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DES2RROLLO Y EVOLUCION DE LA PLATZWORMA
CALCAREA DE TUXPAN-TECOLUTLA
Carmen Pedrazzirij
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A LA MEMORIA DEL DR. FEDERICO BONET MARCO
MAESTRO, COMPAÑERO Y AMIGO
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C O N T E N 1 D O
P AG.
RE SUIvIEN
INTRODUCCION .................................................1
TRABAJOS PREVIOS .............................................7
METODO DE TRABAJO ............................................10
MARCO GEOLOGICO GENERAL Y ESTRATIGRAFIA ......................13
FORNACION EL ABRA EN LA PLATAFORMA TUXPAN-TECOLUTLA ..........46
Morfologíay espesor ...............................46
Bioestratigrafía...................................53
Litofacies.........................................62
Bjofacjes.........................................71
Significado ecol6gico de las biofacies .............75
Estructurassedimentarias ..........................79
Ambientesde depósito ..............................82
Porosidady diagénesis .............................89
PALEOGEOGRAFIA ...............................................105
DESARROLLO DE LA PLATAFORMA ..................................112
Evolución geol6gica anterior al depósito de la Forma
ciónEl Abra .......................................112
Teorías sobre el origen de la Plataforma de Tuxpan--
Tecolutla..........................................123
Discusión..........................................128
CONCLUSIONES .................................................134
t REFERENCIAS ..................................................136
1
1
FIGURAS PAGS.
Localización de los pozos utilizados para el estudio
de la Formación El Abra .............................2
Plataformas calcáreas cretácicas del E de México .... 3
r 3.- Correlación entre los depósitos cretácicos de plata--
forma del E de México ...............................14
Tabla de correlación estratigráfica de los pozos est
diados en la plataforma Tuxpan-Tecolutla ............16
Pozos que alcanzaron el basamento y edades isotópicas
enm.a ............................................... 18
Isopacas de la Formación Tamaulipas Inferior ........25
Espesor de la Formación Tamaulipas Inferior comparado
con el de la Formación El Abra en sección longitudi--
nal.................................................27
8.- Distribución de la Formación Agua Nueva ............. 36
9.- Distribución de la Formación San Felipe ............. 38
10.- Distribución de la Formación Méndez ................. 41
11.- Isopacas del Terciario .............................. 44
12.- Secciones estratigráficas del Terciario sobre la For-
r mación El Abra ...................................... 45
Corfiguración estructural de la cima de la Formación
ElAbra .............................................47
Sección estructural de la plataforma de Tuxpan-Tecolu
tla.................................................48
Isopacas de la Formación El Abra ....................49
Distribución de microfósiles característicos de la --
Formación El Abra en los pozos profundos estudiados . 55
Distribución de microfósiles de la Formación El Abra
en pozos antiguos ...................................57
Algunas columnas típicas de la Formación El Abra en -
distintas partes de la plataforma ...................83
Ambientes de depósito ilustrados por las secciones --
transversal SW-NE y longitudinal S-N ................86
PAG.
Diagrama isométrico de la Formaci6n El Abra en la - -
plataforma de Tuxpan-Tecolutla ......................90
Distribución de las dolomías ........................99
Sección estratigráfica tipo que muestra la correla- -
ción por medio de horizontes bentontícos ...........106
Interpretación paleogeográfica de la etapa Bl .......107
Interpretación paleoqeográfica de la etapa B3 .......108
Interpretación paleogeográfica de la etapa B6 .......109
Anomalías de Bouguer ................................114
Sección magnética A_AT - Interpretación 1 ...........115
Sección magnética A_At - Interpretación II ..........117
Evolución de la plataforma - 1 ......................118
Evolución de la plataforma - II .....................121
Interpretaciones diferentes de la plataforma ........126
TABLAS
Composición y edad del basamento en el área Platafor-
ma de Tuxpan-Tecolutla y zona adyacente. 19
Zonificaciones de la Formación EL Abra según distin--
tos autores. 59
Equivalencia entre las litofacies de estudios anteriQ
res y las observadas en el presente estudio. 64
Relación entre litofacies, biofacíes, estructuras se-
dimentarias y ambientes de depósito. 84
LAMINAS
1 - :QcvII
1
1
r RESUMEN
La presente investigación comprende dos elementos prin
cipales: el estudio detallado de 34 pozos perforados en la -
plataforma calcárea de Tuxpan-Tecolutla, localizada en el sub
suelo de la actual llanura costera del Golfo de México, y - -
la integración de todos los datos geológicos pertinentes a es
te rasgo paleogeográfico.
El estudio del desarrollo de la plataforma se basó en
datos de tipo sedimentológico, tales como la determinaci6n de
las facies sedimentarias y de los ambientes de depósito co--
rrespondientes, y de su distribución en distintas etapas de -
evolución.
Este objetivo se logró mediante el estudio de las bio-
y litofacies y su interpretación. Se pudieron distinguir - -
así, en el complejo ambiente de plataforma calcárea, zonas de
circulación restringida, lagunares y evaporíticas, y zonas --
predominantemente marginales, de alta energía, representadas
por desarrollos biógenos o extensos bancos oolíticos.
El segundo objetivo de la investigación consistió en -
la evaluación de las condiciones tectónicas que prevalecieron
L
antes de la existencia de la plataforma y durante su forma--
ci6n, y de las causas que dieron origen al comienzo y a la --
terminación de una sedimentación de banco calcáreo. Se pudo
constatar lo siguiente:
El ambiente tectónico, a partir del Paleozoico tardío,
fue principalmente tensional y dio lugar a la formación de fo
sas y bloques elevados estos itltimos constituyeron, en todo
el este de México, áreas positivas que favorecieron, a partir
del Jurásico Tardío, la formación de plataformas calcáreas.
La plataforma Tuxpan-Tecolutia se desarroll6 sobre un elemen-
to positivo, durante una época regresiva del mar.
Condiciones paleoecológicas favorables a fines del Cre
tácico Temprano dieron como resultado la aparición de una se-
dimentaci6n de banco calcáreo. Un cambio en estas condicio--
nes, particularmente en lo que respecta a la temperatura y --
a la turbidez del agua, causó la terminación de este tipo de
sedimentación durante el Cretácico Tardío.
El crecimiento de la plataforma se efectuó gracias a -
una continua subsidencia, debida a la flexión de la margen --
continental, la cual disminuyó hacia el final del Cretácico,
coincidiendo con la introducción de una sedimentación de tipo
pelágico.
La subsidencia pudo ser suficiente para acomodar el --
gran espesor de sedimentos de plataforma de la Formaci6n El -
Abra, sin necesidad de invocar movimientos verticales a lo --
largo de fallas. Sin embargo, hay evidencias de que una tec-
t6nica tensional predominó durante y después del dep6sito - -
de esta formación, causando la dislocación de la plataforma -
por fallas normales y, posiblemente, las fuertes pendientes -
de los escarpes que la limitan.
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INTRODUCC ION
Este trabajo tuvo como objetivo establecer un modelo de sedi
mentaci6n de la plataforma calcárea cretácica de Tuxpan-Tecolutia,
que comunmente se designa como Atolón de la Faja de Oro, y estu---
diar su evolución.
La investigación consistió en el estudio petrográfico y pa--
leontológico de rocas del Albiano-Cenomaniano (Formación El Abra)
cortadas por pozos perforados dentro de la Faja de Oro y al orien
te de ésta, tanto en la zona costera como en el mar. Este banco
calcáreo cretácico está comprendido entre el paralelo de Cabo Ro
jo al norte y la ciudad de Tecolutla al sur (Fig. 1).
Durante mediados del Cretácico (Albiano-Cenomanjano) se ciesa
rrollaron a lo largo de la costa del paleo-Golfo de México exten-
sas plataformas calcáreas caracterizadas por una sedimentación so
mera de banco y rodeadas por depósitos pelágicos (Fig. 2).
Se hace notar que en este trabajo se emplea el término "pla-
taforma'T para un banco calcáreo de grandes dimensiones, caracteri
zado por condiciones paleoecológicas bien definidas y por biota -
típicas.
En el noreste de México se tiene la Plataforma del Burro o -
de Tamaulipas (Smith, 1970; González-García, 1976) prolongación
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c.P.siol •Muro2
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Fig. 1 LOCALIZACION DE LOS POZOS
UTILIZADOS PARA EL ESTUDIO DE LA FM EL ABRA
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GOLFO
DE MEXICO
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FIG 2 PLATAFORMAS CALCAREAS CRETACICAS DEL E DE MEXICO
ri
de la gran plataforma calcárea de Texas y, separados de ella por
el Golfo de Sabinas, los depósitos de banco que se extienden so--
r bre la península de Coahuila (Kellumj., 1936; Humphrey y - -
Díaz, 1956)
Más al sur, se eleva la extensa Plataforma de Valles-San - -
L. Luis Potosí (Carrillo-Bravo, 1979; su límite oriental está cons-
tituido por la Sierra de El Abra, su extremo meridional está cu--
bierto por potentes secuencias volcánicas.
u
La existencia de bancos calcáreos en los estados de Hjdal- -
go y México fue reconocida desde hace tiempo por Wilson et al. --
(1955), quienes describieron el banco de El Doctor, por Bodenlos
(1956), por Segestrom (1961 a y b), quien mencionó los bancos - -
— de Cerro Ladrón, Jacala e Ixmiquilpan, y por Fries (1962). Ac- -
• tualmente se considera que, exceptuando el banco de El Doctor y -
• a.
otro pequefio banco cerca de Tolimán, los demás forman parte de la
Plataforma de Actopan (Carrasco, 1970), prolongación meridional -
r de la Plataforma de Valles-San Luis.
Hacia el oriente de estos rasgos paleogeográficos se eleva -
la gran masa elíptica de la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla (Pedr
zzini y Basáñez, 1978).
Todavía más al sur se eleva la Plataforma de Córdoba (Gonzá-
les-Alvarado, 1976); aquí la sedimentación de banco fue continua
1
hasta el final del Cretácico (Bonet, 1971).
Rocas de plataforma del Albiano-Cenomaniano se encuentran --
a lo largo de la costa del Golfo de Chiapas (Sánchez-Montes de --
Oca, 1969) y en Tabasco (Informes inéditos de Petróleos Mexica- -
nos; González-Pech, 1976; Madrigal, 1975). En la parte central -
de Chiapas (Chubb, 1959), el banco calcáreo perdura hasta el Maes
trichtiano (Alencaster, 1971; Castro-Mora etal., 1975).
Por fin se extiende al sureste la gran Plataforma de Yucatán
donde la sedimentación calcárea ha durado hasta el Reciente - - -
(Bonet y Butterlin, 1962; López-Ramos, 1973).
La plataforma cretácica de la cual trata este estudio coinci
de con un alto estructural llamado "Plataforma de Tuxpan" por Me-
jía (1969) y Antigua Isla de Tuxpan por López-Ramos (1972). Coin
cide además con el conjunto de las plataformas calcáreas jurási---
cas de Tuxpan y de Tecolutia (Cabrera, 1972 y 1975 y Carrillo, --
1974). Aguilera (1972), refiriéndose al Jurásico Superior, postu
16 La existencia de un Archipiélago de Tampico-Tuxpan.
5
hw
1
Se estima que el nombre utilizado en este trabajo para el --
gran banco constituido por la Formación El Abra en el subsuelo, -
da una clara representación de la distribución geográfica de las
calizas del Albiano-Cenomaniano en esta porción de México.
ID
1
Se recuerda con respeto y estimación al Dr. Federico Bonet,
quien abrio el camino al estudio de los carbonatos en México y -
quien, en todo momento, brincló su apoyo a esta investigación.
o Se agradece a los Ingenieros Eduardo Guzmán y Arsenio Nava-
rro quienes fueron sucesivamente Subdirectores de Tecnología - -
de Exploración del Instituto Mexicano del Petróleo durante el --
ww
curso de este trabajo, dieron toda clase de facilidades para - -
su realización, y a los Ingenieros Francisco Viniegra y Octavio
Mejía Dautt, Gerentes de Exploración de Petróleos Mexicanos, - -
quienes proporcionaron material y datos necesarios para este es-
tudio.
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1
Finalmente se agradece la participación de los colegas y --
del personal de I.M.P., quienes contribuyeron de alguna manera -
a este trabajo.
vi
TRABAJOS PREVIOS
Un sinnúmero de estudios de distinto tipo se han realizado -
en esta región, sin embargo la información es fragmentaria y - -
son escasos los trabajos de conjunto y de interpretación.
Se cuenta con muchos informes técnicos y publicaciones de i
terés principalmente petrolero, entre los cuales destacan los - -
de Salas (1949), Benavides (1956), Barnetche e Illing (1956), Sá
chez-López (1961) y Guzmán (1967).
Valiosas pero escasas son las publicaciones que tratan de la
petrografía y estructura del basamento entre los que pueden men--
cionarse Quezadas (1961) y López-Ramos (1972). Se cuenta también
a este respecto con trabajos de interpretación geofísica.
Es abundante la información geofísica del área. Los traba--
jos de sismología ejecutados localmente y en varias épocas cubren
el área terrestre. En la última década se han efectuado trabajos
a escala regional particularmente en la zona marina. La gravime-
tría abarca únicamente la franja terrestre. Un levantamiento - -
aeromagnético, de tipo regional, cubre toda el área.
Entre los estudios que tratan más particularmente de la For-
1
mación El Abra se mencionan en primer lugar aquellos dedicados --
a los afloramientos de la Sierra de El Abra. Además de las des- -
rs'
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cripciones clásicas de Hejm (1940), Burckhardt (1930) y Muir - -
(1936), los más importantes son los trabajos de Bonet (1952, 1956
y 1963), Boyd (1963) y Aguayo (1978).
1
Para el estudio de esta formación en el subsuelo se cuenta -
con el trabajo de Schlaepfer (1975), con datos de pozos y con alg1
h.
nos estudios locales (Cabrera y Menes, 1973; Govela, 1974 y 1975).
Otros trabajos que tuvieron como objetivo el Jurásico (Cabrera, -
1972; Carrillo, 1974) son de gran importancia para la interpreta-
ci6n del desarrollo de la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla.
1
La bioestratigrafía de la Formación El Abra está fundada - -
en los trabajos microfaunísticos de Bonet (1956 y 1963). Las pu-
blicaciones de Boel-im (1898 y 1889), B3se (1906), Adkins (1930) y -
Coogan (1973) describen los megafósiles encontrados en la Sierra
1
de El Abra sin llegar a una zonificación,
Aguayo (1978) describió los procesos diagenéticos estudiados
en la Sierra de El Abra; un informe inédito de Shinn (Bonet, com
nicación personal) compara la diagénesis en el subsuelo de la Fa-
ja de Oro con los fenómenos diagenéticos observados en superficie.
Finalmente, escasos autores han atacado el problema de la i
terpretación geológica de la plataforma calcárea de El Abra; en--
tre ellos sobresalen Bonet (1952 y 1963), Humphrey (1953), Guzmán
E
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1
01
(1967), Griffith et al (1969), Viniegra y Castillo-Tejero (1970),
L Coogan et al (1972) y Enos (1974 y 1977).
Tienen interés para una interpretación regional los trabajos
que realizaron Becerra (1970), Castro-Mora y Martínez (1977), y -
Martínez y Bello (1977) quienes estudiaron las franjas Tamabra
y Tamaulipas adyacentes a la plataforma, y el de Bello (1978) - -
quien estudió la Formación Tamaulipas Inferior en la Plataforma -
de Tuxpan-Tecolutla.
1
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10
METODO DE TRABAJO
En la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia es notable y presenta -
un problema la gran variación en la densidad de pozos perforados.
El borde occidental (Antigua Faja de Oro y Nueva Faja de Oro) es-
tá densamente perforado; sin embargo, se trata de pozos antiguos,
algunos anteriores a 1930, y de los cuales a menudo el material -
se 1-ia perdido y la información es escasa. En estos pozos se cue.
ta además con poca penetración, ya que fueron perforados princi.--
palmente con un objetivo económico inmediato el cual se alcanzaba
al penetrar un corto tramo en las calizas de la Formación El - -
Abra. De todos estos pozos se seleccionaron los más profundos --
y con mejor muestreo.
Entre los pozos antiguos sobresalen el Jardín 35 y el Naran-
jos 24, perforados en los años 30, que penetraron más de 1500 m -
t .
en la Formación El Abra.
Los pozos marinos, aun los recientes, tienen también poca p.
netración; entre ellos destaca el pozo Atún 502, perforado con fj
nes exploratorios, que cortó la columna completa de la Formación
El Abra. Sin embargo, algunos de estos pozos alcanzaron mayor --
profundidad y presentan un muestreo excelente con núcleos casi --
u
continuos, como el Bagre 10 y el Marsopa 3.
1
1
11
Se estudiaron pozos representativos de los principales cam--
pos en el área comprendida entre Tecolutla y el Rio Cazones (Nue-
va Faja de Oro y franja marina). Al norte del Río Cazones, la r
ti
gión terrestre de la plataforma de Tuxpan-Tecolutia presenta per-
foraciones aisladas de tipo exploratorio que llegaron al Jurási--
co; tratándose de pozos recientes, las muestras están bien conser
vadas y se pudieron estudiar casi en toda su totalidad. En la --
franja marina se seleccionaron los pozos con mejor muestreo.
El estudio comprende en total 25 pozos terrestres y 9 po- -
zos marinos (Fig. i). Incluye los datos de pozos estudiados - -
por el 'ng. M. A. Basáñez, del Instituto Mexicano del Petróleo, o
sea del Tuxpan 3, Florida 1 2 Tauro 1 y Raya Oscura 4. Tanto - --
L del pozo Mesita 1 como del Atún 502 existían informes previos; --
sin embargo, se tuvo la oportunidad de ver sus láminas y de in- -
cluirlos en el estudio. Asimismo se vieron láminas de los pozos
antiguos Jardín 35 y Naranjos 24.
01
L. El criterio para seleccionar las muestras fue en primer lu--
gar litológico; se tomaron muestras en cada cambio de litología,
visible directamente o por medio de registros geofísicos. En los
intervalos de litología uniforme, en muestras de canal, se efec--
tuó el muestreo seleccionando las muestras cada 10 m (cada 5 m en
e
la proximidad de los contactos); en las muestras de núcleo fue --
1
12
más detallado el muestreo.
Se puede ver que no hubo uniformidad en el muestreo por lo -
cual sería difícil emplear técnicas estadísticas en el manejo - -
de los datos; sin embargo, se cree haber conseguido la máxima in-
formación posible en los limites del trabajo.
Se observaron las muestras de canal y los testigos de los n
cleos por medio de un microscopio estereoscópico. De todas se lxj
cieron láminas delgadas que se estudiaron con microscopio petro--
gráfico. Se empleó el método de tinción con solución de alizan-
1
na para distinguir la calcita de la dolomita.
Se realizó un examen de los registros geofísicos con el obje
tivo de correlacionar, por medio de las propiedades físicas de la
roca, factores tales como porosidad y permeabilidad con la litolQ
gia observada. Sin embargo, su interpretación no dio el resulta-
L do esperado; en efecto se comprobó que, en las facies carbonata--
das, los efectos diagenéticos secundarios, generalmente locales,
enmascaran la textura original de las rocas. Hace excepción - --
el registro radiactivo, que permitió una buena correlación de los
horizontes arcillosos.
E
r
1
13
MARCO GEOLOGICO GENERAL Y ESTRATIGRAFIA
La Plataforma de Tuxpan-Tecolutia se formó sobre un basamen-
to ígneo intrusivo de probable edad paleozoica tardía, cubierto a
su vez por capas rojas continentales de edad triásico-jurásica. -
Anos constituyeron, durante el Jurásico Temprano y Medio, las I .
las de Tuxpan y de Tecolutla. Los mares del Jurásico Tardío y --
del Cretácico Temprano cubrieron extensamente la región.
Al final de este tiempo, sobre los amplios márgenes continen
tales cubiertos por mares e.piricos, y controladas por áreas pos.
tivas del basamento, ya estaban emergiendo las plataformas calcá-
reas del este de Mxjco.
Así, sobre la Isla de Tuxpan-Tecolutla se depositan duran- -
te el Albiano-Cenomaniano y posiblemente desde el Aptiano, los --
carbonatos masivos de la Formación El Abra, con facies de banco,
que a consecuencia de una continua subsidencia alcanzan un espe--
sor de más de 1,500 m, mientras que a su alrededor se depositan -
sedimentos de mar abierto con espesor mucho menor.
La figura 3 muestra la correlación entre los depósitos de --
plataforma de algunas localidades del este de México. En esta ta
bla se puede ver que aunque el principal desarrollo de los bancos.
ocurre durante el Albiano-Cenomaniano, algunos depósitos arrecifa
o o
4
PI SO
PLAT.TUXPAN-TECOLUTLA
FORMACION
PLAT.VALLES-XILITLA
FORMACION
PLAT.VALLES-CENTRO
FORMACION
SIERRA DE EL ABRA
FORMACION
PLAT. CORDOBA
FORMACION
O
0
o
MAESTRICHTIANO MENDEZ
C A M PA N INO
CARDENAS _____
i i MENDEZ
2 MENDEZ
fUIN-
ELIPE
AGUA
NUEVA
ABRA Y
TAMAULIPAS
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SANTONIANO
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A.NUEVA
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AMAULI A
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AS.SUP A
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FELIPE___________TAM A SO PO_______________________________
CONIACIANO GUZMANTLA
TURONIANO ________A.NUEVA/( 1
MALTRATA
CENOMANIANO
ALBIANO
1 1________________ EL TAMABRA
1
_________________________________
1 ELABRA 1 EL ABRAI ORIZABA 1
__________________ __________1 1
IrEZONAPA1
APTIANO ? ES
TAMAULIIAS INF.
GUAX CAMA
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TAMAULIPAS INF.
NEOCOMIANO TAMAULIPAS INF.
AMSXONA DOLO_
'NF. MANCA MIAS
1... Pedrazzini y Bosoez, 1978. 2._ Carrasco, 1977. 3._Carrillo, 1971. 4._ Aguayo, 1978. 5._ Gonzalez, 1976.
111111 DEPOSITOS
1 DE PLATAFORMA
Fig._3. CORRELACION ENTRE LOS DEPOSITOS CRETACICOS DE PLATAFORMA
DEL E DE MEXICO.
E1
15
les y postarrecifales aparecen más temprano y otros se extienden
hasta la cima del Cretácico. En general se observa una tendencia
de norte a sur a una mayor duración de las condiciones favora-- -
bles a estos depósitos.
A su vez la figura 4 muestra la correlación entre las unida-
des estratigráficas de las partes sur, centro y norte de Tuxpan--
Tecolutia y de la Faja de Oro Marina, tal como aparece en las co-
lumnas de los pozos estudiados. Se aclara que, para las secuen--
cias del Jurásico, pre-Jurásico y Terciario, se ha empleado la i
formación de expedientes de pozos y de varios trabajos de las Zo-
nas Norte (Tampico) y Poza Rica de Petróleos Mexicanos. En parti
cular, para la franja marina se ha tomado como base la columna es
tratigráfica que aparece en el trabajo de González-Calderón (1976),
además los datos del Pozo Atún 502 y los estudios bioestratigrá-
ficos realizados en el I.M.P. (Gómez-Ponce, 1969; Gómez-Ponce y -
G6mez-Ponce, 1977; Salazar, 1971; Omaña, 1971; Alba, 1971; Oma- -
ña y Salazar, 1977).
En la siguiente discusión sobre la estratigrafía del área se
ha dividido por conveniencia la columna en 5 unidades estratigrá-
ficas que se tratarán por separado:
A.- Basamento
u B.- Lechos Rojos
E
fc
1*
L
1
1
r
1
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L'SiST. SERIE' PISO
PARTE SUR
R Tecolutia—RIo Cazones
PARTE CENTRO
Rio Cazones—Rio Tuxpan
PARTE NORTE
N del Rio Tu pan
FRANJA MARINA
Ostiones 1—Marsopa 3
FóFm del Frns del MIOCENO
MIO— Fms del 70 IOcENO
T CENO MIOCENO
E—
OLGO
CENO
F ms de
OLIGOCENO
R
C
Fm s del
OLIGOCENO
F ms del
OLIGOCENO
VOLIG.?
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EOCENO
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PIMIE NT4LA CASITA
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PIMIENTA LA CASITA
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PIMIENT4LA CASITA
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BASAMENTO
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Fig.4 -TABLA DE CORRELACION ESTRATIGRAFICA DE LOS
[
POZOS ESTUDIADOS EN LA PLATAFORMA
TUXPAN-TECOLUTLA
1
17
C.- Jurásico
L D.- Cretácico
E,- Terciario
OR
Se aclara que los pozos han atravesado el Cretácico solamen-
te en las partes central y septentrional de la plataforma y en el
pozo marino Atn 502.
A.- Basamento
En este párrafo se discute el basamento únicamente como uni-
dad estratigráfica, dejando el aspecto estructural para un capítu
lo posterior.
Se incluyen aqui los datos de 22 pozos (Fig. 5), nueve de --
los cuales están situados sobre la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia
y los demás en una zona adyacente; de estos últimos, sólo se uti-
lizó la información petrográfica y radiométrica.
La composición petrográfica del basamento en estos pozos (Ta-
bla 1) indica que predominan las rocas intrusivas de naturaleza -
ácida a intermedia; hacen excepción dos pozos en los que aparecen
diques básicos y tres más con rocas volcánicas. No se conoce - -
la edad de estos últimos cuerpos, pero por la profundidad a la --
cual se encuentran es probable que formen parte del basamento.
