1. ¿REALMENTE TRANSDISCIPLINARIEDAD?
Roberto Zamora H.
El creciente interés de los círculos académicos e instituciones universitarias por
el pensamiento transdisciplinario entendido como proceso dirigido a lograr la unidad
del conocimiento dirigido a alcanzar la comprensión de la realidad, ha conducido en
muchas ocasiones a generar importantes aproximaciones a la transdisciplinariedad,
mientras que en otras, los intentos realizados desvirtúan tanto los principios como
aquellos aspectos que son fundamentales para el pensamiento transdisciplinario.
Así pues, aunque la noción de transdisciplinariedad ha sido comúnmente
admitida en cuanto se refiere a aquello que “simultáneamente es entre las
disciplinas a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina”
(Nicolescu, 1994); en muchas casos, se desconoce si efectivamente estamos
asumiendo una actitud transdisciplinaria o por el contrario, apenas abordamos la
realidad a través de enfoques mutidisciplinarios o en el mejor de los casos con
rasgos de interdisciplinariedad.
De allí que, resulte indispensable evitar alejarse inconscientemente del modo de
pensar transdisciplinario, pues estaríamos incurriendo en lo que Nicolescu (1994)
denomina “extravíos” de la transdisciplinariedad.
Sin embargo, desligarse de los referidos “extravíos” exige el conocimiento
preciso de aquellas conductas que tienden a enmascarar formas de pensar reductoras
y simplificadoras con apariencia de actitudes transdisciplinarias.
En consecuencia, es conveniente indagar al respecto, para lo cual hemos tomado
como referencia el trabajo de Basarab Nicolescu titulado “La Transdisciplinariedad,
desvíos y extravíos”.
En primer lugar, Nicolescu señala que se produce un desvío cuando “una
pequeña desviación en relación a las normas en vigor desencadena repentinamente
el derrumbamiento del sistema vigente” y que generalmente puede conducir a un
2. gran cambio histórico-cultural, verbigracia el cristianismo, con una visión de un
mundo distinto al que existía hasta el momento de su aparición.
Efectivamente, es criterio de Nicolescu que los desvíos actúan “por una visión
que se abre hacia un nivel de Realidad diferente de aquél donde se sitúa el sistema
considerado”, y por consiguiente, la transdisciplinariedad puede considerarse como
un desvío pues se aparta de la norma supuestamente indiscutible que se tiene como
fundamento “la eficacia sin frenos y sin otros valores que la eficacia en sí misma”
que descansa sobre la proliferación de disciplinas académicas.
Expresado en términos equivalentes la transdisciplinariedad toma como punto
de partida una visión que percibe un indispensable equilibrio entre lo interior y lo
exterior del ser humano y que por lo tanto se refiere a un nivel de realidad diferente
al nivel de realidad del mundo actual.
No obstante, si bien es cierto que hasta ahora la transdisciplinariedad no puede
ser considerada como un desvío que triunfará, pues en palabras del propio Nicolescu
es preferible dejar “a quienes vivirán en el próximo milenio el encargo de responder
a esta pregunta”, pero lo que si se debe identificar son los obstáculos que se cruzan
en la vía de la transdisciplinariedad y que Nicolescu denomina “extravíos”, pues
tales obstáculos “amenazan con transformar a la transdisciplinariedad, por
medio de una reducción más o menos disimulada, en lo que ella no es”, lo que
equivaldría a suprimir la transdisciplinariedad, regresando a las normas en vigor, en
nombre de la misma transdisciplinariedad.
Ciertamente, el primer extravío enunciado por Nicolescu está representado por
la “asimilación del impulso transdisciplinario por la nueva era” entendida como una
reacción de sobrevida al envejecimiento y a la inadecuación del sistema de
pensamiento actual en relación a los desafíos de la vida moderna. Sin embargo, tal
anexión sería incorrecta pues su “falta de rigor, que la conduce a mezclar todo, en un
cubre-todo amorfo y sin consistencia, donde sería tentador incluir la
transdisciplinariedad como un componente honorable y más o menos exótico”.
3. Un segundo extravío, se identifica con aquella tendencia de transformar a la
visión transdisciplinaria en puro fenómeno de lenguaje que terminaría por decir
“todo sobre nada”, con actitud reductora que conduciría admitir que “no habría
Realidad, en el sentido ontológico del término, sino simplemente lenguajes que
construyen una realidad”.
El tercer extravío descrito por Nicolescu, lo constituye el recrudecimiento del
“cientismo” apuntalado por una transdisciplinariedad mal comprendida, bajo la
figura de un neo-cientismo que si bien cierto no niega la posibilidad de diálogo entre
la ciencia y otros campos del conocimiento, tampoco renuncia a la afirmación de
que “el horizonte de la pertinencia de la ciencia no tiene límites y que la ciencia se
mantiene capaz de rendir cuenta de la totalidad de lo que existe”.
Por último, el cuarto y más peligroso extravío viene dado por la posesión de la
transdisciplinariedad por parte de las ideologías extremistas bien de derecha o de
izquierda en busca de transmitir un reflejo de pureza que las oxigene, pues de
acuerdo con Nicolescu:
En nuestros días los extremistas no osan más presentarse como
extremistas, porque saben que sus chances de éxito son prácticamente
nulas. Entonces el lobo tomará la apariencia del cordero, gracias a la
ideología neo-cientista. Podría uno imaginar qué sería un Hitler o un
Stalin en nuestra época, que se hubiese armado del poder informático y
del de la manipulación genética.
Ahora bien, en atención a los extravíos descritos anteriormente, cabe
preguntarse ¿Cuáles son los fundamentos que los sustentan?. Ante ésta interrogante,
Nicolescu de manera categórica responde que los extravíos enunciados descansan
sobre “una confusión extremadamente difícil de revelar porque ella es de orden
metodológico: la que existe entre la transdisciplinariedad y la interdisciplinariedad”
En tal sentido, aclara que se trata del uso de un nuevo término
“transdisciplinariedad” para encubrir una realidad antigua representada por la
4. transferencia de métodos de un campo del conocimiento a otro distinto, que se
identifica con la forma de proceder de la interdisciplinariedad.
Asimismo, sentencia que todo extravío posee un punto de partida constituido
por la resistencia a aceptar “la novedad irreductible de nuestra época”.
Por otra parte, como indicadores importantes para defenderse ante los extravíos
que nos alejan de la transdisciplinariedad, Nicolescu expone lo que el llama las tres
(3) señales de ausencia de extravíos y que se describen a continuación:
1. La distinción entre multi e interdisciplinariedad por una parte y la
transdisciplinariedad por la otra a partir de la importancia de la experiencia
interior.
2. El reconocimiento explícito de la existencia de una realidad irreductible.
3. El reconocimiento del carácter atópico de la transdisciplinariedad pues ésta
no pertenece de manera exclusiva ni al hombre interior ni al hombre exterior
y en consecuencia no se trata de una nueva filosofía, ni de una nueva ciencia.
Así, en razón de los razonamientos que preceden, Nicolescu considera que es
intrínseca a la transdisciplinariedad la existencia de un tercer término que conduce
a la conciliación y unificación entre hombre interior y exterior; universo interior y
exterior; experiencia y teoría; sujeto y objeto, como la vía idónea para comprender la
realidad.
Materiales de Referencia
Nicolescu, B. (1994). Transdisciplinariedad, Desvíos y Extravíos. [Documento
en Línea]. Disponible: http://www.complejidad.org/cms/?q=node/22
[Consulta: 2009, Noviembre 04]