde 1948, ratificado en 1966 por el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU. Se reconoce el derecho fundamental de
todo ser humano de estar protegido contra el hambre.
Esto nos lleva a afirmar que más allá del reconocimiento de los derechos e indicadores propuestos,
independientemente de si se alcanza o no los ODM u otros objetivos, estos no son garantía de que
las condiciones se reviertan. Por el contrario, ocultan y distraen la atención sobre los aspectos
estructurales que están detrás de dicha situación: la pobreza, el marginamiento, la exclusión, la
injusticia, el deterioro de las condiciones ecológicas, ambientales, climáticas y, en definitiva, el
modelo civilizatorio con sus nefastos impactos sobre la vida. En ese sentido, resulta fundamental
cuestionarnos qué hacemos como sociedad, como civilización, como consumidores y productores,
como gobiernos, como tomadores de decisiones, como organismos e instituciones, como seres
humanos sensibles ante el sufrimiento de otros seres humanos, para revertir esta situación, para
acabar con la pobreza y el hambre en el mundo. El que exista un niño o niña, una mujer o cualquier
ser humano que no pueda satisfacer sus necesidades de alimentación no es ético, no es justo, no es
correcto ya que resta posibilidades y condiciones para el “Vivir Bien”.
Por tanto, hablar de seguridad y soberanía alimentaria en un contexto de Cambio Climático, supone
necesariamente el definir y asumir un sistema alimentario alternativo, diferente a aquel fundamentado
que gira en torno a las grandes empresas transnacionales, a la economía mundial con sus poderosos
intereses y al sistema de libre comercio. Supone garantizar la producción de alimentos sanos,
producción de bajo impacto energético que recupere la diversidad, el conocimiento y costumbres
Esta es una publicación del Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia – GTCCJ Regional Cochabamba
que puede ser reproducida por cualquier medio de información y/o comunicación siempre y cuando la
fuente sea citada.
3. Contenido
Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
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Editorial.
PÁG 6 a 7 Una contribución desde lo
local para transitar hacia la soberanía
alimentaria.
La soberanía alimentaria debe estar plenamente
respaldada por acciones y propuestas, que
materialicen el acceso a alimentos y de recursos
para producirlos.
PÁG 8 a 10 Entrevista a Adalberto Koop y
su visión sobre los recursos naturales.
Pensar en todo lo que Bolivia produce es una
tarea no muy sencilla, más aún analizar la visión
de los productores y los movimientos sociales
respecto a nuestros recursos naturales.
PÁG 11 a 14 Seguridad y Soberanía
Alimentaria en Bolivia. Entre avances y
espejismos.
A pesar de los avances en materia de legislación
y declaraciones regionales, quedan muchos
desafíos a nivel individual y colectivo en la
construcción de una verdadera SSA para las
poblaciones más vulnerables de Latinoamérica
y el mundo.
PÁG 15 a 16 Lanqaya. Platando tunas en
lugares antes impensables.
Un caso de adaptación al cambio climático. La
comunidad de Lanqaya-Potosí nos cuenta su
experiencia.
PÁG 17 a 20 Cambio Climático y Seguridad
Alimentaria.
¿Cómo se puede pensar en seguridad alimentaria
cuando ésta depende de los cambios que el
clima pueda tener a mediano y largo plazo?
¿Qué nos exige? ¿Qué implica?
PÁG 21 a 22 La Asociación ECO Feria:
Apoyando en la seguridad alimentaria
urbana.
Viendo que el pequeño productor y
transformador, urbano o rural de productos
ecológicos, no contaba con un espacio propio
para comercializar sus productos, la Fundación
AGRECOL Andes desarrolló el proyecto
denominado la “ECO Feria”.
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[ Ante el Cambio Climático,
¡JUSTICIA!]
tradicionales, así como el relacionamiento equilibrado con la naturaleza, pero que también garantice
el acceso y la distribución de los mismos a través de la comercialización y el intercambio justo. Es
decir, fortalecer los sistemas locales, la pequeña producción agropecuaria, la economía rural, la
agricultura urbana, la diversidad de la producción, la comercialización en ferias locales, la educación
para una alimentación sana, de manera que se produzcan suficientes alimentos, de calidad y con
menor impacto ambiental. De esta manera, se entiende el ejercicio de la soberanía alimentaria como
el derecho que tiene cada país de elegir su camino, su sistema y sus políticas en materia alimentaria.
Recogiendo esta diversidad de miradas sobre la Seguridad y Soberanía Alimentaria y su relación con
el Cambio Climático, se presenta una contribución desde lo local, para transitar hacia la soberanía
alimentaria, recopilando reflexiones en torno a la necesidad de potenciar la conservación de los
recursos naturales e integrar los conocimientos locales y principios de solidaridad, entre otros. Dicho
artículo se enriquece con la entrevista a Adalberto Kopp respecto de su visión sobre los recursos
naturales, los impactos de la revolución verde y los diferentes roles de la pequeña agricultura familiar
campesina y la agroindustria en torno a la alimentación. Reflexión a la cual se suma el artículo sobre
Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia, el cual analiza la realidad alimentaria del país, los
resultados y la trascendencia de la Declaración de Cochabamba con motivo de la 42º Cumbre de la OEA
sobre “Seguridad alimentaria con soberanía en las Américas”. También se presenta un artículo sobre
seguridad alimentaria y cambio climático, donde se describe la situación de inseguridad alimentaria
municipal en Bolivia, los altos riesgos que significa en términos de la salud y bienestar social y la
profundización de los mismos por efectos del cambio climático. Destaca que dicha situación y los
eventos climáticos ponen en riesgo las condiciones y capacidades de las sociedades para alimentar
a sus poblaciones. Estas visiones globales se enriquecen con miradas y experiencias locales, como
la experiencia en Lanqaya, comunidad del Norte de Potosí, donde el aprovechamiento de las nuevas
condiciones que genera la variabilidad climática, a través de la plantación de tunas, brinda una
respuesta de adaptación por medio de la diversificación de la producción local, antes impensable.
Finalmente, se describe la experiencia de la ECO Feria como una iniciativa de comercialización
ecológica y un espacio vital de inter-relacionamiento entre productores y consumidores donde
destacan la combinación de tres aspectos clave: brindar productos sanos, proporcionar educación e
información al consumidor y fortalecer los sistemas participativos de garantía.
Esta revista, más allá de agotar los temas de seguridad, soberanía alimentaria y cambio climático,
busca motivar la reflexión e impulsar la acción, en defensa de la Vida, la Alimentación y la Justicia,
como principales alternativas que pueden contribuir al “Vivir Bien”.
4. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
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PROPUESTAS
Una contribución desde lo local
para transitar hacia la soberanía
alimentaria
Nancy Georgina Camacho Rojas
Plataforma Nacional de Suelos
nancy.camacho@agrecolandes.org
El director del
Departamento de
Desarrollo Agrícola
y Rural del Banco
Mundial, a propósito
de una posible alza de
precios de los alimentos
indicaba que “El
mundo posee alimentos
suficientes, pero por
supuesto no podemos
predecir el clima y si algo
extraordinario ocurre,
podríamos encontrarnos
en una situación difícil
nuevamente”.
En este sentido, los datos del BM muestran que los
costos de los alimentos en general son más altos
pero, aún no llegan a los niveles históricos del
2007/08; que llevaron a millones de personas a la
pobreza ante el alza generalizada de los precios
de alimentos al mismo tiempo que se disparaba el
precio del petróleo, se acrecentaba la producción
y uso de los biocombustibles, la incidencia de la crisis
climática sobretodo en poblaciones vulnerables
y las subida del precio de granos que desataron
protestas violentas.
La última subida en los precios de los granos debido
a la crisis climática, se produce en momentos de
crisis financiera global, la Unión Europea está sumida
en problemas y el desempleo es el más elevado
de los últimos años. Por su parte, el poder fiscal en
los países más pobres es erosionado, por tanto su
capacidad para importar alimentos será limitada.
A esto se suma que más de 1.100 millones de
personas carecen de acceso al agua potable y
2.600 millones a servicios de saneamiento básico. El
uso y el abuso de los recursos hídricos cada vez más
valiosos se han intensificado considerablemente
en las últimas décadas y se ha llegado a un punto
en que la escasez de agua, la degradación de su
calidad y la destrucción del ecosistema marino
amenazan el desarrollo humano y la estabilidad
política. Al escasear los recursos hídricos, podrían
aparecer nuevas formas de tensión entre países
que comparten ríos y lagos (PNUD, 2009).
