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Ensayo filosofía intercultural
1. Filosofía Intercultural
Abril 2011
Anyelina González Belmar
Cómo entendemos la Filosofía Intercultural.
La filosofía intercultural se relaciona con los diferentes elementos que interactúan
dentro de una sociedad, y que además de conocer, practicamos.
Continuamente, la cultura en la que participamos todos, en los variados sentidos de
nuestra vida, hoy se ve y expresa interconectada con variadas dimensiones de otras
sociedades, pero cómo notamos esto; en la realidad el intercambio de información,
contenidos, prácticas, evolución del Lenguaje, expresan el desarrollo y la participación
de cada uno de nosotros, los que utilizando cotidianamente, vamos intercambiando
con los demás, por ejemplo: el uso de palabras extranjeras, los prestamos que
obtenemos por medio de la tecnología y la comunicación son ejemplo claro de las
distintas expresiones que tenemos y que llegamos a usar en nuestra vida, los
intercambios de prácticas, las formas de expresarse, la forma en que vestimos se ve
motivado por los diferentes agentes externos que consideramos o no para nuestra
vida, la filosofía intercultural expresa y centra su atención en la búsqueda de pistas o
conjuntos de elementos culturales que permitan la manifestación holística de lo que
llamamos filosofía desde la “multiforme” de las culturas, las prácticas, los
conocimientos, tendencias, experiencias de vida, conviven de forma horizontal a todas
2. las culturas, son elementos realmente considerables para la subsistencia y el
equilibrio de las sociedades, aunque tiendan a la entropía, algunos elementos o
situaciones sociales emergentes pueden sobrevivir a lo transcurrido y así mantenerse
y transformarse a través del tiempo, este fenómeno no es para nada aislado, la
globalización y las TIC´S tienen mucha influencia hoy en día, ser seres “comunicados”
en cualquier momento y lugar, donde las personas son capaces de establecer
relaciones sociales y “virtuales” coexistiendo con lo cotidiano de la vida.
La globalización actual dominante, hace notar que en el mundo hay pueblos o
sociedades que en plural con los demás, no son idénticas, por lo tanto se marcan y se
establecen diferencias, por tanto, también se puede decir que: “sí, puede en rumbo a la
pluralización y al cambio con nosotros” pero entre sociedades reales y sociedades
donde ni siquiera pueden gobernarse a sí mismas, qué importancia tiene si nos hacen
subir al mismo “barco” que los demás, donde no se respeten, esto es de una
humanidad interesada siempre de convenios, unos dan otros reciben y aceptan.
Se insta y pretende que simplemente una reconfiguración de la filosofía como
disciplina académica no se le considere solamente así, sino que además una
renovación de la actividad filosófica, del quehacer filosófico en general, teniendo en
cuenta precisamente las distintas prácticas del filosofar con que nos confrontan las
culturas de la humanidad, sobre todo aquellas dominantes, las experiencias de las
culturas de la humanidad como lugares dónde se practica la filosofía, así como en la
que se creía en la Antigüa Grecia, hoy no sólo son las mismas prácticas culturales de
filosofía como ejercicio concreto de pensar y de analizar y relacionar aquello que se
estableció en contextualidad e historicidad, implica que se parte de la necesidad de
des-occidentalizar la filosofía desde su origen, es decir, "desde la cuna"; pero no por
un afecto anti-occidental, ya que esa des-occidentalización significa simplemente un
poner a Occidente en su lugar; es decir, verlo como un lugar de tradiciones complejas
que, desde siempre, ha estado en relación con otros mundos y que no es el lugar de
toda la filosofía posible, sino el lugar de ciertas posibilidades de filosofía.
3. En la educación la realidad es demasiado compleja, convergen una pluralidad de
intereses, de experiencias y expectativas, por lo tanto muchas veces tanto hombres
como mujeres coinciden y llevan consigo sus diversos saberes, experiencias,
sentimientos, vivencias e intereses, etc.
Dentro de las diversas instituciones educativas, la filosofía intercultural, es compleja
considerando lo anterior, dentro de la diversidad y más aún, los estilos de aprendizaje,
diversidades generacionales, diversidad de referencias religiosas, locales, políticas,
etc. Tal diversidad puede ser vista como una amenaza y como un obstáculo para el
aprendizaje, en tanto el educador se encuentre capacitado para las prácticas
pluralistas, o bien como se llama hoy en día diversidad.
