2. Habiendo un solo Dios, existen en Él
tres Personas distintas -Padre, Hijo y
Espíritu Santo-. Hay una sola
naturaleza divina, pero tres Personas
divinas.
El Verbo de Dios y el Amor de Dios son
tan sin tiempo como la Naturaleza de
Dios. El misterio de la Santísima Trinidad
es el misterio de tres Personas co-iguales,
co-eternas y consustanciales, realmente
distintas, que tienen la misma naturaleza
divina y constituyen un único y solo
Dios.
3. No obstante, a cada Persona
divina se le atribuyen ciertas
actividades u obras, que
parecen más apropiadas a la
particular relación de tal o
cual Persona divina.
Por ejemplo, a Dios Padre se le
adscribe la obra de la creación,
ya que pensamos en Él como
“el principio”, el arranque, el
motor de todas las cosas.
4. Como Dios Hijo es la Sabiduría o
Conocimiento del Padre, le
apropiamos las obras de sabiduría;
es Él quien vino a la Tierra para
mostrarnos la verdad.
5. Por último, como el Espíritu
Santo es el Amor Sustancial,
le atribuimos las obras de
amor, particularmente la
acción santificadora de las
almas.
6. CON ESTE MODELO DE UNIÓN EL SER
HUMANO DEBE INTERESAR POR EL
OTRO.
ES NUESTRA MISIÓN