BIBLIA CATOLICA, NUEVO TESTAMENTO, CARTA DE SANTIAGO, PARTE 20 DE 27
1. HEBREOS 13
les enseñaron la palabra de Dios; mi-
ren cómo dejaron esta vida e imiten
su fe. I Cristo Jesús petrnanece hoy
como ayer y por la etemidad.
e
No se dejen engañar por las nove-
dades y las doctrinas extrañas a la fe.
La gracia de Dios es un buen medio
para fortalecer la vida interior; no
cuenten con otros alimentos de los
que nadie sacó piovecho. '0 Nosotros
tenemos una mesa sagrada en la cual
no pueden sentarse los que todavía
sírven en el Templo.
¡ I Y fíjense: después de que el su-
mo sacerdote ha llevado al Santuario
la sangre que ofrece por el pecado,
Ios cuerpos de las víctimas son que-
m a dos fu era d el recinto sa grado.
'2 Por eso mismo también Jesú-s salió
de la ciudad santa para sufrir su pa-
sión y purificar ál pueblo con su pro-
pia sangre. '3 Salgamos, pues, del re-
cinto sagrado para ir a su encuentro,
y carguemos con su misrna humilla-
L¡0n, .to' sabiendo'que noltenemos
aquí una patria permanente, sino que
andamos en busca de la futura."
'5 Ofrezcamos a Dios en todo tiem-
po, por medio de Jesús, el sacrificio
de alabanza, que consiste en celebrar
su Nombre. 16 No se olviden d'e com-
partir y de hacer el bien, pues tales
sacrifiiios son..los .que agradan a Dios.
" Obedezcan á ,.rr dirigentes y es-
tén sumisos, pues ellos sé desvelan
Por sus almas, d9,l?_t cuales deberán
468
rendir cu enta . Oja lá esto sea pa ra
ellos motivo de alegría y no un peso,
pues no les traería a ustedes ventaja
de ninguna clase.
rB
Rueguen por nosotros, QUe sólo
deseamos proceder"en todo con rec-
titud y estarnos seguros de que nues-
tras intenciones son limpias. re Les
ruego encarecidamente que recen a
Dios para que cuanto antes pueda
volver a ustedes.
' Que los bendiga el Dios de la paz
que rescató de entre los muertos
a Jesús, nuestro Señor,
Pastor Supremo de las ovejas por
haber derramado Ia sangre de
la Alianza etema;
'' que les haga adquirir todo Io
que es perfecto,
para que así cumplan su
voluntad,
pues él pone en nosotros lo que le
agrada, por Cristo Jesús,
a quien sea la gloria por los siglos
de los siglos. Amén
,..
zz Hermanos, les ruego que acep-
ten' estas pqlabras de
-exl-rortación,
pues les escribí uR poco apurado.
t3 Sepan que nuestro herma'no T¡-
motéo fue puesto'en libertad.'Si vie-
ne pronto, ité con él a visitarlos.
24
Saluden a todos sus dirigentes y
a todos los santos hermanos nues-
troS. Los de ltalia los saludan.
25
La gracia sea '!on. todo¡ ustedes.
¿Quién es santiago? con toda probabilidad esre nombre se refiere a Santia_eo;
hennano del señor. Fue favorecido con una aparición privada de,Jesús resuciia-
do (lco 15,7) y al parecer fue a él a quien Pédro confió la Iglesia de Jerusaién
(He 12,17; 15,13; 21,18) en el momento de pasar a la clandeitinidad. posterior-
mente fue considerado como el responsable de todas las comunidades cristianas.
de mayoría judía establecidas en Palestina, Siria y Cilicia (véase.He 15,13-29).
Esta carta es el escrito del'Nuevo Testamento que denota el mayor parentesco
con el Evangelio de Mateo, aun cuando se tratén iemas que son
"o-rir".
a totlos
log escritos apostólicoi; se en'conrrarán en particular lós ecos del Sermón"del
monte. Lo que revela de las cómunidades judías de Palestina y de Siria comple-
menta y corrige la imagen,que se pudiera tener de ellas, si se aiiené a las difióul-
tades que experimentaban rnuchos de sus mieinÜros para liberarse de la ley de
Mgisé5. La carta de Sanriago recuerda, al igual que el Evangelio de Mateo, que
la Ley educa para Ia libertad (2;'12). A su manera es un verdadero c¿rmino (2,8)
uno de los puntos de esta'carta que más ha llamado la atención.es la insisten-
cia muy fuerte de Santiagb eñ la inutilidad de. la fe que no se traduce en' obras
(2,14-26). E§ta insistencia contrasta con las afirmaciones de Pablo quien, éspq:,.
cialmente.en Gál 5 y Rsm 4; afirma que somos salvados por la fe y-no porlas
obras. Es imposible negar h intención de corregirse el .unq af oug; más aún,.un
estudio comparado de las epístolas obliga a decir qué S-antiago conoqia Ia prime-
ra carta de Pablo a los Corintios cuando escribió Ia suya, y que Pablo; a su vqz,
conoció la carta dp,.Santiago ante5 de responderle en Gálatás y en 2Corintios.