1
r La Tota
o
263±2
La LLave 101
o
261± 13 ma u a amlr.z 1
Bejuco 1
.
r Arroyo Vi.jo 1
5
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273±5
pó --
PUlonaI 101 295ila
L AguOda 101
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r Fig: 5 Pozos QUE ALCANZARON EL BASAMENTO
Y EDADES ISOTOPICAS EN MA
E
TABLA No. 1.- COMPOSICION Y EDAD DEL BASAMENTO EN EL AREA PLATAFORMA DE
TUXPAN-TECOLUTLA Y ZONA ADYACENTE
Profundidad Composición
del del Edad
Pozo basamento basamento m.a.
Ati5n No. 502 4859 bnm andesita
r Finca No. 1 3360 bnm spessartita de hornblenda
Raya Oscura No. 4 2424 bnm dacita de biotita
U Muro No. 2 2622 bnm tonalita de hornblenda
Frijolillo No. 5 2399 bnm corneana de cuarzo-epidota
Muro Sur No. 1 2681 bnm cataclasita dacítica
Tuxpan No. 3 2987 bnm lamprófido sienítico
an Sebastián No. 101 2976 bnm granito
Salto No. 1 2723 bnm andesita porfídica
L Pjfjonal No. 1 2093 bnm tonalita de biotita
La Tota No. 1 1918 bom tonalita de hornblenda
Juana Ramírez No. 1 3011 bnm gneiss
Arroyo Viejo No. 1 2625 bnm granodiorita
La Llave No. 101 1582 bnm granodiorita
Aguada No. 101 1396 bnm granito
Pitahaya No. 101 1693 bnm tonalita
Tres Hermanos No. 106 2308 bnm cjranodiorita metamorfizada
Bejuco No. 1 1951 bnm tonalita
Toteco No. 1001 2343 bnm pérfido tonalítico
L Huiltepec No. 2 3495 bnm granito
Ojital No. 101 3025 bnm esquistos
San Andrés No. 243 3122 bnm esquistos
178 ± 11 Jurásico Temprano
295 ± 7
X
Pensilvánico Tardío
263 ± 21 X
Pérnico Temprano
192 ± 3
XXX
Jurásico Temprano
273 ± 5
XXX
Pérmico Temprano
261 ± 13 XX
Pérmico Temprano
253 ± 9 xx Pérmico
237 Pérmico Tardío
Determinaciones petrográficas: IMP
Determinaciones cjeocronométr leas:
L.
X IMP Ar/K
XX
GEOCFIRON Ar/K
L XXX
López-Ramos (1972)
1
20
Se tiene conocimiento de ocho edades isotópicas del basamen-
to en la Plataforma Tuxpan-Tecolutla y en áreas adyacentes (Tabla
1). Dos edades indican el Jurásico Temprano; las demás están co
prendidas entre el Pensilvánico Tardío y el Pérmico Tardío (según
Tabla Geocronológica del U. S. Geological Survey, 1969).
Si se toman en cuenta Las limitaciones del método Ar/K, - -
que proporciona, en el mejor de los casos, la fecha del último c
lentamiento, las edades reales de las rocas consideradas pudieran
ser anteriores al Paleozoico tardío; sin embargo, no se tienen --
evidencias geológicas conclusivas de la presencia de rocas más a
tiguas debajo de la llanura costera del Golfo de México.
En este estudio, considerando la coincidencia en las edades
paleozoicas tardías de los intrusivos y rocas metamórficas que se
L conocen desde Coahuila (Flawn y Maell, 1958; Flawn, 1961), a lo
largo de la costa del Golfo (López-Ramos, 1972), en Chiapas (Cas-
tro-Mora et.j., 1975), en Yucatán (Expedientes de Petróleos Mexi
L canos) y en Belice (Bateson, 1972), se estima que estos elementos
fueron afectados por un mismo episodio térmico ligado a un deter-
minado evento tectónico.
Consecuentemente se considera que, en el área estudiada, - -
el basamento está constituido por un batolito compuesto, emplaza-
4.1
1
1
21
do principalmente durante el Pensilvánico Tardío-Permico y en par
te durante el Jurásico Temprano, formando todo el complejo la 'I
la de Tuxpan' de Sánchez-López (1961).
Se cuenta con muy pocos datos para afirmar si la composición
de las rocas está relacionada con la edad del emplazamiento de --
los plutones parece ser al contrario, que en cada episodio hu- -
bo intrusiones de distinto tipo magmático.
El basamento de la plataforma está cubierto en cuartro pozos
por Lechos Rojos en los demás por sedimentos del Jurásico Medio y
Superior.
B.- Lechos Rojos
Se comprenden bajo este nombre los sedimentos de origen con-
tinental (lutitas y areniscas) que descansan debajo de rocas jurá
sicas. En los pozos que alcanzaron el basamento, su espesor es -
muy débil (de 2 a 12 m), o no existen hace excepción el pozo San
Sebastián 101, donde alcanzan 516 m de espesor. Ya que los pozos
corresponden en general a altos estructurales del basamento, es -
probable que los lechos rojos se hayan acumulado en las depresio-
nes o flancos donde presentan mayor espesor.
Sobre la edad de esta unidad, sólo puede decirse que es - -
22
pre-Jurásico Medio y probablemente post-Paleozoico.
C- Jurásico
Los pisos más antiguos encontrados en esta zona son el Calo-
viano y el Oxfordiano; sin embargo, no se han realizado estudios
detallados sobre su distribuci6n. Según el modelo sedimentológi-
co de López-Ramirez (1976), el basamento, cubierto y rodeado por
lechos rojos, constituía áreas positivas. En la parte septentrio
nal (Plataforma de Tuxpan), durante el Caloviano se depositaron -
sedimentos marinos someros atribuidos a la Formación Tepexic (Mi-
ramontes, 1972) y, sobre ellos, cuerpos arenosos que este autor -
correlaciona con la Arenisca Constituciones de Stabler (1972). -
Según Aguilera (1972), durante el Oxfordiano-Kimeridgiano se en--
contraban en esta área facies de margen de plataforma (formación
San Andrés"), facies oolíticas y evaporíticas (Formaciones Olvi-
do y Zuloaga) y, en la parte más alta del Jurásico, los sedimen--
tos calcáreo-arcillosos de la Formación Pimienta, con una facies
somera atribuida a La Formación La Casita.
En el área meridional (Plataforma de Tecolutla), Cabrera - -
(1972 y 1975) y Carrillo (1974) distinguieron, en el Kimeridgiano,
una porción lagunar (formación "San Pedro"), una franja oolítica --
marginal (formación "San Andrés tt ), una franja costera (formación -
I
L
1
E
Ii!
1
L
L
L
t Cabellal), un talud (Formación Chipoco) y una región de cuenca
(Formación Tamán).
Los espesores del Jurásico Superior (Kimeridgiano y Titonia-
no) varían de 10 a 322 m en el área. Uno de los mínimos coinci-
de con un alto del basamento (pozo Frijolillo 5); los demás pozos
no muestran tal correlación. En general los espesores son meno--
res en la parte norte del área (de 10 a 84 m).
D. - Cretácjco
Formaci6n Tamaulipas Inferior
La Formación Tamaulipas (Inferior o Superior) no se ha defi-
nido nunca en la literatura ni se han indicado localidades tipo.
Según Muir (1936), el nombre deriva de la Sierra de Tamaulipas --
donde constituye la parte principal de la estructura y fue intro-
ducido como t?ali Tamaulipas' por Stephenson en un informe pri-
vado de una compafía petrolera y posteriormente adoptado general-
mente.
La presencia de rocas cretácicas tempranas de facies batial
fue reconocida por Burckhardt (1930) quien, citando a Kellum y --
Schmittou, las llamó "calcaire de Tamaulipas". Este autor estu--
dió la fauna de distintos afloramientos y señala edades desde - -
23
h.
L
LI»-
L
1
24
el Neocomiano temprano hasta el comienzo del Albiano.
A
Siguiendo el criterio de Burckhardt, Muir distingue Tamauli-
pas Inferior y Tamaulipas Superior y atribuye a la Formación Ta--
maulipas Inferior una edad que comprende el Neocomiano y la parte
superior del Aptiano, indicando la presencia, en el área de la --
Sierra de Tamaulipas, de un horizonte arcilloso superior que co---
L rresponde a la actual Formación Otates.
L Aunque la distribución de La Formación Tamaulipas Inferior -
sea particularmente extensa en la Cuenca Tampico-Misantla, se ex-
tiende tanbién sobre toda la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia, des-
cansando sobre el Jurásico Superior (sólo en el pozo Finca 1 se -
ha encontrado la Formación El Abra en contacto directo sobre el -
Jurásico). Sus espesores varían entre 60 y 550 m (Fig. 6); las -
isopacas indican valores sucesivamente más altos hacia el norte -
(Fig. 7).
Castro-Mora y Martínez (1977) distinguieron siete unidades -
•1 en esta formación; sólo las cinco inferiores se han identifica- -
do sobre la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia (Bello, 1978). La ci-
L.
de la Formación Tamaulipas Inferior varía aquí del Berriasiano
al Valanginiano.
1
1
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1
L
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/
r
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E
26
Aparentemente hay un hiato entre esta formación y la Forma--
ción El Abra; segón Bello La ausencia de las unidades superiores
se observa también donde no está dolomitizada la base de esta l-
tima, o sea donde no existe la duda de que la dolomitización pue-
da enmascararlas (pozo Atan 502). Este autor observa además, que
en las zonas donde la Formación Tamaulipas Inferior presenta su -
máximo espesor, se encuentra más completa la columna.
Esta irregularidad en la secuencia estratigráfica puede in--
terpretarse suponiendo que durante el depósito de la Formación T
maulipas Inferior la plataforma se hundió hacia el norte y se le-
vantó hacia el sur, quedando en esta última área la secuencia es-
tratigráfica reducida; esto concuerda con los espesores mayores -
de esta formación en la parte norte (Fig. 7). Esta hipótesis im-
plica la existencia de fallas normales y de esfuerzos tensionales
durante el Cretácico Temprano. Un argumento en su favor es la --
gran abundancia de horizontes bentoníticos en la Formaci6n Tamau-
lipas Inferior, que dan testimonio de volcanismo en este tiempo -
probablemente relacionado con fracturamiento cortical.
Formación El Abra
Uno de los primeros autores que mencionan los afloramientos
de la Sierra de El Abra y que estudian su fauna, comprobando la -
1
- - - - - - - - - - - - = -
o o
NNW
SSE
TAURO 1 S.SEBASTIAN 101 A.COLORADA 1 R.OSCURA 1 SALTO 1 CAZONES 2 ESPINO 1
4 A A A A A A
1500
Mt.
500
Fig.7 ESPESOR DE LA FM TAMAULIPAS INFERIOR
COMPARADO CON EL DE LA FM EL ABRA
EN SECCION LONGITUDINAL
existencia de calizas de edad albiano-cenomaniana, es Boelim en --
1898. Posteriormente B3se (1906) propone el nombre de caliza Ta
masopo" para las calizas que afloran en el Cañ6n de Tamasopo, su---
puestamente de la misma edad. El nombre "Tamasopo" fue emplea- -
do durante largo tiempo por los geólogos de las compañías petrol
ras para indicar las calizas de facies somera o profunda encontra
das en el subsuelo de la región de Tampico. En 1924 se determinó
la edad coniaciana de la parte superior de La secuencia en el Ca-
u
ñón de Tamasopo y el nombre de Tamasopo fue substituido por el --
nombre "El Abra" que se empezó a utilizar para las calizas de fa-
cies arrecifal del Albjano-Cenomanjano que se encuentran en loca-
lidades bien definidas de la Sierra Madre Oriental y en el subsue
lo de la Faja de Oro (Muir, 1936).
Burckhardt (1930) escribe:
"Le Crtacé inférieur du Mexique oriental est
encore peu connu. On le confond gnralement
avec les dépots du Crétacé mayen et supérieur.
C'est une masse calcaire puissante, souvent -
peu fossilifre, trs devéloppée dan5 itEtat
de Tamaulipas et parties adjacentes des Etats
de Nuevo León, San Luis Potosí et Veracruz, -
qui a été desígné tour á tour avec les noms -
"Calcaíres de Tamasopo, "Calcaire El Abra" -
et "Calcaire de Tamaulipas". Ces calcaires -
ont souvent été parallelisés avec le "Coman--
chean" du Texas et considérés comme un qui--
valent du Crétacé moyen".
Como se pude ver, hasta los años treinta la confusión domina
en la terminología estratigráfica de las calizas cretácicas del -
L
29
este de México.
En 1930, KeLlum describe una "Caliza El Abra" en la sierra -
del mismo nombre y distingue un miembro inferior, Taninul, que --
contiene fragmentos de conchas y un miembro superior con "Muía---
lina'
Muir (1936) coincide con Kellum en reconocer la existencia -
de dos miembros en la Sierra de El Abra y atribuye la facies - -
de rudistas (Tanjnul) al Albiario y la facies de miliolidos (El -
a.
u
Abra) al Cenomanjano inferior.
En 1952, Bonet describe la "facies urgoniana" de la región -
de Tampico. En esta primera investigación científica de las cali
L zas arrecifales del Albjano-Cenomaniano el autor efectúa reconoci
mientos en la Sierra de El Abra y estudia secciones a través de -
la Sierra Madre Oriental, con fines comparativos, haciendo resal-
u
tar la analogía entre las facies urgonianas de México y Estados -
a.
Unidos y las de la región mediterránea, y enfatizando las diferen
cias que existen entre los bancos de rudistas de esta facies y --
los arrecifes coralinos actuales. Basado en sus observaciones de
campo, Bonet considera que las diferencias entre los miembros Ta-
ninul y El Abra son debidos a cambios laterales de facies.
En 1963 el mismo autor hace un resumen de los nuevos conoci-
£
1
30
mientos adquiridos mediante la exploración geológica de superfi--
cje, los nuevos datos geofísicos y la perforación de numerosos p
zos exploratorios. En esta ocasión, basado en datos paleontolóqi
* cos, propone como unidad formal el "Grupo Tamasopo" para incluir
las formaciones El Abra, Tamaulipas y El Doctor (Wilson etal., -
1955), que son correlacionables entre sí.
A su vez Carrillo-Bravo (1971) denominó El Abra a las cali--
zas de plataforma de edad albiano-cenomaniana que cubren la Plata
forma de Valles-San LUis Potosí.
De lo anterior se observa que la Formación El Abra, de igual
manera que varias otras formaciones introducidas por geólogos pe-
troleros de la costa del Golfo, no fue nunca definida formalmen--
te. Lo más parecido a una definición se encuentra en el traba- -
r jo de Bonet de 1952, que incluye su descripción y menciona su lo-
calidad tipo.
• Refiriéndose a la Formación El Abra en el subsuelo, Muir - -
(1936) da una extensa referencia sobre la caliza productora (El -
1
Abra) en los antiguos 'Campos meridionales", o sea la Antigua Fa-
ja de Oro, y compara esta unidad litoestratigráfica con la que --
aflora en la Sierra de El Abra. Menciona que su límite superior
se conoce en algunas localidades como Cenomaniano inferior, basa-
do en la presencia de Pecten roemeri sin embargo, observa tam- -
31
bién que la superficie de la Formación El Abra indica una topogra
fía sepultada por lo cual este límite puede variar.
Gran parte de los pozos de la Antigua Faja de Oro penetró sQ
lo pocos metros en la Formación El Abra, pero en los afos trein--
ta, se perforaron dos pozos que penetraron más de 1,000 m en esta
formación, el Jardín 35 y el Naranjos 24. Estos proporcionaron -
La primera información sobre la secuencia completa de la Forma- -
ción El Abra. A este respecto Bonet (1952) afirma que "las cara
terísticas faunísticas y litológicas del pozo Jardín 35 correspon
u ,
den perfectamente con las encontradas en la seccion típica de - -
El Abra".
Durante largo tiempo existió una confusión entre las calizas
El Abra y la Formación Tamabra. Hejm (1940) escribe: "Thus the
r Tamaulipas, Taninul and El Abra limestones are different facies -
of tlie same Tamabra Formation, interdigitatinq laterally and - -
often repeated aboye one another at the same locality (mixed - -
1
- facies). El nombre Tamabra se utilizó posteriormente en el sub-
suelo de Poza Rica para los depósitos de cuenca con clastos den-
vados de la Faja de Oro (Flores, 1955). Para remediar este incoa
veniente Bonet (1963) propuso el término de 'Formación Poza Rica"
para las calizas productoras de esta facies desafortunadamente e.a
te nombre no aparece en una publicación formal.
L
1
32
La parte de las ttcalizas Tamaulipas t , que sobreyace al ttH or i
zonte Otates tt , fue denominada por Muir (1936) Tamaulipas Superior
y se considera el equivalente, de facies pelágica, de la Forma- -
ci6n El Abra.
Edad de la Formación El Abra.- Boehm (1898), al estudiar los - -
afloramientos de la Sierra de El Abra, encontró, una fauna equiva--
lente a la de la Formación Edwards de Texas. Adkins (1930)descri
be varias especies de rudistas en la cantera y túnel de Taninul y
les atribuye una edad Friedricksburg-Washita (Albiano medio-Ceno-
maniano temprano. Según Muir (1936), el límite superior de la --
Formación El Abra había sido ya definido por geólogos de la Mexi-
can Gulf con base al pelecípodo Pecten roemeri Hill, encontra-- -
do inmediatamente debajo del contacto con el Turoniano. Este -
fósil, característico de la Formación Buda, indica una edad ceno-
maniana temprana y media.
Sin embargo, hubo discrepancias en lo que respecta al límite
inferior de esta formación. Baker (1971) opinaba que las calizas
con rudistas eran de la edad de la Formación Georgetown, o sea --
del Albiano tardío. Por otra parte, al perforarse el pozo Jardín
No. 35, a una profundidad de 1,300 m se encontró el foraminife- -
ro Orbitolina texana Roemer, fósil característico de la Formación
Glen Rose de Texas, de edad albiana temprana.
la
33
Burckhardt (1930) creyó en la ausencia del Cenomaniano supe-
rior, y en la existencia de un hiato en la cima de la Formación El
Abra. Sin embargo, en estudios recientes, Aguayo (1978) encontró
en la zona postarrecifal de la Sierra de El Abra, un delgado horJ
zonte con fauna pelágica del Turoniano, que comprende: Hetero- -
helix reussi Cushman, Marginotruncana canaliculata Reuss, M. - -
pseudolinneana Pessagno y . sigali Reichel. Esto implica que el
depósito de la Formación El Abra duró hasta el Turoniano. El ho-
rizonte mencionado está situado en la mitad de la sección de Agua
yo en la Sierra de El Abra, y corresponde a la parte alta de la -
Formación El Abra, de la cual se midieron aproximadamente 1,140 m
en el cercano pozo Agua Nueva 1 (Carrillo-Bravo 1971).
r Respecto a la edad de la Formación El Abra en el subsuelo, -
considerada muy generalmente albiano-cenomaniana, es importante -
mencionar que Becerra (1970), en el estudio de la Formación Tama-
bra del área de Poza Rica, encontró material detrítico provenien-
te de la Faja de Oro en una matriz con microfauna pelágica del Tu
roniano (Heterohelix sp., Rotaljpora sp. y Globotruncana sp.). -
Esto podría ser consecuencia de una parcial exposición de la pla-
taforma cretácica y de su erosión durante el Turoniano, o del cr
cimiento continuo durante esta edad de arrecifes aislados en el -
borde de la misma, durante este tiempo, acompañado por derrumbes -
• de clastos prearrecifales. Ambos criterios coinciden con la dis-
u
h.
1
34
tribución errática de la Formación Agua Nueva del Turoniano. Sin
embargo, no se tiene conocimiento de macrofauna de edad turoniana
1-
(hipurítidos) en rocas arrecifales de la Formación El Abra.
Formación Agua Nueva
Base indicó desde 1906 la presencia del Turoniano al este de
la Sierra Madre Oriental, describiendo un delgado espesor de calj
zas con Inoceramus labiatus que sobreyacen las calizas masivas --
del Albiano-Cenomanjano en la localidad Las Palmas de la Sierra -
de El Abra. En general, los antiguos autores incluyen los estra-
tos del Turoniano bajo el nombre "capas San Felipe" o "San Felipe
inferior". Según Muir (1936), Stephenson propuso, por primer la -
Formación Agua Nueva, citando como localidad tipo el Cañón de - -
La Borrega, en las estribaciones occidentales de la Sierra de Ta-
L maulipas, cerca del poblado de Agua Nueva. Según el mismo autor ,
Heim, al hacer referencia a las formaciones del Turoniano en la -
región de Tamazunchale, las denomina "Xilitla beds".
Muir menciona que la Formación Agua Nueva sobreyace a la For
mación El Abra al sur de Ciudad Valles y también que se encuentra
en el subsuelo de los campos petroleros del norte mientras que h
cia el sur su presencia es dudosa.
En la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla La Formación Agua Nueva
1
se 1-ia encontrado únicamente en el interior de la misma, en tres -
áreas aisladas estando las principales en las partes central y --
septentrional (Fig. 8). Su espesor, sumamente variable, fluctúa
entre 10 y 120 m.
Juzgando por su distribución y espesor variable, parece que
esta formación se depositó probablemente en depresiones de la su-
perfice irregular de la Formación El Abra en las cuales penetró -
el mar del Turoniano, mientras que gran parte de la plataforma --
permanecía emergida. De sus márgenes elevados caían derrumbes --
a lo largo del talud, sobre el cual se depositaban sedimentos pe-
lágicos; la Formación Agua Nueva puede así considerarse contempo-
ránea con parte de la Formación Tamabra (Bonet, 1963 y Becerra, -
1970). La primera invasión marina sobre la plataforma es todavía
una transgresión muy limitada.
Formación San Felipe
Según Muir (1936), el nombre San Felipe fue introducido por
fr Jeffreys en 1910 y adoptado por los geólogos de los campos petro-
leros. Jeffreys dice lo siguiente:
"The so-called Middle Cretaceous is well exposed
at San Felipe on the Central Railroad between Va
lles and Taninul and shall be named after that -
-- spot...".
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Marsopa 3
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/ouro Sur 1
AREA CUBIERTA POR 0rcn 201 501,0
Morga 8
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LA FM. AGUA NUEVA BARRA DE
CAZONES
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I,git 1
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Espino 1
1115,71. O Fnc1
ESPESOR> §Om. Mozutla 1 Mero 1
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•E OrdoSez
Cangrejo 1
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O POZA RICA
N.
. •' TECOLUTLA
O
Percebes 1-A
_ •Ostofles 1
O lO 20
=---- -
Km
Fig.8 DISTRIBUCION DE LA FM. AGUA NUEVA
completada con datos de otros poios)
ffl
Muir modifica posteriormente la definición original de Jef--
freys y define la Formación San Felipe como "including the alter
ating limestones and shales of Coniacian and Lower Santonian - -
age occuring in various exposures west of San Felipe.. . aplican-
do esta definición a los estratos de la misma edad en el subsuelo
La distribución de la Formación San Felipe sobre la Platafor
ma de Tuxpan-Tecolutla se presenta en la figura 9. Se ha encon--
trado esta unidad en algunas localidades que coinciden, muy gene-
ralmente, con las depresiones donde se depositó la Formación Agua
Nueva; pero éstas se han reducido en extensión. Su espesor es --
muy irregular, variando de 30 a 100 m.
-
Sin embargo, es posible que esta formación se haya deposit
do también en el extremo norte de la plataforma, pero la erosión
afectó estas áreas de tal modo que quedó sólo una mezcla de sedi-
mentos retrabajados que se suele incluir bajo el término de "Cre-
tácico Superior" (Expedientes de pozos de Petróleos Mexicanos, G
L mez-Ponce y Gómez-Ponce, 1977).
Formación Méndez
Una serie de lutitas recubre la Formación San Felipe, la - -
cual fue considerada com parte del Santoniano por B6se (1906) --
y Burckhardt (1930). Posteriormente, según Muir (1936), Adkins y
1111
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FIg.9 DISTRIBUCION DE LA FM. S A N FELIPE
(completada con datos de otros pozos)
39
Stephenson indicaron que la parte media de esta serie de lutitas
corresponde al Campaniano y la superior, al Maestrichtiano. - -
Muir mencion6 también que estas lutitas fueron llamadas tt Papaga-
yos T' por Dumble, quien las correlacionó con los afloramientos de
la Sierra de Papagayos del noreste de México; sin embargo, ya --
Jeffreys y varios otros autores habían utilizado el nombre Mén--
dez para esta formación, considerándose como su localidad tipo -
los afloramientos cercanos a la estación Méndez del ferrocarril
San Luis Potosí-Tampico. Pero únicamente la parte superior de -
la Formación Méndez está representada en esta localidad, donde -
una rica microfauna indica una edad maestrichtiana; en otras lo-
calidades, se encuentra su parte inferior que llega al Santonia-
no.
Aguayo (1978) menciona que en una parte de la Sierra de - -
El Abra, la cima de la Formación El Abra está cubierta por una -
brecha cuya matriz contiene fauna del Campaniano.
Recientemente, Aguayo y Kanamori (1976) proponen un nuevo -
miembro de la Formación Méndez, el Miembro Tamuin, expuesto a lo
largo del flanco oriental de la Sierra de El Abra. Su litología
se distingue por La presencia de calizas poco arcillosas oscuras
con laminación y estratificación gradual, posiblemente deposita-
das por corrientes de turbidez; su edad, basada en foraminíferos
planctónicos, es del Campaniano tardio.
Con el Campaniano se reanuda la transgresión sobre la Plata-
forma de Tuxpan-Tecolutla, se vuelven a hundir las antiguas cuen-
cas de dep6sito y nuevas áreas son inundadas (Fig. lo). El espe-
sor de la Formación Méndez varia de 10 a 80 m, con promedios de -
30a40m.