Puede ser interpretada como una posibilidad para aprender juntos y así romper con
los modelos tradicionalistas asimétricos entre profesores y estudiantes, para
contribuir así desde los procesos educativos hacia la configuración de un mundo más
inclusivo y solidario. Ésta última podría ser considerada como una educación capaz
de responder a los grandes desafíos de los tiempos actuales, sobre todo a aquéllos
provenientes de la actual estrategia de globalización, ya sea por la ruptura de vínculos
propios, comunitarios, formas de estudio y visiones de la realidad, sociedades de
consumo, etc.
Una educación de esas características, pueden estar sustentadas en los proyectos de
transformación intercultural de la filosofía, un proyecto cuyo diálogo con los distintos
saberes –teología y pedagogía, debe considerar las características de cada una de ellas,
para así poder ampliarse y tener una visión mucho más horizontal y holística en la
educación.
Foucault (2003), resume el rol de las instituciones educativas de
Occidente afirmando que ellas han sido una mediación eficaz para
aumentar las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad) y
disminuir esas mismas fuerzas (en términos políticos de obediencia).
Por lo tanto podemos decir que la filosofía en aéreas como la educación, puede ser
considerada como un modelo de tipo “manejable” para los estudiantes, fueron una
4. mediación estratégica para la sustitución de imaginarios, para la in-culturación del
cristianismo, nótese desde comienzos, las invasiones desde Europa a América, la
imposición de las lenguas y tradiciones religiosas europeas, para la construcción de
las identidades “nacionales” y derivadas de otros, para la configuración de tipo de
sujetos requeridos por los grupos dominantes. Desde las escuelas fue impuesta una
epistemología vinculada a la claridad y distinción, a la certeza, la verificabilidad, la
objetividad y la utilidad (Ciencias empíricas), también se impuso una visión lineal de
la historia (orientada al progreso infinito), hacia una concepción de mundo como
objeto de conquista y dominación, una perspectiva fragmentaria de los saberes.
En América Latina se puede reconocer una muy estrecha relación entre el modelo
económico neoliberal, motor de la actual estrategia de globalización y las reformas
educativas impulsadas por iniciativa de los diversos gobiernos, la versión neoliberal
de la globalización lleva dentro de sí, una tendencia hacia la homogeneización en los
patrones de consumo y una exigencia de competitividad, que requieren intervenir en
las mediaciones educativas. En este contexto, la calidad educativa tiene entre sus
criterios más destacados el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y la
información, el aprendizaje de algunos idiomas y la capacitación para adaptarse a un
mercado extremadamente competitivo y a condiciones de alta flexibilidad laboral.
La educación implica una inter relación entre personas que son diversas, pues son
portadoras de sus propias biografías, memorias, temporalidades, tradiciones,
experiencias y saberes, etc. “Nadie se educa sólo, todos se educan juntos”, según la
conocida expresión de Freire. La educación ha estado en la mayoría de los casos
orientada por los intereses de los grupos dominantes, sin embargo, puede ser una
mediación oportuna para la búsqueda de alternativas sociales. Si se dice que otro
mundo es posible, necesario e impostergable, se tiene que decir también que otra
educación es igualmente posible, necesaria e impostergable.
No se puede construir "otro mundo posible" con la educación de siempre, porque con
esa educación se han generado procesos al servicio y a la medida un mundo
5. excluyente, por eso, re pensar la educación implica interrogar a las filosofías en que se
sustenta, la educación es para la interculturalidad, por lo tanto es posible realizar una
mediación educativa, y así lograr un equilibrio entre los saberes necesarios para
algunos y tener mayor poder económico, social, político, para otros, logrando así la
dominación en variados sentidos, además coincide que este poder “económico” se
relaciona directamente con el saber cultural, una "transformación intercultural de la
educación" proporciona la posibilidad de acoger, reconocer y valorar la diversidad de
referencias culturales, memorias y ritmos que caracterizan la vida cotidiana de los
actores de los procesos educativos.