Los textos de los Hechos relativos al concilio de Jerusalén invitan a no..acen-.
tuar en demasía la oposición entre ambos (véanse las notas de He l5); Pablo,
que critica duramente el entorno de Santiago, pÍuece.que tuvo por él personáI.
mente más que un simple respero. Santiago, al'dirigirse a los fieles de Jerusalén, -
enseña cosas sencillas y'prác¡icás, inspiradas en la sabidurí¿ del Antiguo Tesia. "'
mento. La religión auténtica se. reconóce en la forma de vivir y de tratar a los
para los que buscan la perfeqción.
qtre nos rodean.
La carta de Santiago, habida cuenta
sido escrita el año 56 o 57. Se sabe que
de lo que acabamos de decir, debe haber
Santiago mgrió apedreado el año 62.
2. 'l
SANTIAGO 1
fr I ' Santiago, servidor de Dios Y
tlJ de Cristó Jesús el Señor, salu-
da a las doce tribus disPersas en me-
dio de las naciones.
Paciencia en las pruebas
o z Herrnanos, -considérense afor-
tunados cuando les toca soportar to-
da clase de pruebas. 3 Esta Puesta a
prueba de la fe desarrolla la capaci-
ilad de soportar, o y Ia capacidad de
soportar débe llegar a ser perfecta, si
queremos sgr perfectos, cornPletos,
sin que nos falte nada.
5 Si alguno de ustedes ve qUq le
falta sabiáuría, que se la pida a Dios,
pues da con qgrado a todos sin ha-
cerse rogar. El se la dará. 6 Pero hay
que pedir qon fe, sin vacilar, Porqyq
eit qr.ie vacila se parece a las olas del
marque están a merced del viento-
' Esa gentg no puede esPera¡ lada
del Señor,-I son pefsonas divididg: y
toda su eiistencia será inestable-
e El hermano de condición humil-
de debe alegrarse cuando su situa-
ción mejora, ro y el ricg, cuando se
ve rebajádo, porque pasará como la
flor del carnP-o. ll Se-levanta el sol y
empieza el cafor, seca la hierba Y
470
marchita la flor, y pierde toda su gra-
cia. Así también el.rico verá decaer
sus proyectos.
t2 Feliz el hombre que soporta pa-
cientemente la prueba, Porque, des-
pués de probado, recibirá Ia corona
de vida que el Señor prometió a los
: que Io arnan.
13
Que nadie diga en el mornento
de la prueba: *Dios me malda la
prueba., Porque Dios está a salvo de
todo mal y tampoco manda pruebas
a ninguno. 'o Cada uno es tentado
por su propio deseo, que lo arrastra
y Io seduce; ''.el deseo concibe Y da
á luz el pecado; el pecado crece y, al
final, engendra la muerte.
o 16
Hermanos muy queridos, no
se equivoquen: t7
són las cosas bue-
nas y los dones perfectos los que
proceden de lo alto y descienden del
Padre que es luz; allí no retornan las
noches-ni pasan las sombras. 't Muy
libremente nos dio vid a y nos hlzo
hijos suyos mediante la palabrq de la
vérdad,lp,qru qye fuéramos la flot'de
su creacton.
re Hermanos rnuy queridos, sean
prontos para escuchar, Pgio lentos
47 1
para habl ar y enojarse, 'o pues la ira
del hombre no realiza la justicia de
Dios. 2' Por eso. rechacen la impu-
reza y los excesos del mal y reciban
con sencillez la palabra sembrada
en ustedes, que tiene poder para
salvarlos.
22 Pongan por obra Io que dice la
Palabra y no !e conformen con o!_rla,
pues se engañarían a sí mismos. " EI
que escuctia la palabra y no Ia prdc:
tica es como aquel hombre que se
miraba en el espejo, 2o
pero apenas
s9 mifabd,-.sS iPu.y se olvidab-a dg
cómo era. 25
Todo lo contrario el que
fUa su atención en la ley perfecta-de
la libertad y persevera en ella, Do co:
mo oyente olvidadÍzo, sino corno ac-
tivo qumplidor; éste será dichoso al
practicarla.
:u Si alguno se cree muy religioso,
perg no refrena su len-gu.q, se enga¡a
a sí mismo y su religión no vale.