La gente necesita el agua tanto como el oxígeno: sin
ella no podría existir la vida. Pero además, el agua
también preserva los sistemas ecológicos y forma
parte de los sistemas de producción en los que se
basan los medios de sustento (PNUD, 2009). Fruto de
las quemas de bosques, con el consecuente cambio
en el uso del suelo y la propia contaminación, se
acelera la escasez de este elemento en cantidad y
en calidad. Por tanto, los acuíferos del mundo están
disminuyendo lo que incide en una disminución de
áreas irrigadas.
Otro fenómeno mundial que atenta contra la
producción de alimentos y la soberanía alimentaria
es el avance de la erosión y la desertización de
los suelos a causa de factores hídricos, eólicos,
topográficos y antrópicos. En Bolivia, el 40% de
los suelos están erosionados o en proceso de
desertificación. La erosión y desertificación también
se asocia al incremento de la temperatura y ésta a
la deforestación.
En consecuencia, debemos estar conscientes que
el agua junto a los recursos como los suelos y la
biodiversidad silvestre y cultivable son entes que
dinamizan y catalizan procesos humanos y naturales.
En las zonas alto andinas de Bolivia, las familias
campesinas sufren la transformación de los ciclos
de precipitaciones pluviales sumado a ello, esta
la topografía ondulada de zonas irregulares,
con pendientes abruptas y pequeñas planicies,
degradadas.
Y aunque la crisis climática y económica afecta de
manera global, es responsabilidad de todos y cada
uno de nosotros, trabajar y proponer alternativas
desde lo local. Estamos claros que la soberanía
alimentaria, en tanto sea entendida como una
opción y posición política, por sí sola, no logrará
garantizar el acceso a alimentos; por tanto, debe
estar plenamente respaldada por acciones y
propuestas, que materialicen el acceso a alimentos
y de recursos para producirlos.
En este sentido planteamos:
1. Transitar hacia otro modelo productivo que
potencie la conservación de los recursos naturales
La Soberanía alimentaria plantea modelos de
producción que se integran en los territorios en los
que se desarrollan. Se internaliza a la agroecología
como pilar que contribuye a materializar la Soberanía
Alimentaria, siendo ésta una ciencia que integra
e involucra a las personas, es decir, considera los
usos y costumbres, la conservación, recuperación
y revalorización de conocimientos y los recursos
naturales suelo-agua-biodiversidad, promueve el
uso eficiente de la energía; en consecuencia, se
trata de potenciar acciones y fortalezas endógenas
antes de exógenas.
2. Integrar conocimientos locales y recupera la
solidaridad
Durante décadas y fruto de la aplicación e
implementación de la revolución verde y la
industrialización hemos perdido conocimientos
locales asociados a la convivencia y el trabajo con
la madre tierra y el hombre. Estos conocimientos
son vitales para generar sinergias, innovación y
creatividad, en los territorios locales.
La tendencia actual es el de generar individualismo y
desconfianza.Enmuchascomunidadescampesinas/
indígenas, continúan vigentes relaciones sociales
de solidaridad y reciprocidad, que han permitido
a estas sociedades desarrollarse y evolucionar;
incluso en procesos económicos en los que las
sociedades urbanas, hemos estado desposeídos.
Por ejemplo, en la década de los 70 y 80’ y en la
que el país, atravesada por una crisis económica y
política, común en toda América Latina; debido a
la deuda externa; las familias campesina/indígenas
superaron sin dificultades esta amenaza.
3. Fomentar la réplica y la receptividad
Trabajar en la socialización de los aportes y
beneficios de una Agricultura Sostenible con
enfoque agroecológico, hacia los productores, la
sociedad y en particular hacia los decisores políticos
y consumidores. De este modo valorarán lo que
comen y el trabajo que se realiza para producirlos,
además, de los beneficios para el medio ambiente.
4. Impulsar canales alternativos para la
comercialización de productos.
En nuestro entorno local, municipal y nacional ya
existes medios y espacios para la comercialización
por ejemplo, la venta directa en parcelas, ferias
locales, semanales, de barrio; ferias especializadas
como las ecológicas, las expo-ferias, relacionarnos
con los pequeños comerciantes, con comedores
escolares (desayuno escolar), hospitales y hoteles.
5. Profundizar en procesos organizativos, avivando
el fortalecimiento de plataformas.
Debemos profundizar en procesos organizativos, de
intercambio de conocimientos y experiencias
y de formación de plataformas que nos permitan
andar este proceso de manera sinérgica y en
alianza. Desde estas alianzas, se requiere mantener
una fuerte estrategia y de incidencia política
que favorezcan el desarrollo de una Agricultura
Sostenible, con enfoque agroecológico. Esto
implica, un proceso de incidencia y participación
política, en los espacios políticos, en los movimientos
sociales y en los medios de comunicación.
Bibliografía
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una agricultura sustentable/CLADES. Lima, Perú:
CIED/Secretariado Rural Perú-Bolivia. 1997.
ALTIERI, Miguel; NICHOLLS, Clara C.I. Conversión
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producción: teoría, estrategias y evaluación.
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revistaecosistemas.net/pdfs/457.pdf. 2007.
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BISANG, Roberto; CAMPI, Mercedes. Un desafió
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y desigualdad social. En: http://www.revistacts.
net/files/Portafolio/documento_final_hambre_
tecnologia_desigualdad. 2009.
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DESARROLLO. Informe temático sobre desarrollo
humano: la otra frontera, usos alternativos de
recursos naturales en Bolivia.2009
ELÍAS, Bishelly. Crisis alimentaria mundial, ¿lo peor
ya ha pasado?. En http://cipca.org.bo/index.
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&dir=DESC&order=date&Itemid=35&limit=5&limitsta
rt=5. 2008 .
FAO. El estado de la inseguridad alimentaria en el
mundo. La erradicación del hambre en el mundo:
evaluación de la situación diez años después de la
Cumbre Mundial sobre la Alimentación. 2006.
5. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
9
8
Entrevista
Adalberto Koop. Su visión sobre
los Recursos Naturales.
Entrevista realizada por:
Daniel C. Cruz Fuentes
Fundación Gaia Pacha
gaiapacha@gaiapacha.org
Adalberto Kopp (AK) fue el coordinador de la publicación
“Organizaciones indígenas campesinas y soberanía
alimentaria” impulsada por el CESA (Centro de Servicios
Agropecuarios y Socio-comunitarios). La presente
entrevista aborda algunos temas que parten de esta muy
importante contribución a la literatura boliviana sobre un
tema cuyo debate ha sido retomado en el país.
Daniel Cruz (DC). En el libro hablas como las sociedades
rurales han sido desestructuradas por efectos de la
Revolución Verde, ¿cómo ha sido el efecto en nuestro
país?
(AK) El impacto en Bolivia, es el mismo que en todas partes,
de repente no es tan desastroso como en otros países
más poblados; porque acá la población rural, claro que
se van a la ciudad pero no todos, ese es un cliché. Con
la Reforma Agraria desde principios de los años 50 hasta
la actualidad la población rural ha aumentado de dos
millones a tres millones y la población urbana ha crecido
de uno a seis millones pero este proceso natural de la
humanidad no hay que verlo negativamente.
Ahora obviamente hay un impacto de la Revolución
Verde (RV), no ha sido tanto en el altiplano pero sí ha sido
tremendamente fuerte en la Amazonía y en la Chiquitanía,
más todavía donde se expandió muchos subsidios
financiamiento de proyectos agroindustriales por parte
del Banco Mundial (BM). Este fenómeno producido por
el BM con mucha presión y después de unas experiencias
ecológica y socialmente desastrosas en Paraguay y Brasil,
llega a Bolivia con la “novedad” del monoproducto para
abastecer el mercado de los alimentos balanceados.
Una parte se usa en las pollerías y chancherías en Bolivia
pero la mayor parte para la exportación. A eso se agregó
muy pronto la producción de biodiesel en base a la soya,
es decir estos productos no aportan significativamente
al sistema alimentario, sino va para alimentar vacas,
chanchos, pollos. Transformar lo vegetal en carne, bajo el
punto de vista de alimentación no es muy recomendable;
pero ahora ni eso sino se exporta para que los brasileros
produzcan diesel porque tienen una larguísima tradición
en alcohol industrial en base al azúcar y diesel en base a
la soya.
