Paradigma de la complejidad y la trasndisciplinariedad como el modo de asumirlo
1. Tomadode:http://redesoei.ning.com/profiles/blogs/la-complejidad-como-paradigma-y-la-
transdisciplinariedad-como-el Publicado por NERYS ANIBAL LUNA TOMEDES el enero 14, 2012 a las 9:46 p.m
La Complejidad como paradigmay la transdisciplinariedad como el
modo de asumirlo
“Precisamente porque los microconocimientos aumentan,
es indispensable crear puentes, confluencias, y ósmosis entre ellos.
Si no, “avanzaremos” hacia una humanidad mayoritariamente bárbara,
o sea: compuesta por microsabios que a la vez serán, macroignorantes (éstos aumentan
ya peligrosamente)”
(Vilar, 1997)
El ambiente científico actual está siendo influenciado, cada vez con mayor fuerza, por la
presencia de un paradigma a través del cual se pretende que el investigador tome en
cuenta los múltiples factores presentes en nuestra realidad y que incluso la vea desde
varias perspectivas que les permita romper con los moldes tradicionales. Se trata de la
complejidad, y de manera paralela una forma de enfrentar a esta realidad compleja
denominada transdisciplinariedad. Temas que abordaremos en este ensayo, procurando
simplificar en lo posible algo que por definición es un entramado, una red que puede ser
tendida en cualquier dirección y que al desplazarnos sobre ella tiende a envolvernos y a
hacerse cada vez más grande, dificultándonos el poder llegar a sus extremos, pero que
sin embargo, es la base sobre la que investigadores innovadores están apoyándose para
explicar muchos fenómenos de nuestro acontecer diario.
El hecho de poder levantarnos en la mañana es consecuencia de la ejecución de
innumerables acciones que se desarrollan en nuestro organismo, las cuales en la mayoría
de las veces no son consideradas por nuestra mente consciente, al estar pendientes de la
cantidad de tareas que debemos ejecutar durante el día y no prestarle atención a otras
que parecen ser superficiales o banales.
Nuestro cuerpo es una compleja red de órganos que interactúan entre sí a través de
conductos, nervios y conexiones para darnos la capacidad de pensar, sentir, ver, oír,
caminar; en fin para permitir que nos desenvolvamos dentro de un mundo que
compartimos con otros seres que tienen un nivel de sofisticación muy elevado en su
constitución biológica y cuyo comportamiento es impredecible la mayoría de las veces.
Pensamos por lo tanto que la noción de complejidad debe partir de la cabal comprensión
de nuestra propia constitución, no queriendo decir con esto que debemos estudiar a fondo
los diferentes sistemas en que estamos conformados, sino entender y asumir que somos
una infinidad de moléculas que unidas de una manera muy compleja han dado como
resultado el maravilloso don de la vida.
También debemos entender que el ser humano, aunque se desenvuelve en un ambiente
donde continuamente existen múltiples variables ya sean observables o no, tiene la
propensión a la realización de pocas actividades de manera simultánea; esto nos induce a
pensar que a pesar de que estamos inmersos dentro de un ambiente de mucha
complejidad, nuestro cerebro tiene la capacidad de centrarse solamente en una de ellas,
despreciando, por lo menos de manera consciente las otras. Usted puede probar esto en
2. una conversación con otra persona dentro de un grupo, oímos a nuestro interlocutor y lo
demás para nosotros es solamente ruido. Esta acción constituye una demostración de la
enorme capacidad tenemos para movernos de una realidad multifactorial e interactuante.
De manera que la simplificación, como parte antagónica de la complejización, también es
una característica que está presente en nuestro ser. Esto ha conducido a la humanidad a
la creación de las disciplinas, en las universidades de la edad media, que fueron el origen
del gran abanico de opciones presentes en las instituciones de educación superior de la
actualidad, las cuales han aportado mucho al conocimiento científico, permitiendo que la
humanidad haya logrado numerosos avances representados en descubrimientos y la
formulación de leyes que nos han conducido al estudio desde los aspectos microscópicos
hasta una visión muy amplia de los confines del universo.
Las distintas maneras de interacción entre las disciplinas ha dado como resultado
denominaciones como multidisciplinariedad, pluridisciplinariedad, interdisciplinariedad y
transdisciplinariedad, en las cuales como podemos observar, la raíz de la palabra nos
pone en presencia del elemento simplificador pero que se transforma a una visión
compleja cuando consideramos la profundidad de los distintos niveles de acciones y
retroacciones que se originan al sumergirnos en un ambiente donde confluyen múltiples
variables que debemos tomar en cuenta, inclusive aquellas que aparentemente no tienen
nada que ver con las disciplinas. Los prefijos de las dos primeras conducen a la idea de
cantidad y variabilidad, por su parte el prefijo inter representa ya un cierto avance en
cuanto a la interacción disciplinar puesto que existe un solapamiento; pero donde se
producen flujos de información en ambos sentidos entre las disciplinas e incluso fuera de
las fronteras disciplinares es en la transdisciplinariedad.
