2. Fue el primero en dominar plenamente las leyes de la
perspectiva. Sus figuras destacan por su
monumentalidad, como puede apreciarse en El
Tributo, de la Capilla Brancacci, de la Iglesia de Sta.
María del Carmen de Florencia.
OBRA DE FRA
ANGÉLICO (1387‐1455)
3. Flora Es la única del grupo que mira directamente al
observador y parece que intenta esparcir sus flores por
el exterior de la escena. Destaca también por su
sonrisa, pues es infrecuente en la pintura renacentista,
en particular en Botticelli, cuyas mujeres (y así se ve en
sus numerosas Vírgenes con Niño) están siempre
serias, abstraídas.
4. Se encuentra en el centro del cuadro y sirve de eje a la composición,
volviendo ligeramente la espalda al resto de figuras. En torno a su
cabeza se aclara la arboleda, formando una especie de aureola. Está
representada como una Madona, con el cabello cubierto por cofia y
velo, como una mujer casada. Viste una camisa larga y, por encima,
vestido y manto, que cae de forma asimétrica, como el de Mercurio. El
vientre prominente era considerado gracioso, y un signo de elegancia
era colocar la mano sobre una tela, para evidenciar su belleza.
5. Dios del viento benigno representado con colores fríos
mientras busca el amor de la ninfa. Sopla la dulce brisa
que hace posible la primavera. La ninfa Cloris, de su
boca salen las flores primaverales que Flora recoge en
su vestido transparente.
6. Junto a las encorsetadas figuras centrales, en primer
plano, un ángel arrodillado de rostro dulce y pelo
minuciosamente dibujado, vestido con una túnica de
pliegues impecablemente realistas parece observar el
conjunto con cierto escepticismo.
7. Fresco modificado para superar los inconvenientes del
fresco tradicional, rapidez de ejecución e imposibilidad de
retoque, y posibilitar su planteamiento de la obra de arte
como un proceso intelectual. El resultado del experimento
fue desastroso y la pintura "llena de majestad y belleza" que
vieron los contemporáneos, está actualmente desvanecida.
8. Parece ser que la protagonista del cuadro es Lisa Gherardini, una dama
florentina casada con Francesco del Giocondo, banquero napolitano.
No obstante existen otras posibilidades sobre quién es la protagonista
del cuadro. Hay quien dice que es la española Constanza de Ávalos
Máximo exponente del retrato leonardesco en el que los rasgos se
determinan e indeterminan a la vez.