Se cree que esta formación cubrió grandes áreas de la Plata-
forma; sin errbargo, mucho quedó destruido por la erosión. En - -
efecto, varios pozos, donde la Formación El Abra se encuentra - -
en discordancia con el Terciario, muestran en la base de este si
tema sedimentos retrabajados con fauna del Campaniano-Maestrich--
tiano. Este fenómeno es particularmente notable en los pozos ma-
rinos.
1
E.- Terciario
r La Cuenca de Tampico-Misantia (López-Ramos, 1974) está situ
da en la costa del Golfo de México, entre el extremo sur de la --
Sierra de Tamaulipas, al norte, y el Macizo de Teziutlán al sur.
Esta cuenca terciaria se originó como consecuencia del pleq,
miento de la Sierra Madre Oriental durante el Eoceno temprano y -
medio y se llenó en un comienzo con sedimentos postoroqénicos del
Fiq.tO DI3TRIBUCI3N DE LA FORMACION MENDEZ
—COMPLETADACON DATOS DE OTROS POZOS-
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AREA CUBIEF
POR LA FM M
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Km
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42
Eoceno superior. Al acentuarse las depresiones de la cuenca se -
depositaron sedimentos arenosos cerca del borde y arcillosos a m
yor profundidad.
n
El Oligoceno se caracteriza por alternancia de depósitos - -
transgresivos y regresivos, mientras que el Mioceno fue una época
de gran subsidencia durante la cual se depositó un enorme volumen
de sedimentos terrígenos.
Todos los datos que se refieren a la estratigrafía del Ter---
• ciario en la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia fueron tomados de los
expedientes de los pozos en el área costera. En la franja man--
- na, se consultaron los trabajos bioestratigráficos de Barker y --
• Blow (1976), Gómez-Ponce (1969), Gómez-Ponce y Gómez-Ponce (1977)
y de Salazar (1971). Según los investigadores que tratan este t.
ma, son muchos los problemas que afectan a la estratigrafía del -
Terciario en esta región. Las unidades formacionales se han est
u blecido con base en el contenido faunístico y no en la litología,
- lo que causa discrepancias en los cambios de facies. Además, fe-
u nómenos de retrabajo por corrientes y acarreo han complicado el -
cuadro.
rL Los sedimentos del Terciario son a menudo discordantes sobre
-, el Cretácico Superior y aun sobre la Formación El Abra. Estas --
1
1
L
discordancias son locales y tienen amplitud variable, por lo que
se infiere que la región fue afectada por una tectónica de blo- -
ques durante el Eoceno tardío y el Oligoceno. Los estudios real
zados en los pozos marinos identificaron un potente espesor de --
Mioceno, con fósiles retrabajados de casi toda la columna tercia-
ria.
El espesor del Terciario es máximo en el extremo sureste de
La Plataforma (más de 3,000 m) y se acuña hacia el noroeste (Fig.
11). Esta generalización es válida principalmente para el Mioce-
no, que constituye la casi totalidad de la columna post-cretácica
en la franja marina. Se puede inferir que, por lo menos el Mioce
no, se depositó sobre una plataforma cretácica inclinada hacia el
sureste (Fig. 12), ya que su espesor es función de La profundidad
a la cual se encuentra la cima de la Formación El Abra.
/
Fug 11 ISOPACAS DEL TERCIARIO
1COMP% 1 TADO (fll DATOS DI (TROS POZOSP
CERRO TANCOCHIN
DEORO1 1
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1000'
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2
2
3
Fig.12 SECCIONES ESTRATIGRAFICAS
DEL TERCIARIO SOBRE LA FM EL ABRA
4
LA FORMACION EL ABRA EN LA PLATAFORMA DE TUXPAN-TECOLUTLA
e: Morfología y espesor
La Formación El Abra, en el subsuelo del área estudiada, cu-*
bre una superficie de unos 12, 000 Km 2 y tiene forma aproximada de
elipse con sus extremos situados a la altura de Cabo Rojo, al no
te, y de Barra de Tecolutia, al sur, respectivamente. Los datos
sísmicos indican que se trata de una estructura tabular, delimita
da por un escarpe que la rodea (Fig. 13).
•1
La extensión de la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia es relati-
vamente pequeña, respecto a las demás plataformas calcáreas del -
este de Mxjco (la Plataforma de Valles-San Luis Potosí tiene una
Extensión de unos 33,000 Km2 ) sin embargo, es comparable con los
bancos principales de las Bahamas (Newell y Rigby, 1957) y con --
los bancos que se formaron durante el Triás ico-Cretácjco en la zo
L na periadriática (D'Argeni o , 1975).
La Plataforma de Tuxpan-Tecolutla está constituida por una -
potente secuencia de carbonatos que contrasta con los delgados e
pesores de los depósitos contemporáneos de mar abierto (Fig. 14).
Los espesores más grandes, alrededor de 1,600 m (Fig. 15), se en-
Oki
en las márgenes oriental y occidental (pozos Mesita 1 --
y Atan 502). El pozo Jardín 35 muestra un espesor anómalo de - -
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Fig..14.SECCION ESTRUCTURAL DE LA PLATAFORMA DE TUXPAN—TECOLUTLA.
(MODIFICADA DE CASTRO M.,MARTINEZY PEDRAZZINI IN PEDRAZZINI Y BASAÑEZ.1978)
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F i g 15 ISOPACAS DE LA FORMACION EL ABRA
50
3,500 m, dato inexplicable que hasta ahora no ha encontrado solu-
ción. En el interior de la plataforma los espesores tienden a
ser mayores en la parte centro-meridional (alrededor de 1,400 m)
y a disminuir hacia el norte donde son alrededor de 800 m, lo que
quiere decir que la Formación El Abra se acuña hacia el norte so-
u
bre la Formación Tamaulipas Inferior, como se puede observar en -
la figura 7.
Por otra parte, la profundidad de la cima de la Formación El
Abra varía en dirección NW-SE (Fig. 13), mostrando unos mínimos,
alrededor de 500 m, al noroeste y unos máximos al sureste, en los
pozos marinos, donde alcanzan los 3,000 m (pozo Mero 1). La in--
clinación de la plataforma hacia el sureste es de 20 a 50 (Guzmán
1967.
El engrosamiento de la Formación El Abra en sentido N-S es -
aparentemente independiente de la inclinación de la plataforma --
y depende de tectonismo sinsedimentario, como se ha visto en el -
caso de la Formación Tamaulipas Inferior.
La configuración de la cima de la Formación El Abra (Fig. --
13), permite identificar en la plataforma algunos rasgos caracte-
rísticos:
1.- Un borde occidental, delimitado hacia el W por una fuer-
te pendiente (hasta más de 30 0 , según Enos, 1977), con una serie
alargada de pequeñas estructuras que pueden pertenecer en parte a
L arrecifes. Se cree, sin embargo, que en su mayor parte eran ban-
cos calcáreos emergidos o muy someros, edificados sobre desarro--
lbs orgánicos u oolíticos.
2.- Un borde oriental también delimitado por un talud con pen- -
dientes que varían de 150 a 200, con una alineación de estructu--
ras alargadas de mayor extensión que las occidentales; en ellas -
se localizan los campos marinos. De los pozos marinos estudia- -
dos, únicamente Ostiones 1, Percebes 1-A y Marsopa 3 muestran ba
cos de rudistas en la cima de la Formación El Abra. Los demás po
zos, de los cuales se conoce sólo un intervalo muy reducido, pre-
sentan sedimentos de tipo lagunar. El único pozo marino profun--
L
do, Atún 502, muestra biostromas de rudistas y biolititas de al--
gas rojas en algunos tramos de la columna, pero no en la cima.
El proceso de erosión kárstica que afectó la superficie de -
la plataforma, cubrió toda evidencia de fallas de pequeña magni--
u tud. Sin embargo, se tiene evidencia estratigráfica del movimie
to de bloques por fallas, anteriores al depósito de la Formación
El Abra, como es el caso del pozo Finca 1 donde falta el Neocomi
no, y por fallas que afectaron el basamento, como lo demuestra el
espesor anómalo de lechos rojos en el Pozo San Sebastián 101. --
51
1
52
Los principales lineamientos que pudieran indicar fallas de gran
magnitud son los grandes escarpes que limitan la plataforma hacia
este y hacia el oeste. La informaci6n sísmica no indica la exis-
tencia de tales fallas. En lo que respecta a la margen occiden---
tal, tampoco lo demuestran las columnas de los pozos que han atr
vesado las unidades anteriores a la Formación El Abra.
La Plataforma de Tuxpan-Tecolutla, así como los demás bancos
calcáreos del este de México, muestra una topografía de areas - -
elevados y fondos adyacentes, separados por escarpes de gran altu
ra (aproximadamente 1,000 m). Las condiciones eran así favora- -
bles para la formación de depósitos de gravedad (depósitos de ta-
lud) o de densidad (Enos, 1977), que se reflejan en alternancia -
de litología distinta (Becerra, 1970). A estos sedimentos se - -
ha dado el nombre de Formación Tamabra (Fig. 14) la que, a su vez
pasa transicionalmente a las calizas pelágicas puras de la Forma-
1
ción Tamaulipas Superior; se ha comprobado que tales depósitos -
detríticos existen también hacia el este (Informes inéditos de Pe
tróleos Mexicanos). Este tipo de sedimentación se vuelve a enco.
u
trar en los flancos de la Plataforma Valles-San Luis Potosí (Ca--
rrillo-Bravo, 1971; Moya, 1975; Carrasco, 1977) y son probableme
te comunes alrededor de otras plataformas calcáreas.
53
Bioestratiqrafia
El estudio bioestratigráfico de la Formación El Abra tiene -
1!. distinto enfoque seg6n si se considera el ambiente arrecifal (fa-
cies Taninul de Muir, 1936) o el ambiente lagunar (facies El - -
Abra). En esta disertación, que incluye ambas facies en el com--
plejo de la plataforma calcárea, el estudio bioestratigráfico - -
abarca cinicamente las facies lagunares y está basado en foramini-
1
feros bentónicos, ya que las biota arrecifales no existen en to--
dos los pozos estudiados; cuando se encuentran son aisladas y su
estado de conservación no permite generalmente la identificación
de Los organismos.
Sin embargo, con el fin de ilustrar las biocenosis arrecifa-
les de la Formación El Abra e inferir su significado ecológico, -
se mencionan brevemente (bajo el titulo de tMacrofauna) los ma--
crofósiles de la facies Taninul, encontrados por distintos auto--
res principalmente en los afloramientos de la Sierra de El Abra.
a Macrofau.- Durante el siglo pasado Boehm (1889 y 1898) descri-
bió faunas de caprínidos y radiolitidos en los afloramientos de -
u
la Sierra de El Abra. Con mayor detalle Adkins (1930) menciona,
en el afloramiento de Taninul, los rudistas Caprinula sp. y --
casia aff. texana, asociados con otros moluscos (Pecten XQ.emeri)
a
y corales; en la Cueva de El Choy, los rudistas Eoradiolites aff.
L
54
uadratus y Çprjla sp., el ostreido Choridrodonta munsoni y - -
otros pelecípodos, gasterópodos y corales; en una cantera al N de
El Choy, los rudistas Caprinula cf. anquis,,joradiolites cf. - -
davidsoni, Toucasia texana, el pelecipodo Lima cf. wacoensia, los
gasterópodos Trochus sp., Çrithium sp., Turritella sp. y el bra-
quiópodo Kingena wacoensis.
Bonet (1952) indica, por primera vez, la presencia del coral
ramificado Cladopl-iyllia en clastos derivados de la Faja de Oro; -
este coral se encuentra comunmente en la Sierra de El Abra. Brown
y Coogan (1968) mencionan el hallazgo del hidrozoario Parkeria --
sphaerica en la Formación EL Abra. Más recientemente, Coogan - -
(1973) menciona nuevos géneros y especies de rudistas encontrados
a lo largo de la carretera Valles-Tampico y del Ferrocarril San -
Luis Potosí-Tampico, en La Sierra de El Abra, que son: Radio-- -
lites abraens, Mjicaprina cornuta, Mexicaprina minuta, además
de Sauvagesia texana y Caprinuloidea multitubif, fauna que - -
atribuye al Cenomaniano temprano. Este autor considera que Sauva-
gsia forma parte del postarrecife, mientras que los demás rudis-
tas pertenecen al arrecife propiamente dicho.
Microfauna.- Se presentan en la figura 16 los alcances de los --
principales foraminíferos bentónicos en los pozos profundos estu-
diados. Como horizonte de referencia, se ha tomado la base de la
- - - - - - - - - - - - -
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- P A R T E S U R
RIO TECOLUTLA - RIO CAZONES)
P A R T E C E N T R O
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P A R T E N O R T E
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NMuEsrRAS O E EIUCt £0
DOLOMIA
i SITA
Fig.- iG DISTRIBUCION DE MICROFOSILES CARACTERISTICOS DE LA FORMACION EL ABRA EN LOS POZOS PROFUNDOS ESTUDIADOS
56
Formación El Abra, tal como pudo establecerse en el curso de este
estudio.
Se puede observar que los alcances difieren notablemente del
patrón general en el pozo Horcón 201, estudiado exclusivamente --
por medio de muestras de canal. Para excluir algún error de mues
treo éste pozo se ha descartado. En los demás pozos se han toma-
do en cuenta únicamente las muestras de núcleo para establecer --
una zonificación.
Como objeto de comparaciórz se presentan aparte (Fig. 17) las
columnas de los pozos Naranjos 24 y Jardín 35, situados en la mar.
gen occidental de la plataforma y de los cuales no se tiene un --
control estratigráfico adecuado. En efecto, el pozo Naranjos - -
24 termina en la Formación El Abra y en el Jardín 35 esta forma--
ción tiene un extraordinario espesor de columna, por lo cual se -
sospecha algún incidente estructural o error en las profundida- -
des, ya que la primera aparición de Orbitolina difiere de 1,300 m
en ambos pozos.
Para evaluar el significado estratigráfico de los foraminif
ros estudiados, es necesario tomar en cuenta sus características
como indicadores de ambiente.
Nummoloculina heimi y Dicyclina, equivalentes ecológi--
1
PROF
bn m
. NARANJOS 241
600
700
800
900 SIN MUESTRAS
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1300
x
400
500 SIN MUESTRAS
1600
P. T.
1700 FM EL ABRA
1800
1900
000
loo
200
300
400
500
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! 700
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1400
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JARDIN 35
NUMMOLOCULINA
DICTYOCONUS
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COSKINOLINA
ORBITOLINA xxxxxxxx
N—MUESTRA DE NUCLEO
N
x
x
x
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****
vv P.T.
FM EL ABRA
FIG.I7 DISTRIBUCION DE MICROFOSILES DE LA FM. EL ABRA
L EN POZOS ANTIGUOS
-1
cos de los Peneroplidae actuales, habitaban los fondos lagunares
fangosos (Bonet, 1956) en este mismo ambiente se encontraban - -
Valvulammina y Cuneolina. Este ambiente predomina volumétricamen
te en la plataforma y estos foraminíferos tienen largo alcance.
Sin embargo, el alcance de Dic Vc1ina está, aparentemente, bien d
limitado a la parte superior de la Formación El Abra.
bM
PtMoconus, Coskino l ina y Qito1ina son comunes en los - -
ambientes arrecifal y periarrecifal; estos ambientes son discontJ
nuos en la extensión de la plataforma así como estos fósiles. En
los pozos considerados, Orbitolina y Coskinolina están restringj
dos a un tramo limitado de columna estratigráfica.
Con la información de los pozos estudiados y de pozos anti--
guos se pudieron sólo definir dos biozonas para la Formación El -
Abra en la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla (Tabla 2);
Zona de yjina: este género aparece en la cima de -
18
la formación y se cree limitado a su parte superior. -
a
Pueden encontrarse en esta zona los foraminíferos Nummo-
ft
loculina himi, Valvulammina, Cuneolin, Diqtvocou,s, -
Coskinolina y también Pseudolítuonella y Pseudoch--
a
lidina.
Zona de Orbitolina: Orbitolina es el único género sig-
1
1
9,1
m
1.
u
L
Bonet Cabrera y Menes Govela
(1956) (
1973
) ( 1974 ) Presenteestudjo
Pozo Mesita 1 Campo Atan
Zona de Zona de Zona de
Dicyclina Numrnoloculina Nu mmoloculina
heimi heirni-Dievelina
Zona de
DicyclinaZona de Zona de
Nautiloculina- Nummoloculjna
Dictyoconus heimi
Zona de
Dictyoconus
Zona de
Coskinoiina-
Dictyoconus
Zona de Zona de
corales-algas Dictyoconus
Coskinolinoides Zona de
Zona de Orbitolina
rudistas
Zona de Zona de
Orbitolina Orbitolini
TABLA 2 - ZONIFICACIONES DE LA FORMACION EL ABRA
SEGUN DISTINTOS AUTORES
hí
r
E
nificativo que caracteriza la parte inferior de la For-
maci6n EL Abra; este dato se ha tomado particularmente
del pozo Mesita 1 y de las observaciones de Bonet. Fo
man parte de esta zona Nummoloculina heim, Cuneolina,
Coskinolina, Valvulammina y Pjççconus, además de - -
Pseudoljtuonella.
En 1956 Bonet propuso la primera zonificación de la Forma- -
ción El Abra, con datos de superficie apoyados con el pozo Jardín
35. Posteriormente Cabrera y Menes (1973), en una reinterpreta--
ción del pozo Mesita 1, presentaron su zonificación incluyendo z
nas de corales y de rudistas. Govela (1974) estableció para el -
Campo Atún una zonificación que no difiere mucho de la de Bonet.
En la tabla 2 se representan estas zonificaciones comparadas con
la adoptada en este estudio.
La zonificación de Cabrera y Menes para el pozo Mesita 1, s.
tuado en el margen arrecifal, tiene evidentemente sólo valor lo--
r cal; en efecto, se ha podido observar que, aun es esta área, la -
• distribución vertical de los bancos de rudístas es irregular. --
Además, una zonificación que incluye macrof6siles, no es adecua- -
da para el conjunto de la Formación El Abra.
La zonificación de Govela se distingue de la de Bonet por --
6
1
61
'IP
una zona de Nummjculina heimi y por la ausencia de lade Orbitoli-
a que, evidentemente, el autor no encontró en el campo estudia--
do. Los datos de la presente investigación no justifican la exi
tencia de esta zona ya que se ha podido observar que N. heimi - -
se extiende desde la cima de la columna hasta casi su base; por -
otra parte, Bonet (1956) menciona que este foraminifero puede ap.
recer desde el Albiano temprano. Se ha considerado durante mucho
tiempo que su zona de apogeo se situaba en el Albiano superior-Ce
nomaniano; sin embargo, se ha observado que, en un mismo horizon-
te, este fósil puede encontrarse aislado o formando acumulaciones
que constituyen una verdadera calcarenita. Se cree, por lo tan--
to, que las grandes concentraciones de N. heimi son debidas más -
bien a factores mecánicos, o posiblemente ecológicos, locales.
La zonificación de Bonet, así como la de Govela, indican - -
la presencia de una zona de (o Coskinoli-
noide), la cual no ha podido comprobarse durante esta investiqa-
ción, a pesar de contarse con un gran número de datos.
La zonificación actual se restringe así a las dos biozonas -
mencionadas. Bonet (1956) atribuyó la primera asociación al CenQ
maniano y la segunda, al Albiano temprano. Es evidente la fal- -
ta de una zonificación más detallada, que no se pudo lograr por -
medio de los foraminíferos bentónicos. Debido a esto, no se in--
u
E
1•
E
E
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L
1!
lo,
L
E
1
62
tenta de ninguna manera situar estas zonas en una escala cronoes
tratigráfica.
Ljtofacjes
El primer estudio detallado de la Formación El Abra en la --
sierra del mismo nombre fue hecho por Bonet (1952) quien distin--
guió dos miembros que son: el miembro El Abra, de calizas cripta
cristalinas sin elementos clásticos y el miembro Taninul, de calJ
zas criptocristalinas con bioclastos predominantes.
En el presente estudio no se separan los dos miembros porque
se estima que, si éstos bien pudieron reconocerse en los aflora--
mientos limitados de la Sierra de El Abra, en el conjunto de la -
Plataforma de Tuxpan-Tecolutla los bancos arrecifales no muestran
continuidad lateral ni vertical.
A continuación se describe la litologia de la Formación - -
El Abra en el subsuelo, mediante sus litofacies principales, ta--
les como pudieron identificarse a pesar de las limitaciones del -
muestreo. Se añade que, además de las litofacies caracteristicas
de un ambiente de plataforma, se reconocieron, a lo largo de toda
la columna de esta formación, frecuentes horizontes bentoníticos,
que representan antiguos horizontes cineríticos.
63
Un informe inédito de Bebout, Coogan y Maggio (1965) mencio-
na,en el área de la Faja de Oro y al este de ella, hasta doce litQ
facies, muchas de Las cuales son realmente análogas entre sí. C
brera y Menes (1973) reconocieron seis microfacíes en su estudio
del pozo Mesita 1; cada una corresponde a una determinada profun-
didad, pero comprende agrupaciones de varias litologías. Por fin
Govela (1974), en su estudio del Campo Atan, describe litofacies
que corresponden, generalmente, a Las que se identifican en este -
estudio.
Durante el desarrollo de la presente investigación se obser-
varon las Litofacies que se representan en la tabla 3, con sus --
equivalentes en Los trabajos de otros autores. La nomenclatura -
aquí empleada, modificada de Folk (1959), se considera válida pa-
ra toda la plataforma. A continuación se describen las principa-
Les litofacies:
Micrita.- Se han encontrado en algunos pozos cuerpos de poco es-
pesor de micrita pura, a menudo con recristalización a pseudoesp
to y sin fósiles, con excepción de raros fragmentos de equinoder-
mos. La litología es excepcionalmente monótona. No es fácil en-
contrar una explicación para el origen de este tipo de sedimento,
que es notablemente estéril en fauna.
Bonet (1952) encontró este tipo de sedimentos en la Sierra -
Bonet Bebout et al. Govela: Campo Atúri
1952) (1965) (1974) P r e s e n t e estu d i o
Calizas e etptocristalinas
siii clásticos:
Calcilutita con fósiles mienta arcillosa micrita
escasos.
Calcilutita con milióli- mienta de miliólidos micrita de miliólidos mienta fosilífera
dos.
Caliza criptocnistalina - mienta nOII caj)ninidos bioinicnita con bioclastos
con elásticos
Calizas elásticas hioclástica gruesa ealeirnudita de biorrudita
ilgas calcáreas
(ungIorin'i'idos ('ale reos hio'ISsi nt p11051 ______ hiorrudita
bree ms
Calcaretiitas:
Microcoquinas mienta de miliólidos mienta de rnili6lidos mienta fosilífera
Espergenita granos recubiertos calcarenita de pellas fecales mienta grumosa y pelespatita
Oolitas oospatita
in t ra mie rita
la ni toar u ic rita de algas la tuina res e strotu atol it os
e vaporitas
Tabla 3.- Equivalencia entre las litofacies de estudios anteriores y las observadas en el presente estudio
ho
1!
1
r
E
L
L
65
de El Abra, en estratos potentes y regulares. Se considera que -
los lodos calcáreos, de probable origen orgánico, se deposita-- -
ron en depresiones del interior de la plataforma.
Micrita fosilífera.- Está constituida por micritas con un conte-
nido variable de microfósiles (de 5 a 20%), entre los cuales pre-
dominan los miliólidos; hay también varios otros géneros de fora-
miníferos bentónicos, acompañados de ostrácodos, pequeños gaster
podos y frecuentes restos de algas dasicladáceas (Láms. 1, II, --
III y Iv).
u
Puede incluir algunos fragmentos transportados de macrofósi-
les, tales como moluscos, algas y corales, y pueden también enco
trarse ooides e intraclastos (Lám. V, figs. 1 1 2 y 3).
Esta facies, que comprende la mayor parte de los sedimentos
que constituyen la Formación El Abra, representa por su fauna co
r diciones lagunares con gran desarrollo orgánico.
Micrita grumosaelespatita.- Se incluyen en una misma facies
porque comunmente se encuentran asociadas y son difíciles de sep.
rar. Aunque en algunos casos las pelespatítas, bien clasificadas
y con textura uniforme, parecen indicar un origen fecal; mas a m
nudo, las zonas con pellas pasan transicionalmente a micritas de
aspecto grumoso, que pueden ser el producto de la aglutinación --
1
del lodo calcáreo por películas orgánicas del fondo. Este fen6m
no se produce en aguas de muy leve agitación.
Las pelespatitas no presentan fauna, mientras que las micri-
1 tas grumosas contienen generalmente escasos fósiles (Lám. V, fig.
4).
L
Oopatit.- Comprende ooides micríticos, oolitas bien desarrolla
das y granos revestidos (Lám. VI). Se encuentran también gra-- -
nos compuestos o tlgrapestonest sin que lleguen a constituir una
facies distinta como en las Bahamas (Illing, 1954).
Se ha observado frecuentemente una matriz micrítica, pero --
es más común encontrar un cemento espático, a menudo con dos o --
más generaciones de calcita. Esta facies puede presentar una al-
ta porosidad intergranular.
Se considera que en la plataforma estudiada las oospatitas -
se formaron sobre bancos someros, en canales de marea, o en zonas
sublitorales de áreas emergidas.
Intramicrita.- Esta litofacies se menciona porque aparece con --
un notable espesor (380 m) en el pozo Florida 1, aunque práctica-
mente no tiene importancia en otras localidades. Está constitui-
da por calizas en las cuales los intraclastos representan los al
67
químicos principales, ya sea en una matriz micrítica o cementa--
dos con espato. Contiene hasta un 10% de microfósiles, en su m
yoria miliólidos; presentan además pequeños fragmentos de con- —
chas de moluscos y otros bioclastos.
