1. EL VINO EN LA ARGENTINA
Introducción
En el hemisferio sur
existe una estrecha franja
extendida entre el
paralelo 32º al 38º donde
se ubican los siguientes
países: Argentina y Chile
(América) Sudáfrica
(África), Australia y
Nueva Zelandia
(Oceanía). En esta extensión se dan condiciones óptimas de tierra,
agua y clima para producir y elaborar vinos finos con uvas de gran
calidad.
Argentina se ubica entre los primeros productores de vinos a nivel
mundial, conjuntamente con países como Francia, Italia, España y
Estados Unidos.
La industria vitivinícola argentina ha evolucionado considerablemente,
conquistando sin duda mercados de exigentes consumidores.
Además, los vinos argentinos poseen un valor agregado porque son
considerados entre los más saludables del mundo.
La capacidad antioxidante detectada en los vinos argentinos es
levemente superior sobre los vinos estadounidenses y chilenos, y un
poco más que en los vinos europeos. Posiblemente los vinos
argentinos, sobre todo los tintos, sean los que poseen mayor
capacidad antioxidante del mundo, por la altura donde se ubican sus
viñedos, las escasas precipitaciones que afectan la zona y la casi nula
nubosidad que permite una fructuosa exposición solar sobre los
cultivos. Todo esto genera destacadas condiciones climáticas que
producen una mayor cantidad de “polifenoles” en las uvas.
Evolución de la Vid En América, el
cultivo de la vid no existía hasta la
llegada de los españoles. Cristóbal
Colón (1451-1506), cuando realiza
su segundo viaje, en 1493, a un año
del descubrimiento del continente
americano, introdujo las primeras
variedades en las Antillas
(Centroamérica), pero a causa del
clima de la región caribeña, estas especies no lograron fructificar.
En 1543 la vid había llegado a la ciudad de Salta, desde el Alto Perú,
donde se traían las primeras uvas. Posteriormente, con el tiempo, las
uvas encontraron su mejor asentamiento en la ciudad de Cafayate.
En la ciudad de Santiago del Estero llegaron viñas aproximadamente
en 1556. Allí el cultivo de vid progresó realmente, y para 1557 los
2. jesuitas habían realizado las primeras plantaciones de cierta
importancia en el territorio.
Cuando se fundan ciudades como Mendoza, en 1561, y San Juan, en
1562, eran puntos estratégicos por donde ingresaron viñas desde
Chile a la Región de Cuyo, para diseminarse luego por todo el
territorio.
En 1598 en la provincia de Misiones también florecía la vitivinicultura
de la época, y en menor cantidad se producía en las provincias de
Córdoba, Santa Fé y Buenos Aires.
Cuando se fundan ciudades como Mendoza, en 1561, y San Juan, en
1562, eran puntos estratégicos por donde ingresaron viñas desde
Chile a la Región de Cuyo, para diseminarse luego por todo el
territorio.
En 1598 en la provincia de Misiones también florecía la vitivinicultura
de la época, y en menor cantidad se producía en las provincias de
Córdoba, Santa Fé y Buenos Aires.
En Argentina, como en varios países de Latinoamérica, la expansión
de las cosechas de viñedos se relaciona estrechamente con la difusión
del cristianismo, sobre todo porque el clero necesitaba
indudablemente del vino para poder celebrar la misa.
En 1853 el sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888),
que era gobernador de Cuyo (Mendoza – San Juan), contrataría al
francés Aimé Pouget, quien se encargó de reproducir las primeras
cepas de variedad francesa, entre ellas la reconocida Malbec, que
para varios enólogos, sumilleres y especialistas sobre la vid se ha
adaptado en esta zona mejor que en cualquier otra parte del mundo.
Esto se debe a la particular orografía y composición de los suelos de
la provincia de Mendoza, acompañada de la majestuosa Cordillera de
los Andes, por donde se producen los deshielos de agua pura y
cristalina que forman los ríos que descienden zigzagueando en
dirección este, desde las altas cumbres andinas.
En 1916 arriba a la Región Noroeste (Salta – La Rioja - Catamarca),
el tunecino José Alazraqui con amplia experiencia en vitivinicultura
desarrollada en territorio francés, que promueve conjuntamente con
Miguel Urtado el surgimiento de la viticultura regional.