Entendemos que la complejidad es una forma de ver la vida, de enfocar nuestro ir y
devenir dentro del mundo científico y del quehacer investigativo, donde dejamos de lado
los métodos preconcebidos como el cartesiano que recomienda la simplificación y la
división de lo difícil en partes y nos embarcamos hacia un rumbo que por supuesto debe
tener una meta pero que transcurre por caminos llenos de sorpresas, las cuales sabremos
superar si estamos debidamente preparados. “Existe complejidad cuando no se pueden
separar los componentes diferentes que constituyen un todo (como lo económico, lo
político, lo sociológico, lo psicológico, lo afectivo, lo mitológico) y cuando existe tejido
interdependiente, interactivo e interretroactivo entre las partes y el todo, el todo y las
partes” (Morín, 2002). Dentro de la formación necesaria se encuentra la consideración de
nuestra parte de los supuestos básicos de la transdisciplinariedad, al ser esta como la
caja de herramientas con que vamos a contar para emprender el transitar por este
paradigma emergente.
En las revisiones realizadas a artículos publicados en revistas disponibles en la web, que
tratan el tema de la transdisciplinariedad, la mayoría realizan su explicación en función de
los tres elementos que se consideran básicos dentro de este enfoque: “los tres pilares de
la transdisciplinariedad –los niveles de Realidad, la lógica del tercero incluido y la
complejidad- determinan la metodología de la investigación transdisciplinaria” (Nicolescu,
1998). Significa esto que los investigadores transdisciplinarios deben tener presente que
pueden existir varios niveles al ver al mundo, de enfocar una situación dada considerando
muchas opciones; pero que sin embargo para pasar de un nivel a otro se deben romper
las barreras de las leyes y postulados pertenecientes a ese nivel, tal como ha sucedido
con la física cuántica. El segundo de los postulados, aporta un elemento innovador dentro
de la visión dualista, dicotómica, de la lógica clásica que indica a través del principio del
tercero excluido que es imposible la existencia de algo que sea y no sea a la vez; por
3. ejemplo la lógica aristotélica afirma que no puede existir la luz y la oscuridad de manera
simultánea; sin embargo la ampliación del nivel de realidad permite la coexistencia del
principio del tercer incluido. Por supuesto que la complejidad no debe faltar como base de
la transdisciplinariedad, ya que como hemos dicho esta se constituye en la razón del
accionar del investigador: su paradigma.
Dentro de las muchas definiciones sobre transdisciplinariedad, nos parece interesante el
siguiente planteamiento, mediante el cual se resume gran parte de lo expresado hasta los
momentos: “se trata de un enfoque o proceso activo y reflexivo que trasciende los límites
de las disciplinas y el conocimiento parcial, que reconoce la pluralidad y la complejidad
inherente de la realidad y el sujeto, y que busca abordar, enfrentar, comprender y explicar
problemas complejos desde perspectivas múltiples, transformando e integrando
conocimientos de campos y perspectivas gnoseológicas distintas, a fin de generar e
incrementar conocimientos nuevos y emergentes y pluralizar opciones y alternativas de
explicación y solución a dichos problemas” (Tamariz, 2007).
El mundo complejo ha existido desde la propia creación, la humanidad ha dejado registros
de su accionar a lo largo de los siglos de su existencia que evidencian la interacción tanto
con sus semejantes como con la naturaleza e inclusive con aspectos considerados más
allá de la física como lo teológico y lo esotérico. La curiosidad natural del hombre ha
procurado avances significativos en diversos campos o disciplinas que él mismo ha
creado, ante las cuales no podemos ser mezquinos en reconocer que han permitido
grandes mejoras en pro del confort y bienestar. Sin embargo, con miras a tratar de unir
esas microparcelas, representadas por la superespecialización, a través de la
comprensión de la existencia de cantidad de aspectos comunes y de interacciones que
lejos de causar contradicciones tiendan a buscar similitudes entre las disciplinas e
inclusive más allá de estas; surge el paradigma de la complejidad y como medio de
entenderlo, de ejecutar acciones dentro de esta realidad compleja está la
transdisciplinariedad.
Referencias:
Morín, E. (2002). La cabeza bien puesta. Repensar la reforma. Reformar el pensamiento -
1 edic. Buenos Aires: Nueva Visión.
Nicolescu, B. (1998). La Transdisciplinariedad, una nueva visión del mundo. Manifiesto.
París: Ediciones Du Rocher.
Tamariz, C. y. (2007). La inter y la transdisciplinariedad como tendencias integradoras del
conocimiento. Vision Docente Con-Ciencia, Temas Universitarios , 18.
Vilar, S. (1997). La nueva racionalidad: comprender la complejidad con métodos
transdisciplinarios. Barcelona, España: Kairós.