Dentro de este cuerpo se encuentran intercalaciones irregu-
lares de micritas grumosas, biomicritas y oomicritas. Se supone
que esta litofacies representa el producto de una bioturbación —
localizada; sin emlargo, es difícil interpretar su notable espe-
- sor.
tromatolitos.- Con este nombre se comprende la asociación de
sedimentos calcáreos con carpetas de algas azul-verdes. En alg
nos casos estas algas filamentosas forman costras con interestra
tificaci6n de sedimento fino, muestran porosidad fenestral y — —
1
grietas verticales de desecación (Láms. VII y VIII). En otros,
cinicamente se nota una laminación fina o bandeamiento que que- —
da como testigo de los estromatolitos en la micrita, la lamina--
ción puede ser recta u ondulada y presentar inclusiones de sedi-
mento fino.
a.
A menudo, las costras o láminas están asociadas a dolomita
de grano fino o se encuentran dolomitizadas por diagénesis poste
rior al depósito.
1
MM
Esta facies se considera característica de las áreas de ínter
marea en las partes someras de la plataforma.
Biomicrita con bioclastos.- Está constituida por sedimentos finos
con abundantes fragmentos biógenos de origen arrecifal (Lám. IX).
Los componentes comprenden principalmente fragmentos de conchas de
moluscos, restos de algas y pseudo-intraclastos. La matriz es mi-
crítica y contiene una característica mi'crofauna lagunar (Lám. X).
Los bioclastos se encuentran redondeado; si permanecieron cerca de
su fuente de origen, en aguas agitadas, o angulosos, si fueron rá-
pidamente transportados en un ambiente de baja energía.
Esta facies corresponde a un ambiente periarrecifal; los fra
mentos derivados de la desintegraci6n de los bancos arrecifales se
depositaron en los lodos calcáreos que los rodeaban o fueron acarre
dos por olas o corrientes.
rt Biorrudita.- Está constituida por macrofósiles enteros o fragmen-
tados en una matriz micrítica o espática. Incluye igualmente clafl
tos calcáreos de origen inorgánico y material fino atrapado en los
huecos intergranulares.
L. Las biorruditas del ambiente arrecifal comprenden, predominan
temente, rudístas asociados con otros pelecípodos y gasterópodos,
corales, algas y briozoarios (Láms. XI y XII). Los fragmentos no -
1
me
presentan orientaci6n preferente y no puede distinguirse su posi-
ción original. La matriz mi-crítica es generalmente recristaliza-
[ da y en algunos casos se encuentra dolomitización. Hay porosidad
primaria y por solución pero los huecos están frecuentemente re--
llenos de espato drúsico o en mosaico. El equivalente reciente -
de esta facies puede encontrase en la "coralgal facies t' de Purdy
Ih.
(1963)
t Un tipo distinto de biorrudita está caracterizado por la ho-
mogeneidad de los organismos que lo constituyen y que forman bio
tromas en la zona lagunar. Las conchas se encuentran generalmen-
te bien conservadas y muestran orientación preferente (Lám. XIII).
Se han encontrado bancos de Toucasia y de otros moluscos. La rna-
triz mi-crítica contiene escasos miliólidos y otros foraminíferos
bentónicos de aguas someras.
( Evaporitas.-. La parte central de la plataforma se caracteriza --
por la presencia de cuerpos importantes de evaporitas (principal-
mente anhidrita). Se han encontrado en los pozos del campo Tami
• hua, en el Sari Sebastián 101, Sabanillas 1, Paso San Lorenzo 1, -
Las Flores 1 1 Tncochín 101 y Tuxpan 3 (datos de López-Ramos, - -
1952 y Mena, 1955). A este respecto amerita notarse que Mena, al
realizar la primera subdivisión de la Formación El Abra en zonas
isópicas, delimitó la zona de evaporitas y propuso una interpret
1
1
70
ción para su formación. El espesor de los intervalos evaporíti--
L cas varía de 27 m en Tancochin 101 a más de 1,000 m en el San Se-
bastián 101.
El único pozo estudiado que presenta esta Litofacies es el -
Tuxpan 3; comprende 230 m de anhidrita de color blanco, de aspec-
to sacaroide, asociada con dolomita cristalina fina a mediana y -
L micrita grumosa. La anhidrita se presenta como: 1) pequeños n6-
dulos en micrita, 2) mosaico equigranular muy fino, 3) áreas mj
crocristalinas irregulares en micrita y biomicrita de miliólidos,
u
donde es frecuente observar c6mo la anhidrita reemplaza la micrí-
ta y aun los miliólidos, 4) cristales de hábito alargado entrela-
zados. Se observa en algunas muestras barita y celestita asocia-
das con anhidrita.
Debajo de esta zona predomina la dolomita de grano fino en -
la cual el contenido de anhidrita disminuye considerablemente; --
más abajo hay micritas grumosas y pelmicritas, las cuales mues- -
tran todavía una baja cantidad de anhidrita y dolomita fina; la -
anhidrita se encuentra aquí como delgada interestratificacián.
Se considera que estos cuerpos evaporíticos corresponden a -
antiguas áreas lagunares; no se han encontrado aquí los estromatQ
litos que caracterizan las zonas de intermarea, ni rasgos diagn6
ticos de una sabkha marginal (Shearman, 1978).
E
71
Bjofacjes
Se consideran aquí las comunidades orgánicas que se tuvo la
oportunidad de observar en el curso de el estudio de la Formación
El Abra. Estos conjuntos pueden interpretarse como característi-
cos de determinados ambientes de depósito y, a menudo, de micro--
ambientes. Están estrechamente asociados con las litofacies y, -
generalmente, permiten diferenciar, a un grado más avanzado, - -
las condiciones ambientales.
La litofacies de Tt biorrudita'T comprende las siguientes biof
cies:
Rudistas, corales y algas calcáreas.
Algas solenoporáceas.
Biostromas de Toucasja y otros moluscos.
En la litofacies de "micrita fosilíferat se incluyen las biQ
facies siguientes:
Foraminíferos bentónicos varios
Numrrioloculina heimi
Ostrácodos
Mientras que estas últimas pertenecen a un macroambiente co-
mún, las que constituyen biorruditas muestran divergencias nota--
72
bies en las condiciones ecológicas.
Al observarse la litología en la cual se encuentran, se no-
ta que Numrnoioculina heimi, Çuneolina y Diçjclina se presentan -
1 en micritas y biomicritas puras, mientras que Valvulammina y - -
Pseudolituonelia tienden a encontrarse en micritas grumosas y -
peletoides, a menudo arcillosas. Dictyoconus está preferente--
mente asociado con biocenosis arrecifales.
1 A continuación se presenta una descripción de las principa-
les biofacies:
Biofacies derudistas, corales y algas calcárea.- Comprende --
principalmente caprínidos y escasos radiolítidos; son abundantes
también otros pelecípodos y gaster6podos, entre ellos se han - -
identificado Nerinea sp. y Acteonella sp. Estos moluscos se pr
sentan fragmentados y sin orientación preferente. La comunidad
comprende además una fauna variada; son comunes los fragmentos -
de corales hermatípicos, de briozoarios y principalmente de al--
gas calcáreas; se encuentra también una microfauna asociada de -
foraminíferos bentónicos entre los cuales es frecuente observar
Dictyoconus walnutensis. En algunos casos pueden notarse cora--
les hermatípicos del género Cladophyllja. Se han encontrado es-
tos corales en los pozos Ostiones 1 y Mesita 1, asociados con r
distas y algas.
73
Biofacies de aigas solenoporáceas.- Las algas solenoporáceas se
han encontrado en el ambiente arrecifal, en las biorruditas de -
rudistas y en los bioclastos derivados de ellas. Forman una co-
munidad orgánica bien desarrollada en el pozo Atún 502. Efl este
pozo se encuentran las algas en biospatitas, asociadas con onco-
• litos, intraclastos y ooides; además se presenta la típica micrQ
fauna bentónica lagunar.
Las algas solenoporáceas forman también biorruditas donde -
son el principal componente; con ellas se encuentran fragmentos
de rudistas y otros moluscos. Es notable su asociación con onco
litos lo que indica condiciones litorales muy someras.
Biofacies de Toucasia.- Comprende organismos que forman biostrQ
mas sobre los fondos lagunares; muestran, a menudo, orientación -
preferente y están incluidos en una matriz de lodo calcáreo casi
puro (Lám. XIII). La presencia de microfósiles es rara.
Por su caracter homogéneo, estas comunidades de habitat la-
gunar se distinguen de las biofacies arrecifales propiamente di-
u
chas, que muestran gran variedad de especies ecológicamente in--
terrelacionadas.
-•--,
Bjofacies de foraminíferos bentónícos varios.- Se desarrolla en
los lodos calcáreos del área lagunar, y está bien definida por -
1
1
74
sus miembros que tienden a formar asociaciones.
Los principales organismos que la constituyen, además de --
Nummoloculina heimi, son Cuneolina sp., jgcJina schlumbej,
Valvulammina sp., Dictyconus winutensis; también son comunes -
Pseudolituonella sp., Pseudotextulariella sp., Nautiloculina sp.
L y, en algunos horizontes, Pseudochrysalidina sp. Asociados con
estos organismos se encuentran abundantes miliólidos pequeños, -
textuláridos y pequeños gaster6podos (Láms. 1, II, III y IV).
Biofacies de Nummoloculina he. - Se caracteriza por la predo-
minancia absoluta de la especie Nummoloculina heimi en los lodos
calcáreos puros de la Formación El Abra (Lám. XIV). Los únicos
organismos asociados son escasos miliólidos pequeños y ostráco--
dos.
Frecuentemente esta especie aparece con enorme abundancia.
Se concentra, probablemente post-mortem y por acción mecánica, -
formando una roca microcoquinoide constituida exclusivamente por
las conchas de este foraminifero cementadas por espato; forma ho-
rizontes delgados que se encuentran con frecuencia en varios ni-
veles de la columna.
Biofacies de ostrácodos.- Aparecen frecuentemente horizontes --
donde predomina un conjunto de ostrácodos, homogéneos y con gran
L
1
75
abundancia de organismos; generalmente se encuentran sólo algunos
miliólidos pequeños. Se presentan en micritas puras, pero tam- -
bién en micritas grumosas y pelmicritas. Puede ser que represen-
011
un ambiente más tranquilo que el de las demás comunidades la-
gunares; se cree que su concentración es debida a condiciones fa-
vorables por la presencia de elementos nutritivos.
Significado ecológico de las biofacies
(
Antes de interpretar las condiciones ambientales en las cua-
5. se desarrollaron las biocenosis descritas en este trabajo, se
mencionan algunas conclusiones paleoecológicas de distintos auto-
res, las cuales se utilizan como base de comparación.
Wilson (1975) discute las biofacies del Cretácico medio de -
México y de la Costa del Golfo de Estados Unidos y menciona, en -
primer lugar, las observaciones de Perkins (1960) y Coogan (1973
y 1977) quienes estudiaron la ecología de los rudistas en las pl
taformas calcáreas de Texas y México:
1.- La parte interior de las plataformas contiene calizas -
estratificadas, constituidas en parte por biostromas de Reguienia
y Toucasia, asociados con otros rudistas o excluyendo otros orga-
nismos con excepción de los mili6lidos. Estos biostromas a veces
alternan con estromatolitos, con conglomerados intraformacionales
1
76
1
o con costras de dolomia y se considera que pueden formar parte,
tanto del ambiente lagunar como de la zona de intermarea, ya que
r resisten las variaciones de salinidad y temperatura.
2.- Los monopléuridos se adaptaban a medios arcillosos y,
generalmente, se encuentran solos, excluyendo otros rudistas, en
micritas margosas.
C,
3.- Los caprinidos crecieron con abundancia y formaron mo
tículos tanto en las partes someras de postarrecife como en el -
borde de la plataforma y en la pendiente externa de la misma; se
adaptaban fácilmente a distintas condiciones de circulación, re
tringida o de mar abierto. Estos rudistas se implantaban en el
lodo, formaban agrupaciones no coloniales y no constituian es- -
tructuras rigidas. Sin embargo, formaban por su masa cuerpos r
sistentes a las olas.
4.- Los radiolitidos muestran gran adaptabilidad, se han -
encontrado en biostromas postarrecífales, en la parte alta del -
arrecife y en el borde y pendiente externa de la plataforma. -
Sin embargo, según Wilson (1975) se considera que su habitat - -
principal, en el borde de la plataforma, era más interno que el
de los caprilnidos.
Wilson menciona algunos otros organismos arrecifales, tales
como el ostréido Chondrodonta que se encuentra, generalmente, --
E
1
77
como fragmentos de conchas en la parte alta de los montículos - -
arrecifales, y el coral ramificado Cladophyllja, que podía formar
pequefios biostromas debajo de los montículos y también encontrar-
se en la pendiente externa de la plataforma. Existían también c
rales masivos, pero se cree que, en aguas someras, fueron desplaz
dos por los rudistas. Los estromatoporoideos habitaban la pen- -
diente externa de la plataforma. Las algas calcáreas eran abun--
dantes; las algas rojas caracterizan la margen externa de la pla-
taforma.
Segiin Bonet (1956), los foraminíferos Orbitol, Dictyoco--
nus y Coskinolina vivían en condiciones periarrecifales, en los -
sedimentos atrapados entre los montículos de rudistas. Al contra
rio, Nummoloculina y Dicyclina vivían en los fangos lagunares del
postarrecife.
Wilson (1975) cita como un ejemplo de plataforma calcárea --
del Cretácico medio la secuencia de facies de la Formación El - -
Abra. Este autor describe el siguiente modelo idealizado (Wilson,
1975, p. 323)
1.- Una margen de plataforma con montículos y patch reefs -
subdividido en tres zonas: 1) Los montículos externos
(outer knolls) de micrita con caprínidos, algas íncrus-
tantes, el pelecípodo Pholas y jc,Qçs; 2) Los --
1
rA
montículos internos (jnner knolls) de micrita con predQ
minio de caprtnidos, con Choridrodonta, Toucasia en de--
r presiones, grandes foraminíferos y miliólidos; 3) Una
zona oolítico-bioclástica más interna, con fragmentos -
de caprínidos, Sauvagesia, Nerinea, Parkeria, Solen,
algas codiáceas, grandes foraminíferos y miliólidos.
2.- El interior de la platoforma, con micritas de milióli--
L dos, estromatolitos, biostromas de Reguienía y Toucasi
algas dasicladáceas, miliólidos y Dicyclina.
Esta región comprende también facies evaporíticas azói-
cas, con la excepción de miliólidos.
Por comparación con las interpretaciones ecológicas de estos
autores se observa, entre las biofacies estudiadas en el presente
trabajo, que: la biofacies de "Rudistas, corales y algas calcá--
1
reas', con un predominio de los caprínidos sobre los radiolítidos,
con otros pelecípodos y los gasterópodos Zerinea y &teonella, c
rresponde a la margen de la plataforma y probablemente a la zo- -
na de montículos internos de Wilson, ya que falta la asociación -
de corales, estromatoporoideos y algas rojas.
La biofacies de "Algas solenoporáceas" (algas rojas) se en--
cuentra asociada con oncolitos, ooides y foraminíferos bentónicos,
por lo cual se cree que pertenezca a la zona marginal más inter--
na; cuando se encuentra asociada con rudistas corresponde proba--
1
79
:blemente a una zona más externa.
La biofacies de TT Toucasia pertenece al interior de la pla--
taforma, donde está asociada con biomicritas de miliólidos.
• Las biofacies de "Foraminíferos bentónicos' t y de tt Nummolocu-
lina heimitt pertenecen característicamente al ambiente más o me--
nos restringido del interior de la plataforma. La biofacies de -
"OstrácodosT se sitia también en este ambiente; en efecto, la - -
abundancia de un solo tipo de organismos indica condiciones ecol
-- gicas restringidas.
Estructuras sedimentarias
Las estructuras sedimentarias más frecuentes encontradas en
mil
la Formación El Abra son las siguientes:
Laminación. - Existen distintos tipos de laminación (Lám. --
XV). La más común está formada por una alternancia de capas de -
litología distinta por ejemplo: micrita con pelespatita o micri
ta con oospatita. Un caso particular es la alternancia de estra-
tos densos y porosos, que resalta cuando hay impregnación difere
cial de hidrocarburos.
Una laminación, de tipo orgánico, se produce al ser atrapado
el sedimento entre capas de algas laminares azul-verde entrelaza-
1
das. Esta s llegan a formar un fieltro en la zona de intermarea -
(carpetas) e incluyen tanto micrita como foraminíferos bentónicos
y ooides. En algunos casos, únicamente se conserva la traza de -
la capa de algas dando lugar a una fina laminación más o menos r
- guiar.
Una laminación, del tipo diagenético, consiste en la alter--
nancia de dolomita de grano grueso y de grano fino. Se cree, que
este fenómeno depende también de la litología, o sea de diferen--
cias de permeabilidad y de diferente velocidad en el aporte de sQ
u
luciones enriquecidad en Mg. Es posible que una menor permeabili
dad y un proceso de dolomitización más lento, den lugar a la for-
mación de cristales de menor tamaño.
1
a
• Bjoturbacjón.- Se han encontrado frecuentemente evidencias
de la actividad de los organismos cavadores y de sus barrenos que
pueden enmascarar toda estructura original (Lám. XVI). Es un fe-
nómeno común donde la vida abunda y donde la excepción es encon--
trar el sedimento inalterado. La bioturbación se presenta, prefe
u
rentemente, en micrita a menudo el sedimento inalterado y las --
i partes bioturbadas tienen distintas porosidades.
Un caso extremo de bioturbación es la formación de micritas
intraclásticas que pueden mostrar varios metros de espesor, como
L.
E
es el caso del pozo Florida 1 (380 m).
Estilolitas.- Son comunes las estilolitas, particularmente
en rocas densas de grano fino; sin embargo, se han encontrado en
calizas oolíticas (Lám. XVII) donde los ooides no presentan de--
formación o fractura, lo que hace pensar que aquí las estilolitas
son debidas a fenómenos de presión diferencial. Generalmente es-
tán rellenas de material arcilloso oscuro; en algunos casos, se
ha encontrado porosidad en estilolitas, asociada con impregnación
de aceite en su proximidad; esta porosidad, aparentemente poco -
frecuente, debe tomarse en cuenta en la migración de Los hidro--
carburos.
Es común que las estilolitas constituyan un límite litológj
• co entre la micrita densa y una zona donde se concentran fragme
tos biógenos, ooides e intraclástos; estos horizontes interrum-
ha brevemente la secuencia de depósito de la micrita.
Fracturas y brechas.- Se encuentran en los núcleos fractu-
mí
ras con un gran ángulo de inclinación, que se atribuyen a siste--
mas de cizalleo por compresión vertical; más raramente, se tie--
nen fracturas verticales provocadas por tensión lateral (Lám. --
XVIII). Las fracturas de estos tipos están generalmente relle--
nas de espato; en algunos casos, se encuentran abiertas y con -
II
lo
aceite residual, el que no permitió la precipitación del carbona-
to de calcio después de la litificación.
En rocas densas hay principalmente fracturas horizontales, a
menudo ramificadas y asociadas con estilolitas. Debido a esta --
asociación, es posible que sean realmente las trazas de planos de
estilolitización y que deriven de los mismos procesos que han da-
do origen a las estilolitas. A menudo, estras fracturas muestran
aceite residual.
Ambientes de depósito
Se presentan en la figura 18 algunos tipos característicos de
columna litológica de la Formación El Abra en distintas áreas - -
de la plataforma y, para su interpretación, se recurre al análi--
sis de las facies sedimentarias.
Como consecuencia de lo visto anteriormente, se ilustra en -
la tabla 4, la relación entre facies, estructuras sedimentarias y
ambientes de depósito. Basado en ésta, se distinguen las siguie
tes principales zonas isópicas sobre la Plataforma de Tuxpan-Teco
lutia:
1 Ambientes arrecifales
II Ambientes lagunares
1
- - - - - - - - - - - - - - - -
o
MESITA-1
600mJ
NIC RITA
'J DOLOMIA
EVAPORITAS1 <I
°000J
OOLITAS
"dL/U RUDISTAS
SOLIS-200
1400 m
CA ZON ES-2
MURO SUR-1
200 m TUXPAN-3
»
>»>
>»>
>»
'¼
'¼ '¼
1000 m
800 m
800 m
400 m
200 m
00000
00000
00000
o 0• 0
.J ¼1
- LcIMAg,.
MARGEN OCCIDENTAL ZO N A ZONA CENTRAL ZONA CENTRAL ZONA
CENTRO- MERIDIONAL CENTROSCPTLNTRIONAL
FIG. 18 ALGUNAS COLUMNAS TIPICAS DE LA FORMACION EL ABRA
EN DISTINTAS PARTES DE LA PLATAFORMA
1
Es t ru c tu ras
Litofacies Biofacies sedimentarias
hervadas
Ambiente de depósito
Laminación
Estromatohtos Foraminíferos Costras
bentonicos varios Grietas de desecacon Jntermarea
Ojos de pájaro
y
Evaporitas Foraminíferos Laminación Suprarnarea
bentónicos varios Nódulos
Budistas, cora-
les hermatípi---
Biorrudita cos y algas cal-
Masiva Arrecifecareas.
Estratificacion gruesa
Algas solenopo-
ráceas.
Foraminíferos ben
Biorrudita y tnicos y fragrnen-
biomicrita con tos de rudistas, co- Estratificación graduada Periarrecife
bioclastos iales hermatípicos
y algas calcáreas
Mienta Estiloljtas
Mienta grumosa Foraminíferos Bioturbación
y pelespatita bentónicos Laminación
varios. Estilolitas
Ostrácodos
Foraminíferos
•
Mienta fosilifera bentónicos varios -.
Estilolitas
Nu rnmoloculina Bioturbación
heimi Laguna
Ostrácodos
Intramicnita Foraminíferos Bioturbación
bentónicos varios
Biorrudita Toucasia y otros- - Orientación paralela de
moluscos las conchas.
Oospatita
Foraminíferos Laminación gruesa
bentónicos varios Estilol itas (raras) Somero alta energía
" Tabla 4.- Relación entre litofacies, bioacies, estructuras sedimentarias y ambiente
de depósito.
N
1k
-I
[á.4
III Bancos ooliticos
Su distribución en la plataforma se representa por medio de
dos secciones, una transversal y otra longitudinal (Fig. 19). -
La falta de pozos profundos en la zona meridional impide obtener
un cuadro completo y sólo se cuenta con datos obtenidos en la --
parte superior de la columna.
mbientes arrecifales (Fig. 19, 1). Se 1-ian identificado numerQ
sos biostromas en localidades distintas y a diferente altura de
la columna, Lo que hace inferir la existencia de peque?íos bancos
arrecifales discontinuos (patch reefs); su espesor es reducido,
I el máximo encontrado ha sido de 14 m. Se incluyen en estos am--
bientes los depósitos de periarrecife que se distinguen por un -
mayor contenido de matriz micrítica y una mayor fragmentación de
los componentes.