En 1919, después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), los
vinos argentinos adquirieron calidad, y las cepas traídas desde
Francia, Italia y España dieron excelentes resultados en un suelo y
clima que, sin duda, eran ideales para el cultivo de la vid.
En 1970, la tendencia predominante fue la producción masiva de los
denominados vinos de mesa, muy accesibles y de consumo corriente,
destinados para las comidas de todos los días en el mercado interno.
Los vinos finos eran demasiado costosos y utilizados
en ocasiones especiales.
En 1990 se inicia el auge en la producción
vitivinícola, y un importante caudal de divisas de
origen nacional e internacional se invierten en la
industria de la vid. Esto permitió incorporar
3. tecnología y conocimiento en todos los aspectos de la elaboración y
comercialización, obteniendo vinos finos de calidad superior que
atraían a los más exigentes consumidores.
Desde entonces, los vinos argentinos comienzan a estar presentes en
restaurantes y vinotecas ubicadas en ciudades como Nueva York,
Londres, Paris y Madrid. Los cepajes argentinos adquieren
personalidad propia a causa del excelente clima y suelo, entre otros
factores donde se los cultiva.
Además, las bodegas instaladas en el país adquieren renombre
internacional y muchas de ellas se presentan en certámenes y ferias
internacionales, recibiendo lauros y premios destacados.
Finalmente comienza a crecer la exportación, llegando vinos finos
argentinos a países como Gran Bretaña, Francia, España, Italia,
Suecia, Noruega, Dinamarca, Alemania, Portugal, Turquía, Estados
Unidos y Canadá, entre otros. Al carecer algunas bodegas de recursos
propios para lograr una efectiva expansión en los nuevos mercados,
se incentivaron las alianzas con grupos financieros extranjeros que
descubren en la industria del vino una efectiva fuente de rentabilidad.
Actualmente la zona vitivinícola argentina se extiende desde el norte
de Cafayate en Salta (Región Noroeste) hasta el sur en el alto valle
de Río Negro (Región Patagónica Andina) y desde la majestuosa
cordillera andina en el este hasta los valles del oeste de Mendoza
(Región Cuyo).
Regiones de Producción de la Vid
En la Argentina, dentro de las diferentes regiones que permiten el
cultivo de la vid, la conjunción del clima, suelo y altura, sumado a la
experiencia del hombre, han desarrollado la producción de vinos de
una excelente calidad.
Orden de Producción de Viñedos por Provincia
Uvas
Uvas Blancas Uvas Tintas
Rosadas
1 Mendoza Mendoza Mendoza
2 San Juan San Juan San Juan
3 La Rioja Río Negro Catamarca
4 Río Negro La Rioja La Rioja
5 Salta Salta Río Negro
6 Catamarca Catamarca Salta
7 Neuquén Neuquén Neuquén
Región de Cuyo
4. Mendoza http://youtu.be/Er3TvZL3i1o
Si bien es muy difícil afirmar cual fue la primer zona de producción de
vid en la Argentina, porque era un procedimiento muy generalizado y
su cultivo era rudimentario y casi doméstico, la región de Cuyo
(Mendoza y San Juan) siempre se destacó debido a la óptimas
condiciones climáticas para su desarrollo.
En el hemisferio sur la zona de cultivo privilegiada, ideal para vinos
de calidad, es la que se ubica en los 32° de latitud, que atraviesa
justamente a la provincia de Mendoza.
Esta región posee un suelo fino de características aluvionales, rocoso
y arenoso, con una altura de aproximadamente 900 m.s.n.m.; con
irrigación de agua cristalina y pura, rica en minerales, proveniente del
deshielo de la Cordillera de los Andes; y la presencia del sol más de
300 días al año. Todos estos elementos hacen que sus vinos, de
definidas y particulares características, hayan obtenido prestigio
mundial.
Desde tiempos remotos los conocedores de esta materia
denominaban a Lujan de Cuyo como “La Primera Zona” destacándola
como lugar privilegiado para el cultivo y desarrollo de la vid. Esta
zona se ubica aproximadamente a 33° de latitud sur y a 68° de
longitud oeste, y esta recorrida por el río Mendoza, que mediante sus
cristalinas aguas, ricas en minerales, riega los cultivos de los viñedos
establecidos entre los 800 y los 1200 m.s.n.m., por medio de
sistemas de canales y acequias. Por el oeste se ubica la majestuosa
Cordillera de los Andes y por el este se ubican una serie de cuchillas y
cordones montañosos. Su suelo de origen cuaternario, rico en
potasio, es arenoso, calizo y arcilloso.