Todos esos ya son efectos contemporáneos “neoliberales”
de la RV, se ha desviado completamente y nunca ha sido
accesible a los pequeños agricultores, como vemos
en el oriente ha producido una concentración tremenda
de la tierra a lo cual no contribuye la cuestión no resuelta
de la propiedad agraria, es decir si es privada, en estas
regiones es objeto de un crudo comercio de alquiler por
cinco años hasta que el brasilero haya hecho pampa
el bosque y desierto de los suelos, eso está todavía en
plena vigencia. Y a esto tienen un acceso muy indirecto
y difícil algunos colonizadores, de cada diez familias una
sigue adelante, las otras nueve engruesan las filas del MST
(Movimiento sin Tierra) porque pierden sus tierras en base
a crédito, maquinaria, insumos externos y los pequeños
productores no resisten eso; un año entra el agua del Rio
grande, otro el Piraí, todos esos años de cosecha perdida
y también tierra perdida, la empeñan contra la ley, esos
son los efectos en Bolivia, no tan negativo en la región
andina, la RV y sus misionarios más se han fijado en la
tierra y sus bosques que tienen que desaparecer.
(DC) ¿Cuál es la relación actual del gobierno y el sector
campesino con el sector agroindustrial?
(AK) Hay personas que conocen muy bien el tema, que son
simpatizantes de la Agricultura Familiar Campesina (AFC)
por el aspecto social, ambiental pero en lo productivo no
confían para nada, dicen que los pequeños agricultores
con sus tecnologías ancestrales están nomás atrasados
(…) Entonces estos estudiosos donde se usan estadísticas,
se puede poner a sus estudios el título, “crónica de una
muerte anunciada” para los agricultores familiares, y eso
no es cierto. Como dije las poblaciones rurales en números
absolutos han crecido entonces el campo boliviano no
puede estar tan abandonado como dicen. Segundo es
un pésimo servicio a los pequeños agricultores, porque
si tú estableces una competencia entre agroindustria
y AFC, ¿quién pierde?; si tú haces una carrera entre
motocicleta y una bicicleta, ¿quién pierde?. Es absurdo
hacer una comparación así, es cierto que la agroindustria
le está restando algunos rubros a la agricultura familiar,
pero el mismo Viceministro de Desarrollo Rural (Víctor Hugo
Vásquez) dice que no podemos nosotros alimentarnos
de cuatro productos, porque la agroindustria produce
mucho, pero (…) produce pocos productos: soja que
no sirve para la alimentación,
azúcar que es mejor que los
bolivianos consuman menos
azúcar, maíz duro para
alimentar pollos, no es el maíz
que comemos en el plato
paceño obviamente (…) y la
parte ganadera la dejamos a
un lado.
Entonces eso es una
alimentación unilateral y
muchas veces perniciosa,
grasosa, hormonizada y muy
dulce; produce un problema
que ya lo tenemos en EEUU, el
Alto por ejemplo tiene tasas de obesidad y de diabéticos
muy similares a los de EEUU, bueno los alteños se han
“modernizado” y todo eso viene de la agroindustria, de
ella nos vienen los productos que consumimos todos los
días, y que además nos gustan, entonces eso no va a
desaparecer y como lo haría con sus lechugas, acelgas y
papas, aparte de los cachivaches que también se venden
ahí. Entonces tampoco van a desaparecer los agricultores
familiares, y ellos, o más bien dicho ellas, las agricultoras
que cada vez tienen más responsabilidad, que siempre
la tuvieron ¿no?, en la producción y alimentación de
sus familias y comunidades. Ellas están plenamente
conscientes “no tenemos ganas de desaparecer”.
En una conferencia de la Vicepresidencia dije: “si hay,
relativamente, cada vez menos gente en el campo,
estos agricultores tienen un mercado creciente en las
ciudades”. Lo malo es que estas estadísticas, que son
la base de los llamados estudios de los muy críticos de
la política alimentaria de este gobierno, se basan en los
datos de los agroempresarios. Haber dime un estudio de
las acelgas, sobre las cebollas, hay pero muy de pasada,
hay algunas ONGs que han hecho estudios muy serios y
puntuales y eso hay que encadenar. En la agroindustria
no hay diversidad, hay una uniformidad desde cobija
hasta Tarija y utilizan cualquier tipo de suelo y clima para
sus pocos cultivos uniformados porque su tecnología
es totalmente uniformizante aparte de ser monopólica
entonces ellos pueden producir donde sea menos en los
valles porque ahí están pendientes de hasta 50 grados y
tampoco el altiplano por su calidad de suelos y clima. En
cambio la agricultura familiar campesina es tan diversa
que un estudio que hagas en Coraimes ya no vale para
Yaquiaviri en pleno altiplano, el clima del Lago es
diferente al clima de Lipez y en los valles ni que hablar.
Estoy un poco soñando que las ONGs y por supuesto el
gobierno eventualmente podrían hacer un buen servicio
a los agricultores de hacer visible esta agricultura;
porque la invisibilizan con las malditas estadísticas de
los agroindustriales que copia el INE, el ministerio de la
agricultura copia del INE y las ONGs “estudiosas” copian
del ministerio de agricultura, entonces es un
círculo vicioso, siempre las mismas cifras y
productividad; por ejemplo un error de estos
estudios: todos meten todo al mismo saco;
meten papa y azúcar, fruta con productos
agroindustriales, entonces calculan un
volumen y el Ministerio está un poco con
esta racha y dice “vamos a llegar a 14
mil millones de toneladas de alimentos”.
Ojo, yo diría, aunque existe una ley contra
toda clase de discriminación, aquí hay que
discriminar entre productos que van a la
olla y las que van al alambique; me explico,
productos que se comen y productos
que se transforman en agrocombustible.
Si tú dices 14 mil millones de toneladas
eso es volumen, no comemos volúmenes, ni toneladas,
ni kilos, comemos especies alimentarias. Ahí no hay la
d i s c r i m i n a c i ó n
necesaria. Estos
estudios tampoco
dicen, otra vez la
dificultad, lo que
corre por cuenta
de los agricultores
familiares y lo
que corre por
a g r o i n d u s t r i a
en cuanto a
productos que
llegan a parar en
esta olla o la de
los restaurantes.
Yo creo que ahí
hay que tomar
una posición más
distante, mas
alegre también.
Felizmente en Bolivia cuando la gente de la ciudad incluso
va almorzar ahí al restaurante busca y se alegra cuando la
comida que consuma sea lo mas boliviano posible, claro
que también hay gente que esta totalmente dependiente
de la “hotdoqueria” o de la pollería de la esquina, y eso
es alimentación no sana, pero aun así no hay porque
entonar cantos fúnebres de ninguna manera, y ahí vuelvo
a lo que quería demostrar, no es cuestión de hacer una
competencia entre agroindustria que tiene sus funciones
y hay que criticarla en cuanto a sus daños ambientales,
en cuanto a su conexión con el negocio de tierras,
[ Con la Reforma Agraria
desde principios de
los años 50 hasta la
actualidad la población
rural ha aumentado
de dos millones a tres
millones y la población
urbana ha crecido de
uno a seis millones pero
este proceso natural de
la humanidad no hay que
verlo negativamente...]
7. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
13
12
Otra de las características de la situación alimentaria
en Bolivia consiste en la escasa información confiable
o ausencia de datos que permitan evaluar el estado
nutricional de la población. El último Censo Nacional
Agropecuario realizado en 1984, bajo la presidencia
de Hernán Siles Suazo, constituye el referente más
cercano de información sobre hectáreas cultivadas,
tipos de cultivos, tipos de propietarios, formas de
propiedad, rendimientos agrícolas y producción
ganadera a nivel desagregado que al menos
llegue a lo municipal o provincial para todo el país.