La facies predominante es la biorrudita de rudistas, cora--
les y algas. La matriz es micrí.tica y puede estar completamente
recristalizada el pseudoespato forma cristales de grandes dimen.
siones. Las conchas aragoníticas de rudistas y corales están --
reemplazadas por calcita. Las cavidades internas de los molus--
cos se encuentran abiertas en algunos horizontes, pero, general-
mente, están rellenas con espato; frecuentemente contienen sedi-
E
1
TUXPAN 3MURO SUR 1
11
s
ESPINO 1
A CAZONES 2
N
-- - CINCUCNTA 100 tauo i
- - - - - - - - - - - _
0 1)
sw NE
ATUN 502
ILITh ¶
A A'
1 AMBIENTES ARRECIFALES
U AMBIENTES LAGUNARES
]K BANCOS OOLITICOS
FIG19 AMBIENTES DE DEPOSITO ILUSTRADOS POR LAS SECCIONES TRANSVERSAL SW—NE Y
LONGITUDINAL S—N
L
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla
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Desarrollo y evolución de la plataforma calcarea de Tuxpan-Tecolutla

  • 1. , ~ 1 E E u lo DES2RROLLO Y EVOLUCION DE LA PLATZWORMA CALCAREA DE TUXPAN-TECOLUTLA Carmen Pedrazzirij u. 10 u u 1 .1 1 11
  • 2. 9,7 1 1 1 1 1 1 1 A LA MEMORIA DEL DR. FEDERICO BONET MARCO MAESTRO, COMPAÑERO Y AMIGO 1 le e: 1 W 1 ~iw 1
  • 3. C O N T E N 1 D O P AG. RE SUIvIEN INTRODUCCION .................................................1 TRABAJOS PREVIOS .............................................7 METODO DE TRABAJO ............................................10 MARCO GEOLOGICO GENERAL Y ESTRATIGRAFIA ......................13 FORNACION EL ABRA EN LA PLATAFORMA TUXPAN-TECOLUTLA ..........46 Morfologíay espesor ...............................46 Bioestratigrafía...................................53 Litofacies.........................................62 Bjofacjes.........................................71 Significado ecol6gico de las biofacies .............75 Estructurassedimentarias ..........................79 Ambientesde depósito ..............................82 Porosidady diagénesis .............................89 PALEOGEOGRAFIA ...............................................105 DESARROLLO DE LA PLATAFORMA ..................................112 Evolución geol6gica anterior al depósito de la Forma ciónEl Abra .......................................112 Teorías sobre el origen de la Plataforma de Tuxpan-- Tecolutla..........................................123 Discusión..........................................128 CONCLUSIONES .................................................134 t REFERENCIAS ..................................................136 1 1
  • 4. FIGURAS PAGS. Localización de los pozos utilizados para el estudio de la Formación El Abra .............................2 Plataformas calcáreas cretácicas del E de México .... 3 r 3.- Correlación entre los depósitos cretácicos de plata-- forma del E de México ...............................14 Tabla de correlación estratigráfica de los pozos est diados en la plataforma Tuxpan-Tecolutla ............16 Pozos que alcanzaron el basamento y edades isotópicas enm.a ............................................... 18 Isopacas de la Formación Tamaulipas Inferior ........25 Espesor de la Formación Tamaulipas Inferior comparado con el de la Formación El Abra en sección longitudi-- nal.................................................27 8.- Distribución de la Formación Agua Nueva ............. 36 9.- Distribución de la Formación San Felipe ............. 38 10.- Distribución de la Formación Méndez ................. 41 11.- Isopacas del Terciario .............................. 44 12.- Secciones estratigráficas del Terciario sobre la For- r mación El Abra ...................................... 45 Corfiguración estructural de la cima de la Formación ElAbra .............................................47 Sección estructural de la plataforma de Tuxpan-Tecolu tla.................................................48 Isopacas de la Formación El Abra ....................49 Distribución de microfósiles característicos de la -- Formación El Abra en los pozos profundos estudiados . 55 Distribución de microfósiles de la Formación El Abra en pozos antiguos ...................................57 Algunas columnas típicas de la Formación El Abra en - distintas partes de la plataforma ...................83 Ambientes de depósito ilustrados por las secciones -- transversal SW-NE y longitudinal S-N ................86
  • 5. PAG. Diagrama isométrico de la Formaci6n El Abra en la - - plataforma de Tuxpan-Tecolutla ......................90 Distribución de las dolomías ........................99 Sección estratigráfica tipo que muestra la correla- - ción por medio de horizontes bentontícos ...........106 Interpretación paleogeográfica de la etapa Bl .......107 Interpretación paleoqeográfica de la etapa B3 .......108 Interpretación paleogeográfica de la etapa B6 .......109 Anomalías de Bouguer ................................114 Sección magnética A_AT - Interpretación 1 ...........115 Sección magnética A_At - Interpretación II ..........117 Evolución de la plataforma - 1 ......................118 Evolución de la plataforma - II .....................121 Interpretaciones diferentes de la plataforma ........126 TABLAS Composición y edad del basamento en el área Platafor- ma de Tuxpan-Tecolutla y zona adyacente. 19 Zonificaciones de la Formación EL Abra según distin-- tos autores. 59 Equivalencia entre las litofacies de estudios anteriQ res y las observadas en el presente estudio. 64 Relación entre litofacies, biofacíes, estructuras se- dimentarias y ambientes de depósito. 84 LAMINAS 1 - :QcvII
  • 6. 1 1 r RESUMEN La presente investigación comprende dos elementos prin cipales: el estudio detallado de 34 pozos perforados en la - plataforma calcárea de Tuxpan-Tecolutla, localizada en el sub suelo de la actual llanura costera del Golfo de México, y - - la integración de todos los datos geológicos pertinentes a es te rasgo paleogeográfico. El estudio del desarrollo de la plataforma se basó en datos de tipo sedimentológico, tales como la determinaci6n de las facies sedimentarias y de los ambientes de depósito co-- rrespondientes, y de su distribución en distintas etapas de - evolución. Este objetivo se logró mediante el estudio de las bio- y litofacies y su interpretación. Se pudieron distinguir - - así, en el complejo ambiente de plataforma calcárea, zonas de circulación restringida, lagunares y evaporíticas, y zonas -- predominantemente marginales, de alta energía, representadas por desarrollos biógenos o extensos bancos oolíticos. El segundo objetivo de la investigación consistió en - la evaluación de las condiciones tectónicas que prevalecieron
  • 7. L antes de la existencia de la plataforma y durante su forma-- ci6n, y de las causas que dieron origen al comienzo y a la -- terminación de una sedimentación de banco calcáreo. Se pudo constatar lo siguiente: El ambiente tectónico, a partir del Paleozoico tardío, fue principalmente tensional y dio lugar a la formación de fo sas y bloques elevados estos itltimos constituyeron, en todo el este de México, áreas positivas que favorecieron, a partir del Jurásico Tardío, la formación de plataformas calcáreas. La plataforma Tuxpan-Tecolutia se desarroll6 sobre un elemen- to positivo, durante una época regresiva del mar. Condiciones paleoecológicas favorables a fines del Cre tácico Temprano dieron como resultado la aparición de una se- dimentaci6n de banco calcáreo. Un cambio en estas condicio-- nes, particularmente en lo que respecta a la temperatura y -- a la turbidez del agua, causó la terminación de este tipo de sedimentación durante el Cretácico Tardío. El crecimiento de la plataforma se efectuó gracias a - una continua subsidencia, debida a la flexión de la margen -- continental, la cual disminuyó hacia el final del Cretácico, coincidiendo con la introducción de una sedimentación de tipo pelágico.
  • 8. La subsidencia pudo ser suficiente para acomodar el -- gran espesor de sedimentos de plataforma de la Formaci6n El - Abra, sin necesidad de invocar movimientos verticales a lo -- largo de fallas. Sin embargo, hay evidencias de que una tec- t6nica tensional predominó durante y después del dep6sito - - de esta formación, causando la dislocación de la plataforma - por fallas normales y, posiblemente, las fuertes pendientes - de los escarpes que la limitan. 1! t E E E 1 1 1 'o 1 1 1 1 E 1
  • 9. 1 4 L 1 INTRODUCC ION Este trabajo tuvo como objetivo establecer un modelo de sedi mentaci6n de la plataforma calcárea cretácica de Tuxpan-Tecolutia, que comunmente se designa como Atolón de la Faja de Oro, y estu--- diar su evolución. La investigación consistió en el estudio petrográfico y pa-- leontológico de rocas del Albiano-Cenomaniano (Formación El Abra) cortadas por pozos perforados dentro de la Faja de Oro y al orien te de ésta, tanto en la zona costera como en el mar. Este banco calcáreo cretácico está comprendido entre el paralelo de Cabo Ro jo al norte y la ciudad de Tecolutla al sur (Fig. 1). Durante mediados del Cretácico (Albiano-Cenomanjano) se ciesa rrollaron a lo largo de la costa del paleo-Golfo de México exten- sas plataformas calcáreas caracterizadas por una sedimentación so mera de banco y rodeadas por depósitos pelágicos (Fig. 2). Se hace notar que en este trabajo se emplea el término "pla- taforma'T para un banco calcáreo de grandes dimensiones, caracteri zado por condiciones paleoecológicas bien definidas y por biota - típicas. En el noreste de México se tiene la Plataforma del Burro o - de Tamaulipas (Smith, 1970; González-García, 1976) prolongación E E Ii L 1! p
  • 10. O lO 20 Km. e; *9 ,/Touro1 NCABO ROJO o / 'Cincu.to 200 / 0 Norons Auoc. 2 /24 TAMIAHUA 5.4.200 A5UO Colorodo 1 o Varo Alta 1 1 . Marsopa 3 Tuxpari 3 TUXPAN o •agr. 10 JordIlI0 Oscura 4 ioriu 1 ° 0rijoljIIo 5 . O Atun 502 c.P.siol •Muro2 o O Muro Sur 1 Horco 201 o Salto 1 ARRA DE o CAZONES Escualo 2 OCazon.. 2 E.pmol Fjncoj o MoutIa 1 'Sta.Agusdal . POZA PICA E OrdoIlsi 5 1 + TECOLUTLA o Psci.. 1-A •o.tion.. 1 - -, lo 1 1 Fig. 1 LOCALIZACION DE LOS POZOS UTILIZADOS PARA EL ESTUDIO DE LA FM EL ABRA
  • 11. o o ++++ •#++++++ ¡ burro P 7d. ahuila GOLFO DE MEXICO - / P. Tolimq P. El Doctor Es calo 0 300 1- Km FIG 2 PLATAFORMAS CALCAREAS CRETACICAS DEL E DE MEXICO
  • 12. ri de la gran plataforma calcárea de Texas y, separados de ella por el Golfo de Sabinas, los depósitos de banco que se extienden so-- r bre la península de Coahuila (Kellumj., 1936; Humphrey y - - Díaz, 1956) Más al sur, se eleva la extensa Plataforma de Valles-San - - L. Luis Potosí (Carrillo-Bravo, 1979; su límite oriental está cons- tituido por la Sierra de El Abra, su extremo meridional está cu-- bierto por potentes secuencias volcánicas. u La existencia de bancos calcáreos en los estados de Hjdal- - go y México fue reconocida desde hace tiempo por Wilson et al. -- (1955), quienes describieron el banco de El Doctor, por Bodenlos (1956), por Segestrom (1961 a y b), quien mencionó los bancos - - — de Cerro Ladrón, Jacala e Ixmiquilpan, y por Fries (1962). Ac- - • tualmente se considera que, exceptuando el banco de El Doctor y - • a. otro pequefio banco cerca de Tolimán, los demás forman parte de la Plataforma de Actopan (Carrasco, 1970), prolongación meridional - r de la Plataforma de Valles-San Luis. Hacia el oriente de estos rasgos paleogeográficos se eleva - la gran masa elíptica de la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla (Pedr zzini y Basáñez, 1978). Todavía más al sur se eleva la Plataforma de Córdoba (Gonzá- les-Alvarado, 1976); aquí la sedimentación de banco fue continua 1
  • 13. hasta el final del Cretácico (Bonet, 1971). Rocas de plataforma del Albiano-Cenomaniano se encuentran -- a lo largo de la costa del Golfo de Chiapas (Sánchez-Montes de -- Oca, 1969) y en Tabasco (Informes inéditos de Petróleos Mexica- - nos; González-Pech, 1976; Madrigal, 1975). En la parte central - de Chiapas (Chubb, 1959), el banco calcáreo perdura hasta el Maes trichtiano (Alencaster, 1971; Castro-Mora etal., 1975). Por fin se extiende al sureste la gran Plataforma de Yucatán donde la sedimentación calcárea ha durado hasta el Reciente - - - (Bonet y Butterlin, 1962; López-Ramos, 1973). La plataforma cretácica de la cual trata este estudio coinci de con un alto estructural llamado "Plataforma de Tuxpan" por Me- jía (1969) y Antigua Isla de Tuxpan por López-Ramos (1972). Coin cide además con el conjunto de las plataformas calcáreas jurási--- cas de Tuxpan y de Tecolutia (Cabrera, 1972 y 1975 y Carrillo, -- 1974). Aguilera (1972), refiriéndose al Jurásico Superior, postu 16 La existencia de un Archipiélago de Tampico-Tuxpan. 5 hw 1 Se estima que el nombre utilizado en este trabajo para el -- gran banco constituido por la Formación El Abra en el subsuelo, - da una clara representación de la distribución geográfica de las calizas del Albiano-Cenomaniano en esta porción de México. ID 1
  • 14. Se recuerda con respeto y estimación al Dr. Federico Bonet, quien abrio el camino al estudio de los carbonatos en México y - quien, en todo momento, brincló su apoyo a esta investigación. o Se agradece a los Ingenieros Eduardo Guzmán y Arsenio Nava- rro quienes fueron sucesivamente Subdirectores de Tecnología - - de Exploración del Instituto Mexicano del Petróleo durante el -- ww curso de este trabajo, dieron toda clase de facilidades para - - su realización, y a los Ingenieros Francisco Viniegra y Octavio Mejía Dautt, Gerentes de Exploración de Petróleos Mexicanos, - - quienes proporcionaron material y datos necesarios para este es- tudio. L L I's 1 1 E 1 Finalmente se agradece la participación de los colegas y -- del personal de I.M.P., quienes contribuyeron de alguna manera - a este trabajo.
  • 15. vi TRABAJOS PREVIOS Un sinnúmero de estudios de distinto tipo se han realizado - en esta región, sin embargo la información es fragmentaria y - - son escasos los trabajos de conjunto y de interpretación. Se cuenta con muchos informes técnicos y publicaciones de i terés principalmente petrolero, entre los cuales destacan los - - de Salas (1949), Benavides (1956), Barnetche e Illing (1956), Sá chez-López (1961) y Guzmán (1967). Valiosas pero escasas son las publicaciones que tratan de la petrografía y estructura del basamento entre los que pueden men-- cionarse Quezadas (1961) y López-Ramos (1972). Se cuenta también a este respecto con trabajos de interpretación geofísica. Es abundante la información geofísica del área. Los traba-- jos de sismología ejecutados localmente y en varias épocas cubren el área terrestre. En la última década se han efectuado trabajos a escala regional particularmente en la zona marina. La gravime- tría abarca únicamente la franja terrestre. Un levantamiento - - aeromagnético, de tipo regional, cubre toda el área. Entre los estudios que tratan más particularmente de la For- 1 mación El Abra se mencionan en primer lugar aquellos dedicados -- a los afloramientos de la Sierra de El Abra. Además de las des- -
  • 16. rs' LJ cripciones clásicas de Hejm (1940), Burckhardt (1930) y Muir - - (1936), los más importantes son los trabajos de Bonet (1952, 1956 y 1963), Boyd (1963) y Aguayo (1978). 1 Para el estudio de esta formación en el subsuelo se cuenta - con el trabajo de Schlaepfer (1975), con datos de pozos y con alg1 h. nos estudios locales (Cabrera y Menes, 1973; Govela, 1974 y 1975). Otros trabajos que tuvieron como objetivo el Jurásico (Cabrera, - 1972; Carrillo, 1974) son de gran importancia para la interpreta- ci6n del desarrollo de la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla. 1 La bioestratigrafía de la Formación El Abra está fundada - - en los trabajos microfaunísticos de Bonet (1956 y 1963). Las pu- blicaciones de Boel-im (1898 y 1889), B3se (1906), Adkins (1930) y - Coogan (1973) describen los megafósiles encontrados en la Sierra 1 de El Abra sin llegar a una zonificación, Aguayo (1978) describió los procesos diagenéticos estudiados en la Sierra de El Abra; un informe inédito de Shinn (Bonet, com nicación personal) compara la diagénesis en el subsuelo de la Fa- ja de Oro con los fenómenos diagenéticos observados en superficie. Finalmente, escasos autores han atacado el problema de la i terpretación geológica de la plataforma calcárea de El Abra; en-- tre ellos sobresalen Bonet (1952 y 1963), Humphrey (1953), Guzmán E h 1
  • 17. 01 (1967), Griffith et al (1969), Viniegra y Castillo-Tejero (1970), L Coogan et al (1972) y Enos (1974 y 1977). Tienen interés para una interpretación regional los trabajos que realizaron Becerra (1970), Castro-Mora y Martínez (1977), y - Martínez y Bello (1977) quienes estudiaron las franjas Tamabra y Tamaulipas adyacentes a la plataforma, y el de Bello (1978) - - quien estudió la Formación Tamaulipas Inferior en la Plataforma - de Tuxpan-Tecolutla. 1 1 E 1 i0 E 1 1 1 1
  • 18. 10 METODO DE TRABAJO En la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia es notable y presenta - un problema la gran variación en la densidad de pozos perforados. El borde occidental (Antigua Faja de Oro y Nueva Faja de Oro) es- tá densamente perforado; sin embargo, se trata de pozos antiguos, algunos anteriores a 1930, y de los cuales a menudo el material - se 1-ia perdido y la información es escasa. En estos pozos se cue. ta además con poca penetración, ya que fueron perforados princi.-- palmente con un objetivo económico inmediato el cual se alcanzaba al penetrar un corto tramo en las calizas de la Formación El - - Abra. De todos estos pozos se seleccionaron los más profundos -- y con mejor muestreo. Entre los pozos antiguos sobresalen el Jardín 35 y el Naran- jos 24, perforados en los años 30, que penetraron más de 1500 m - t . en la Formación El Abra. Los pozos marinos, aun los recientes, tienen también poca p. netración; entre ellos destaca el pozo Atún 502, perforado con fj nes exploratorios, que cortó la columna completa de la Formación El Abra. Sin embargo, algunos de estos pozos alcanzaron mayor -- profundidad y presentan un muestreo excelente con núcleos casi -- u continuos, como el Bagre 10 y el Marsopa 3. 1 1
  • 19. 11 Se estudiaron pozos representativos de los principales cam-- pos en el área comprendida entre Tecolutla y el Rio Cazones (Nue- va Faja de Oro y franja marina). Al norte del Río Cazones, la r ti gión terrestre de la plataforma de Tuxpan-Tecolutia presenta per- foraciones aisladas de tipo exploratorio que llegaron al Jurási-- co; tratándose de pozos recientes, las muestras están bien conser vadas y se pudieron estudiar casi en toda su totalidad. En la -- franja marina se seleccionaron los pozos con mejor muestreo. El estudio comprende en total 25 pozos terrestres y 9 po- - zos marinos (Fig. i). Incluye los datos de pozos estudiados - - por el 'ng. M. A. Basáñez, del Instituto Mexicano del Petróleo, o sea del Tuxpan 3, Florida 1 2 Tauro 1 y Raya Oscura 4. Tanto - -- L del pozo Mesita 1 como del Atún 502 existían informes previos; -- sin embargo, se tuvo la oportunidad de ver sus láminas y de in- - cluirlos en el estudio. Asimismo se vieron láminas de los pozos antiguos Jardín 35 y Naranjos 24. 01 L. El criterio para seleccionar las muestras fue en primer lu-- gar litológico; se tomaron muestras en cada cambio de litología, visible directamente o por medio de registros geofísicos. En los intervalos de litología uniforme, en muestras de canal, se efec-- tuó el muestreo seleccionando las muestras cada 10 m (cada 5 m en e la proximidad de los contactos); en las muestras de núcleo fue -- 1
  • 20. 12 más detallado el muestreo. Se puede ver que no hubo uniformidad en el muestreo por lo - cual sería difícil emplear técnicas estadísticas en el manejo - - de los datos; sin embargo, se cree haber conseguido la máxima in- formación posible en los limites del trabajo. Se observaron las muestras de canal y los testigos de los n cleos por medio de un microscopio estereoscópico. De todas se lxj cieron láminas delgadas que se estudiaron con microscopio petro-- gráfico. Se empleó el método de tinción con solución de alizan- 1 na para distinguir la calcita de la dolomita. Se realizó un examen de los registros geofísicos con el obje tivo de correlacionar, por medio de las propiedades físicas de la roca, factores tales como porosidad y permeabilidad con la litolQ gia observada. Sin embargo, su interpretación no dio el resulta- L do esperado; en efecto se comprobó que, en las facies carbonata-- das, los efectos diagenéticos secundarios, generalmente locales, enmascaran la textura original de las rocas. Hace excepción - -- el registro radiactivo, que permitió una buena correlación de los horizontes arcillosos. E r 1
  • 21. 13 MARCO GEOLOGICO GENERAL Y ESTRATIGRAFIA La Plataforma de Tuxpan-Tecolutia se formó sobre un basamen- to ígneo intrusivo de probable edad paleozoica tardía, cubierto a su vez por capas rojas continentales de edad triásico-jurásica. - Anos constituyeron, durante el Jurásico Temprano y Medio, las I . las de Tuxpan y de Tecolutla. Los mares del Jurásico Tardío y -- del Cretácico Temprano cubrieron extensamente la región. Al final de este tiempo, sobre los amplios márgenes continen tales cubiertos por mares e.piricos, y controladas por áreas pos. tivas del basamento, ya estaban emergiendo las plataformas calcá- reas del este de Mxjco. Así, sobre la Isla de Tuxpan-Tecolutla se depositan duran- - te el Albiano-Cenomaniano y posiblemente desde el Aptiano, los -- carbonatos masivos de la Formación El Abra, con facies de banco, que a consecuencia de una continua subsidencia alcanzan un espe-- sor de más de 1,500 m, mientras que a su alrededor se depositan - sedimentos de mar abierto con espesor mucho menor. La figura 3 muestra la correlación entre los depósitos de -- plataforma de algunas localidades del este de México. En esta ta bla se puede ver que aunque el principal desarrollo de los bancos. ocurre durante el Albiano-Cenomaniano, algunos depósitos arrecifa
  • 22. o o 4 PI SO PLAT.TUXPAN-TECOLUTLA FORMACION PLAT.VALLES-XILITLA FORMACION PLAT.VALLES-CENTRO FORMACION SIERRA DE EL ABRA FORMACION PLAT. CORDOBA FORMACION O 0 o MAESTRICHTIANO MENDEZ C A M PA N INO CARDENAS _____ i i MENDEZ 2 MENDEZ fUIN- ELIPE AGUA NUEVA ABRA Y TAMAULIPAS ________ 'MENDEZ)TOy)cI SANTONIANO SAN FELIPE SAN FELIPE A.NUEVA T AMAULI A EL AS.SUP A _____ Af A SAN 1 FELIPE___________TAM A SO PO_______________________________ CONIACIANO GUZMANTLA TURONIANO ________A.NUEVA/( 1 MALTRATA CENOMANIANO ALBIANO 1 1________________ EL TAMABRA 1 _________________________________ 1 ELABRA 1 EL ABRAI ORIZABA 1 __________________ __________1 1 IrEZONAPA1 APTIANO ? ES TAMAULIIAS INF. GUAX CAMA —?----- i TAMAULIPAS INF. NEOCOMIANO TAMAULIPAS INF. AMSXONA DOLO_ 'NF. MANCA MIAS 1... Pedrazzini y Bosoez, 1978. 2._ Carrasco, 1977. 3._Carrillo, 1971. 4._ Aguayo, 1978. 5._ Gonzalez, 1976. 111111 DEPOSITOS 1 DE PLATAFORMA Fig._3. CORRELACION ENTRE LOS DEPOSITOS CRETACICOS DE PLATAFORMA DEL E DE MEXICO.