27 La religión verdadera y perfecta
ante Dios, nuestro Padre, consiste en
esto: ayudar a los huérfanos y a las
viud,as en sus necesidades yrno cbn-
taminarse ;con la corrupción de este
mundo.
Tratar igual a pobres y A ricos '
[Tl ' ' Hermanos, si realrnente cre-
lA en en Jesús, nuestro Señor, el
Cristo glorioso, no ]ragan diferencias
ent¡e personas. ' Supongamos que
SANTIAGO 2
entra en su asamblea un hornbre muy
bien vestido y con un anillo de oro y
entra también un pobre con ropas su-
cias, 3 y ustedes se deshacen en aten-
ciones coR el hombre bien vestido y
le dicen: *Tome este asiento, que es
rnuy buenor, mientras que al pobre Ie
dicen: ,iQ,uédate de pier; o bien: uSién-
tate en el suelo a mis pies,. o Dígan-
ffie, ¿no sería hacer diferencias y dis-
criminar con criterios pésimos?
5 Miren, hernianos, idcaso no ha
escogido Dios a los póbres de este_
mundo para hacerlos ricos en la fe?
¿No les dará el reing que prometió g.
quienes !o aman? 6 Ustedés,'€o
cambio, los desprecian. Sin-, embar-
go, son los ricos quienes los aplas-
tan a ustedes yr tos arrastran ante los
tribunales. ' ¿Y no son ellos los que
blasfeman el glorioso nbmbre de
Cristo que ha sido pronunciado so-
bre ustedes?
I Obran bi.en cuando cumplen la
Ley del Reino, tal corno está en la
Escritura: Ama a tu prójimo como a ti
rnismo e Pero si hácán diferencias
entre Ias personás, cometen pecado
y la misma Ley los denuncia como
culpablé§. "0 Poique si alguien curn-
ple todá Ia Ley, p€ro falla en un solo
punto, €.s como si faltara en todo.
" Pues el que dijo: No cometerás
adulte,río, d.ljo también, No matarás
.-'
o l -2 Para ernr,er¡¡r. la- firmeza de la fe- Pusi-
mos- capacidadlde .soportar ahí-donde Santiago
utiliza üna palabra que slgnifica paciencia, -pero
con el sentido de pdrsevéiancia, én medio de las-
pnrebas y pqr*cuéiones. Sanüago es un hombre
que nd vacila, y nos sentimos seguros po: su
ionvicción: pidan a Dios y se Io dará. Feliz
euien soporta la Prueba' Estci iuesn a prueú de la.'fe... (3)= No esta-
mos en
teste
mundo .para pasarlo bien. Lo impor-
tante es que ap[gvechemos el tiempo quq Digq
nos da para crecer y -madurar c_o-mo per§onas- trI
que no'ha sufrido sab€ poco. Y los que sufren,
ñruchas veces, no se dan cuenta que lo mejor de
su Dersona lo deben a que han tenido que supe-
rar'mil dificultades: Pablo dice que esas pryelas
nos hacen merecedores del Reino de Dios (2 Tes
i,51, t¿;á áe tanto pára la.s comunidades como
para las personas.- § a,lqlno de ustedes'ue que le falta sobidu-
río (5). bios ha puesto a nuestro aléance todo lo
que'necesitamos para solucionar nuestros proble-
riras. Y de él vtene Ia sabiduría con la que nos ha-
remos responsables de nuestro destino en vez de
resignamos.
IJav que pedir con fe 16'). Cuando sepamos
bien óuáles son los obstáculos que Dios quiere sa-
':.
camos de delante, seremos capaces de pedirle
,,
Que nqdi,e digo (13). h gtan mayoría de'los
hombres §uardañ secretamehte un rencor bontra
Dios y ndpierden ni.una oportunidad de hacerlo
responsable de sus propigs erTores. :
. 17...El,Podr."i, qr" es luz; allí no porgL lo,
sombras (17)- Poiq:ue, somos inconstantes, §9"-
tiago nos
'invita
a lévantar la mirada hacia'el Pa-
drá que no ca'mbia y al que ñada conmtieve en su
santiáad y su felicidad. íQr¿ cosa más.asombro-
á, át Paáre en su etemidad ya goza de nuestra
oréséhcia. mientras'n'osotros, qué üümos en el
fiempo, todavía no sabemos fi¡amos.e+ él! Empe-
cemos a acostumbramos a la etemidad.' '
Nos dio uída (18). Esto se parece a lo expresa-
do en 1 Pedro 1. v nos recuerda el sentido de
nuestro bautismo.'Santiago saca esta conclusión:
la palabra de.Dios hay que guardarla y meditarla
para que no haga sino una spla cosa con noso-
[át. Ño-Uástu .dt háber mejórado su üda duran-
te algún tiempo para prepararse al bautisrno, si-
no que se debe persevérar en el bien.