En el sur, San Rafael es otra importante zona de producción de vinos,
abarcando un área ubicada entre los 22° y 42° de latitud. Su suelo,
con variaciones entre arenoso a limoso, es irrigado por las aguas de
los ríos Diamante y Atuel, que nacen de las altas cumbres andinas
para desplazarse hacia el este custodiando el Valle de San Rafael, el
cual posee una pendiente que desciende desde Las Paredes a 800
m.s.n.m., hasta Villa Atuel a 500 m.s.n.m. El riego es de tipo
superficial, por surcos o canales y hasta en algunos casos por melgas.
El cordón extendido de nordeste a sudeste denominado Sierra Pintada
o Bloque de San Rafael, impide el fuerte avance de los vientos
provenientes del sur, definiendo un microclima especial dentro de
esta zona.
En la localidad de Luján de Cuyo, se analizó desde 1987 la necesidad
de organizar y crear la primera Denominación de Origen Controlada
en el país, que protegiera la elaboración de vinos finos en esta zona;
y finalmente en San Rafael se funda, en 1990, la Denominación de
Origen Controlada.
San Juan http://youtu.be/xDgnV4WFfxU
En San Juan, la vitivinicultura se desarrolla principalmente en el Valle
del Tulum y en menor proporción en los valles de Zonda y Ullum,
5. ubicados entre la Cordillera de los Andes y la sierra de Pie de Palo, a
ambos lados del río San Juan. También se cultiva la vid en otros
valles cordilleranos más altos y en consecuencia más frescos, como
Calingasta, Jáchal (a 1.165 m.s.n.m.) e Iglesias.
Los suelos situados en la margen izquierda del río son pedregosos y
en parte cubiertos de arcilla y arena adecuados al cultivo de la vid.
Los ubicados sobre la margen derecha son de gran fertilidad, en
general arenosos, arcillosos y poco profundos.
El agua de irrigación es apta para uso agrícola, siendo principalmente
aportada por el río San Juan y en menor proporción por el río Jáchal y
también por captación de aguas subterráneas mediante
perforaciones.
Región Noroeste
La Argentina es un lugar especial para disfrutar del turismo enológico
(también llamado "Turismo de Bodegas" o "Turismo del Vino").
Cuando algún turista piensa en ciudades como Mendoza y sus
alrededores (como Luján de Cuyo y Maipú, entre otras localidades);
más al sur en San Rafael; o localidades de otras provincias como en
San Juan, Chilecito (La Rioja), Cafayate (Salta) y Gral. Roca (Río
Negro); sin duda entre sus expectativas existe la posibilidad y el
deseo de conocer sobre el vino, su historia, sus bodegas y viñedos, y
para los grandes conocedores apreciar el color, aroma y sabor de los
afamados vinos de producción local.
En un principio las bodegas ubicadas en las provincias de Mendoza y
Salta se destacaban para albergar a visitantes y turistas que
visitaban la zona, pero actualmente provincias como Río Negro, San
Juan y La Rioja también están capacitadas para recibir cordialmente a
cualquier interesado en la industria vitivinícola.
La vid, que se transformó en una de las principales actividades
económicas de estas atractivas regiones, se comenzó a cultivar desde
el siglo XVI. Con el tiempo fue encontrando, sin duda, un terreno
propicio para su desarrollo, en un principio en forma artesanal, y
luego, con el paso del tiempo, industrializándose en su elaboración.
Mendoza (Región de Cuyo)
6. Mendoza es, sin duda, el corazón de la viticultura argentina, donde
más de 550 bodegas superan el 60% de los vinos producidos en el
país. A través de "Los Caminos del Vino" Usted podrá conocer
bodegas de gran producción, con altos niveles tecnológicos y a la vez
visitar pequeñas cavas atendidas por sus dueños. Disfrutará el
paisaje de hermosos viñedos al pie de la Cordillera y se sorprenderá
con el contraste entre el acero inoxidable y la calidez de los
tradicionales techos de caña. Una experiencia inigualable, que podrá
vivir en cualquier época del año.
