Las tres formas principales de caridad en la sociedad andalusí medieval eran: 1) la limosna preceptiva, que era una cantidad obligatoria para ayudar a los pobres; 2) la limosna voluntaria, donde los donantes daban parte de sus recursos a los necesitados; y 3) los legados píos o bienes habices, donde las personas dejaban sus propiedades para causas caritativas después de morir. Estos bienes se usaban para fines religiosos, militares o de caridad para los enfermos, cautivos y estudiantes.