o l.l El qr" hcice dislincíón entre las' perio-
nas (2,4) no puede ser. cristiano. Distinciones de
clase o de color. Nunca hay justificación para el
favoritismo o para n'o resp-eiar los .derechos de
cada uno o para hacerlo esperar o para: tratarlo
mal. Hay en eso un instinto dg jusiicia que va
unido a la fe. ,
Santiago habla de distinciones dentro. de lá
Igle§ia, y eS.ahí donde. por desgracia con mucha
fíácueñé¡a, subsisten obitinadañente. Si en rnuj
chos países los que más .frecueÍrtán la lglesia son
los que_ están mejo¡ ubicados sócialmehte y.los
que tienen mejor instrucción, es giertamente por-
que en sus elecciongs y en. su práctica la lglesia
ha dejado de lado'a los otros'pára. tal vez. no re-
c.upérqrlos nunca más. .. . . '
Dier escogíó a los ¡iobrei, pafa ha,cerlos rí-.
éos én la fé,. Los apóstoles. que son nuestr.os
mabstros indiscutidos en'la fe, érán pobres de di-
neró y de iñfluencia, peró lo-bastante riCós en fe
para sostenerla al precio de su sangre. Santiaqo
dice que lop ricos profanan el. nombre de Crisó.
Talvez hable de ricos,que no creen y que se bur-.
lan de los creyentes sencillos, o tal vez de ricos
cristi.anos. cLlya,üda es causa de que se critigue g!
nombre de Cristo.
Santiago invita a la Iglesia a :qug se examine
sobre cómo noq tratamos. unos a' otros en sus
institucion€s;.'a que se pregunte'con quiénes sd
reúnen ordinariamente los pastores de la Iqlesia
o a quiénes üsitan y se conlían... ¡Cuán táñibles
verciades rgvelarí3n. pl,eguntas de ese tipo!
' La'Jey del Reino (8):,es el mandamiento del
amor, el q'ue, según Jesús, resume toiJos. los
o.tros. L?.y .de.l¡.bértdd, por.qug nos hace libies.
siendo ella la única que quedará cuando el Espíri-
tu nos haya condutido'más allá de las leyes.
3. SANTIAGO 2
Si, pues, no cometes adulterio, Pero
rnat'as, ya has violado la LeY-
tz Hablen, Por tanto, Y obren como
quienes han de :91 j.uzgqdg¡ Por una
léV de libertad. 13
Habrá juicio, sin mi-
sáicordia para quien no ha sido mise-
ricordioso, mientras que la misericor-
dia no üene miedo al juicio.
_
I-a fe se demuestra con las obras
o t4 Hermanos, si uno dicg que tie-
ne fe, pero no viene con obras, ¿de
qué le'sirve? ¿Acaso lo salvará esa
fáf 15
Si un heimano o una hermana
no tienen con qué vestirse ni qué co-
mer, 16
y ustedés les dicen: nQue les
vavd bién, caliéntense y aliménten-
,.í, sin darles lo'necesario^Para el
cuerpo, ¿de qué les sirve eso?
17
Lo mismo ocurre con la fe: si no
produce obra¡,.€s. gue está !Lqe*a'
is y sería fácil decirle a uno: *Tú tie-
nes fe, Pero yo tengo obras. Muéstra-
rne tu' f'e sin- obrasl y yo te mostraré
mi fe a través de las bbras. 't ¿Tú cre-
es que hay un solo Dios? Pueq quy
bien, peró eso lo creen también los
demonios Y tiemblan'.
20 ;Será necesario demostrarte, si
no id sabes todavía, gLlg lq fe ?in
obras no tiene sentido? 2t Abrghíp,
nuestro padre, ¿no fue reconocido
iusto ,or'-ru, obás cuando ofréció a
t, hijó Isaac sobre el altar? 2 Y a ves
que Ía fe acomPañaba a sus obras, Y
alZ
por las obras su fe llegó a la madu-
rer. 23 Esto es lo que recuerda la Es-
critura: Abrahán creyÓ en Dios, .g por
eso fue reconocido iusto, y fue llama-
do amigo de Dios-
21 Entien,Can, Pues, que uno llega a
ser iusto a través de las obras y no sólo
por'la fe. " L9 mismo P.asó !on, REjab,
ia ptosütuta: fue admitida entre los.jus'
tos por sus obras, por haber dado hos-
pedá¡e a los espías y Polq1e los hizo
irartii por otro carnin o, l' Porque así
como un cuerpo sin espíritu está muer-
to, así también la fe que no Produce
obras está muerta.