Si bien existen algunas encuestas y proyecciones
estatales que brindan información agregada a
nivel departamental y nacional, éstas resultan
muy generales e insuficientes. Ni que decir de la
información sobre el consumo de alimentos, pues la
última encuesta nacional que arrojó datos completos
y confiables del altiplano, valles y llanos, se realizó en el
año 1962 (SVEN, 1989). Sin embargo, algunos estudios
cualitativos sobre hábitos alimenticios por región
muestran que los principales productos consumidos
en la región del altiplano son: papa, chuño, quinua,
habas, pescado y la carne de cordero o de llama; en
el Valle: maíz, papa, trigo, verduras y carne de vaca;
y en los Llanos: arroz, plátano, maíz, frijoles y carne de
vaca (FAO, 1990). Cabe aclarar que estas diferencias
regionales desaparecen en los centros urbanos por
influencia del mercado, las vías de acceso a otros
productos y los subsidios a productos agro-industriales
nacionales e importados. Como resultado, en las
ciudades consumimos más pan, fideos, azúcar, arroz,
aceite, bebidas gaseosas y la denominada “comida
chatarra”.
Según los Perfiles Nutricionales por Países que maneja
la FAO (2001), el nivel de seguridad alimentaria
en Bolivia se caracteriza por “una producción
de alimentos insuficiente y compensada por la
importación y la ayuda alimentaria, provocando
una importante, aunque decreciente, dependencia
externa del país”. Mientras que en
las ciudades se padece de hambre
oculta o malnutrición debido a
los malos hábitos alimenticios
adquiridos, en las áreas rurales,
con una alimentación basada
en el autoconsumo, existe un
fuerte riesgo de inseguridad
alimentaria por causa de los bajos
rendimientos agropecuarios.
Resulta paradójico que siendo
un país “megabiodiverso” con
una amplia gama de alimentos
sumamente nutritivos (ver Tabla 1),
nuestros esfuerzos se concentran
en importar productos extranjeros,
subvencionar los monocultivos,
volver a los agricultores más
dependientes y vulnerables; en vez
de apostar por la diversificación,
la descentralización y el
fortalecimiento de los mercados
internos.
Reflexiones sobre la Declaración de Cochabamba
El 5 de junio de 2012, con motivo de la 42° Cumbre
de la OEA realizada en Tiquipaya-Cochabamba,
se aprobó la Declaración de Cochabamba
sobre “Seguridad Alimentaria con Soberanía en
las Américas”. Aparentemente, este documento
rescata las propuestas y aspiraciones de los
pueblos, organizaciones sociales y organismos no
gubernamentalesdelospaísesmiembros.Sinembargo,
quedan muchos vacíos e incongruencias, algunos de
los cuales se expondrán a continuación.
El documento introduce la declaración con principios y
conceptos muy positivos pero ambiguos. Por ejemplo,
al referirse a la Madre Tierra no se menciona el respeto
y valor ético que implica este concepto para los
pueblos originarios de donde procede. Simplemente,
se reconoce que “es una expresión común utilizada
para referirse al planeta Tierra en diversos países y
regiones”. De esta manera, una concepción ancestral
sagrada se reduce a un sinónimo internacional.
Asimismo, cuando se reconoce “la importancia
primordial de incrementar y mejorar las inversiones en
investigación y producción de alimentos”, el hecho de
no aclarar el tipo de investigación y producción a la
cual se refiere implica el apoyo a la agroindustria y la
manipulación genética.
Además, a pesar de que Bolivia intentó consolidar el
concepto de “soberanía alimentaria” con apoyo de
sus aliados sudamericanos como Venezuela, Ecuador
y Nicaragua, no logró llegar a un acuerdo con
Estados Unidos, Canadá, Chile y Barbados. Para estos
últimos no existe suficiente claridad en el concepto
o simplemente temen que promueva intereses
proteccionistas. Vaya hipocresía de gobiernos con
políticas agrícolas sumamente proteccionistas!!!
Tabla 1. Contenido nutritivo de diferentes alimentos*
Alimentos Calorías Proteína Calcio Hierro
Vitamina
A
Vitamina
C
Rivoflamina
Camote 116 1,2 41 0,8 39 10 0,5
Cebada 370 18,8 84 6,1 --- 0 0,01
Chuño 323 1,9 92 3.3 0 1,1 0,04
Coca 304 19,9 2097 9,8 16,57 1,4 1,72
Frijol 330 22,5 97 7,5 1 mcg 2,1 0,44
Haba 343 24,3 67 6,7 1 4,7 0,27
Kiwicha 377 13,5 236 7,5 -mcg 1,3 0,01
Maíz 315 8,4 6 1,7 2 0,7 0,16
Plátano 300 3,1 29 3,9 100 1,3 0,12
Quinua 374 13,6 56 7,5 --- 0,5 0,03
Tarwi 103 48 191 19,3 44 --- 0,6
Trigo 336 8,6 36 4,6 0 4,8 0,08
Zapallo 80 1,6 20 1,2 108 2,6 0,08
Fuente: Elaboración propia, basado en Ayala (2004) en PETROPRESS N° 29 (2012)
*Valores referenciales en 100gr.
Entre los veinte puntos que componen la declaración
en sí resalta el hecho de que, a pesar de las buenas
intenciones por mejorar la seguridad alimentaria en
la región, no se cuestiona en absoluto el modelo de
desarrollo que provocó la crisis alimentaria mundial.
Un modelo basado en las leyes del mercado, la
industrialización y la idea del crecimiento sin límites.
Por el contario, a lo largo del texto se consolida “la
importancia de la modernización e innovación
tecnológica para incrementar la producción y la
productividad”, “la promoción de transferencias y
donaciones de alimentos”, y el “fomento de un sistema
de comercio internacional abierto”. Sin mencionar
que en ninguna parte se cuestiona el grave impacto
de los transgénicos en la salud, la biodiversidad, la
agricultura familiar y la seguridad alimentaria de los
pueblos. Es más, la propuesta boliviana para incorporar
los principios del “Saber Alimentarse para Vivir Bien”
resulta válida solo “para los países que lo reconocen”
y las disposiciones planteadas son asumidas “según
cada Estado Miembro estime apropiado”. Todo esto,
deja la amarga sensación de impotencia ante estas
cumbres magnas únicamente útiles para la redacción
de pronunciamientos a la medida de los intereses
transnacionales. Entonces, cabe preguntarse: ¿Vale
la pena seguir legitimando acuerdos que permiten
a cada país seguir haciendo lo que le parezca?
¿Hasta cuándo seguiremos el juego de la diplomacia
permisiva frente a las injusticias globales?
Apesardeestepanoramadesalentadorexistenalgunos
aspectos positivos como el apoyo y fortalecimiento de
los pequeños agricultores para mejorar la seguridad
alimentaria. También está el fomento de acciones
para la gestión de riesgos asociados a los desastres
naturales y la adaptación al cambio climático.
Asimismo, el compromiso de preservar las tradiciones,
variedades y culturas alimentarias locales puede
favorecer políticas de recuperación y fomento de
productos tradicionales así como las culturas culinarias
de los pueblos originarios. En este sentido, uno de
los efectos positivos más rescatables de todo este
proceso consiste en el interés generado en las familias,
pueblos y organizaciones sociales por recuperar una
alimentación saludable basada en mecanismos de
reciprocidad como el ayni, el trueque o intercambio
justo, la diversificación productiva y el respeto por
la Madre Tierra a través de la producción
agroecológica.
En este sentido, el Programa NINA y la Asociación de
Instituciones de Promoción y Educación, formularon
una propuesta de ley marco denominada “Comer
Bien Para Vivir Bien” (AIPE y Programa NINA, 2012). Este
documento propone un “enfoque agroecológico y
sustentable en el marco de la recuperación de saberes
locales y libre de transgénicos”. Contrariamente, la Ley
de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria
N° 144, en sus artículos 15 y 19 abre la posibilidad
para el ingreso de transgénicos, aunque de manera
regulada, en el territorio boliviano. Pues, esperemos
que en el espíritu de la Constitución Política del Estado
y la Declaración de Cochabamba se imponga la visión
“libre de transgénicos” en ambas legislaciones. Sin
embargo, la experiencia nos enseña que no basta con
tener declaraciones o leyes idealmente redactadas,
si éstas no se plasman en reglamentos igualmente
positivos, ágiles y efectivos en su ejecución.
