1. 2.3 La violencia en el aula
Existen diferentes factores que afectan el correcto proceso de convivencia,
el más conocido es el comportamiento dentro del aula entre los estudiantes o bien
ellos hacia los profesores. En el último tiempo se ha observado un aumento
progresivo en conductas violentas dentro del salon de clases. En relación con lo
anterior, el MINEDUC en abril de 2011, a través de una encuesta dirigida a más
de 200 mil alumnos, reveló un crecimiento notable en los niveles en cuanto a la
violencia en la conviencia escolar, ya que un 50% de los encuestado dijo que a
veces o casi siempre observa amenaza; u hostigamientos entre compañeros.
La violencia escolar es uno de los elementos expuestos, y se define “como
un comportamiento de prepotencia o abuso injustificado que unos ejercen sobre
otros, afectando el clima de convivencia de la escuela y de la sala de clases,
dañando el desarrollo de los alumnos (as), y a su vez, perjudicando el desempeño
profesional de los docentes” (Lolas, 1991, p. 35).
Lo establecido por Lolas posee una vinculación directa para lograr crear
cultura de paz por parte de los estudiante, profesores y familia, ya que estos son
los principales protagonista en dicha problemática. La cultura de paz es un
proceso largo y riguroso que establece una mejora en la convivencia en el aula.
Es por esto que los comportamientos agresivos que se ven presentes en
diferentes establecimientos, afectando el buen actuar de la convivencia entre
alumnos con igual o bien entre profesores y alumnos. Pero lo que sin duda debe
saberse, y que aún no está claro, es ¿cómo enfrentarse a problemas de
convivencia escolar entre los alumnos? ¿y como se debe enfrentar con los
profesores? De acuerdo a lo que establece el Ministerio de Educación, en los
documentos de convivencia, se debe “abordar los problemas escolares de forma
clara y ordenada, para ello es necesario aclarar que en la cotidianidad de la
escuela / liceo, no todo lo que ocurre puede ser llamado violencia, agresión o
2. bullying”. (MINEDUC, 2004, p. 2). En tal sentido, es conveniente clasificar los tipos
de conductas que corresponden a cada comportamiento, de esta forma podrá
construirse un instrumento de cáracter estandarizado para el establecimiento con
puntos de flexibilidad que se adecúen a situaciones específicas.
Considerando lo anterior, los expertos distinguen dos tipos de violencia, la
física, la verbal o psicológica y social o cultural.
a) Violencia física “Daño corporal que le hacemos a alguien más débil que
nosotros. De hombre a mujer, de hombre a hombre, de mujer a hombre
o de cualquiera de los dos a un menos, anciano o anciana, o a un
discapacitado” (Martinez, 2005, pág. 65).
b) Violencia verbal o psicológica “Mediante el uso de las palabras se
hace sentir a una persona que no hace nada bien, o que no vale como
tal. Se le ridiculiza, insulta, humilla o amenaza en la intimidad, ante la
familia, ante amigos o desconocidos” (pág.65)
c) Violencia social: “ son amenazas, rumores o exclusiones que ocurre en
la sociedad” (pág.65)
Vale resaltar, que, todos los seres humanos somos agresivos por
naturaleza incluyendo al docente/alumno, pero “pasamos a ser violentos cuando
atentamos, ya sea verbal, física o psicológicamente contra otro” (Goleman, 1996).
Actualmente, es común el uso del término “Bullying”, que es la opresión reiterada
tanto psicológica como física, hacia una persona con menos poder, por parte de
otra con un poder mayor. Ante esta definición se distinguen los diferentes factores
que influyen en la mala convivencia escolar, entre ellos está el maltrato o mal uso
de poder por parte del educador hacia el estudiante y, por el contrario, también se
vincula con el abuso por parte del grupo de escolares hacia el equipo docente.
Esta situación puede encontrarse en establecimientos como particulares como
3. municipales o dentro de cualquier etnia, modelo social, estructura económica o
distintas culturales (López, 2005, pág. 63)
Dentro de la violencia escolar existen factores que influyen en la emisión de
la conducta violenta, es los factores culturales de los estudiantes, uno de los
modelos más importantes del ámbito sociocultural del niño o niña, es la familia. La
desintegración familiar constituye un elemento importante. Las relaciones dañadas
entre los propios padres provocan tensiones que pueden inducir al niño a
comportarse en forma violenta o agresiva. La ausencia del padre, el estrés de la
madre, deterioran la época de formación, entre otros. Todos estos factores hoy en
se ven a diario y cada vez existen más niños que conforman familias
monoparentales, esto quiere decir que el grupo familiar está compuesto por un
progenitor, que puede ser la madre o el padre, lo que sin duda afecta de cierto
modo la conducta de los hijos, dado que no tienen la imagen de una familia
biparental, con la presencia de una madre y de un padre a cargo de ellos.