Pecados de la lengua
t Hermanos, no se hagan to-
L¿J dos maestros; Ya saben que
como maestros seremos iuzgados
con más-severidad,
2
Y todos tene-
mos nuestras fallas.
El que no Peca -
en Palabras es un
hombfe perfecto de verdad, Pues es
caoaz de dominar toda su Persona.
t Éoniendo un freno en la boca del
eaballo podemos dominarlo, Y some-
ternos ásí todo su cuerPo. o Lo mis-
mo ocurre con los barcos: con un Pe-
queño timón el Piloto los:maneja
como quiere, Por grandes que sean,
aun bajo fuertes vientos-
t Así también la lengua es algo P9-
queño, pero Puede mucho; vean có-
t" utia llam'á devora bosques. 6 La
lengua es un fuego, Y es un mundo de
473
maldad; rige nuestro organismo y
rnancha a toda Ia persona: el fuego
del infiemo se mete en ella y Io trans-
mite a toda nuestra vida. 7 Animales
salvajes y pájaros, repüles y animales
marinos de toda clase han sido y de
hecho son dominados por la raza hu-
mana. t Pero nadie ha sido capaz de
dominar la lengua. Es un azote que
no se puede detener, un dename de
veneno mortal. e
Con ella bendecimos
a nuestro Señor y Padre y con ella
maldecimos a los hombres, hechos a
imagen de Dios. ro De Ia misma boca
salen la bendición y la maldición.
t I Herrnanos, esto no puede ser
así. ¿Es que puede brotar de la mis-
ma fuente agua dulce y agua arnar-
ga? t2 La higuera no puede producir
áceitunas ni-la vid higos; y lo salobre
no dará agua dulce.
La verdadera sabiduria
o '3 ¿Así que eres sabio y entendi-
do? Si tu sabiduría es modesta, vere-
mos sus frutos en tu conducta noble.
ro Pero si te vuelve amargo, celoso,
peleador, no tg fies de ella., que eso
serra mentira. '5 Esa clase de sabidu-
ria no viene de arriba sino de la tie-
rra, de tu propio genio y del demo-
nio.'u Y donde hay envidia Y
ambición habrá también inestabili-
dad y muchas cosas malas.
SANTIACO 4
17
En carnbio la sabiduría que vie-
ne de arriba €s, ante todo, recta y
pacífica, capaz de comprender a los
demás y de aceptarlos; está llena de
indulgencia y produce buenas obras,
18
no es parcial ni hipócrita: Los que
trabajan por la paz siembran en Ia
paz y cosechan frutos en todo Io
bueno
Las ambiciones
lu. nos pierden
W' ' ¿De dónde p-roceden esas
t=J guerras y esas riñas entre uste-
des? De aquí abajo, por supuesto;
son el fruto de las ambiciones, que
hacen la guerra dentro de ustedes
mismos. '-Ustedes quisieran tener y
no tien€fl, entonces matan; tienen
envidia y no consiguen, entonces no
hay má3 que dlscusiones y peleas.
Pero si ustedes no tienen es por-
que no pideo, 3
o si piden algo, no lo
consiguen porque piden. mal; y no lo
consiguen porque Io derrocharían
para divertirse.
¡Adúlteros! ¿No saben que la
amistad con este mundo es enemis-
tad con Dios? Quien desee ser ami-
go del mundo se hace enemlgo de
Dios. 5'6 No sin razón dice la Escritu-
ra: el Espíritu que ha hecho habitar
en ñosotios y que nos da lo mejor es
un espíritu celoso. Y por eso añade:
: . 14. Parece evidente que e*e párrafo quiere
rebatir las conclusiones erronea§ qqe algunos sa-
áu.r, de las cartas de Pablo, dond.e atirma que
sátn"t árrados por la fe y n9 Por,
nlas.obras'' es
üir,-p";-¿i;i,ñplimientb d"
-lq
Lev iudía' FÜS:
il-*ór'á t"ráriZ¡ámplos que-San$.So saca del
Hiü. tártu*entb V pomriarémoslos con Hebr
11.31: v antes'i,iátáaá, .ó" Roq 4 (Gál 3)' Pa-
büái,;¿ Áúáh5n fr.r" justo pqr la fe.v.no por
;;.t¿; ü- üt, rnientrá: qu¿ Santiagó dice que
lue justificado-por poner la te en practrca'
Pero habría que precisar lo.que debemos en-
," ;O; rf pói
-*
f o, ij [o
-qr. e ntende ni9 s pbr "obra s"'
páUi" iñsiste ."'q"L iruestra relación .g. Dios és
;kñüüáirti"to'de cómo_ cumplimos las prócti'
.á1-aá 1á t"y de Moisés- Santiago, pol
-s:,Pj.1":
nota que no hay fe auténtica que no nos lleve a
obserr¡ar las exigencias de la justicia y .la preocu-
paáü;-poi
"[
pío¡it,o, v esQ mismo pide la Lev'
Esas afirmaciones aparentémente opuestas de
S""iáqo v de Pablo fu-eron ampliarnente cornen-
t"d; ;" Ér Jor"ienzos de la Re-forma, cuando al-
"i""rloitánian
sin arnbages que uno se salva s&
[o po, la fe. Sin embargo no basta.con mo¡;tr.a¡,
J",iá l" ná-ós.hácho, ór" las palabras de.Pablo
; d"-S."Uáéo se puedeñ conciliar entre sí. Hay
á" átt"t-"d-muttáta mqy diferente-de ve¡ y {e
rá"tir, y esto se debe tánto .a la. diversidad de
tá-áZá-""tbs i,"ráñ"j como a,!7 riqu.eza de
)7
áiáár¡""cia crisüana; iue toma diferente§ cami-
[|-rl-'., .ááu uno. Esai opo§iciottq reales, Que
,áá"i'"nir" IáJ mismos apóstole§, nos inütan a
no creer que toao.r aáben pener y expresar su fe
co-o lo h'acemos nosotros.
