ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
Modelo ISI Chile industrialización
1. Modelo económico de Industrialización por
Sustitución de Importaciones (ISI)
Este modelo económico tiene su origen en acontecimientos mundiales que afectaron al país: La
Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
Introducción
Este modelo económico tiene su origen en acontecimientos mundiales que afectaron al país:
La Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
Estos hechos dejaron en evidencia la fragilidad de la política económica, en relación con l a
mono exportación de productos primarios como el salitre y el cobre, y también, la alta
dependencia de productos importados.
Los gobiernos a partir de la década de 1930, comenzaron a buscar alternativas de cambio para
evitar que la economía del país quedara en manos del vaivén internacional. Es así, que se
toman una serie de medidas en las que el Estado asume un protagonismo fundamental.
Modelo ISI y el nacimiento de la CORFO
Los objetivos que se perseguían eran, lograr la independencia de los mercados mundiales y
reducir la vulnerabilidad externa. Los especialistas planteaban que el logro de estos objetivos
pasaba por industrializar al país. Para ello, se genera una serie de medidas económicas
tendientes al logro de estos objetivos.
Una de las medidas más importantes se dio durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, con la
creación de la CORFO (Corporación de Fomento a la Producción) en 1939, institución pública
financiada con ingresos de las exportaciones del cobre.
El objetivo de la CORFO era desarrollar una estrategia de industrialización para Chile. Para
ello, se plantearon dos etapas de desarrollo.
- Primera etapa de industrialización liviana: que desarrolló una industria productora de bienes
de consumo como textiles, calzado, alimentos elaborados, metalúrgica, entre otros; que
abasteció el mercado interno. Su finalidad era ahorrar divisas para poner en marcha la segunda
etapa.
- Segunda etapa de industrialización pesada: que desarrollaría una producción de bienes de
capital y tecnología, que permitiría industrializar al país e independizarlo definitivamente de los
mercados extranjeros.
En la primera etapa el Estado tomó un papel de liderazgo y se comprometió a dotar al país de
una infraestructura productiva, dando paso a una serie de iniciativas a través de la CORFO,
entre las más importantes se encuentran las siguientes:
EMPRESA AÑO CARACTERÍSTICAS/ACCIONES
Empresa Nacional de
Electricidad S.A., ENDESA
1944 Empresa público-privada, que lleva a ejecución la
electrificación del país, a través del Sistema
Interconectado Central (SIC). Se crean las
centrales hidroeléctricas de Los Molles, Rapel,
Sauzalito, Los Cipreses, Abanico, Pullinque
Pilmaiquén, Aysén, etc.
Compañía de Aceros del
Pacífico, CAP
1946 Con la ayuda de préstamos extranjeros y asesoría
de especialista norteamericanos se construye la
planta siderúrgica de Huachipato, ubicada
estratégicamente cerca de Lota y Coronel.
2. Logrando abastecer la demanda nacional.
Empresa Nacional de
Petróleo, ENAP
1950 Se comienza a explotar los pozos petroleros de la
región de Magallanes. Se crea la refinería de
Concón y el terminal marítimo de Quintero. La red
vial para el transporte del petróleo se expande a
más de 1.400 km de recorrido.
Industria Azucarera
Nacional, IANSA
1952 Fomentó la introducción de técnicas agrícolas
modernas y los cultivos intensivos.
Empresa Nacional de
Minería, ENAMI
1960 Creada para a poyar la pequeña minería y
fomentar la producción de cobre.
Crisis del modelo
Este modelo económico fue un importante paso en la industrialización del país, pero no logró
concretar la segunda etapa de sus plan debido a una serie de factores como el aumento de la
inflación, la poca incorporación de tecnología en la agricultura que seguía en manos de unos
pocos terratenientes, baja calidad de los productos nacionales y poca oferta de los mismos, el
poco ahorro del Estado para invertir y el déficit fiscal.
Reforma agraria
En las primeras décadas del siglo XX la sociedad rural chilena mantuvo la estructura
agraria tradicional, fundada en el predomino del gran latifundio y una jerarquía social
rígida, autoritaria y paternalista. En vista de esta situación las demandas por una
reforma agraria fueron desde comienzos de siglo una propuesta de los sectores
progresistas del país, como fue en el caso de la campaña presidencial delFrente
Popular, en 1938. Sin embargo, una vez en el poder, los gobiernos radicales
decidieron privilegiar la industrialización en el mundo urbano, postergando al rural.
Como consecuencia, cientos de miles de campesinos emigraron a las ciudades en
busca de un mejor futuro, mientras que la economía agraria comenzó a experimentar
una crisis profunda caracterizada por su incapacidad productiva, siendo necesario, en
los años cincuenta, llegar a la importación de alimentos.