La educación no sería un paréntesis que hace abstracción de la vida, sino un espacio
en el que confluye la vida con toda su diversidad.
Desde una perspectiva intercultural, las personas educadoras conscientes de la
función mediadora de la educación, pueden aprender a pensar más como servidores
que como dueños de procesos educativos. Para la persona educadora, ser servidor de
procesos educativos interculturales implica crear las condiciones para que por medio
de tales procesos todas las voces puedan ser escuchadas, incluso la suya propia.
Las personas educadoras son, entonces, más mediadoras de
interrelaciones y de intercambios interculturales que transmisoras de
contenidos en cuya selección no ha tomado parte; son actoras que
pueden aprenden a ver la diversidad más como una posibilidad que
como un obstáculo para el aprendizaje. Tal diversidad (cultural,
epistemológica, contextual) debe quedar reflejada en los programas
educativos (planes curriculares, planeamiento didáctico), lo cual
garantizaría –al menos en parte- el desarrollo de procesos educativos
interculturales: "de esta forma los programas educativos serían el
espacio en el que se efectúa el diálogo con muchos saberes y se aprende
a sopesar el lugar que les corresponde en nuestras vidas y en el mundo
que queremos habitar" (Fornet-Betancourt, 2004, p. 39)
La interculturalidad, además exige que los educadores sean capaces de promover
procesos de discernimiento con respecto a las propias prácticas educativas, para
6. aprender a distinguir aquéllas que son liberadoras, de aquéllas que son excluyentes y
opresoras, tal conciencia, se logra en la práctica de planeamientos para hacerlos más
participativos e incluyentes; la mediación pedagógica y el ejercicio de la evaluación
sirven para dar prioridad a aquellas estrategias de evaluación que promuevan el
aprendizaje, el discernimiento y la corresponsabilidad.
El diálogo entre educación e interculturalidad puede ayudar a re-pensar los procesos
educativos como dinamismos en los cuales se superan las asimetrías y se aprende
desde las diferencias; la interculturalidad puede contribuir a dar respuesta a la
necesidad de generar procesos en los que la comunicación se desarrolle a varias
voces, en varias vías y en los que las personas interlocutoras aprendan y construyan
conocimiento desde la práctica de la colaboración, desde la solidaridad en él y para el
aprendizaje y no necesariamente desde el consenso que se nos entrega desde el
exterior.
Reconocer que, lo que se puede compartir entre perspectivas es igualmente válido y
digno de reconocimiento. Las personas deben sentirse invitadas a escuchar, a
descubrirse para ser, interpelados e interpeladas, para ser entendidas por otros
saberes y perspectivas, entendiendo esa interpelación como una posibilidad, más que
como una amenaza, ser conscientes, por lo tanto, de la contextualidad del propio
aprendizaje y del aprendizaje de las otras personas.
La educación puede ofrecer espacios concretos en los que confluyen las historicidades
y experiencias de las personas que participan en los procesos educativos de la vida
cotidiana entre y para los diversos pueblos.
Está pendiente, que las relaciones de cambio y capacidades de cada uno, sirvan para
activar todas las dimensiones y así poder articularse como paradigma o modelo a
7. seguir, permitiendo una nueva cosmovisión del saber de la humanidad, lo que
realmente se necesita.
La globalización es el fenómeno de la hegemonía de la sociedad capitalista neoliberal.
Unos atribuyen este fenómeno características civilizatorias, pero cada vez más el
orden cultural, ético, político y económico se encuentra regulado por los intereses e
ideales de un modo de vida social de preferencia por el pensamiento uniforme y
homogéneo.
Otros, consideran que este fenómeno no es más que la expansión del poder tecno-
ideológico de la racionalidad capitalista cuyo objetivo es modelar e intervenir en los
sistemas de representación social, las prácticas políticas y los procesos comunicativos
de la ciudadanía en general.
Pudiera entenderse, entonces que, la globalización representa, no sólo otro tiempo y
otro momento de un orden histórico, que indiscutiblemente no puede dejar de estar
asociado al desarrollo de las relaciones de producción y de consumo capitalistas que
le han dado su génesis, sino que además, representa otro espacio y otra realidad en la
que, sin embargo, los conflictos sociales, las desigualdades, las diferencias, las
injusticias, entre los seres humanos, no terminan por resolverse sino que se acentúan
más y más.