  • 23. E1 15 les y postarrecifales aparecen más temprano y otros se extienden hasta la cima del Cretácico. En general se observa una tendencia de norte a sur a una mayor duración de las condiciones favora-- - bles a estos depósitos. A su vez la figura 4 muestra la correlación entre las unida- des estratigráficas de las partes sur, centro y norte de Tuxpan-- Tecolutia y de la Faja de Oro Marina, tal como aparece en las co- lumnas de los pozos estudiados. Se aclara que, para las secuen-- cias del Jurásico, pre-Jurásico y Terciario, se ha empleado la i formación de expedientes de pozos y de varios trabajos de las Zo- nas Norte (Tampico) y Poza Rica de Petróleos Mexicanos. En parti cular, para la franja marina se ha tomado como base la columna es tratigráfica que aparece en el trabajo de González-Calderón (1976), además los datos del Pozo Atún 502 y los estudios bioestratigrá- ficos realizados en el I.M.P. (Gómez-Ponce, 1969; Gómez-Ponce y - G6mez-Ponce, 1977; Salazar, 1971; Omaña, 1971; Alba, 1971; Oma- - ña y Salazar, 1977). En la siguiente discusión sobre la estratigrafía del área se ha dividido por conveniencia la columna en 5 unidades estratigrá- ficas que se tratarán por separado: A.- Basamento u B.- Lechos Rojos
  • 24. E fc 1* L 1 1 r 1 o L'SiST. SERIE' PISO PARTE SUR R Tecolutia—RIo Cazones PARTE CENTRO Rio Cazones—Rio Tuxpan PARTE NORTE N del Rio Tu pan FRANJA MARINA Ostiones 1—Marsopa 3 FóFm del Frns del MIOCENO MIO— Fms del 70 IOcENO T CENO MIOCENO E— OLGO CENO F ms de OLIGOCENO R C Fm s del OLIGOCENO F ms del OLIGOCENO VOLIG.? M A R EOCENO - EOCE- NO Fms del EOCENO Fms del EOCENO 1 O Fms del PALEOCENO ms del P:LEOCEN0 PALEFoIENo? LEO— CENO / Fms del PAL EOC ENO E E m - II MENDEL Fm MENDEZ Fm ME NDE Z Fm- MAESTRICHTIANO CAMP1.NIANO S C R E 1 P E ¿ R SAN Fm AGUA ? NUEVA FELIPE Fm Fm SAN FELIPE Fm 4NDEZ SANTONIANO CONIACIANO TURONIANO CENOMANIANOA Fm Fm Em F rn O Z C ¿ EL ABRA EL ABRA EL ABRA EL ABRA F m TAMAULIPAS IMF. - E R ALBANO APTIANO im TAMAULIPAS INF TAMAULIPAS INF. mFm TAMAULIPAS INF. aARREMIANO HAUTERIVIANO VAL ANGINIANO ______ BERRIASIANO O S u TITO NIAIdO Fm L A CASITA Fm Fm PIMIE NT4LA CASITA Fm Fm PIMIENTA LA CASITA Fm Fm PIMIENT4LA CASITA E kIMERIDGIANO im 'SAN ANDRES' Fm Fn TA— CHIPQ MAN CO DRES' PEDRÓ TA4ot f ni f - SAN "SAN PEDRO TA'2N : f m " AN "SAN ? DRES' PEDRO 1 C u A c 0 OXFORDIANO / Fm TEPEXIC /4 Fm 7 SANTIAGO TEPEX LC / ;//// Fm Fm SAN_ZULOA VTIAGO O Fm TEPEXIC ISCAAREN O 0 c*oviao BA TONIANO SAJOCLANO o AOT o L CHOS S V LECHOS ROJOS LE CNOS ROJOS ? BASAMENTO _jRO4OS BASAMENTO =?= BASAMENTO BASAMENTO¡A P2pEpJ •L: 1 Dthj Fig.4 -TABLA DE CORRELACION ESTRATIGRAFICA DE LOS [ POZOS ESTUDIADOS EN LA PLATAFORMA TUXPAN-TECOLUTLA 1
  • 25. 17 C.- Jurásico L D.- Cretácico E,- Terciario OR Se aclara que los pozos han atravesado el Cretácico solamen- te en las partes central y septentrional de la plataforma y en el pozo marino Atn 502. A.- Basamento En este párrafo se discute el basamento únicamente como uni- dad estratigráfica, dejando el aspecto estructural para un capítu lo posterior. Se incluyen aqui los datos de 22 pozos (Fig. 5), nueve de -- los cuales están situados sobre la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia y los demás en una zona adyacente; de estos últimos, sólo se uti- lizó la información petrográfica y radiométrica. La composición petrográfica del basamento en estos pozos (Ta- bla 1) indica que predominan las rocas intrusivas de naturaleza - ácida a intermedia; hacen excepción dos pozos en los que aparecen diques básicos y tres más con rocas volcánicas. No se conoce - - la edad de estos últimos cuerpos, pero por la profundidad a la -- cual se encuentran es probable que formen parte del basamento. 1
  • 26. r La Tota o 263±2 La LLave 101 o 261± 13 ma u a amlr.z 1 Bejuco 1 . r Arroyo Vi.jo 1 5 ¡ 273±5 pó -- PUlonaI 101 295ila L AguOda 101 / o -o / [ Pitahaya ±oi Tres Hsrmanos It. • /o / / / / San Sibastio. tot / 0 / Pr ¿01 TAMIAHU Tet.co C: Tijipan opr XPA k. curo4 ; o 172±tlma.tduroZ Atun50p OMero Ser 1 Sisal r: O B.ra de Cazoøes 1 1. o ¿IOZARICA EcOLUTLA Ojhtol 101 $o 237.. O lo 20 E Sin Andres 243 - o 5.. NsdItipic2 2S3±5.. r Fig: 5 Pozos QUE ALCANZARON EL BASAMENTO Y EDADES ISOTOPICAS EN MA E
  • 27. TABLA No. 1.- COMPOSICION Y EDAD DEL BASAMENTO EN EL AREA PLATAFORMA DE TUXPAN-TECOLUTLA Y ZONA ADYACENTE Profundidad Composición del del Edad Pozo basamento basamento m.a. Ati5n No. 502 4859 bnm andesita r Finca No. 1 3360 bnm spessartita de hornblenda Raya Oscura No. 4 2424 bnm dacita de biotita U Muro No. 2 2622 bnm tonalita de hornblenda Frijolillo No. 5 2399 bnm corneana de cuarzo-epidota Muro Sur No. 1 2681 bnm cataclasita dacítica Tuxpan No. 3 2987 bnm lamprófido sienítico an Sebastián No. 101 2976 bnm granito Salto No. 1 2723 bnm andesita porfídica L Pjfjonal No. 1 2093 bnm tonalita de biotita La Tota No. 1 1918 bom tonalita de hornblenda Juana Ramírez No. 1 3011 bnm gneiss Arroyo Viejo No. 1 2625 bnm granodiorita La Llave No. 101 1582 bnm granodiorita Aguada No. 101 1396 bnm granito Pitahaya No. 101 1693 bnm tonalita Tres Hermanos No. 106 2308 bnm cjranodiorita metamorfizada Bejuco No. 1 1951 bnm tonalita Toteco No. 1001 2343 bnm pérfido tonalítico L Huiltepec No. 2 3495 bnm granito Ojital No. 101 3025 bnm esquistos San Andrés No. 243 3122 bnm esquistos 178 ± 11 Jurásico Temprano 295 ± 7 X Pensilvánico Tardío 263 ± 21 X Pérnico Temprano 192 ± 3 XXX Jurásico Temprano 273 ± 5 XXX Pérmico Temprano 261 ± 13 XX Pérmico Temprano 253 ± 9 xx Pérmico 237 Pérmico Tardío Determinaciones petrográficas: IMP Determinaciones cjeocronométr leas: L. X IMP Ar/K XX GEOCFIRON Ar/K L XXX López-Ramos (1972) 1
  • 28. 20 Se tiene conocimiento de ocho edades isotópicas del basamen- to en la Plataforma Tuxpan-Tecolutla y en áreas adyacentes (Tabla 1). Dos edades indican el Jurásico Temprano; las demás están co prendidas entre el Pensilvánico Tardío y el Pérmico Tardío (según Tabla Geocronológica del U. S. Geological Survey, 1969). Si se toman en cuenta Las limitaciones del método Ar/K, - - que proporciona, en el mejor de los casos, la fecha del último c lentamiento, las edades reales de las rocas consideradas pudieran ser anteriores al Paleozoico tardío; sin embargo, no se tienen -- evidencias geológicas conclusivas de la presencia de rocas más a tiguas debajo de la llanura costera del Golfo de México. En este estudio, considerando la coincidencia en las edades paleozoicas tardías de los intrusivos y rocas metamórficas que se L conocen desde Coahuila (Flawn y Maell, 1958; Flawn, 1961), a lo largo de la costa del Golfo (López-Ramos, 1972), en Chiapas (Cas- tro-Mora et.j., 1975), en Yucatán (Expedientes de Petróleos Mexi L canos) y en Belice (Bateson, 1972), se estima que estos elementos fueron afectados por un mismo episodio térmico ligado a un deter- minado evento tectónico. Consecuentemente se considera que, en el área estudiada, - - el basamento está constituido por un batolito compuesto, emplaza- 4.1 1 1
  • 29. 21 do principalmente durante el Pensilvánico Tardío-Permico y en par te durante el Jurásico Temprano, formando todo el complejo la 'I la de Tuxpan' de Sánchez-López (1961). Se cuenta con muy pocos datos para afirmar si la composición de las rocas está relacionada con la edad del emplazamiento de -- los plutones parece ser al contrario, que en cada episodio hu- - bo intrusiones de distinto tipo magmático. El basamento de la plataforma está cubierto en cuartro pozos por Lechos Rojos en los demás por sedimentos del Jurásico Medio y Superior. B.- Lechos Rojos Se comprenden bajo este nombre los sedimentos de origen con- tinental (lutitas y areniscas) que descansan debajo de rocas jurá sicas. En los pozos que alcanzaron el basamento, su espesor es - muy débil (de 2 a 12 m), o no existen hace excepción el pozo San Sebastián 101, donde alcanzan 516 m de espesor. Ya que los pozos corresponden en general a altos estructurales del basamento, es - probable que los lechos rojos se hayan acumulado en las depresio- nes o flancos donde presentan mayor espesor. Sobre la edad de esta unidad, sólo puede decirse que es - -
  • 30. 22 pre-Jurásico Medio y probablemente post-Paleozoico. C- Jurásico Los pisos más antiguos encontrados en esta zona son el Calo- viano y el Oxfordiano; sin embargo, no se han realizado estudios detallados sobre su distribuci6n. Según el modelo sedimentológi- co de López-Ramirez (1976), el basamento, cubierto y rodeado por lechos rojos, constituía áreas positivas. En la parte septentrio nal (Plataforma de Tuxpan), durante el Caloviano se depositaron - sedimentos marinos someros atribuidos a la Formación Tepexic (Mi- ramontes, 1972) y, sobre ellos, cuerpos arenosos que este autor - correlaciona con la Arenisca Constituciones de Stabler (1972). - Según Aguilera (1972), durante el Oxfordiano-Kimeridgiano se en-- contraban en esta área facies de margen de plataforma (formación San Andrés"), facies oolíticas y evaporíticas (Formaciones Olvi- do y Zuloaga) y, en la parte más alta del Jurásico, los sedimen-- tos calcáreo-arcillosos de la Formación Pimienta, con una facies somera atribuida a La Formación La Casita. En el área meridional (Plataforma de Tecolutla), Cabrera - - (1972 y 1975) y Carrillo (1974) distinguieron, en el Kimeridgiano, una porción lagunar (formación "San Pedro"), una franja oolítica -- marginal (formación "San Andrés tt ), una franja costera (formación - I L 1 E Ii! 1
  • 31. L L L t Cabellal), un talud (Formación Chipoco) y una región de cuenca (Formación Tamán). Los espesores del Jurásico Superior (Kimeridgiano y Titonia- no) varían de 10 a 322 m en el área. Uno de los mínimos coinci- de con un alto del basamento (pozo Frijolillo 5); los demás pozos no muestran tal correlación. En general los espesores son meno-- res en la parte norte del área (de 10 a 84 m). D. - Cretácjco Formaci6n Tamaulipas Inferior La Formación Tamaulipas (Inferior o Superior) no se ha defi- nido nunca en la literatura ni se han indicado localidades tipo. Según Muir (1936), el nombre deriva de la Sierra de Tamaulipas -- donde constituye la parte principal de la estructura y fue intro- ducido como t?ali Tamaulipas' por Stephenson en un informe pri- vado de una compafía petrolera y posteriormente adoptado general- mente. La presencia de rocas cretácicas tempranas de facies batial fue reconocida por Burckhardt (1930) quien, citando a Kellum y -- Schmittou, las llamó "calcaire de Tamaulipas". Este autor estu-- dió la fauna de distintos afloramientos y señala edades desde - - 23 h. L LI»- L 1
  • 32. 24 el Neocomiano temprano hasta el comienzo del Albiano. A Siguiendo el criterio de Burckhardt, Muir distingue Tamauli- pas Inferior y Tamaulipas Superior y atribuye a la Formación Ta-- maulipas Inferior una edad que comprende el Neocomiano y la parte superior del Aptiano, indicando la presencia, en el área de la -- Sierra de Tamaulipas, de un horizonte arcilloso superior que co--- L rresponde a la actual Formación Otates. L Aunque la distribución de La Formación Tamaulipas Inferior - sea particularmente extensa en la Cuenca Tampico-Misantla, se ex- tiende tanbién sobre toda la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia, des- cansando sobre el Jurásico Superior (sólo en el pozo Finca 1 se - ha encontrado la Formación El Abra en contacto directo sobre el - Jurásico). Sus espesores varían entre 60 y 550 m (Fig. 6); las - isopacas indican valores sucesivamente más altos hacia el norte - (Fig. 7). Castro-Mora y Martínez (1977) distinguieron siete unidades - •1 en esta formación; sólo las cinco inferiores se han identifica- - do sobre la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia (Bello, 1978). La ci- L. de la Formación Tamaulipas Inferior varía aquí del Berriasiano al Valanginiano. 1 1
  • 34. 26 Aparentemente hay un hiato entre esta formación y la Forma-- ción El Abra; segón Bello La ausencia de las unidades superiores se observa también donde no está dolomitizada la base de esta l- tima, o sea donde no existe la duda de que la dolomitización pue- da enmascararlas (pozo Atan 502). Este autor observa además, que en las zonas donde la Formación Tamaulipas Inferior presenta su - máximo espesor, se encuentra más completa la columna. Esta irregularidad en la secuencia estratigráfica puede in-- terpretarse suponiendo que durante el depósito de la Formación T maulipas Inferior la plataforma se hundió hacia el norte y se le- vantó hacia el sur, quedando en esta última área la secuencia es- tratigráfica reducida; esto concuerda con los espesores mayores - de esta formación en la parte norte (Fig. 7). Esta hipótesis im- plica la existencia de fallas normales y de esfuerzos tensionales durante el Cretácico Temprano. Un argumento en su favor es la -- gran abundancia de horizontes bentoníticos en la Formaci6n Tamau- lipas Inferior, que dan testimonio de volcanismo en este tiempo - probablemente relacionado con fracturamiento cortical. Formación El Abra Uno de los primeros autores que mencionan los afloramientos de la Sierra de El Abra y que estudian su fauna, comprobando la - 1
  • 35. - - - - - - - - - - - - = - o o NNW SSE TAURO 1 S.SEBASTIAN 101 A.COLORADA 1 R.OSCURA 1 SALTO 1 CAZONES 2 ESPINO 1 4 A A A A A A 1500 Mt. 500 Fig.7 ESPESOR DE LA FM TAMAULIPAS INFERIOR COMPARADO CON EL DE LA FM EL ABRA EN SECCION LONGITUDINAL
  • 36. existencia de calizas de edad albiano-cenomaniana, es Boelim en -- 1898. Posteriormente B3se (1906) propone el nombre de caliza Ta masopo" para las calizas que afloran en el Cañ6n de Tamasopo, su--- puestamente de la misma edad. El nombre "Tamasopo" fue emplea- - do durante largo tiempo por los geólogos de las compañías petrol ras para indicar las calizas de facies somera o profunda encontra das en el subsuelo de la región de Tampico. En 1924 se determinó la edad coniaciana de la parte superior de La secuencia en el Ca- u ñón de Tamasopo y el nombre de Tamasopo fue substituido por el -- nombre "El Abra" que se empezó a utilizar para las calizas de fa- cies arrecifal del Albjano-Cenomanjano que se encuentran en loca- lidades bien definidas de la Sierra Madre Oriental y en el subsue lo de la Faja de Oro (Muir, 1936). Burckhardt (1930) escribe: "Le Crtacé inférieur du Mexique oriental est encore peu connu. On le confond gnralement avec les dépots du Crétacé mayen et supérieur. C'est une masse calcaire puissante, souvent - peu fossilifre, trs devéloppée dan5 itEtat de Tamaulipas et parties adjacentes des Etats de Nuevo León, San Luis Potosí et Veracruz, - qui a été desígné tour á tour avec les noms - "Calcaíres de Tamasopo, "Calcaire El Abra" - et "Calcaire de Tamaulipas". Ces calcaires - ont souvent été parallelisés avec le "Coman-- chean" du Texas et considérés comme un qui-- valent du Crétacé moyen". Como se pude ver, hasta los años treinta la confusión domina en la terminología estratigráfica de las calizas cretácicas del - L
  • 37. 29 este de México. En 1930, KeLlum describe una "Caliza El Abra" en la sierra - del mismo nombre y distingue un miembro inferior, Taninul, que -- contiene fragmentos de conchas y un miembro superior con "Muía--- lina' Muir (1936) coincide con Kellum en reconocer la existencia - de dos miembros en la Sierra de El Abra y atribuye la facies - - de rudistas (Tanjnul) al Albiario y la facies de miliolidos (El - a. u Abra) al Cenomanjano inferior. En 1952, Bonet describe la "facies urgoniana" de la región - de Tampico. En esta primera investigación científica de las cali L zas arrecifales del Albjano-Cenomaniano el autor efectúa reconoci mientos en la Sierra de El Abra y estudia secciones a través de - la Sierra Madre Oriental, con fines comparativos, haciendo resal- u tar la analogía entre las facies urgonianas de México y Estados - a. Unidos y las de la región mediterránea, y enfatizando las diferen cias que existen entre los bancos de rudistas de esta facies y -- los arrecifes coralinos actuales. Basado en sus observaciones de campo, Bonet considera que las diferencias entre los miembros Ta- ninul y El Abra son debidos a cambios laterales de facies. En 1963 el mismo autor hace un resumen de los nuevos conoci- £ 1
  • 38. 30 mientos adquiridos mediante la exploración geológica de superfi-- cje, los nuevos datos geofísicos y la perforación de numerosos p zos exploratorios. En esta ocasión, basado en datos paleontolóqi * cos, propone como unidad formal el "Grupo Tamasopo" para incluir las formaciones El Abra, Tamaulipas y El Doctor (Wilson etal., - 1955), que son correlacionables entre sí. A su vez Carrillo-Bravo (1971) denominó El Abra a las cali-- zas de plataforma de edad albiano-cenomaniana que cubren la Plata forma de Valles-San LUis Potosí. De lo anterior se observa que la Formación El Abra, de igual manera que varias otras formaciones introducidas por geólogos pe- troleros de la costa del Golfo, no fue nunca definida formalmen-- te. Lo más parecido a una definición se encuentra en el traba- - r jo de Bonet de 1952, que incluye su descripción y menciona su lo- calidad tipo. • Refiriéndose a la Formación El Abra en el subsuelo, Muir - - (1936) da una extensa referencia sobre la caliza productora (El - 1 Abra) en los antiguos 'Campos meridionales", o sea la Antigua Fa- ja de Oro, y compara esta unidad litoestratigráfica con la que -- aflora en la Sierra de El Abra. Menciona que su límite superior se conoce en algunas localidades como Cenomaniano inferior, basa- do en la presencia de Pecten roemeri sin embargo, observa tam- -
  • 39. 31 bién que la superficie de la Formación El Abra indica una topogra fía sepultada por lo cual este límite puede variar. Gran parte de los pozos de la Antigua Faja de Oro penetró sQ lo pocos metros en la Formación El Abra, pero en los afos trein-- ta, se perforaron dos pozos que penetraron más de 1,000 m en esta formación, el Jardín 35 y el Naranjos 24. Estos proporcionaron - La primera información sobre la secuencia completa de la Forma- - ción El Abra. A este respecto Bonet (1952) afirma que "las cara terísticas faunísticas y litológicas del pozo Jardín 35 correspon u , den perfectamente con las encontradas en la seccion típica de - - El Abra". Durante largo tiempo existió una confusión entre las calizas El Abra y la Formación Tamabra. Hejm (1940) escribe: "Thus the r Tamaulipas, Taninul and El Abra limestones are different facies - of tlie same Tamabra Formation, interdigitatinq laterally and - - often repeated aboye one another at the same locality (mixed - - 1 - facies). El nombre Tamabra se utilizó posteriormente en el sub- suelo de Poza Rica para los depósitos de cuenca con clastos den- vados de la Faja de Oro (Flores, 1955). Para remediar este incoa veniente Bonet (1963) propuso el término de 'Formación Poza Rica" para las calizas productoras de esta facies desafortunadamente e.a te nombre no aparece en una publicación formal. L 1
  • 40. 32 La parte de las ttcalizas Tamaulipas t , que sobreyace al ttH or i zonte Otates tt , fue denominada por Muir (1936) Tamaulipas Superior y se considera el equivalente, de facies pelágica, de la Forma- - ci6n El Abra. Edad de la Formación El Abra.- Boehm (1898), al estudiar los - - afloramientos de la Sierra de El Abra, encontró, una fauna equiva-- lente a la de la Formación Edwards de Texas. Adkins (1930)descri be varias especies de rudistas en la cantera y túnel de Taninul y les atribuye una edad Friedricksburg-Washita (Albiano medio-Ceno- maniano temprano. Según Muir (1936), el límite superior de la -- Formación El Abra había sido ya definido por geólogos de la Mexi- can Gulf con base al pelecípodo Pecten roemeri Hill, encontra-- - do inmediatamente debajo del contacto con el Turoniano. Este - fósil, característico de la Formación Buda, indica una edad ceno- maniana temprana y media. Sin embargo, hubo discrepancias en lo que respecta al límite inferior de esta formación. Baker (1971) opinaba que las calizas con rudistas eran de la edad de la Formación Georgetown, o sea -- del Albiano tardío. Por otra parte, al perforarse el pozo Jardín No. 35, a una profundidad de 1,300 m se encontró el foraminife- - ro Orbitolina texana Roemer, fósil característico de la Formación Glen Rose de Texas, de edad albiana temprana. la
  • 41. 33 Burckhardt (1930) creyó en la ausencia del Cenomaniano supe- rior, y en la existencia de un hiato en la cima de la Formación El Abra. Sin embargo, en estudios recientes, Aguayo (1978) encontró en la zona postarrecifal de la Sierra de El Abra, un delgado horJ zonte con fauna pelágica del Turoniano, que comprende: Hetero- - helix reussi Cushman, Marginotruncana canaliculata Reuss, M. - - pseudolinneana Pessagno y . sigali Reichel. Esto implica que el depósito de la Formación El Abra duró hasta el Turoniano. El ho- rizonte mencionado está situado en la mitad de la sección de Agua yo en la Sierra de El Abra, y corresponde a la parte alta de la - Formación El Abra, de la cual se midieron aproximadamente 1,140 m en el cercano pozo Agua Nueva 1 (Carrillo-Bravo 1971). r Respecto a la edad de la Formación El Abra en el subsuelo, - considerada muy generalmente albiano-cenomaniana, es importante - mencionar que Becerra (1970), en el estudio de la Formación Tama- bra del área de Poza Rica, encontró material detrítico provenien- te de la Faja de Oro en una matriz con microfauna pelágica del Tu roniano (Heterohelix sp., Rotaljpora sp. y Globotruncana sp.). - Esto podría ser consecuencia de una parcial exposición de la pla- taforma cretácica y de su erosión durante el Turoniano, o del cr cimiento continuo durante esta edad de arrecifes aislados en el - borde de la misma, durante este tiempo, acompañado por derrumbes - • de clastos prearrecifales. Ambos criterios coinciden con la dis- u h. 1
  • 42. 34 tribución errática de la Formación Agua Nueva del Turoniano. Sin embargo, no se tiene conocimiento de macrofauna de edad turoniana 1- (hipurítidos) en rocas arrecifales de la Formación El Abra. Formación Agua Nueva Base indicó desde 1906 la presencia del Turoniano al este de la Sierra Madre Oriental, describiendo un delgado espesor de calj zas con Inoceramus labiatus que sobreyacen las calizas masivas -- del Albiano-Cenomanjano en la localidad Las Palmas de la Sierra - de El Abra. En general, los antiguos autores incluyen los estra- tos del Turoniano bajo el nombre "capas San Felipe" o "San Felipe inferior". Según Muir (1936), Stephenson propuso, por primer la - Formación Agua Nueva, citando como localidad tipo el Cañón de - - La Borrega, en las estribaciones occidentales de la Sierra de Ta- L maulipas, cerca del poblado de Agua Nueva. Según el mismo autor , Heim, al hacer referencia a las formaciones del Turoniano en la - región de Tamazunchale, las denomina "Xilitla beds". Muir menciona que la Formación Agua Nueva sobreyace a la For mación El Abra al sur de Ciudad Valles y también que se encuentra en el subsuelo de los campos petroleros del norte mientras que h cia el sur su presencia es dudosa. En la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla La Formación Agua Nueva 1
  • 43. se 1-ia encontrado únicamente en el interior de la misma, en tres - áreas aisladas estando las principales en las partes central y -- septentrional (Fig. 8). Su espesor, sumamente variable, fluctúa entre 10 y 120 m. Juzgando por su distribución y espesor variable, parece que esta formación se depositó probablemente en depresiones de la su- perfice irregular de la Formación El Abra en las cuales penetró - el mar del Turoniano, mientras que gran parte de la plataforma -- permanecía emergida. De sus márgenes elevados caían derrumbes -- a lo largo del talud, sobre el cual se depositaban sedimentos pe- lágicos; la Formación Agua Nueva puede así considerarse contempo- ránea con parte de la Formación Tamabra (Bonet, 1963 y Becerra, - 1970). La primera invasión marina sobre la plataforma es todavía una transgresión muy limitada. Formación San Felipe Según Muir (1936), el nombre San Felipe fue introducido por fr Jeffreys en 1910 y adoptado por los geólogos de los campos petro- leros. Jeffreys dice lo siguiente: "The so-called Middle Cretaceous is well exposed at San Felipe on the Central Railroad between Va lles and Taninul and shall be named after that - -- spot...". L 1 1
  • 44. /TouroiC / r Cincuenta 'C0 / ¡ / TAMIAHUA Solis 200 ,//',f " 4) ,. •ua Colorado 1 ,yoro Alto 1 Marsopa 3 •TuzpoO 3 TUXPAN Bagr. 10 orid l/ Oscuro4 IohUo 5 r/o iI Atun 502 •Muro2 O /ouro Sur 1 AREA CUBIERTA POR 0rcn 201 501,0 Morga 8 o LA FM. AGUA NUEVA BARRA DE CAZONES OCozones I,git 1 2 Escualo 2 Espino 1 1115,71. O Fnc1 ESPESOR> §Om. Mozutla 1 Mero 1 StaAgu.da1 •E OrdoSez Cangrejo 1 o O POZA RICA N. . •' TECOLUTLA O Percebes 1-A _ •Ostofles 1 O lO 20 =---- - Km Fig.8 DISTRIBUCION DE LA FM. AGUA NUEVA completada con datos de otros poios)
  • 45. ffl Muir modifica posteriormente la definición original de Jef-- freys y define la Formación San Felipe como "including the alter ating limestones and shales of Coniacian and Lower Santonian - - age occuring in various exposures west of San Felipe.. . aplican- do esta definición a los estratos de la misma edad en el subsuelo La distribución de la Formación San Felipe sobre la Platafor ma de Tuxpan-Tecolutla se presenta en la figura 9. Se ha encon-- trado esta unidad en algunas localidades que coinciden, muy gene- ralmente, con las depresiones donde se depositó la Formación Agua Nueva; pero éstas se han reducido en extensión. Su espesor es -- muy irregular, variando de 30 a 100 m. - Sin embargo, es posible que esta formación se haya deposit do también en el extremo norte de la plataforma, pero la erosión afectó estas áreas de tal modo que quedó sólo una mezcla de sedi- mentos retrabajados que se suele incluir bajo el término de "Cre- tácico Superior" (Expedientes de pozos de Petróleos Mexicanos, G L mez-Ponce y Gómez-Ponce, 1977). Formación Méndez Una serie de lutitas recubre la Formación San Felipe, la - - cual fue considerada com parte del Santoniano por B6se (1906) -- y Burckhardt (1930). Posteriormente, según Muir (1936), Adkins y
  • 46. 1111 UI r 1 u L u , L u i ( 161, - o /TOuro1 N 1? / / guaco?, / / TAN AH / ( SOlis 200 Colo ada d Vera Alto 1 Uarsopo 3 ux / TUXPI Bagre 10 Roscuro4 " Florido 1 OFrijoljilo 5 Atur' 502o oer'cs101 fo" sur ' Morse 8 Horcn 2O°° ones 2 BARRA DE o 12222 AREA CUBIERTA POR LA Mesta F CAZONESM SAN FELIPE Escualo 2 / 0 Fncaj' OCar' ESPESOR > 50m. Mo7u?Ia 1 Mero ' Sta. Agueda 1 O POZA RICA N SE OrdoBez O Cangrejo 1o b& o TECOLUTA SOstones 1 Tecolu0jo Percebes 1 A O lO 20 —4 Km FIg.9 DISTRIBUCION DE LA FM. S A N FELIPE (completada con datos de otros pozos)
  • 47. 39 Stephenson indicaron que la parte media de esta serie de lutitas corresponde al Campaniano y la superior, al Maestrichtiano. - - Muir mencion6 también que estas lutitas fueron llamadas tt Papaga- yos T' por Dumble, quien las correlacionó con los afloramientos de la Sierra de Papagayos del noreste de México; sin embargo, ya -- Jeffreys y varios otros autores habían utilizado el nombre Mén-- dez para esta formación, considerándose como su localidad tipo - los afloramientos cercanos a la estación Méndez del ferrocarril San Luis Potosí-Tampico. Pero únicamente la parte superior de - la Formación Méndez está representada en esta localidad, donde - una rica microfauna indica una edad maestrichtiana; en otras lo- calidades, se encuentra su parte inferior que llega al Santonia- no. Aguayo (1978) menciona que en una parte de la Sierra de - - El Abra, la cima de la Formación El Abra está cubierta por una - brecha cuya matriz contiene fauna del Campaniano. Recientemente, Aguayo y Kanamori (1976) proponen un nuevo - miembro de la Formación Méndez, el Miembro Tamuin, expuesto a lo largo del flanco oriental de la Sierra de El Abra. Su litología se distingue por La presencia de calizas poco arcillosas oscuras con laminación y estratificación gradual, posiblemente deposita- das por corrientes de turbidez; su edad, basada en foraminíferos
  • 48. planctónicos, es del Campaniano tardio. Con el Campaniano se reanuda la transgresión sobre la Plata- forma de Tuxpan-Tecolutla, se vuelven a hundir las antiguas cuen- cas de dep6sito y nuevas áreas son inundadas (Fig. lo). El espe- sor de la Formación Méndez varia de 10 a 80 m, con promedios de - 30a40m. Se cree que esta formación cubrió grandes áreas de la Plata- forma; sin errbargo, mucho quedó destruido por la erosión. En - - efecto, varios pozos, donde la Formación El Abra se encuentra - - en discordancia con el Terciario, muestran en la base de este si tema sedimentos retrabajados con fauna del Campaniano-Maestrich-- tiano. Este fenómeno es particularmente notable en los pozos ma- rinos. 1 E.- Terciario r La Cuenca de Tampico-Misantia (López-Ramos, 1974) está situ da en la costa del Golfo de México, entre el extremo sur de la -- Sierra de Tamaulipas, al norte, y el Macizo de Teziutlán al sur. Esta cuenca terciaria se originó como consecuencia del pleq, miento de la Sierra Madre Oriental durante el Eoceno temprano y - medio y se llenó en un comienzo con sedimentos postoroqénicos del
  • 49. Fiq.tO DI3TRIBUCI3N DE LA FORMACION MENDEZ —COMPLETADACON DATOS DE OTROS POZOS- E c r C AREA CUBIEF POR LA FM M u ESPESOR > lo zc Km u
  • 50. 42 Eoceno superior. Al acentuarse las depresiones de la cuenca se - depositaron sedimentos arenosos cerca del borde y arcillosos a m yor profundidad. n El Oligoceno se caracteriza por alternancia de depósitos - - transgresivos y regresivos, mientras que el Mioceno fue una época de gran subsidencia durante la cual se depositó un enorme volumen de sedimentos terrígenos. Todos los datos que se refieren a la estratigrafía del Ter--- • ciario en la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia fueron tomados de los expedientes de los pozos en el área costera. En la franja man-- - na, se consultaron los trabajos bioestratigráficos de Barker y -- • Blow (1976), Gómez-Ponce (1969), Gómez-Ponce y Gómez-Ponce (1977) y de Salazar (1971). Según los investigadores que tratan este t. ma, son muchos los problemas que afectan a la estratigrafía del - Terciario en esta región. Las unidades formacionales se han est u blecido con base en el contenido faunístico y no en la litología, - lo que causa discrepancias en los cambios de facies. Además, fe- u nómenos de retrabajo por corrientes y acarreo han complicado el - cuadro. rL Los sedimentos del Terciario son a menudo discordantes sobre -, el Cretácico Superior y aun sobre la Formación El Abra. Estas -- 1 1
  • 51. L discordancias son locales y tienen amplitud variable, por lo que se infiere que la región fue afectada por una tectónica de blo- - ques durante el Eoceno tardío y el Oligoceno. Los estudios real zados en los pozos marinos identificaron un potente espesor de -- Mioceno, con fósiles retrabajados de casi toda la columna tercia- ria. El espesor del Terciario es máximo en el extremo sureste de La Plataforma (más de 3,000 m) y se acuña hacia el noroeste (Fig. 11). Esta generalización es válida principalmente para el Mioce- no, que constituye la casi totalidad de la columna post-cretácica en la franja marina. Se puede inferir que, por lo menos el Mioce no, se depositó sobre una plataforma cretácica inclinada hacia el sureste (Fig. 12), ya que su espesor es función de La profundidad a la cual se encuentra la cima de la Formación El Abra.