Quizás el aprendizaje más importante que nos dejó
la 42° Cumbre de la OEA consiste en la constatación
del poco impacto que tienen estos eventos magnos
en las poblaciones más vulnerables a la inseguridad
alimentaria. Lamentablemente, los grandes discursos
y las buenas intenciones suelen estancarse en las altas
esferas donde se proclaman, volviendo estéril todo
el esfuerzo y trabajo de las organizaciones sociales,
campesinas, instituciones y actores de base. Es por eso
que el mayor desafío consiste en trabajar la SSA desde
las comunidades productoras, mercados campesinos
y urbanos, mano a mano con los agricultores
productores y los consumidores, con experiencias
concretas, exitosas y replicables.
Semillas que toca sembrar
El tema de la SSA seguirá vigente en las agendas
políticas regionales e internacionales. Todavía quedan
temas de fondo sin resolver como: la inversión pública
en la pequeña agricultura familiar (asegurando la
tenencia y acceso a tierra), la regulación de precios
justos para los pequeños agricultores, la participación
de los consumidores en las políticas productivas de su
país, la dependencia tecnológica y la ausencia de
planes de prevención frente a desastres naturales. En
el caso de Bolivia, la falta de información actualizada
seguirá siendo sin duda uno de los factores limitantes
para nuestro desarrollo agropecuario sostenible.
Pese a que el INE propuso realizar el tercer Censo
Agropecuario conjuntamente con el Censo Nacional
de Población y Vivienda, no se realizó este importante
escrutinio de datos necesario para la formulación de
políticas estatales adecuadas.
[ “En Bolivia tenemos una gama de
alimentos sumamente nutritivos que
deben ser revalorados y potenciados
para asegurar la seguridad
alimentaria de nuestra población.]
8. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
15
14
EXPERIENCIAS
Lanqaya.
Platando tunas en lugares antes impensables.
Un ejemplo de adaptación al cambio climático
María Omonte
Juvenal Ramírez
Yesmina Cruz
Vecinos mundiales
momonte@wn.org
El cambio climático no es un secreto para nadie en
estos tiempos de crisis no solo climática, sino global.
Según registros oficiales, en los últimos 100 años,
la temperatura promedio del aire de la superficie
terrestre aumentó 0.74º C a escala planetaria, de
hecho, el siglo XX fue el siglo más caliente que se tiene
registrado y la década de 1990 fue la década más
caliente de los últimos 1,000 años. Las estimaciones
de la NASA y del National Climatic Data Center en
2011 muestran que 2005 y 2010 fueron los años más
calurosos desde que las mediciones instrumentales
fiables están disponibles a partir de finales del siglo XIX,
superando las temperaturas alcanzadas en 1998 por
unas centésimas de grado.
Por otro lado, en el
reporte anual hecho
por el IPPC1
indica que
es probable que la
temperatura global de
la superficie, aumente
entre 1,1 a 6,4 °C durante
el siglo XXI. La misma
fuente, señala que los efectos del cambio climático
para América Latina podrían ser devastadores,
afectando principalmente las fuentes de agua dulce
y la biodiversidad en fauna y flora.
En Bolivia, los efectos que se prevén son: Retroceso
en los glaciares, inundaciones, sequías, granizadas
y la intensificación del Fenómeno de El Niño y La
Niña. Los sectores más vulnerables serían: Seguridad
alimentaria, salud, agricultura, infraestructura, recursos
hídricos, biodiversidad2
y desertificación3
, entre otros.
La zona andina boliviana es especialmente vulnerable
al cambio climático, principalmente porque los
hogares rurales no tienen ninguna capacidad de
ahorro monetario para poder enfrentar situaciones
de pérdida de sus cultivos, ganado, casas y otras
pertinencias como consecuencia de desastres o
fenómenos locales que afectan su producción.
Por otro lado, la revolución verde que ha llegado
a las comunidades andinas a través de técnicos
formados en este paradigma y por los negocios de la
casas de venta de insumos, han creado en muchas
familias una creciente dependencia de la compra de
semillas, fertilizantes y agroquímicos para enfrentar los
crecientes problemas productivos generados en parte
por estos mismos insumos4
.
Sin embargo, estas poblaciones al mismo tiempo tienen
un gran capital de conocimiento, de tecnología, y
prácticas de organización social que han desarrollado
en muchos siglos, enfrentando los riesgos climáticos
de la agricultura de montaña y en zonas con una
variedad de fenómenos climáticos adversos. Algunas
familias han adquirido prácticas de la agricultura
sostenible que coadyuvan a la adaptación y a
disminuir su vulnerabilidad frente al cambio climático5
.
Este es el caso de la Comunidad de Lancaya en el
Norte de Potosí.
La comunidad de Lancaya, perteneciente al Ayllu
Chiru, Municipio de San Pedro de Buena Vista, alberga
a 25 familias quienes cultivan sus parcelas utilizando
insumos y tecnologías tradicionales para garantizar su
sobrevivencia. Las parcelas están situadas en un rango
de altitud de 3500 a 4000 msnm, lo que los expone a
los efectos adversos de fenómenos naturales tales
como sequía, helada, granizo, inundaciones, plagas,
enfermedades, entre otros.
Como dice Don Domingo Ramos: ¨El tiempo ya está
cansado y ya no es como antes, cuando hace frio hace
mucho frio y cuando es calor
hace mucho calor, de igual
manera cualquier rato está
lloviendo nomas o a ratos se
pierde la lluvia¨. Comunidad
Lancaya. Agosto, 2011.
Vecinos Mundiales (VM),
empezó a trabajar con esta
comunidad en el año 2005,
cuando se alentaba a las
familias a producir haba
(Vicia faba) y tarwi (Lupinus
mutabilis) a fin de mejorar la
alimentación y economía
familiar, además de la
fertilidad de los suelos.
[ “El tiempo ya está
cansado y ya no es
como antes, cuando
hace frio hace mucho
frio...”]
Por ahora, la atención nacional e internacional se
concentra en el “grano de oro de los Andes”. Este
año 2013, fue declarado el Año Internacional de la
Quinua (AIQ) por las Naciones Unidas, con el objetivo
de “centrar la atención mundial sobre el papel de la
biodiversidad de la quinua y su valor nutricional en la
seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza
en apoyo al logro de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio”. En este entendido, tanto Bolivia como Perú
aseguraron la exportación de quinua en grandes
volúmenes. Sin embargo, para lograr esto se requiere
aumentar la producción a base de maquinaria, agro-
insumos y la consecuente pérdida del modo de vida
y cultivo tradicional de la quinua, sin mencionar los
efectos adversos en la fertilidad de los suelos. También
debemos preguntarnos si el AIQ ayudará a resolver
primero las necesidades alimenticias de las regiones
productoras, que paradójicamente son las más
vulnerables a la inseguridad alimentaria en Bolivia
según el Programa Mundial de Alimentos (PMA, 2008).
La responsabilidad de garantizar la SSA de nuestros
pueblos no solamente recae en el gobierno central.
También la sociedad civil, las organizaciones sociales
y las naciones originarias participan activamente
desde la producción, fomentando prácticas de
cultivo sostenibles en armonía con la Madre Tierra,
acortando las cadenas de intermediarios para que
los pequeños productores sean reconocidos por su
trabajo. Por nuestra parte, los consumidores tenemos
la responsabilidad de conocer el origen de nuestros
alimentos y apoyar el consumo de alimentos nutritivos,
tradicionales y sanos.
Bibliografía
AIPE y Programa NINA. 2012. Propuesta de Ley Comer
Bien para Vivir Bien, Sumaj Miqhuy Miqhuna, Askin
Sumaj Manqáña, Yakaru Kavi. Documento de Trabajo.
2da Versión En: http://www.aipe.org.bo/public/
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Ayala, Guido. 2004. Aporte de los cultivos andinos a la
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1. Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático - IPCC, 2007
2. EuropeAid. Cambio Climático en América Latina, 2009.
3. Samaniego, J. L. Cambio climático y Desarrollo en América Latina
y el Caribe: una reseña. (2009).
4. Pienpenstok, A. Maldonado, R. El Tiempo ya no es como antes.
Mapeo de actores, percepción y adaptación al Cambio Climático
en áreas rurales de la región andina – Bolivia. 2010. Pág. 20.
