1. Biopsia hepática
La biopsia hepática es un procedimiento rutinario de bajo riesgo en manos experimentadas.
La biopsia hepática es el procedimiento médico necesario para la obtención de una pequeña
muestra de tejido hepático para su examen directo al microscopio. Si bien los exámenes de sangre
y la apreciación clínica entregan bastante información, la biopsia hepática entrega un nivel de
certeza muy superior para la toma de decisiones clínicas en las personas con enfermedades
hepáticas.
La información que entrega la biopsia hepática puede resumirse en los siguientes puntos:
Diagnóstico
La biopsia entrega información importantísima para confirmar la sospecha diagnóstica. En la
actualidad, con la gran cantidad de exámenes diagnósticos sanguíneos, frecuentemente la causa de
la enfermedad hepática se ha determinado antes de llegar a la biopsia, pero sigue siendo el método
de confirmación.
Pronóstico
Probablemente esta es la información más relevante que entrega la biopsia hepática, y puede
dividirse en:
Grado de fibrosis
Las enfermedades hepáticas crónicas frecuentemente presentan una progresión desde el estado
normal hasta fibrosis marcada (equivalente a cirrosis hepática). La biopsia permite conocer en que
etapa de la enfermedad se encuentra el paciente, lo que permite tomar decisiones en cuanto a
tratamiento.
Grado de actividad
La biopsia hepática permite conocer el grado de inflamación que presenta el hígado en las hepatitis
crónicas (p. ej. hepatitis C), lo que indica de alguna forma la velocidad de progresión que tiene la
enfermedad.
2. La biopsia hepática puede realizarse ambulatoriamente o puede recomendarse una hospitalización
corta (una noche). El paciente debe llegar en ayunas. Habitualmente se ubica la mejor zona para la
punción mediante la percusión del costado derecho o mediante una ecografía (ultrasonido). Una
vez ubicado el sitio, se infiltra la piel con un anestésico local y se inserta una aguja que obtiene un
pequeño trocito de hígado. El procedimiento en sí dura menos de 1 segundo.
La biopsia hepática es un procedimiento rutinario que en manos experimentadas tiene un riesgo
muy bajo de complicaciones. La complicación más importante es la hemorragia, que ocurre en
menos del 1% de los casos. Se ve con mayor frecuencia en las personas con problemas de
coagulación y en personas con cáncer. Otras complicaciones menos frecuentes incluyen la punción
de otros órganos (vesícula, riñón, etc.) e infección. Cualquiera de estas complicaciones podría
requerir un procedimiento (incluyendo cirugía) para solucionar el problema, sin embargo esto es
algo extremadamente excepcional. Para disminuir el riesgo de hemorragia se recomienda que los
pacientes suspendan el consumo de aspirina o cualquier otro anti-inflamatorio durante la semana
previa al procedimiento.
La persona puede sentir dolor leve a moderado después del procedimiento, tanto en el costado
derecho como en el hombro derecho, lo cual es manejado con analgésicos.
Existen alternativas a la biopsia hepática percutánea:
Biopsia hepática vía transyugular: A través de un catéter insertado a través de la vena
yugular derecha se accede a la vena suprahepática y se obtiene una muestra de tejido hepático.
Esta vía tiene la ventaja de tener menor riesgo de sangrado, por lo que es especialmente útil en
pacientes con alteraciones importantes de la coagulación. Su inconveniente es que las muestras
de tejido son más pequeñas, por lo que la interpretación de su resultado es más difícil.
Biopsia hepática laparoscópica: Mediante una laparoscopía se puede explorar la
superficie del hígado y obtener una muestra de tejido hepático. Este procedimiento tiene la
ventaja de ser más seguro al poder realizar hemostasia directamente en el sitio de punción y
además de poder visualizar directamente la superficie del hígado, lo que rápidamente orienta al
diagnóstico de cirrosis y otras condiciones.