El análisis de la globalización y su contexto histórico, para la comprensión, requieren
de la filosofía intercultural. Es decir, una reflexión en la que el diálogo sea el proceso
de comprensión y de interpretación sobre los medios y fines que no pueden seguir
siendo unívocos para una formación cultural y/o política particular, sino que deben
ser compartidos discursivamente con otros universos culturales.
Esta idea de diálogo, recupera el ámbito en que los pueblos y sociedades hoy día
ponen en práctica su derecho a la palabra, al discurso, a la imaginación, a lo simbólico,
desde un deber ser que, resiste a su reducción, a su exclusión, a su des-conocimiento.
La filosofía intercultural propone un proyecto liberador de las prácticas sociales y
8. discursivas de las culturas entre sí, de las culturas dominantes a las dominadas, sin
hegemonías ni restricciones, sometimientos o vasallaje neo-colonizador.
Más bien los que busca, es insertarse en la pluralidad compleja de las existencias
humanas, sin discriminación alguna, busca abrir las riquezas propias del mundo
intersubjetivo, de cada pueblo con sus experiencias de vida, ritos, memorias y
recuerdos, como el proceso que tiende a favorecer el acceso a la diversidad racional y
cultural, hacia la pluralidad ideológica, como alternativa a un mundo en el que la
globalización de la razón y del dominio técnico limita las auténticas libertades de los
seres humanos, es la globalización la que nos enfrenta a un mundo de conflictos de
intereses y necesidades de la sociedad de clases.
En ningún momento se considera posible la interacción social, desde el punto de vista
de la participación discursiva y participe de los seres humanos, todo se cubre por la
globalización, en desmedro y declinación de las reales y auténticas relaciones
humanas, donde la cultura de la globalización propicia la estandarización como
principio socializador de la diversidad originaria.
La interculturalidad como transformación del pensar filosófico, no se puede suprimir,
ya que está directamente relacionado con la comprensión del tiempo y del espacio, de
la espíteme de cada época.
Finalmente podemos decir que la filosofía constituye un real y principal
reconocimiento, amplio y profundo de los distintos saberes del conocimiento, de los
derechos personales y sociales que interactúan entre sí, como el derecho a la
diversidad y a la diferencia, como la posibilidad de convivir con realidades
compartidas con otros, sin los sesgos ni dominaciones de poder.
Porque la posibilidad que tenemos a través del pensamiento y de la palabra es un
derecho y un deber inalienable a todo contexto cultural y el pensar filosófico pasando
así a ser un pensar dialéctico, que se desenvuelve en una práctica comunicativa que no
podemos ignorar, donde la presencia de otros, menos aún negar sus particularidades,
9. dónde la tolerancia y el respeto al otro, es el punto de partida para concebir un
derecho a la liberación que no sea en modo alguno ni dominante ni obligado.
Por lo tanto podemos decir que la interculturalidad responde a una heurística y a una
hermenéutica filosófica que parte de la comprensión del mundo y de las pluralidades
con formas y contenidos, la heterogeneidad es lo que nutre el dinamismo interno y
externo de los cambios y eso es lo importante con la ayuda de una filosofía
intercultural capaz de renovar y de cambiar con la ayuda de todos el pensamiento y en
mucho casos el estancamiento social, he ahí la importancia de los agentes de cambio,
como por ejemplo, nosotros los educadores.
10. dónde la tolerancia y el respeto al otro, es el punto de partida para concebir un
derecho a la liberación que no sea en modo alguno ni dominante ni obligado.
Por lo tanto podemos decir que la interculturalidad responde a una heurística y a una
hermenéutica filosófica que parte de la comprensión del mundo y de las pluralidades
con formas y contenidos, la heterogeneidad es lo que nutre el dinamismo interno y
externo de los cambios y eso es lo importante con la ayuda de una filosofía
intercultural capaz de renovar y de cambiar con la ayuda de todos el pensamiento y en
mucho casos el estancamiento social, he ahí la importancia de los agentes de cambio,
como por ejemplo, nosotros los educadores.