o $.13 ¿Qué es la Sabiduría? Leamos los libros
de . sabiduña de la Biblia si queremos sabqr algo
sobre ella. Nos dan la pista de una sabiduría qug
es un don de Dios (1 Co 1,5; Ef 1,9), que se ad-
quiere mediante la oración (Sab 9; Sir 51,13;
Col 1,9), la persev€rancia en la meditación de la
palabra'de Dios (? Ti* 3,17), la.purificación del
torazón a través de las acciones de la üda diaria.
Santiaqo no habla de una sabiduría teórica sino
de unisabiduría práctica. '
. 4.1 Ustedes piden mol (3). Santiago nos dice
que la oración consigue los bienes que-nos permiten
r'opo"der a los deseós de Dios (ver 1,58).
;Oué es el amor del mundo oue impide ser es-
c,réhádo? Lo decimos con más detalles en el co-
mentario de Juan 3,17 y 1 Juan 2,15. Dios nos
pide aniar todas las cosaé que creó. consideÉndo-
las co*o medios para llelar a é1, y rechazar lo
oue no sirve para áste fin. Arnar al mundo''es de-
s'ear y aferraise a las cosas. sin buscar más allá de
ellas a Dios rnisrno y a los hermanos que nos dio.
Este es un adulterio-en el mismo sentido de la fra-
s€ evangélica: oNadie puede servir a dos señores,
(Ml 6,24). No podemós diüdimos entre Dios y el
mundo. Y tanipoco poden?os pedir a Dios Que
nos apde a satisfacer ambiciones. egojstas.
No se critíquen unos a otros.(l). Esto equir,ale
a déspreciar lá ley del arnor. Debemos vér, y a ve-
ces dácir, lo que ás condenable en una accién, 'pe-
ro Dios no nós ha designado para juzgar y conde-
nar a nuestros" hermanos y hermanas. ¡Qué
pecado tan grande cuando, en la misma lglesia.
óiertos grupos se, dedican a esPiar, examinar y de-
nunciar-lo qug obos cristianos dicen y escriben con
intenciones apostólicas! Ver Rom 14,4 y Mt 7,1.
Todos .hacemos mil planes (13): ganar rnás,
comprar cosas, pasarlo bien. Lo grave es que nos
olüdamos mientras tanto de hacer el bien. Sabe-
mos que hay que'hacerlo y sabemos cómo, pero
lo qué no sábémós es si tendremos .tiempo para
cúmplirlo. Podemós rnorir sin haber hecho lo que
4. SANTIACO 4
Dios resiste a los orgullosos, pero ha-
ce fauores a /os humildes.
' Sométanse, pues, a Dios; resistan
al diablo y huirá de ustedes; 8 acér-
quense a Dios y él se acercará a us-
tedes. PurifÍquense las manos, peca-
dores; santifiquen sus corazones,
indecisos. ' Reconozcan su miseria,
laméntenla y lloren; Lo que les con:
viene es ilanto y no risa, tristeza y.no
alegría. r0,Hurníllense ante el Señor y
él los ensalzará
rr Hermanos, trb se critiquen unos
a otros. El que habla mal de un her-
mano o se hace su juez, habla contra
la Ley y se hace juez de Ia Ley. Pero
a ti, que juzgas a la Ley, ¿te'corres-
ponde juzgar a Ia Ley o. cumplirla?