Cepas tintas: Bonarda, Syrah, Greco Nero, Cabernet Sauvignon,
Malbec, Barbera, Nebbiolo, Bequignol, Merlot, Tempranilla, Pinot Noir,
Sangiovese.
Cepas blancas: Pedro Giménez, Chenin, Torrontes, Chadornnay,
Ugni Blanc, Semillón, Tocai Friulano.
Valle Central
Recorriendo sus bodegas encontraremos distintos sitios históricos que
marcan la estrecha relación entre esta región y nuestro prócer más
importante, Don José de San Martín. Esta zona posee la mayor
extensión de viñedos de Mendoza y desde hace algún tiempo vive
una importante reconversión de sus uvas y bodegas hacia la
producción de vinos de alta calidad. Emplazada en los alrededores de
la Ruta Nac. Nº 7, que une Buenos Aires a Mendoza, es paso obligado
de todos quienes se acerquen a visitar nuestra Provincia.
Departamentos: San Martín, Rivadavia, Junín y Santa Rosa.
Algunas bodegas: La Agrícola y Viñas de Medrano.
Centro - Oeste
Ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Menoza, esta región
concentra un gran número de bodegas abiertas al turismo y una
importante cantidad de museos y sitios históricos que lo acercarán al
pasado la vitivinicultura argentina, junto a la más moderna tecnología
al nivel de las mejores regiones vitícolas del mundo.
Departamentos: Godoy Cruz, Guaymallén, Luján de Cuyo y Maipú.
Algunas bodegas: Escorihuela, Santa Ana, Viña El Cerno, López,
Trapiche, La Rural, Finca Flinchman, Cruz de Piedra, Dolium,
Chandon, Etchart, Norton, Cabrini, Viniterra, Lagarde, Viña Amalia,
Alfredo Catena, Domaine Vistalba, Luigi Bosca - Leoncio Arizu, La
Agrícola, Nieto Senetiner y Pequeña Bodega.
Valle de Uco
En los últimos años, esta zona ha visto la implantación de una gran
7. superficie de viñedos por parte de las más importantes bodegas
argentinas y también numerosos inversores extranjeros (franceses,
italianos, españoles, norteamericanos, holandeses y chilenos, entre
otros). La elección no ha sido casual. Situado al pie de la Cordillera de
Los Andes, con un paisaje inigualable y con altitudes promedio
superiores a los 1000 metros, el Valle de Uco es un lugar ideal para la
producción de uvas y vinos de altísima calidad.
Departamentos: Tupungato, Tunuyán y San Carlos.
Algunas bodegas: Salentein, Lurton y Fapes.
Sur de Mendoza
San Rafael cuenta con numerosas bodegas, algunas de gran
tradición, ideal para degustar vinos y espumantes de reconocida
calidad. Es la segunda región en importancia luego de la Centro -
Oeste.
Departamento: San Rafael.
Algunas bodegas: Balbi, Bianchi, Suter, Jean Rivier, Barral y Roca,
Lávaque y Goyenechea.
San Juan (Región de Cuyo)
En San Juan, la vitivinicultura se desarrolla principalmente en el Valle
del Tulum y en menor proporción en los valles de Zonda y Ullum.
La variedad predominante es la Cereza, uva rosada de múltiple
propósito ya que se destina a elaboración de jugos concentrados y de
vinos, generalmente vinificada en blanco y también para el consumo
en fresco y elaboración de pasas.
Las variedades tintas ocupan una superficie menor.
En los últimos años los productores sanjuaninos han efectuado
marcados progresos en el rumbo cualitativo tomado por la
vitivinicultura del país. Se han implantado aproximadamente 2.000
hectáreas conducidas, en partes iguales, en espaldera alta y parral
con variedades de alta calidad enológica. En los viñedos existentes se
ha mejorado el manejo del cultivo.
8. Otro hito importante lo constituye la adopción de tecnología de punta,
lo que les permite actualmente elaborar vinos finos de muy buena
calidad.
Bodegas: Viñedos Santiago Graffigna, Franelco S.A.
Cepas tintas: Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Lambrusco, Greco
Nero, Barbera, Nebbiolo, Tempranilla y Bonarda.
Cepas blancas: Torrontés Riojano, Moscatel de Alejandría, Pedro
Giménez, Chenin, Tocai Friulano, Riesling, Viognier y Chadornnay.
Cepas Rosadas: Cereza.