5. IBID Pág. 31
9. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
17
16
Opiniones
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Y CAMBIO CLIMÁTICO
Tania Ricaldi Arévalo
CESU-UMSS/Fundación AGRECOL
taniaricaldi@yahoo.es
En el actual contexto de crisis mundial (financiera,
energética, alimentaria y socio-ambiental), cobra
mayor fuerza la preocupación, sobre un derecho
que reconoce la necesidad básica fundamental
de las poblaciones, la capacidad de alimentarse
y de decidir sobre su alimentación, las condiciones
actuales evidencian que las sociedades tienen
cada vez menor control sobre los factores1
que
determinan y garantizan la disponibilidad y acceso a
alimentos suficientes y adecuados, en ese sentido,“…
el mayor riesgo que enfrentan las sociedades, en la
actualidad, es perder la capacidad de alimentar a sus
poblaciones” (GTCCJ, 2012). Estos factores están re-
dibujando un nuevo mapa que refleja mayor injusticia
socio-ambiental y nutricional, tanto en relación a
la disponibilidad, acceso, uso y conservación de
factores vitales, como en cuanto a capacidades y
vulnerabilidades de las poblaciones, en este caso
referidas a la alimentación.
A nivel mundial, una sexta parte de la población,
aproximadamente 1000 millones de personas, viven
en situaciones de pobreza y hambre. En el caso de
Bolivia, según estudios de la FAO, un tercio de la
población boliviana, aproximadamente 3 millones de
personas, sufren de inseguridad alimentaria, situación
que se está profundizando por los impactos del
cambio climático en la producción agropecuaria,
principalmente de pequeños productores, y por tanto
afectando el bienestar de la población.
Seguridad o inseguridad alimentaria en Bolivia?
Se afirma que existe seguridad alimentaria cuando
todas las personas tienen, en todo momento, acceso
físico, social y económico a suficientes alimentos
inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades
alimenticiasysuspreferenciasencuantoalosalimentos,
a fin de llevar una vida activa y sana (FAO 2009). En
ese sentido, se definen 4 pilares fundamentales de la
1. Los factores que están ahondando esta crisis global y por ende
también la crisis alimentaria son cambios en las condiciones
climáticas, profundización del deterioro ambiental y social, menor
disponibilidad y acceso de recursos o componentes vitales (como
el agua y el suelo), mayor volatilidad de los precios de los alimentos
(por la mayor demanda de biocombustibles y el aumento de la
“financierización” de los productos alimenticios), vacíos normativos
e institucionales, que son manifestación de patrones de producción
y consumo irracionales, los cuales están corroyendo las bases y
soportes de sustentación bio-social.
seguridad alimentaria: la disponibilidad (existencia de
alimentos), el acceso (capacidad de adquirirlos) la
utilización (el uso de los alimentos y recursos para lograr
un estado nutricional que satisfaga las necesidades
fisiológicas) y la estabilidad (disponibilidad y acceso a
alimentos adecuados en todo momento) (FAO 2006).
En contraposición al concepto de seguridad
alimentaria, la inseguridad alimentaria se define como
la imposibilidad del acceso físico, social o económico
a alimentos suficientes que permitan cubrir las
necesidades nutricionales básicas de la población
(FAO 2010:8), una de las causas fundamentales de
la inseguridad alimentaria es la pobreza, a la cual
se suman los riesgos climáticos. En ese sentido, la
vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria está
dada, principalmente, por la diferencia entre el riesgo
de presentar inseguridad alimentaria (condición
exógena) y la capacidad de respuesta de una
determinada población (condición endógena). (PMA
2008:25).
Analizando el cuadro No. 1, se observa que si bien
hay cambios en la vulnerabilidad municipal por
inseguridad alimentaria, de 51.07% de los municipios
con vulnerabilidad alta y muy alta el 2003 a 38,23%
para el año 2007 (PMA 2008), no obstante, los avances
no son suficientes, sigue siendo un reto fundamental a
nivel nacional el contribuir y consolidar capacidades
locales para la seguridad alimentaria, ya que el tener
más de 120 municipios en situación de inseguridad
alimentaria alta es una clara muestra que a nivel
nacional se siguen reproduciendo y profundizando
las condiciones de pobreza y vulnerabilidad, más aún
en el caso de la zona del altiplano y los valles, que
como muestra el mapa No. 1, son los municipios de
El año 2009, VM inicia una nueva etapa de trabajo
apoyando a las familias a recuperar y revalorizar los
cultivos nativos a fin de mejorar sosteniblemente la
alimentación familiar, especialmente la de los niños y
niñas menores de 5 años. Viendo el cambio del clima y
que las temperaturas de estas tierras han aumentado
la comunidad tuvo la iniciativa de introducir tunas, un
frutal de fácil adaptación y cultivo. De esta manera,
con el apoyo de VM, en agosto de 2011, las familias
plantaron aproximadamente 200 pencas de tuna
(Opuntia ficus) en las parcelas de la parte baja de la
comunidad.
El primer paso para cumplir este propósito fue que un
grupo de delegados, viajaron a la comunidad de Alta
Ticanoma I, Ayllu Sullka del Municipio de Sacaca, Norte
de Potosí para aprender de agricultor a agricultor
sobre la crianza de las tunas. Volvieron a Lancaya,
llevando lo aprendido y lo compartieron con el resto
de las familias. Las familias decidieron plantar y probar
las tunas, así el 11 de agosto del 2011, retomando
costumbres de reciprocidad la delegación de
Lancaya visitó nuevamente Alta Ticanoma 1, llevando
chuño, papa y fibra de llama para intercambiarlos por
pencas de tunas.
La plantación de tunas fue un suceso muy llamativo
y esperanzador para las familias de Lancaya, ya que
en la zona no se producía especies frutales. Las tunas
además, constituirían una estrategia de diversificar su
dieta alimentaria.
Como resultado de esta experiencia, se tienen
varias plantas de tunas dando frutos y otros todavía
en crecimiento. A decir de los y las comunarias de
Lancaya, esta es una experiencia exitosa y esperan
no perder la visión de aprovechar de este cambio
climático que les permita fortalecer sus estrategias de
sobrevivencia para ellos y las generaciones futuras.
Bibliografía:
Samaniego, J. L. (2009). Cambio climático y desarrollo
en América Latina y el Caribe: una reseña.
EuropeAid. (2009). Cambio Climático en América
Latina.
IPCC- Panel Intergubernamental sobre el Cambio
Climático. (2007). Hoy es mañana, Aspectos esenciales
sobre el Cambio Climático.
Piepenstock, A. Maldonado, R. (2009). El Tiempo ya
no es como antes, Mapeo de actores, percepción y
adaptación al Cambio Climático en áreas rurales de
la región andina – Bolivia.
Cuadernos de campo, Vecinos Mundiales
Archivos de fotos, Vecinos Mundiales
10. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
19
18
Mapa 1: Vulnerabilidad alimentaria en Bolivia, 2003-2006
alimentaria se encuentran,
generalmente, en altitudes
superiores a 3000 m.s.n.m.
y cuentan con registros de
menores precipitaciones
pluviales con relación a
los municipios de menor
vulnerabilidad2
.
Con relación a la capacidad
derespuestadelosmunicipios
vulnerables a la inseguridad
alimentaria, los municipios
del altiplano y los valles
tienen menor capacidad
para acceder a los alimentos
suficientes y para responder
o recuperarse de situaciones
adversas permanentes
(eventos climáticos),
haciéndolas más vulnerables
(Criales y Ortuño, 2000; y
Haquim, 2000, citados por
Mallea 2003)
Los datos de las últimas décadas señalan el incremento
de los eventos climáticos como inundaciones, sequías,
incendios, heladas y deslizamientos (ver cuadro No.
2)3
, fruto de estos fenómenos las pérdidas en el sector
agropecuario han sido cuantiosas. Por ejemplo, con el
Fenómeno El Niño 2006-2007 se han tenido pérdidas de
alrededor de 133 millones de dólares y por el Fenómeno
La Niña 2007-2008 de 276 millones de dólares. Se debe
destacar que con respecto al Fenómeno El Niño del
año 1997-1998, las pérdidas han incrementado cerca
del 10% (Bayal 2009)
Respecto a la percepción en las comunidades,
existen investigaciones que recogen afirmaciones
y testimonios de pequeños productores respecto a
incrementos en los eventos climáticos y su magnitud,
2. En efecto del total de municipios del país, 48% están a altitudes
mayores a 3000 m.s.n.m. y de este porcentaje aproximadamente
el 92 % son considerados vulnerables a la inseguridad alimentaria.