'2 Uno solo es juez: AQuel que hizo Ia
Ley y que puede salvar y condenar.
Pero, ¿guién eres tú para juzgar al
prójimo?
'3 Ahora les toca el turno a los que
dicen: ,,Hoy o mañana irernos a tal
ciudad y pasaremos allí el año, hare-
mos buenos negocios y obtendremos
ganancias., 14
P-ero ustedes no saben
lo que será el mañana. ¿Estarán con
vida todavia? Pues no son más que
hurno que se ve por uRos instantel y
Iuego se disipa., 't ¿Por qué no dicen
más bien: uSi Dios nos da vida, hare-
mos esto o lo otror? t6 Pero Do, están
seguros de sí mismos y esa manera
de jactarse es. mála. l? EI que sabe,
pues, Io que es correcto y no Io hace,
Les toca a los ricos
o I Ahorá',les toca a los ricos:
lloren y larnéntense porqug le§
475
'2 Otro punto muy importante, her-
manos: no juren, ni por el cielo, Di
por la tierra, ñi de ninguna otra for-
ma. Que su sí sea sí, fr, ño, no; de
otro modo serían reprensibles.
Los enfermos
¡. 13
¿ryay entre ustedes alguno de-
sanimado? Que rece. ¿Está alguno
alegre? Que cante himnos a ñios.
'* ¿Hay alguno enfermo? Que llame a
Ios ancianos de Ia lglesia, que oren
por él y lo unjan cón aceite.en el
nombre del Señor. 15
La oración he-
cha con fe salv_ará al que no puede
levantarse y el Señor hárá gue se le-
vante;- y si ha cometido pecados, se
le perdonarán.
SANTIACO 5
. ¡6
Reconozcan sus pecados unos
?lt" otros y recen unos por otros p.a _
Ia que sean sanados. La súplica del
justo tiene mucho pod"r con tal ¿;
.que -sea perseverante: ,7 EIías era
hombre y mortal corno'nosotros, pe_
ro cuando r9Só insistentemente para
gue no lloviese, en el paÍs, Do llbvió
durante tres años'y medio;
-,4
despuéi
oró de nugyo y el cielo dio lluvia y la
tierra produjo Í'rutoq.
'' Hermanos, si alguno,de ustedes
se extravía
-
Iejos -de l-a verdad y otro
lo hace volvér, ,o sepan qu.e ét qúá
aparta a un pecador áe s, mal cami-
no salvá un alm? de Ia muerte y hace
olvidar muchos pecados. J
474
han venido encima desgracias. 2 Lop
gusanos se han metido en sus reser-
vas y la polilla se come sus vestidos,
3
su oro y su plata se han oxidado. El
óxido se levanta como acusador con
tra ustedes y como un fuego les de..
vora las carnes. ¿Cómo han atesora-
do, si ya estamos en los últimos
días?
o El salario de Ios trabajadores
que cosecharon sus campos se ha
puesto a gritar, pues ustedes no les
pagaron; las quejas de los segado-
res ya habían llegado a los oídos del
Señor de los ejércitos. 5 Han conoci-
do sóio lujo y
-placeres
en este mun-
do, y lo pasaron muy bien, ffiientras
otros eran asesinados. 6
Condenaron
y mataron al inocente, pues ¿cómo
podía defenderse?
'.
5.1 Los r.icos perderán Io que han acumula-
do con injusticia. Tan grave corno'Liaberles roba-
do el salario a sus obreros y habbr condenado a
los que hablaban de jüsticiá ei el pecado contra
la esperdoZá: ¡Los úllimos tiempos 'yo habían
llegacio y ustedes queiían' riquezosl Los últimos
tilmpo,s ¡"¡ los qúe comenáarón con la venida
de Cristo, eh que el Rqiqg ya está. ?ero Sanfiago
ve la venida de Cristo. como si fuera :inminente, y
esta es Ia única forma de juzgar correctamente la
,Hoy welve a ser actual Io que se verificaba en
la ciülización' pobre del tiempo de
'Santiago.
L¡
prosperidad :dá una cuarta ¡iarte del muñdo se
debe.a un. sístema que deja en la misei'iaiq doi
mil' millones de personas. Ep los paises librás'y li-
berales. e[ dinero mata la esperdoZo; en el sá¡ti-
do qristiano de.la palabra: ia vida es.considerada
Esperen Ia venida del Señor
'Tengan paciencia, hermanos, has-
ta Ia venida del Señor. Miren córno el
sembrador cosecha los preciosos pro-
rductos de Ia tierra, que ha aguardado
desde las primeras lluvias hasta las
tardías. t Sean también ustedes pa-
cientes y no se desanimen, porque Ia
venida del Señor está cerca.
e Hermanos: no sej peleen unos con
otros, y asÍ no serán juzgados; miren
que'el juez está a ta puerta. r0
Consi-
deren, he¡manos, lo que han sufrido
los profetas que hablaron en nombre
del Señor y fómenlos como'modelo
de paciencia. " Fíjense que llamamos
felices a aquellos que fueron capaces
de perseveiar. Hari oído hablar-de la
constancia de' Job y §aben Io que al
final
'el
Señor hizo por é1, pues el Se:
ñor,e-s compasiuo A miserícordioso.