  • 52. / Fug 11 ISOPACAS DEL TERCIARIO 1COMP% 1 TADO (fll DATOS DI (TROS POZOSP
  • 53. CERRO TANCOCHIN DEORO1 1 C A A o OLIGOCENO 500- 1000' 7/ 1500 FM EL ABRA 2000 SOLIS AGUA 200 COLORADA 1 B A A TIBU RON AC MIOCE NO MARSOPA 3 AB MESITA ESPINO ESCUALO 1 2 A A A AA 2 2 3 Fig.12 SECCIONES ESTRATIGRAFICAS DEL TERCIARIO SOBRE LA FM EL ABRA 4
  • 54. LA FORMACION EL ABRA EN LA PLATAFORMA DE TUXPAN-TECOLUTLA e: Morfología y espesor La Formación El Abra, en el subsuelo del área estudiada, cu-* bre una superficie de unos 12, 000 Km 2 y tiene forma aproximada de elipse con sus extremos situados a la altura de Cabo Rojo, al no te, y de Barra de Tecolutia, al sur, respectivamente. Los datos sísmicos indican que se trata de una estructura tabular, delimita da por un escarpe que la rodea (Fig. 13). •1 La extensión de la Plataforma de Tuxpan-Tecolutia es relati- vamente pequeña, respecto a las demás plataformas calcáreas del - este de Mxjco (la Plataforma de Valles-San Luis Potosí tiene una Extensión de unos 33,000 Km2 ) sin embargo, es comparable con los bancos principales de las Bahamas (Newell y Rigby, 1957) y con -- los bancos que se formaron durante el Triás ico-Cretácjco en la zo L na periadriática (D'Argeni o , 1975). La Plataforma de Tuxpan-Tecolutla está constituida por una - potente secuencia de carbonatos que contrasta con los delgados e pesores de los depósitos contemporáneos de mar abierto (Fig. 14). Los espesores más grandes, alrededor de 1,600 m (Fig. 15), se en- Oki en las márgenes oriental y occidental (pozos Mesita 1 -- y Atan 502). El pozo Jardín 35 muestra un espesor anómalo de - - L 1
  • 55. r 1 111—N Ii r E It II II u r 1 II 11 / fl 1 '... ..,. lo . ' ( •r r 1' N --. • IT • • •) •MC JH )l jj - 1 'u 'u d -.4 ?_?1 1 ris 13 COIIF1GIaION FSTFUCTUAL DF LA CIMA DF LA FM EL ABRA ( SICi.UYtO PAPTES 01 1 A FORMACIONIS TAMABRA Y TAMAULIPAS SUPERIOR) 1 SS! £ !f • q * •..i S Wt! &%
  • 56. - - - - - - r - - - - - i - _ o Mi E CERRO TLACOLULA iol VIEJO TUXPAN 3 MARSOPA 2 IORCONFBS 1 VARA ALTA 1001* ¡ Ii 1 #/Ve T E R C II A R 1 0 500 1000 CRE( cIcOSU. 1500 CRETACICO SUP. EL A B R A A BRAUPTAM 2000 A U 2500 R A S 1 C OJ U PT3000 ! lo K M. Fig..14.SECCION ESTRUCTURAL DE LA PLATAFORMA DE TUXPAN—TECOLUTLA. (MODIFICADA DE CASTRO M.,MARTINEZY PEDRAZZINI IN PEDRAZZINI Y BASAÑEZ.1978)
  • 57. r r ¶±/ / TAMO ANUA L ,ç S. 1 / ; :' •) — / '.4 / /'' • 600 sor L - r' •••i• c..._. ' f.J c..2 N ' • N '/• 1 "•' POZA •c / • c...øi 0- r VST._l - ECOLUTIA .001 a'- / t1 F i g 15 ISOPACAS DE LA FORMACION EL ABRA
  • 58. 50 3,500 m, dato inexplicable que hasta ahora no ha encontrado solu- ción. En el interior de la plataforma los espesores tienden a ser mayores en la parte centro-meridional (alrededor de 1,400 m) y a disminuir hacia el norte donde son alrededor de 800 m, lo que quiere decir que la Formación El Abra se acuña hacia el norte so- u bre la Formación Tamaulipas Inferior, como se puede observar en - la figura 7. Por otra parte, la profundidad de la cima de la Formación El Abra varía en dirección NW-SE (Fig. 13), mostrando unos mínimos, alrededor de 500 m, al noroeste y unos máximos al sureste, en los pozos marinos, donde alcanzan los 3,000 m (pozo Mero 1). La in-- clinación de la plataforma hacia el sureste es de 20 a 50 (Guzmán 1967. El engrosamiento de la Formación El Abra en sentido N-S es - aparentemente independiente de la inclinación de la plataforma -- y depende de tectonismo sinsedimentario, como se ha visto en el - caso de la Formación Tamaulipas Inferior. La configuración de la cima de la Formación El Abra (Fig. -- 13), permite identificar en la plataforma algunos rasgos caracte- rísticos: 1.- Un borde occidental, delimitado hacia el W por una fuer-
  • 59. te pendiente (hasta más de 30 0 , según Enos, 1977), con una serie alargada de pequeñas estructuras que pueden pertenecer en parte a L arrecifes. Se cree, sin embargo, que en su mayor parte eran ban- cos calcáreos emergidos o muy someros, edificados sobre desarro-- lbs orgánicos u oolíticos. 2.- Un borde oriental también delimitado por un talud con pen- - dientes que varían de 150 a 200, con una alineación de estructu-- ras alargadas de mayor extensión que las occidentales; en ellas - se localizan los campos marinos. De los pozos marinos estudia- - dos, únicamente Ostiones 1, Percebes 1-A y Marsopa 3 muestran ba cos de rudistas en la cima de la Formación El Abra. Los demás po zos, de los cuales se conoce sólo un intervalo muy reducido, pre- sentan sedimentos de tipo lagunar. El único pozo marino profun-- L do, Atún 502, muestra biostromas de rudistas y biolititas de al-- gas rojas en algunos tramos de la columna, pero no en la cima. El proceso de erosión kárstica que afectó la superficie de - la plataforma, cubrió toda evidencia de fallas de pequeña magni-- u tud. Sin embargo, se tiene evidencia estratigráfica del movimie to de bloques por fallas, anteriores al depósito de la Formación El Abra, como es el caso del pozo Finca 1 donde falta el Neocomi no, y por fallas que afectaron el basamento, como lo demuestra el espesor anómalo de lechos rojos en el Pozo San Sebastián 101. -- 51 1
  • 60. 52 Los principales lineamientos que pudieran indicar fallas de gran magnitud son los grandes escarpes que limitan la plataforma hacia este y hacia el oeste. La informaci6n sísmica no indica la exis- tencia de tales fallas. En lo que respecta a la margen occiden--- tal, tampoco lo demuestran las columnas de los pozos que han atr vesado las unidades anteriores a la Formación El Abra. La Plataforma de Tuxpan-Tecolutla, así como los demás bancos calcáreos del este de México, muestra una topografía de areas - - elevados y fondos adyacentes, separados por escarpes de gran altu ra (aproximadamente 1,000 m). Las condiciones eran así favora- - bles para la formación de depósitos de gravedad (depósitos de ta- lud) o de densidad (Enos, 1977), que se reflejan en alternancia - de litología distinta (Becerra, 1970). A estos sedimentos se - - ha dado el nombre de Formación Tamabra (Fig. 14) la que, a su vez pasa transicionalmente a las calizas pelágicas puras de la Forma- 1 ción Tamaulipas Superior; se ha comprobado que tales depósitos - detríticos existen también hacia el este (Informes inéditos de Pe tróleos Mexicanos). Este tipo de sedimentación se vuelve a enco. u trar en los flancos de la Plataforma Valles-San Luis Potosí (Ca-- rrillo-Bravo, 1971; Moya, 1975; Carrasco, 1977) y son probableme te comunes alrededor de otras plataformas calcáreas.
  • 61. 53 Bioestratiqrafia El estudio bioestratigráfico de la Formación El Abra tiene - 1!. distinto enfoque seg6n si se considera el ambiente arrecifal (fa- cies Taninul de Muir, 1936) o el ambiente lagunar (facies El - - Abra). En esta disertación, que incluye ambas facies en el com-- plejo de la plataforma calcárea, el estudio bioestratigráfico - - abarca cinicamente las facies lagunares y está basado en foramini- 1 feros bentónicos, ya que las biota arrecifales no existen en to-- dos los pozos estudiados; cuando se encuentran son aisladas y su estado de conservación no permite generalmente la identificación de Los organismos. Sin embargo, con el fin de ilustrar las biocenosis arrecifa- les de la Formación El Abra e inferir su significado ecológico, - se mencionan brevemente (bajo el titulo de tMacrofauna) los ma-- crofósiles de la facies Taninul, encontrados por distintos auto-- res principalmente en los afloramientos de la Sierra de El Abra. a Macrofau.- Durante el siglo pasado Boehm (1889 y 1898) descri- bió faunas de caprínidos y radiolitidos en los afloramientos de - u la Sierra de El Abra. Con mayor detalle Adkins (1930) menciona, en el afloramiento de Taninul, los rudistas Caprinula sp. y -- casia aff. texana, asociados con otros moluscos (Pecten XQ.emeri) a y corales; en la Cueva de El Choy, los rudistas Eoradiolites aff. L
  • 62. 54 uadratus y Çprjla sp., el ostreido Choridrodonta munsoni y - - otros pelecípodos, gasterópodos y corales; en una cantera al N de El Choy, los rudistas Caprinula cf. anquis,,joradiolites cf. - - davidsoni, Toucasia texana, el pelecipodo Lima cf. wacoensia, los gasterópodos Trochus sp., Çrithium sp., Turritella sp. y el bra- quiópodo Kingena wacoensis. Bonet (1952) indica, por primera vez, la presencia del coral ramificado Cladopl-iyllia en clastos derivados de la Faja de Oro; - este coral se encuentra comunmente en la Sierra de El Abra. Brown y Coogan (1968) mencionan el hallazgo del hidrozoario Parkeria -- sphaerica en la Formación EL Abra. Más recientemente, Coogan - - (1973) menciona nuevos géneros y especies de rudistas encontrados a lo largo de la carretera Valles-Tampico y del Ferrocarril San - Luis Potosí-Tampico, en La Sierra de El Abra, que son: Radio-- - lites abraens, Mjicaprina cornuta, Mexicaprina minuta, además de Sauvagesia texana y Caprinuloidea multitubif, fauna que - - atribuye al Cenomaniano temprano. Este autor considera que Sauva- gsia forma parte del postarrecife, mientras que los demás rudis- tas pertenecen al arrecife propiamente dicho. Microfauna.- Se presentan en la figura 16 los alcances de los -- principales foraminíferos bentónicos en los pozos profundos estu- diados. Como horizonte de referencia, se ha tomado la base de la
  • 63. - - - - - - - - - - - - - o o -1- - P A R T E S U R RIO TECOLUTLA - RIO CAZONES) P A R T E C E N T R O ) R 1 0 C A 2 0 N E S - R 1 0 T U X P A N ) P A R T E N O R T E 1 .N O R T E O EL R U O T U X P A N ) FRANJA MARINA FINC A 1 ESPINO 1 CAZONES2 FLORIDA 1 ' RA Y A OSCURA 4 FRIJOLILLO 5 MU RO 2 MURO SUR 1 SALTO 1 MESITA 1 HORCON 201 CAÑAS 101 TUXPAN 3 VARA ALTAI AGUA COLORADA 1 SOLIS 200 AGUACATE 2 CINCUENTA 200 TAURO 1 ATUN 502 MARSOPA 3 cc, oc NMuEsrRAS O E EIUCt £0 DOLOMIA i SITA Fig.- iG DISTRIBUCION DE MICROFOSILES CARACTERISTICOS DE LA FORMACION EL ABRA EN LOS POZOS PROFUNDOS ESTUDIADOS
  • 64. 56 Formación El Abra, tal como pudo establecerse en el curso de este estudio. Se puede observar que los alcances difieren notablemente del patrón general en el pozo Horcón 201, estudiado exclusivamente -- por medio de muestras de canal. Para excluir algún error de mues treo éste pozo se ha descartado. En los demás pozos se han toma- do en cuenta únicamente las muestras de núcleo para establecer -- una zonificación. Como objeto de comparaciórz se presentan aparte (Fig. 17) las columnas de los pozos Naranjos 24 y Jardín 35, situados en la mar. gen occidental de la plataforma y de los cuales no se tiene un -- control estratigráfico adecuado. En efecto, el pozo Naranjos - - 24 termina en la Formación El Abra y en el Jardín 35 esta forma-- ción tiene un extraordinario espesor de columna, por lo cual se - sospecha algún incidente estructural o error en las profundida- - des, ya que la primera aparición de Orbitolina difiere de 1,300 m en ambos pozos. Para evaluar el significado estratigráfico de los foraminif ros estudiados, es necesario tomar en cuenta sus características como indicadores de ambiente. Nummoloculina heimi y Dicyclina, equivalentes ecológi--
  • 65. 1 PROF bn m . NARANJOS 241 600 700 800 900 SIN MUESTRAS 1000 1100 :1 N 200 1300 x 400 500 SIN MUESTRAS 1600 P. T. 1700 FM EL ABRA 1800 1900 000 loo 200 300 400 500 600 ! 700 $00 soo 1000 1100 1200 1300 1400 1500 • Aa JARDIN 35 NUMMOLOCULINA DICTYOCONUS DIC YCLINA COSKINOLINA ORBITOLINA xxxxxxxx N—MUESTRA DE NUCLEO N x x x x **** vv P.T. FM EL ABRA FIG.I7 DISTRIBUCION DE MICROFOSILES DE LA FM. EL ABRA L EN POZOS ANTIGUOS -1
  • 66. cos de los Peneroplidae actuales, habitaban los fondos lagunares fangosos (Bonet, 1956) en este mismo ambiente se encontraban - - Valvulammina y Cuneolina. Este ambiente predomina volumétricamen te en la plataforma y estos foraminíferos tienen largo alcance. Sin embargo, el alcance de Dic Vc1ina está, aparentemente, bien d limitado a la parte superior de la Formación El Abra. bM PtMoconus, Coskino l ina y Qito1ina son comunes en los - - ambientes arrecifal y periarrecifal; estos ambientes son discontJ nuos en la extensión de la plataforma así como estos fósiles. En los pozos considerados, Orbitolina y Coskinolina están restringj dos a un tramo limitado de columna estratigráfica. Con la información de los pozos estudiados y de pozos anti-- guos se pudieron sólo definir dos biozonas para la Formación El - Abra en la Plataforma de Tuxpan-Tecolutla (Tabla 2); Zona de yjina: este género aparece en la cima de - 18 la formación y se cree limitado a su parte superior. - a Pueden encontrarse en esta zona los foraminíferos Nummo- ft loculina himi, Valvulammina, Cuneolin, Diqtvocou,s, - Coskinolina y también Pseudolítuonella y Pseudoch-- a lidina. Zona de Orbitolina: Orbitolina es el único género sig- 1 1
  • 67. 9,1 m 1. u L Bonet Cabrera y Menes Govela (1956) ( 1973 ) ( 1974 ) Presenteestudjo Pozo Mesita 1 Campo Atan Zona de Zona de Zona de Dicyclina Numrnoloculina Nu mmoloculina heimi heirni-Dievelina Zona de DicyclinaZona de Zona de Nautiloculina- Nummoloculjna Dictyoconus heimi Zona de Dictyoconus Zona de Coskinoiina- Dictyoconus Zona de Zona de corales-algas Dictyoconus Coskinolinoides Zona de Zona de Orbitolina rudistas Zona de Zona de Orbitolina Orbitolini TABLA 2 - ZONIFICACIONES DE LA FORMACION EL ABRA SEGUN DISTINTOS AUTORES hí r E
  • 68. nificativo que caracteriza la parte inferior de la For- maci6n EL Abra; este dato se ha tomado particularmente del pozo Mesita 1 y de las observaciones de Bonet. Fo man parte de esta zona Nummoloculina heim, Cuneolina, Coskinolina, Valvulammina y Pjççconus, además de - - Pseudoljtuonella. En 1956 Bonet propuso la primera zonificación de la Forma- - ción El Abra, con datos de superficie apoyados con el pozo Jardín 35. Posteriormente Cabrera y Menes (1973), en una reinterpreta-- ción del pozo Mesita 1, presentaron su zonificación incluyendo z nas de corales y de rudistas. Govela (1974) estableció para el - Campo Atún una zonificación que no difiere mucho de la de Bonet. En la tabla 2 se representan estas zonificaciones comparadas con la adoptada en este estudio. La zonificación de Cabrera y Menes para el pozo Mesita 1, s. tuado en el margen arrecifal, tiene evidentemente sólo valor lo-- r cal; en efecto, se ha podido observar que, aun es esta área, la - • distribución vertical de los bancos de rudístas es irregular. -- Además, una zonificación que incluye macrof6siles, no es adecua- - da para el conjunto de la Formación El Abra. La zonificación de Govela se distingue de la de Bonet por -- 6 1
  • 69. 61 'IP una zona de Nummjculina heimi y por la ausencia de lade Orbitoli- a que, evidentemente, el autor no encontró en el campo estudia-- do. Los datos de la presente investigación no justifican la exi tencia de esta zona ya que se ha podido observar que N. heimi - - se extiende desde la cima de la columna hasta casi su base; por - otra parte, Bonet (1956) menciona que este foraminifero puede ap. recer desde el Albiano temprano. Se ha considerado durante mucho tiempo que su zona de apogeo se situaba en el Albiano superior-Ce nomaniano; sin embargo, se ha observado que, en un mismo horizon- te, este fósil puede encontrarse aislado o formando acumulaciones que constituyen una verdadera calcarenita. Se cree, por lo tan-- to, que las grandes concentraciones de N. heimi son debidas más - bien a factores mecánicos, o posiblemente ecológicos, locales. La zonificación de Bonet, así como la de Govela, indican - - la presencia de una zona de (o Coskinoli- noide), la cual no ha podido comprobarse durante esta investiqa- ción, a pesar de contarse con un gran número de datos. La zonificación actual se restringe así a las dos biozonas - mencionadas. Bonet (1956) atribuyó la primera asociación al CenQ maniano y la segunda, al Albiano temprano. Es evidente la fal- - ta de una zonificación más detallada, que no se pudo lograr por - medio de los foraminíferos bentónicos. Debido a esto, no se in-- u E 1• E E E L 1! lo, L E 1
  • 70. 62 tenta de ninguna manera situar estas zonas en una escala cronoes tratigráfica. Ljtofacjes El primer estudio detallado de la Formación El Abra en la -- sierra del mismo nombre fue hecho por Bonet (1952) quien distin-- guió dos miembros que son: el miembro El Abra, de calizas cripta cristalinas sin elementos clásticos y el miembro Taninul, de calJ zas criptocristalinas con bioclastos predominantes. En el presente estudio no se separan los dos miembros porque se estima que, si éstos bien pudieron reconocerse en los aflora-- mientos limitados de la Sierra de El Abra, en el conjunto de la - Plataforma de Tuxpan-Tecolutla los bancos arrecifales no muestran continuidad lateral ni vertical. A continuación se describe la litologia de la Formación - - El Abra en el subsuelo, mediante sus litofacies principales, ta-- les como pudieron identificarse a pesar de las limitaciones del - muestreo. Se añade que, además de las litofacies caracteristicas de un ambiente de plataforma, se reconocieron, a lo largo de toda la columna de esta formación, frecuentes horizontes bentoníticos, que representan antiguos horizontes cineríticos.