Algo similar ocurre con relación a la precipitación pluvial, 62% de
los municipios registran menores precipitaciones pluviales que el
promedio nacional, de los cuales el 89% de ellos es vulnerable a la
inseguridad alimentaria (PMA 2008).
3. Las inundaciones son el fenómeno más recurrente y registran un
nivel de amenaza muy alta en el 3% del territorio, alta en el 4% y
media en el 22%, con ocurrencia básicamente en los departamentos
de Beni y Santa Cruz. La sequía presenta un nivel de amenaza muy
alta en el 10% del territorio, alta en el 22% y media en el 33%, y
ocurren principalmente en el Chaco, Santa Cruz y Tarija, y en todo
el altiplano y el valle. Los incendios presentan un nivel de amenazas
muy altas en el 2%, alta en el 6% y media en el 12% y se localizan en
el departamento de Beni y Santa Cruz, que son áreas boscosas. Las
heladas se localizan en todo el altiplano de Bolivia, con un 10% del
territorio en un nivel de amenaza muy alta, 6% en amenaza alta y
17% con amenaza media. Los deslizamientos presentan un nivel de
amenaza muy alta en el 9% del territorio, alta en el 6% y media en el
22%, y se localizan en el altiplano y los valles (Bayal, 2009).
las lluvias antes eran regulares y prolongadas, ahora
llueve intensamente y en corto tiempo (locoparas); sin
embargo, algunos años son más secos (Efecto Niño) y
otros años más lluviosos (Efecto Niña).
Las temperaturas tanto en invierno como en verano
han aumentado. La sequía es más fuerte y prolongada.
Las heladas en algunas zonas han aumentado, y
en otras han disminuido, son más fuertes, afectan
los cultivos. Antes había nieve en la parte alta, pero
ahora ya no. Las granizadas también afectan. Se han
secado las vertientes naturales de agua (García 2012).
También se identifican cambios en la fenomenología
de los cultivos, el calendario agrícola, cambios en la
época de siembra, aumento y aparición de nuevas
plagas que están afectando los cultivos y están
ocasionando disminución de la producción, tanto
para el consumo como para la comercialización.
Estos cambios están generando a su vez impactos en
los pilares de la seguridad alimentaria, disponibilidad,
acceso, utilización y estabilidad de los alimentos.
mayor vulnerabilidad a la
inseguridad alimentaria. Y
precisamente estas zonas
son las de mayor pobreza,
hay mayor predominancia
de producción agrícola
a pequeña escala, con
condiciones adversas,
y mayores eventos
climáticos. Según el PMA
(2008), los municipios con
vulnerabilidad muy alta
referente a la inseguridad
alimentaria se encuentran
en los departamentos de
Cochabamba, Potosí y
Chuquisaca.
Cambio climático,
impactos en la producción
agropecuaria y la seguridad alimentaria
Esta situación de inseguridad alimentaria se está
profundizandoporefectosdelcambioclimático,Bolivia
será uno de los países que sufra mayores pérdidas hasta
el año 2050, aproximadamente pérdidas del 7,5% del
PIB, con relación al 4,5% promedio de América Latina
(BECERRA 2011). Estos cambios e impactos también se
manifiestan sobre el sector agrícola y los ecosistemas,
afectando las condiciones y capacidades
alimentarias, incrementando la cantidad de personas
hambrientas en los próximos años, como resultado
de una combinación de factores (aumento de
temperaturas, pérdida de tierras cultivables, escasez
de agua, condiciones meteorológicas extremas,
enfermedades vegetales o aumento de plagas).
Fuente: Programa Mundial de Alimentos, 2008
Cuadro No. 1. Bolivia: Vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria a nivel
municipal (2003-2007)
Municipios vulnerables
Grado de vulnerabilidad a la
inseguridad alimentaria
2003 (PMA) 2006 2007
# % # % # %
Nivel muy bajo de vulnerabilidad (1) 5 1,53 5 1,53 6 1,83
Nivel bajo de vulnerabilidad (2) 49 14,98 61 18,65 66 20,18
Nivel medio de vulnerabilidad (3) 106 32,42 115 35,17 130 39,76
Nivel alto de vulnerabilidad (4) 127 38,84 124 37,92 106 32,42
Nivel muy alto de vulnerabilidad (5) 40 12,23 22 6,73 19 5,81
TOTAL 327 100,00 327 100,00 327 100,00
Fuente: Elaboración propia en base a datos de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria a nivel
municipal, PMA 2008
Seprevéquesusefectosrevestiránespecialpeligropara
los pequeños agricultores de los países en desarrollo,
especialmente los países menos adelantados, y para
las poblaciones que ya son vulnerables (citando a
FAO, AGROTERRA 2008, FAO 2009), determinando
variaciones de la producción agrícola, ocasionando
pérdidas de cultivos y por ende escasez de alimentos.
Los municipios más vulnerables a la inseguridad
alimentaria se caracterizan por un amplia variabilidad
climática relacionada con los diferentes niveles
altitudinales de cada lugar y los cambios en los niveles
de precipitación y eventos climáticos adversos. Como
afirma el estudio del PMA (2002) una altitud mayor y
una menor precipitación pluvial están asociados a
las diferentes amenazas climáticas, como heladas,
granizadas y sequías. En ese sentido, gran parte de los
municipios de mayor vulnerabilidad a la inseguridad
Cuadro No. 2
Bolivia: eventos adversos de origen natural reportados, según tipo de evento
DESCRIPCION 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
2010
(p)
TOTAL 1.186 968 1.444 783 1.278 3.913 2.271 299 288
Inundación 353 810 448 278 868 1.191 1.095 61 103
Sequía 351 43 451 151 16 651 159 122 114
Helada 66 5 153 132 121 1.259 451 21 5
Granizada 311 67 261 74 194 695 421 67 37
Deslizamiento,
Mazamorra
20 24 23 11 36 31 84 9 12
Viento
Huracanado
46 4 56 30 8 52 13 13 7
Incendio 39 15 44 105 33 30 24 6 10
Sismo 8 2 2 4 9 0 0
Plaga 15 0 0
Fuente: Viceministerio de Defensa Civil, Dirección General de emergencias y auxilio, Instituto Nacional
de Estadística
(p) Preliminar
11. Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
21
20
A manera de conclusión
Analizar y reflexionar la seguridad alimentaria supone
el incorporar cuestionamientos éticos al análisis de las
visiones de desarrollo y las políticas de Estado, exige
repensar los roles de la sociedad y del Estado, ya que
no es posible pensar en la seguridad alimentaria en
contextos que reproducen condiciones de pobreza,
hambre y exclusión. La seguridad alimentaria solo será
posible a través de la justicia y la ética de producción y
consumo. La seguridad y soberanía alimentaria siguen
siendo temas pendientes en la agenda nacional, en
la construcción del bienestar de la población, tanto
urbana como rural, porque en la medida que logremos
fortalecer las capacidades y condiciones locales
para la producción y la alimentación, estaremos
contribuyendoalos4pilaresdelaseguridadalimentaria
nacional, y por tanto a un derecho fundamental de
la población y el principio de “alimentarnos bien para
vivir bien”. Estas consideraciones suponen, también
la incorporación de las amenazas y riesgos climáticos
al momento de planificar y gestionar la seguridad
alimentaria, el incremento de los eventos climáticos y
sus impactos sobre la producción de alimentos, pone
en riesgo, juntamente con la pobreza y los patrones
de producción y consumo irracionales, la capacidad
de las sociedades y los Estados de alimentar a sus
poblaciones,noesposibleabstraerelcambioclimático
y sus impactos de la producción de alimentos.
Bibliografía
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PMA 2008. Diagnóstico, modelo y atlas municipal de
seguridad alimentaria en Bolivia. Serie: “Sistema de
Información Gerencial de Seguridad Alimentaria Programa
Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas Ministerio
de Planificación para el Desarrollo, UDAPE, Primera edición
Marzo de 2008.
“La seguridad alimentaria urbana esta desprotegida,
ya que la inocuidad está garantizada, pero el producto
fresco agrícola pecuario puede estar producido con
bases y elementos químicos (insecticidas, fungicidas),
por eso la ECO Feria ofrece al consumidor urbano
productos ecológicos para el consumo de la canasta
familiar.”
CONTEXTO.