óomo una riqueza de la que uno puede gozar pa-
ra sí mismo sin aceptar sus responsaSilidadls,
empezando -con la de transmitii la vidá--fári
gtros_ paises la defensa de esos priülegiot tru" .ál
cta año,.como consecuencia ineütable, la muerte
injus¡g de millones de personar p"i ñ.,"6;;-;;:
presión y guerras-
.
o 13. Por estas. palabras de. Santiago sabemos
que la.lglesia continuaba -y debe coñtinuar
"ho.
rnos. La sah¡ación es a la vez salud corporal'r'¿;-
piritual. El 'Evangelio nos muestra córná la
fgunda es la que rnás importa, y Dgs siemp.e iá
da, aunque no conceda siempre la salud corioral.
En el Euangelio Jesús impone'las manos'a los
enfermos y, á enviar a s.rs' rn¡sionl;;;.
'br;id;
que impongan las manos a los enferrnos o los-rn-
jan con aceite (Mc 6,13 y 16,'18). Imponer las
manos es.como cornunicai a otro Ia fueiza qu" io
Fnará, en nombre de Cristo,y con su autóridad.
En cuanto al aceite, se usaba á., uquáitü--p"-I}
mo remedio- I.os dos gest-os pued'en acompañar
indiferentemente a la oáción.
Los Ancianos (o presbiteros, el sentido es el
mismo) eran los responsables de las comunidade!
cristianas. Siendo ,laicos, habían recibido el árqo
de,
{iriqir la cornunuidad; predicaban lá pulubñ
celebraban Ios bautismos y presidían la eucaristía.
Debían, pugs, visitar a lo-s
'enfermor
v unirnui tu
oración de la comunidad, pidiendo ai Seno,
",.rálos sanara. Al mismo tiernpo inütaban átZ"fo-
m9 a que regonociera sus pecados, preparándose
asi para recibir Ia gracia de Dios
' Hoy, cuando la Iglesia habla del sacramento de
los enferrnos, se ,e,fiere a ta unción con aceite
hecha. pgr .quien ná. iiáo áZr¡g";áá
-puiu-;ri;
(hasta Ia fecha.solamente los saóerdotei han riaá
reconocidos oficialmente por la lgresia). P"r" 1lhecho'de que la unción con aceite seá.;;;r;:mento' en el sentido'estricto solamente cuañdo
la da un sacerdote,
"o
ei.i"vL ¿á ni"gür,u *urr"-
ra.qye los responsables laicoÉ de las .ó-,-iaáá"1
c:istianas oren., unjan e impongan las manos.
Cuando lo hacen coh fe,
"r,
áo-6re de Ja'üÉ.,-iJ:
se multiplican las intervenciones dq O-iói
"ii;;;;de los enfermos, p¡epa¡ándolos para la conver-
sión. En vários !üsdrá_ht ;á;
"ñ
¿;"; resen/ar
la uncióñ'de los,eñfemios u lát -"ñüu"db;l É-marla extremauncíón_.
Ver también comentario de [r 10:9.
. :. 16. Jesús dij-o a Pedro: *L-o que perdones en
la üerra será peídonadg
",]
el c_iáto,iMt
-i6iéi:
Lo.m!9mo dijd a lgs apostoles, .Lo:qu¿ p.;ffiá;
9n la tierra...l (Jl 20,23). Lo mismo dijoa toda la
lslesia (Mt 18,18). Corresponde a los iÁstor* d;
la lglesia dgcidir la recon.itiáii¿n det pEáe;ñ;;
la comunidad y con Dios. Pero, en müchos casos-
no tiene lugar- pedir una reconciliación oficial có;
la comunidad. entgra:. lo que neiesitamos más
bien es el perdórl de unu. oté algunái-üü";;;
las q.ue hemos oJendldg y debemos peáírselo coñ
§gncillez; el perdón del ñermano en-la'f¿;¿rá;i
de Dios misrño.
Asimismo, -es bueno confesar nuestras fallas
ante geuellos frermanos qui son capaces de .o*-prenclemos. confianza del uno y misericordia del
otro.; no se necesita más para que Dios esté en
medio.