Este documento narra cómo Nene La Luna, un personaje popular conocido en el pueblo por sus apodos de "Nene La Luna" y "Guaguancho", fingió haber sido asaltado para evitar el castigo de su padre por volver a visitar casas de lenocinio después de haber sido advertido. Nene fingió ser víctima de un asalto gritando auxilio en la plaza para que su familia, incluido su padre, acudieran. Luego les dijo que los asaltantes ya se habían ido y lo habían dejado herido
1. Asalto en La Anacahuita
Por Richard F. De La Rosa
Neme La Luna”a quien algunos llaman“Guaguancho”
Puerto Padre fue siempre una ciudad muy tranquila, donde la delincuencia era
casi desconocida y no se efectuaban asaltos contra sus ciudadanos.
Pero, como cada regla tiene su excepción, un “asalto” fue llevado a cabo, mejor
dicho, fue “inventado” por la mente ágil de un personaje muy popular en el
pueblo que me vio nacer, quien era conocido por dos distintos apodos: “Nene La
Luna” y “Guaguancho”.
Hace muchos años, cuando Nene era aún muy joven, concurría casi todas las
noches, a las casas de lenocinio, situadas en las afueras del pueblo, en las cuales,
después de darse varios “cañangazos” de ron,no tardaba en “buscar bronca”,
regresando a su casa,amoratado, maltrecho, y con su ropa hecha jirones.
Cansado del mal comportamiento de Nene, que por cierto, ya se había convertido
en rutina, su padre le advirtió que tenía que deshechar ese mal hábito, porque si
osaba reincidir, la próxima vez que lo hiciera,le haría leña en sus espaldas toda la
madera que había sobrado cuando edificaron la cerca de la casa.
2. Nene, sabiendo que el progenitor de sus días siempre cumplía lo prometido, para
evitar la anunciada paliza, se alejó por algún tiempo de los promiscuos lugares
que solía frecuentar.
Pero, como dice el dicho, “perro huevero, aunque le quemen el hocico”, una
noche no pudo resistir la tentación y reincidió,…………….y por supuesto, sucedió lo
acostumbrado.
Sabiendo lo que le esperaba al regresar a su morada, ideó una astuta maniobra
paraevitar el seguro, inminente e inevitable castigo que le iba a propinar su padre,
cuando regresara, enlas condiciones deplorables de siempre.
Situándose en elcentro de la conocida plazoleta de la “Anacahuita”, ubicada muy
cerca de su hogar, y en su peculiar forma de hablar, comenzó a gritar con toda la
fuerza que le daban sus pulmones: “Aujilioooo”……….....,“Jocojoooo”……….......…,
“Aujilioooo……………….,“Jocojoooooooo”
Pasados algunos minutos,alarmados por los gritos angustiosos de Nene, llegaron
al lugar del suceso varios de sus familiares, entre ellos su padre.
Fingiendo estar muy desconsoladopor el “asalto”, del quesupuestamente había
sido víctima, Nene les dijo sin inmutarse:
-“¿”Ajora”“ej” que “mienen”?.
-“Ña”“ej” muy “tajde”, ”ponque” “loj”“ajaltantes” “ña” “je” “jueron”, y “minen”
como me “an” “ejao”, “to” “jipiao” y “caji” “muejto”.
Richard F. De La Rosa se adjudica y reserva todos los derechos de autor.