Al comenzar la década de 1960 la presión por una reforma agraria volvió a
manifestarse en la sociedad chilena. Esta vez contó con el respaldo de la Iglesia
Católica que repartió sus propias tierras entre los campesinos y con el apoyo de
Estados Unidos a través de la "Alianza para el Progreso". Enfrentado a las presiones,
el gobierno de Jorge Alessandri promulgó en 1962 la primera ley de Reforma Agraria
N° 15.020, la que permitió redistribuir tierras estatales entre campesinos y organizar
instituciones fiscales para llevar a cabo la reforma en el campo.
Con la llegada al poder de la Democracia Cristiana, a través de la presidencia
de Eduardo Frei Montalva, el proceso de reforma agraria alcanzó un impulso
vertiginoso. Bajo el lema "la tierra para el que la trabaja" el programa reformista del
nuevo gobierno buscó la modernización del mundo agrario mediante la redistribución
de la tierra y la sindicalización campesina. Para lograr este objetivo se promulgó
3. unanueva Ley de Reforma Agraria N° 16.640 y la Ley N° 16.625 que permitió la
sindicalización campesina. Sobre la base de estos dos instrumentos legales se
expropiaron alrededor de 1.400 predios agrícolas, 3,5 millones de hectáreas, y se
organizaron más de 400 sindicatos que sumaron más de 100 mil campesinos. Al
mismo tiempo, comenzaron a producirse huelgas y tomas masivas de predios que
polarizaron a la sociedad agraria chilena.
El nuevo gobierno de Salvador Allende continuó el proceso de reforma agraria,
utilizando los instrumentos legales promulgados por el anterior gobierno, con el fin
de expropiar todos los latifundios y traspasarlos a la administración estatal,
cooperativas agrícolas o asentamientos campesinos. Este proceso también estuvo
acompañado de una gran efervescencia campesina que se expresó en la ocupación o
tomas masivas de predios, desatándose en el mundo rural un clima de violencia y
enfrentamiento.
Al producirse el golpe de Estado, el 11 de septiembre de 1973, la Unidad
Popular había expropiado cerca de 4.400 predios agrícolas, que sumaban más de 6,4
millones de hectáreas. El viejo orden latifundista que había prevalecido por más de
400 años había llegado a su fin. En las dos décadas siguientes el modelo
neoliberal irrumpió en el mundo rural, produciéndose el traspaso de la tierra a nuevos
capitalistas, quienes modernizaron la producción agrícola y convirtieron en proletarios
a los campesinos.
Reforma agraria
La reforma agraria se inició bajo el gobierno de Jorge Alessandri, con la
promulgación de la ley 15 020 de 1962.1 Su objetivo fue la mejora de los
niveles de producción agrícola a través de la lenta modificación del régimen
de tenencia de la tierra. Esta política debía operar mediante el reagrupamiento
de los minifundios y la compra de latifundios mal explotados, apoyándose en
un paralelo mejoramiento de las condiciones sociales y culturales de los
pequeños propietarios y de los trabajadores campesinos.
La iglesia católica chilena, encabezada por el cardenal Raúl Silva Henríquez,
ya había iniciado un proceso de reforma de los predios de su propiedad, antes
de la dictación de la ley 15 020.[cita requerida]
Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva se impulsó una reforma más
amplia y operativa, capaz de hacer más expedito el proceso de las
4. expropiaciones. El 26 de abril de 1966 fueron promulgadas dos nueva leyes
sobre la materia, cuyos criterios básicos fueron, entre otros, la incorporación
de los campesinos a la propiedad de la tierra que trabajan, la promoción de los
campesinos y sus familias para lograr su incorporación a la vida social,
cultural y política del país, el mejoramiento de la productividad agrícola en
todos sus niveles, la reforma del sistema de manejo y aprovechamiento de las
aguas, y la reestructuración de los organismos públicos que cumplían
funciones relacionadas con la agricultura. Además, se consiguió un tope en las
expropiaciones de latifundios, reservándose al propietario una superficie de
hasta ochenta hectáreas para riego, las llamadas hectáreas básicas. La
segunda, ley 16 625 de 1967 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social,
que permitió la asociación de los campesinos, también fue conocida como la
sindicación campesina.2
Entre 1965 y 1970 fueron expropiados en todo el país 1319 predios con un
total de 3 408 788,3 hectáreas. En los predios expropiados, se precedió a la
organización de los Asentamientos de Reforma Agraria, etapa de preparación
de los campesinos para la adquisición de la propiedad, que duraba entre tres y
cinco años.