También influye mucho el lugar donde el niño se desenvuelve al momento
de llegar de la escuela, sobre todo si viven en poblaciones con problemas sociales
o culturales. Un estudiante que conforma una familia monoparental y vive en un
barrio de bajos recursos o más bien marginal, se desenvolverá al llegar a su casa,
con personas que no serán los más apropiados para adquirir buenos y adecuados
aprendizajes.
Sin duda, el dato entregado, alteran la formación apropiada de los escolares y
repercuten en el comportamiento que pueden mantener en la escuela. Por lo
tanto, se puede producir un clima de aula que no sería el óptimo, lo que
favorecería la violencia escolar que puede ocurrir en ciertos establecimientos.
Toda esta situación favorece a que cada vez más los jóvenes se reúnan o agrupen
en pandillas, los autores el libro “Vivir con otros” escrito por Arón & Milicic,
establecen que las personas, a lo largo de su vida, se relacionan con otra;
personas siendo éstas mala o buena influencia.
4. 2.3.1 Factores que incrementan la violencia en el aula
Dentro de la sala de clase es imposible mantener un ambiente tranquilo,
de paz o sin altercado violento, ya que las personas por esencia natural
mantienen un conflicto con otro (Murciano, la mediación escolar "una estrategia
para abordar el conflicto", 2005, pág. 25). Muchas veces la violencia que existe
en nuestra sociedad o ambiente escolar tiene como origen la familia. La
intervención que posee la familia en la educación de los alumnos es fundamental,
pues son los principales benefactores de la creación de un ambiente de paz, ya
que a través de la adquisición de los primeros esquemas o modelos de cómo
solucionar un conflicto con expectativas básicas sobre lo que se puede esperar de
sí mismo y de los demás (empatía), dicho modelo posee una vinculación directa
con el desarrollo emocional de las personas.
Otro de los factores que aumenta la violencia, es el denominado entorno o
medio social (cultural, cuidad, población, barrio), ya que el alumno está netamente
vinculando con él, es por ello que antes de tener una perspectiva errónea ellos,
se debe tener en cuenta el ambiente en que se desarrollan. De acuerdo a lo
anterior, podemos decir que la mayoría de los niños y adolescentes han
encontrado en el contexto familiar que les rodea, condiciones que les han
permitido desarrollar una visión positiva de sí mismos y de los demás. La cual es
necesaria para: aproximarse a un mundo con confianza, que debe afrontar las
dificultades de forma positiva y con eficacia, obtener la ayuda de los demás o
proporcionársela; condiciones que les protegen de la violencia. En casos
puntuales, especialmente cuando están expuestos a un ambiente de violencia y
conflicto, pueden aprender a ver el mundo como si solo existieran dos papeles:
agresor y agredido, percepción que puede llevarles a legitimar la violencia al
considerarla como la única alternativa a la victimización. Esta forma de percibir la
realidad suele deteriorar la mayor parte de las relaciones que se establecen,
reproduciendo en ellas la violencia sufrida en la infancia.
5. 2.3.2 Prevención de la violencia escolar.
Una de las principales quejas que surgen a nivel de institución educativa,
es el comportamiento de los pupilos o alumnos, por lo cual, un control excesivo
sobre ellos “crea un clima tenso, de desconfianza, que entra en contradicción con
las finalidades de la educación y que a menudo se produce un efecto inverso”
(Murciano, 2005, pág. 42). Con lo mencionado, logramos situarnos en que todo
proceso de intervención debe tener una regulación constante entre los
participantes, ya que si no se hace con rigurosidad no podremos evitar los
actos injustificados, que un agresor utiliza sobre su víctima, ya sea de forma
directa o indirecta.
Si queremos prevenir la violencia escolar de forma adecuada, debemos tener
en cuenta que esta tarea está en manos de la comunidad escolar: profesores,
alumnos, familia y entorno. Para una intervención de la violencia y mejora de esta,
tenemos que centrarla en forma cooperativa e instantánea entre todos los
implicados, pues es fundamental buscar el espacio y tiempo de acción donde
ocurra cualquier tipo de abuso o violencia.