La nueva Constitución Política del Estado vigente
desde el 7 de febrero del 2009 establece que la
seguridad alimentaria constituye uno de los derechos
fundamentales de los individuos, de ahí que determina
en su segundo parágrafo del Artículo 16 lo siguiente:
II. El Estado tiene la obligación de garantizar la
seguridad alimentaria, a través de una alimentación
sana, adecuada y suficiente para toda la población.
El mismo año 2009 en el II FORO SOBRE SOBERANIA
ALIMENTARIA EN BOLIVIA se definió que se hablará de
seguridad alimentaria “[…] cuando todas las personas
tienen en todo momento acceso, disponibilidad y uso a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer
sus necesidades alimenticias y sus preferencias en
cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa
y sana”1
.
Esta definición va contemplando las siguientes
dimensiones que tienen que ser bien asumidas para
tener una soberanía alimentaria en Bolivia:
a. Disponibilidad.
b. Acceso.
c. Consumo.
d. Estabilidad.
e. Institucionalidad.
INTRODUCCION.
Las líneas y políticas generales de los gobiernos siempre
han abarcado a la inocuidad de los alimentos que
consumimos a diario en el campo o en la ciudad,
no ocurre lo mismo con la calidad ecológica de los
productos, sean estos frescos o transformados, salvo
que vengan con una certificación de tercera parte, la
EXPERIENCIAS
La Asociacion ECO Feria
apoyando en la Seguridad Alimentaria Urbana.
Alberto Cárdenas C.- Agrónomo.
Katarina Kocherhans - Comercialización
ecoferia@agrecolandes.org
cual es más utilizada para la exportación, por lo tanto
el producto fresco (hortalizas, huevos, leche para citar
unos cuantos) queda nuevamente desprotegido,
una alternativa a esta certificación de tercera parte,
es la certificación local amparada por la ley 3525 de
producción ecológica emitida el 2006, este año 2012
se emite también la normativa para la producción
ecológica local, donde los SAG (Sistemas Alternativos
de Garantía) pueden trabajar con los SPG (Sistemas
Participativos de Garantía), esto quiere decir que si
se podrá garantizar la calidad de los productos que
compremos o elaboremos como ecológicos para el
mercado interno.
LA ECO Feria: Iniciativa de comercialización ecológica.
Viendo que el pequeño productor y transformador,
urbano o rural de productos ecológicos, no contaba
con un espacio propio para comercializar sus
productos, la Fundación AGRECOL Andes desarrolló el
proyecto denominado la “ECO Feria”.
La “ECO Feria” nace el año 2003 con exposiciones en
ferias a nivel nacional que agrupan a productores y
transformadores ecológicos, impulsando a que gran
parte de su producción sea también ecológica. La
necesidad de crear un espacio más regular logra
que la ECO Feria se posesioné en Cochabamba
como el espacio ecológico que en sus inicios lo
realizaba mensualmente y en la actualidad lo hace
s e m a n a l m e n t e
todos los días
miércoles. Gracias
a los productores
y transformadores
ecológicos se logró
crear la Asociación
ECO Feria con
personería jurídica
propia;EnLlallagua
Norte de Potosí se
está impulsando
otra ECO Feria
que se realiza
m e n s u a l m e n t e
sábados y
domingos.1 Sánchez, Armando: “Memoria del II foro de la soberania
alimentaria en bolivia 2009”; avances del plan y la politica de
seguridad alimentaria con soberania.
12. 2322
Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia
La ECO Feria es una estrategia comercial local que
combina tres aspectos indesligables:
* La venta de productos alimentarios frescos o
transformados de origen vegetal o animal; productos
no alimentarios, artesanías, semillas, compost, etc.
* Educación e información al consumidor.
* Sistemas Participativos de Garantia. (SPG)
Estos tres pilares son los que diferencias a la ECO
Feria de un mercado convencional, micro mercado
o supermercado, además del contacto personal del
productor y consumidor hace que se convierta en una
estrategia rica en conocimiento, intercambio, precio
justo y respeto al medio ambiente.
Esta iniciativa es una forma de garantizar la seguridad
alimentaria del consumidor urbano, ya que en la
ECO Feria se puede ofrecer productos sanos libres de
químicos, para el pequeño productor o procesador
urbano o rural se convierte en un espacio para que
este comercialice sus productos o los excedentes
llegando a ser parte de las dimensiones de la seguridad
alimentaria que es el Acceso.
En un momento de la comercialización el productor
se convierte en consumidor al comprar productos
alimentarios destinados a la canasta familiar, cuando
esto ocurre su seguridad alimentaria se convierte en
inseguridad, porque como se mencionó arriba no
existen mecanismos para garantizar que los productos
alimentarios a la venta estén libres de contaminación
química en su producción (insecticidas, pesticidas,
fertilizantes, transgénicos), muchas veces las etiquetas
no son claras en su descripción de los ingredientes
y si bien se puede leer, seguro que muchos no
entendemos que significa por ejemplo el BHT, o el
colorante autorizado Nº 176 u otros que están en la
lista larga de ingredientes, peor aun cuando todo está
en lengua extranjera y/o compramos por consumismo,
moda o curiosidad.
Cuando compramos productos alimentarios tampoco
nos ponemos a pensar en:
* El viaje que hacen estos productos para llegar a
nuestra mesa, miles de kilómetros para los que vienen
de Asia, Europa o Norte América.
* La frescura. Menos viaje más frescos.
* El esfuerzo que pone el pequeño productor y
transformador.
La calidad nutritiva.
El precio, si bien un producto ecológico puede ser
más caro, tenemos que pensar que a la larga los
problemas de salud nos representan mas inversión.
Un ejemplo claro son los panetones para navidad
2012 ya están elaborados y enviados para venderlos
por que las campañas navideñas arrancan en agosto.
Otros espacios comerciales de la ECO Feria.
Eco bolsas, existe una oferta semanal de que pueden
ser solicitadas vía mail y entregadas en puntos
estratégicos de la ciudad, si existen grupos de cinco
personas organizadas se puede entregar en un
domicilio fijado.
Puntos ECO Feria, son tiendas de amigos de la ECO
Feria establecidas en la ciudad donde se encuentran
los productos procesados.
Canastones navideños, actividad de fin de año.
También la ECO Feria regularmente está presente en
actividades de promoción y comercialización, a nivel
nacional y departamental.
*** Para mayor información se pueden dirigir a:
ecoferia@agrecolandes.org o hacer sus pedidos al
4423636 int. 4
13. COORDINACIÓN NACIONAL
LA PAZ / EL ALTO
Fundación Comunidad y Axión
El alto: Av. Juan Pablo II N1 58
Telf. / Fax. (2) 2846789
fund_comunaxion@yahoo.es
COORDINACIÓN REGIONAL
COCHABAMBA
Fundación Alfonso Pedrajas
Cochabamba: Calle Tusk`a S/N – Tiquipaya
Telf. (4) 4318395
fundacionap@fundacionap.com
FACILITACIÓN
Roxana Castellón
Fundación AGRECOL Andes
Cochabamba: Urbanización “El Profesional”,
pasaje F Nº 2958
Telf. / Fax. 4423636 – 4423838, int. 7 Casilla
1999
gtccyj@agrecolandes.org
INSTITUCIONES AFILIADAS
COCHABAMBA
Fundación AGRECOL Andes, Fondo CLIMA,
Vecinos Mundiales, Centro de Estudios
Superiores Universitarios - CESU, Agua
Sustentable, Fundación Gaia Pacha, Centro
Nacional de Investigaciones Biotecnológicas
– CNIB, Centro de Educación y Producción
Radiofónica - CEPRA, Eco Feria, Plataforma
Nacional de Suelos, Fundación AP.
INSTITUCIONES AFILIADAS BOLIVIA
ISEAT, Red Habitad, SATEPASCH, Plataforma
Nacional de Suelos, Caritas Pastoral Social
Tarija, CEPAS Caritas Boliviana, CESA,
ACLO Tarija, Fundación Comunidad y Axión,
Red PCCS, CISEP, Organización Católica de
Cooperación al Artesano – OCCA, INCADE,
ACOVICRUZ, Red OIKOS, Fundación PAP,
Pastoral Social Caritas Santa Cruz, CCIMCAT,
CEPA, Fundación Buena Vida, IICCA, Aldeas
S.O.S. Oruro, Agua Sustentable La Paz.