Durante el gobierno de Salvador Allende, el proceso de expropiaciones se
aceleró bruscamente, debido a la presión de las organizaciones campesinas. Al
producirse el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, la Unidad
Popular había expropiado cerca de 4400 predios agrícolas, que sumaban más
de 6,4 millones de hectáreas. El viejo orden latifundista, que había prevalecido
por más de 400 años, había llegado a su fin.
Sin embargo, en las dos décadas siguientes el modelo neoliberal instaurado en
el gobierno militar de Augusto Pinochet, irrumpió en el mundo rural,
produciéndose el traspaso de la tierra a nuevos propietarios, quienes
modernizaron la producción agrícola y convirtieron en proletariado a los
campesinos.3 4
La hacienda antes de la reforma agraria. Siglo 1830 a 1930.
Durante siglos la hacienda fue uno de los pilares fundamentales en los que descansó la
estructura social chilena. El orden jerárquico imperante en el campo, con los patrones,
mayordomos, inquilinos y peones, reflejó de manera patente el ordenamiento
semiestamental que caracterizó a nuestro país durante los siglos XVII, XVIII, XIX e incluso
durante parte del siglo XX.
De orígenes coloniales, la hacienda alcanzó su máximo esplendor a mediados del siglo
XIX, cuando el descubrimiento de oro en California y Australia abrió nuevos mercados a la
deprimida agricultura nacional. Sin embargo, por esos años la exportación de
trigo duró poco, debido a la baja tecnología utilizada y a la competencia
de otros productores en el mercado mundial. Aunque la apertura del mercado
inglés a mediados de la década de 1860 abrió nuevas oportunidades a la exportación
5. cerealera, el cierre definitivo del ciclo triguero tuvo lugar diez años después, cuando a
los productores nacionales se les hizo imposible competir en los
mercados mundiales. La expansión cerealera tuvo un impacto decisivo en la creación
de una infraestructura productiva, como canales de regadío y caminos y en la división de
los grandes latifundios en haciendas más pequeñas y manejables. Asimismo, se introdujo
maquinaria en ciertas faenas como la trilla, aunque no se produjo una modernización
masiva de la agricultura. Tras laGuerra del Pacífico, la incorporación de la región
salitrera a la economía nacional y el rápido crecimiento de los centros urbanos
de Valparaíso y Santiago generaron nuevos mercados para la agricultura. Sin embargo,
los desarrollos regionales fueron bastante dispares como lo demuestran las
distintas fuentesdisponibles. Algunas zonas se modernizaron, en especial en los valles
cercanos a la capital, pero la gran mayoría siguió utilizando la tecnología y los sistemas
laborales tradicionales. En la zona sur, la ocupación definitiva de la Araucanía incorporó
una excelente zona cerealera con predominio de latifundios, que en muchos casos se
construyeron sobre la expropiación de tierras indígenas y la absorción de las propiedades
de pequeños colonos mestizos.
La gran brecha en la modernización de las haciendas se produjo a causa
del manejo que de sus propiedades hicieron gran parte de
los hacendados. Por una parte, los dueños de las tierras obtuvieron
innumerables créditos hipotecarios, cuyos intereses se esfumaron al
devaluarse la moneda; por otra, los terratenientes extendieron el sistema
de inquilinaje, lo cual les permitió bajar los costos monetarios, pagando a
sus trabajadores estables no en dinero, sino en regalías. Asimismo, era
necesario asegurar la continuidad del sistema social tradicional en las haciendas, ya que
constituían la base del apoyo electoral para el propietario y señor. Las masas de peones y
vagabundos que deambularon por los campos, si bien representaron mano de obra barata
para los hacendados, fueron vistos como extraños que escaparon al control que ejercía la
hacienda sobre la vida rural y que fácilmente podían caer en el bandidaje
La situación de la agricultura a principios del siglo XX era, desde el punto de vista
tecnológico y productivo, bastante dispar. Había, sin embargo, una tendencia global a
reforzar los lazos de inquilinaje frente a la progresiva migración campo-ciudad. De este
modo la hacienda escapó nuevamente del proceso de modernización que vivía el país,
quedando como un enclave de la sociedad tradicional que se negó a desaparecer, lo cual
desató una fuerte crítica social entre quienes plantearon la necesidad de modernizar el
manejo económico de las haciendas y fundamentalmente los sistemas de mano de obra.
De todas maneras, hasta la década de 1960 el mundo rural fue no sólo el bastión de
los partidos conservadores sino un símbolo del apego de las elites tradicionales al dominio
que, por siglos, habían ejercido sobre el país.