  • 71. 63 Un informe inédito de Bebout, Coogan y Maggio (1965) mencio- na,en el área de la Faja de Oro y al este de ella, hasta doce litQ facies, muchas de Las cuales son realmente análogas entre sí. C brera y Menes (1973) reconocieron seis microfacíes en su estudio del pozo Mesita 1; cada una corresponde a una determinada profun- didad, pero comprende agrupaciones de varias litologías. Por fin Govela (1974), en su estudio del Campo Atan, describe litofacies que corresponden, generalmente, a Las que se identifican en este - estudio. Durante el desarrollo de la presente investigación se obser- varon las Litofacies que se representan en la tabla 3, con sus -- equivalentes en Los trabajos de otros autores. La nomenclatura - aquí empleada, modificada de Folk (1959), se considera válida pa- ra toda la plataforma. A continuación se describen las principa- Les litofacies: Micrita.- Se han encontrado en algunos pozos cuerpos de poco es- pesor de micrita pura, a menudo con recristalización a pseudoesp to y sin fósiles, con excepción de raros fragmentos de equinoder- mos. La litología es excepcionalmente monótona. No es fácil en- contrar una explicación para el origen de este tipo de sedimento, que es notablemente estéril en fauna. Bonet (1952) encontró este tipo de sedimentos en la Sierra -
  • 72. Bonet Bebout et al. Govela: Campo Atúri 1952) (1965) (1974) P r e s e n t e estu d i o Calizas e etptocristalinas siii clásticos: Calcilutita con fósiles mienta arcillosa micrita escasos. Calcilutita con milióli- mienta de miliólidos micrita de miliólidos mienta fosilífera dos. Caliza criptocnistalina - mienta nOII caj)ninidos bioinicnita con bioclastos con elásticos Calizas elásticas hioclástica gruesa ealeirnudita de biorrudita ilgas calcáreas (ungIorin'i'idos ('ale reos hio'ISsi nt p11051 ______ hiorrudita bree ms Calcaretiitas: Microcoquinas mienta de miliólidos mienta de rnili6lidos mienta fosilífera Espergenita granos recubiertos calcarenita de pellas fecales mienta grumosa y pelespatita Oolitas oospatita in t ra mie rita la ni toar u ic rita de algas la tuina res e strotu atol it os e vaporitas Tabla 3.- Equivalencia entre las litofacies de estudios anteriores y las observadas en el presente estudio ho 1! 1 r E L L
  • 73. 65 de El Abra, en estratos potentes y regulares. Se considera que - los lodos calcáreos, de probable origen orgánico, se deposita-- - ron en depresiones del interior de la plataforma. Micrita fosilífera.- Está constituida por micritas con un conte- nido variable de microfósiles (de 5 a 20%), entre los cuales pre- dominan los miliólidos; hay también varios otros géneros de fora- miníferos bentónicos, acompañados de ostrácodos, pequeños gaster podos y frecuentes restos de algas dasicladáceas (Láms. 1, II, -- III y Iv). u Puede incluir algunos fragmentos transportados de macrofósi- les, tales como moluscos, algas y corales, y pueden también enco trarse ooides e intraclastos (Lám. V, figs. 1 1 2 y 3). Esta facies, que comprende la mayor parte de los sedimentos que constituyen la Formación El Abra, representa por su fauna co r diciones lagunares con gran desarrollo orgánico. Micrita grumosaelespatita.- Se incluyen en una misma facies porque comunmente se encuentran asociadas y son difíciles de sep. rar. Aunque en algunos casos las pelespatítas, bien clasificadas y con textura uniforme, parecen indicar un origen fecal; mas a m nudo, las zonas con pellas pasan transicionalmente a micritas de aspecto grumoso, que pueden ser el producto de la aglutinación -- 1
  • 74. del lodo calcáreo por películas orgánicas del fondo. Este fen6m no se produce en aguas de muy leve agitación. Las pelespatitas no presentan fauna, mientras que las micri- 1 tas grumosas contienen generalmente escasos fósiles (Lám. V, fig. 4). L Oopatit.- Comprende ooides micríticos, oolitas bien desarrolla das y granos revestidos (Lám. VI). Se encuentran también gra-- - nos compuestos o tlgrapestonest sin que lleguen a constituir una facies distinta como en las Bahamas (Illing, 1954). Se ha observado frecuentemente una matriz micrítica, pero -- es más común encontrar un cemento espático, a menudo con dos o -- más generaciones de calcita. Esta facies puede presentar una al- ta porosidad intergranular. Se considera que en la plataforma estudiada las oospatitas - se formaron sobre bancos someros, en canales de marea, o en zonas sublitorales de áreas emergidas. Intramicrita.- Esta litofacies se menciona porque aparece con -- un notable espesor (380 m) en el pozo Florida 1, aunque práctica- mente no tiene importancia en otras localidades. Está constitui- da por calizas en las cuales los intraclastos representan los al
  • 75. 67 químicos principales, ya sea en una matriz micrítica o cementa-- dos con espato. Contiene hasta un 10% de microfósiles, en su m yoria miliólidos; presentan además pequeños fragmentos de con- — chas de moluscos y otros bioclastos. Dentro de este cuerpo se encuentran intercalaciones irregu- lares de micritas grumosas, biomicritas y oomicritas. Se supone que esta litofacies representa el producto de una bioturbación — localizada; sin emlargo, es difícil interpretar su notable espe- - sor. tromatolitos.- Con este nombre se comprende la asociación de sedimentos calcáreos con carpetas de algas azul-verdes. En alg nos casos estas algas filamentosas forman costras con interestra tificaci6n de sedimento fino, muestran porosidad fenestral y — — 1 grietas verticales de desecación (Láms. VII y VIII). En otros, cinicamente se nota una laminación fina o bandeamiento que que- — da como testigo de los estromatolitos en la micrita, la lamina-- ción puede ser recta u ondulada y presentar inclusiones de sedi- mento fino. a. A menudo, las costras o láminas están asociadas a dolomita de grano fino o se encuentran dolomitizadas por diagénesis poste rior al depósito. 1
  • 76. MM Esta facies se considera característica de las áreas de ínter marea en las partes someras de la plataforma. Biomicrita con bioclastos.- Está constituida por sedimentos finos con abundantes fragmentos biógenos de origen arrecifal (Lám. IX). Los componentes comprenden principalmente fragmentos de conchas de moluscos, restos de algas y pseudo-intraclastos. La matriz es mi- crítica y contiene una característica mi'crofauna lagunar (Lám. X). Los bioclastos se encuentran redondeado; si permanecieron cerca de su fuente de origen, en aguas agitadas, o angulosos, si fueron rá- pidamente transportados en un ambiente de baja energía. Esta facies corresponde a un ambiente periarrecifal; los fra mentos derivados de la desintegraci6n de los bancos arrecifales se depositaron en los lodos calcáreos que los rodeaban o fueron acarre dos por olas o corrientes. rt Biorrudita.- Está constituida por macrofósiles enteros o fragmen- tados en una matriz micrítica o espática. Incluye igualmente clafl tos calcáreos de origen inorgánico y material fino atrapado en los huecos intergranulares. L. Las biorruditas del ambiente arrecifal comprenden, predominan temente, rudístas asociados con otros pelecípodos y gasterópodos, corales, algas y briozoarios (Láms. XI y XII). Los fragmentos no - 1
  • 77. me presentan orientaci6n preferente y no puede distinguirse su posi- ción original. La matriz mi-crítica es generalmente recristaliza- [ da y en algunos casos se encuentra dolomitización. Hay porosidad primaria y por solución pero los huecos están frecuentemente re-- llenos de espato drúsico o en mosaico. El equivalente reciente - de esta facies puede encontrase en la "coralgal facies t' de Purdy Ih. (1963) t Un tipo distinto de biorrudita está caracterizado por la ho- mogeneidad de los organismos que lo constituyen y que forman bio tromas en la zona lagunar. Las conchas se encuentran generalmen- te bien conservadas y muestran orientación preferente (Lám. XIII). Se han encontrado bancos de Toucasia y de otros moluscos. La rna- triz mi-crítica contiene escasos miliólidos y otros foraminíferos bentónicos de aguas someras. ( Evaporitas.-. La parte central de la plataforma se caracteriza -- por la presencia de cuerpos importantes de evaporitas (principal- mente anhidrita). Se han encontrado en los pozos del campo Tami • hua, en el Sari Sebastián 101, Sabanillas 1, Paso San Lorenzo 1, - Las Flores 1 1 Tncochín 101 y Tuxpan 3 (datos de López-Ramos, - - 1952 y Mena, 1955). A este respecto amerita notarse que Mena, al realizar la primera subdivisión de la Formación El Abra en zonas isópicas, delimitó la zona de evaporitas y propuso una interpret 1 1
  • 78. 70 ción para su formación. El espesor de los intervalos evaporíti-- L cas varía de 27 m en Tancochin 101 a más de 1,000 m en el San Se- bastián 101. El único pozo estudiado que presenta esta Litofacies es el - Tuxpan 3; comprende 230 m de anhidrita de color blanco, de aspec- to sacaroide, asociada con dolomita cristalina fina a mediana y - L micrita grumosa. La anhidrita se presenta como: 1) pequeños n6- dulos en micrita, 2) mosaico equigranular muy fino, 3) áreas mj crocristalinas irregulares en micrita y biomicrita de miliólidos, u donde es frecuente observar c6mo la anhidrita reemplaza la micrí- ta y aun los miliólidos, 4) cristales de hábito alargado entrela- zados. Se observa en algunas muestras barita y celestita asocia- das con anhidrita. Debajo de esta zona predomina la dolomita de grano fino en - la cual el contenido de anhidrita disminuye considerablemente; -- más abajo hay micritas grumosas y pelmicritas, las cuales mues- - tran todavía una baja cantidad de anhidrita y dolomita fina; la - anhidrita se encuentra aquí como delgada interestratificacián. Se considera que estos cuerpos evaporíticos corresponden a - antiguas áreas lagunares; no se han encontrado aquí los estromatQ litos que caracterizan las zonas de intermarea, ni rasgos diagn6 ticos de una sabkha marginal (Shearman, 1978). E
  • 79. 71 Bjofacjes Se consideran aquí las comunidades orgánicas que se tuvo la oportunidad de observar en el curso de el estudio de la Formación El Abra. Estos conjuntos pueden interpretarse como característi- cos de determinados ambientes de depósito y, a menudo, de micro-- ambientes. Están estrechamente asociados con las litofacies y, - generalmente, permiten diferenciar, a un grado más avanzado, - - las condiciones ambientales. La litofacies de Tt biorrudita'T comprende las siguientes biof cies: Rudistas, corales y algas calcáreas. Algas solenoporáceas. Biostromas de Toucasja y otros moluscos. En la litofacies de "micrita fosilíferat se incluyen las biQ facies siguientes: Foraminíferos bentónicos varios Numrrioloculina heimi Ostrácodos Mientras que estas últimas pertenecen a un macroambiente co- mún, las que constituyen biorruditas muestran divergencias nota--
  • 80. 72 bies en las condiciones ecológicas. Al observarse la litología en la cual se encuentran, se no- ta que Numrnoioculina heimi, Çuneolina y Diçjclina se presentan - 1 en micritas y biomicritas puras, mientras que Valvulammina y - - Pseudolituonelia tienden a encontrarse en micritas grumosas y - peletoides, a menudo arcillosas. Dictyoconus está preferente-- mente asociado con biocenosis arrecifales. 1 A continuación se presenta una descripción de las principa- les biofacies: Biofacies derudistas, corales y algas calcárea.- Comprende -- principalmente caprínidos y escasos radiolítidos; son abundantes también otros pelecípodos y gaster6podos, entre ellos se han - - identificado Nerinea sp. y Acteonella sp. Estos moluscos se pr sentan fragmentados y sin orientación preferente. La comunidad comprende además una fauna variada; son comunes los fragmentos - de corales hermatípicos, de briozoarios y principalmente de al-- gas calcáreas; se encuentra también una microfauna asociada de - foraminíferos bentónicos entre los cuales es frecuente observar Dictyoconus walnutensis. En algunos casos pueden notarse cora-- les hermatípicos del género Cladophyllja. Se han encontrado es- tos corales en los pozos Ostiones 1 y Mesita 1, asociados con r distas y algas.
  • 81. 73 Biofacies de aigas solenoporáceas.- Las algas solenoporáceas se han encontrado en el ambiente arrecifal, en las biorruditas de - rudistas y en los bioclastos derivados de ellas. Forman una co- munidad orgánica bien desarrollada en el pozo Atún 502. Efl este pozo se encuentran las algas en biospatitas, asociadas con onco- • litos, intraclastos y ooides; además se presenta la típica micrQ fauna bentónica lagunar. Las algas solenoporáceas forman también biorruditas donde - son el principal componente; con ellas se encuentran fragmentos de rudistas y otros moluscos. Es notable su asociación con onco litos lo que indica condiciones litorales muy someras. Biofacies de Toucasia.- Comprende organismos que forman biostrQ mas sobre los fondos lagunares; muestran, a menudo, orientación - preferente y están incluidos en una matriz de lodo calcáreo casi puro (Lám. XIII). La presencia de microfósiles es rara. Por su caracter homogéneo, estas comunidades de habitat la- gunar se distinguen de las biofacies arrecifales propiamente di- u chas, que muestran gran variedad de especies ecológicamente in-- terrelacionadas. -•--, Bjofacies de foraminíferos bentónícos varios.- Se desarrolla en los lodos calcáreos del área lagunar, y está bien definida por - 1 1
  • 82. 74 sus miembros que tienden a formar asociaciones. Los principales organismos que la constituyen, además de -- Nummoloculina heimi, son Cuneolina sp., jgcJina schlumbej, Valvulammina sp., Dictyconus winutensis; también son comunes - Pseudolituonella sp., Pseudotextulariella sp., Nautiloculina sp. L y, en algunos horizontes, Pseudochrysalidina sp. Asociados con estos organismos se encuentran abundantes miliólidos pequeños, - textuláridos y pequeños gaster6podos (Láms. 1, II, III y IV). Biofacies de Nummoloculina he. - Se caracteriza por la predo- minancia absoluta de la especie Nummoloculina heimi en los lodos calcáreos puros de la Formación El Abra (Lám. XIV). Los únicos organismos asociados son escasos miliólidos pequeños y ostráco-- dos. Frecuentemente esta especie aparece con enorme abundancia. Se concentra, probablemente post-mortem y por acción mecánica, - formando una roca microcoquinoide constituida exclusivamente por las conchas de este foraminifero cementadas por espato; forma ho- rizontes delgados que se encuentran con frecuencia en varios ni- veles de la columna. Biofacies de ostrácodos.- Aparecen frecuentemente horizontes -- donde predomina un conjunto de ostrácodos, homogéneos y con gran L 1
  • 83. 75 abundancia de organismos; generalmente se encuentran sólo algunos miliólidos pequeños. Se presentan en micritas puras, pero tam- - bién en micritas grumosas y pelmicritas. Puede ser que represen- 011 un ambiente más tranquilo que el de las demás comunidades la- gunares; se cree que su concentración es debida a condiciones fa- vorables por la presencia de elementos nutritivos. Significado ecológico de las biofacies ( Antes de interpretar las condiciones ambientales en las cua- 5. se desarrollaron las biocenosis descritas en este trabajo, se mencionan algunas conclusiones paleoecológicas de distintos auto- res, las cuales se utilizan como base de comparación. Wilson (1975) discute las biofacies del Cretácico medio de - México y de la Costa del Golfo de Estados Unidos y menciona, en - primer lugar, las observaciones de Perkins (1960) y Coogan (1973 y 1977) quienes estudiaron la ecología de los rudistas en las pl taformas calcáreas de Texas y México: 1.- La parte interior de las plataformas contiene calizas - estratificadas, constituidas en parte por biostromas de Reguienia y Toucasia, asociados con otros rudistas o excluyendo otros orga- nismos con excepción de los mili6lidos. Estos biostromas a veces alternan con estromatolitos, con conglomerados intraformacionales 1
  • 84. 76 1 o con costras de dolomia y se considera que pueden formar parte, tanto del ambiente lagunar como de la zona de intermarea, ya que r resisten las variaciones de salinidad y temperatura. 2.- Los monopléuridos se adaptaban a medios arcillosos y, generalmente, se encuentran solos, excluyendo otros rudistas, en micritas margosas. C, 3.- Los caprinidos crecieron con abundancia y formaron mo tículos tanto en las partes someras de postarrecife como en el - borde de la plataforma y en la pendiente externa de la misma; se adaptaban fácilmente a distintas condiciones de circulación, re tringida o de mar abierto. Estos rudistas se implantaban en el lodo, formaban agrupaciones no coloniales y no constituian es- - tructuras rigidas. Sin embargo, formaban por su masa cuerpos r sistentes a las olas. 4.- Los radiolitidos muestran gran adaptabilidad, se han - encontrado en biostromas postarrecífales, en la parte alta del - arrecife y en el borde y pendiente externa de la plataforma. - Sin embargo, según Wilson (1975) se considera que su habitat - - principal, en el borde de la plataforma, era más interno que el de los caprilnidos. Wilson menciona algunos otros organismos arrecifales, tales como el ostréido Chondrodonta que se encuentra, generalmente, -- E 1
  • 85. 77 como fragmentos de conchas en la parte alta de los montículos - - arrecifales, y el coral ramificado Cladophyllja, que podía formar pequefios biostromas debajo de los montículos y también encontrar- se en la pendiente externa de la plataforma. Existían también c rales masivos, pero se cree que, en aguas someras, fueron desplaz dos por los rudistas. Los estromatoporoideos habitaban la pen- - diente externa de la plataforma. Las algas calcáreas eran abun-- dantes; las algas rojas caracterizan la margen externa de la pla- taforma. Segiin Bonet (1956), los foraminíferos Orbitol, Dictyoco-- nus y Coskinolina vivían en condiciones periarrecifales, en los - sedimentos atrapados entre los montículos de rudistas. Al contra rio, Nummoloculina y Dicyclina vivían en los fangos lagunares del postarrecife. Wilson (1975) cita como un ejemplo de plataforma calcárea -- del Cretácico medio la secuencia de facies de la Formación El - - Abra. Este autor describe el siguiente modelo idealizado (Wilson, 1975, p. 323) 1.- Una margen de plataforma con montículos y patch reefs - subdividido en tres zonas: 1) Los montículos externos (outer knolls) de micrita con caprínidos, algas íncrus- tantes, el pelecípodo Pholas y jc,Qçs; 2) Los -- 1
  • 86. rA montículos internos (jnner knolls) de micrita con predQ minio de caprtnidos, con Choridrodonta, Toucasia en de-- r presiones, grandes foraminíferos y miliólidos; 3) Una zona oolítico-bioclástica más interna, con fragmentos - de caprínidos, Sauvagesia, Nerinea, Parkeria, Solen, algas codiáceas, grandes foraminíferos y miliólidos. 2.- El interior de la platoforma, con micritas de milióli-- L dos, estromatolitos, biostromas de Reguienía y Toucasi algas dasicladáceas, miliólidos y Dicyclina. Esta región comprende también facies evaporíticas azói- cas, con la excepción de miliólidos. Por comparación con las interpretaciones ecológicas de estos autores se observa, entre las biofacies estudiadas en el presente trabajo, que: la biofacies de "Rudistas, corales y algas calcá-- 1 reas', con un predominio de los caprínidos sobre los radiolítidos, con otros pelecípodos y los gasterópodos Zerinea y &teonella, c rresponde a la margen de la plataforma y probablemente a la zo- - na de montículos internos de Wilson, ya que falta la asociación - de corales, estromatoporoideos y algas rojas. La biofacies de "Algas solenoporáceas" (algas rojas) se en-- cuentra asociada con oncolitos, ooides y foraminíferos bentónicos, por lo cual se cree que pertenezca a la zona marginal más inter-- na; cuando se encuentra asociada con rudistas corresponde proba-- 1
  • 87. 79 :blemente a una zona más externa. La biofacies de TT Toucasia pertenece al interior de la pla-- taforma, donde está asociada con biomicritas de miliólidos. • Las biofacies de "Foraminíferos bentónicos' t y de tt Nummolocu- lina heimitt pertenecen característicamente al ambiente más o me-- nos restringido del interior de la plataforma. La biofacies de - "OstrácodosT se sitia también en este ambiente; en efecto, la - - abundancia de un solo tipo de organismos indica condiciones ecol -- gicas restringidas. Estructuras sedimentarias Las estructuras sedimentarias más frecuentes encontradas en mil la Formación El Abra son las siguientes: Laminación. - Existen distintos tipos de laminación (Lám. -- XV). La más común está formada por una alternancia de capas de - litología distinta por ejemplo: micrita con pelespatita o micri ta con oospatita. Un caso particular es la alternancia de estra- tos densos y porosos, que resalta cuando hay impregnación difere cial de hidrocarburos. Una laminación, de tipo orgánico, se produce al ser atrapado el sedimento entre capas de algas laminares azul-verde entrelaza- 1
  • 88. das. Esta s llegan a formar un fieltro en la zona de intermarea - (carpetas) e incluyen tanto micrita como foraminíferos bentónicos y ooides. En algunos casos, únicamente se conserva la traza de - la capa de algas dando lugar a una fina laminación más o menos r - guiar. Una laminación, del tipo diagenético, consiste en la alter-- nancia de dolomita de grano grueso y de grano fino. Se cree, que este fenómeno depende también de la litología, o sea de diferen-- cias de permeabilidad y de diferente velocidad en el aporte de sQ u luciones enriquecidad en Mg. Es posible que una menor permeabili dad y un proceso de dolomitización más lento, den lugar a la for- mación de cristales de menor tamaño. 1 a • Bjoturbacjón.- Se han encontrado frecuentemente evidencias de la actividad de los organismos cavadores y de sus barrenos que pueden enmascarar toda estructura original (Lám. XVI). Es un fe- nómeno común donde la vida abunda y donde la excepción es encon-- trar el sedimento inalterado. La bioturbación se presenta, prefe u rentemente, en micrita a menudo el sedimento inalterado y las -- i partes bioturbadas tienen distintas porosidades. Un caso extremo de bioturbación es la formación de micritas intraclásticas que pueden mostrar varios metros de espesor, como
  • 89. L. E es el caso del pozo Florida 1 (380 m). Estilolitas.- Son comunes las estilolitas, particularmente en rocas densas de grano fino; sin embargo, se han encontrado en calizas oolíticas (Lám. XVII) donde los ooides no presentan de-- formación o fractura, lo que hace pensar que aquí las estilolitas son debidas a fenómenos de presión diferencial. Generalmente es- tán rellenas de material arcilloso oscuro; en algunos casos, se ha encontrado porosidad en estilolitas, asociada con impregnación de aceite en su proximidad; esta porosidad, aparentemente poco - frecuente, debe tomarse en cuenta en la migración de Los hidro-- carburos. Es común que las estilolitas constituyan un límite litológj • co entre la micrita densa y una zona donde se concentran fragme tos biógenos, ooides e intraclástos; estos horizontes interrum- ha brevemente la secuencia de depósito de la micrita. Fracturas y brechas.- Se encuentran en los núcleos fractu- mí ras con un gran ángulo de inclinación, que se atribuyen a siste-- mas de cizalleo por compresión vertical; más raramente, se tie-- nen fracturas verticales provocadas por tensión lateral (Lám. -- XVIII). Las fracturas de estos tipos están generalmente relle-- nas de espato; en algunos casos, se encuentran abiertas y con - II
  • 90. lo aceite residual, el que no permitió la precipitación del carbona- to de calcio después de la litificación. En rocas densas hay principalmente fracturas horizontales, a menudo ramificadas y asociadas con estilolitas. Debido a esta -- asociación, es posible que sean realmente las trazas de planos de estilolitización y que deriven de los mismos procesos que han da- do origen a las estilolitas. A menudo, estras fracturas muestran aceite residual. Ambientes de depósito Se presentan en la figura 18 algunos tipos característicos de columna litológica de la Formación El Abra en distintas áreas - - de la plataforma y, para su interpretación, se recurre al análi-- sis de las facies sedimentarias. Como consecuencia de lo visto anteriormente, se ilustra en - la tabla 4, la relación entre facies, estructuras sedimentarias y ambientes de depósito. Basado en ésta, se distinguen las siguie tes principales zonas isópicas sobre la Plataforma de Tuxpan-Teco lutia: 1 Ambientes arrecifales II Ambientes lagunares 1
  • 91. - - - - - - - - - - - - - - - - o MESITA-1 600mJ NIC RITA 'J DOLOMIA EVAPORITAS1 <I °000J OOLITAS "dL/U RUDISTAS SOLIS-200 1400 m CA ZON ES-2 MURO SUR-1 200 m TUXPAN-3 » >»> >»> >» '¼ '¼ '¼ 1000 m 800 m 800 m 400 m 200 m 00000 00000 00000 o 0• 0 .J ¼1 - LcIMAg,. MARGEN OCCIDENTAL ZO N A ZONA CENTRAL ZONA CENTRAL ZONA CENTRO- MERIDIONAL CENTROSCPTLNTRIONAL FIG. 18 ALGUNAS COLUMNAS TIPICAS DE LA FORMACION EL ABRA EN DISTINTAS PARTES DE LA PLATAFORMA 1
  • 92. Es t ru c tu ras Litofacies Biofacies sedimentarias hervadas Ambiente de depósito Laminación Estromatohtos Foraminíferos Costras bentonicos varios Grietas de desecacon Jntermarea Ojos de pájaro y Evaporitas Foraminíferos Laminación Suprarnarea bentónicos varios Nódulos Budistas, cora- les hermatípi--- Biorrudita cos y algas cal- Masiva Arrecifecareas. Estratificacion gruesa Algas solenopo- ráceas. Foraminíferos ben Biorrudita y tnicos y fragrnen- biomicrita con tos de rudistas, co- Estratificación graduada Periarrecife bioclastos iales hermatípicos y algas calcáreas Mienta Estiloljtas Mienta grumosa Foraminíferos Bioturbación y pelespatita bentónicos Laminación varios. Estilolitas Ostrácodos Foraminíferos • Mienta fosilifera bentónicos varios -. Estilolitas Nu rnmoloculina Bioturbación heimi Laguna Ostrácodos Intramicnita Foraminíferos Bioturbación bentónicos varios Biorrudita Toucasia y otros- - Orientación paralela de moluscos las conchas. Oospatita Foraminíferos Laminación gruesa bentónicos varios Estilol itas (raras) Somero alta energía " Tabla 4.- Relación entre litofacies, bioacies, estructuras sedimentarias y ambiente de depósito. N 1k -I
  • 93. [á.4 III Bancos ooliticos Su distribución en la plataforma se representa por medio de dos secciones, una transversal y otra longitudinal (Fig. 19). - La falta de pozos profundos en la zona meridional impide obtener un cuadro completo y sólo se cuenta con datos obtenidos en la -- parte superior de la columna. mbientes arrecifales (Fig. 19, 1). Se 1-ian identificado numerQ sos biostromas en localidades distintas y a diferente altura de la columna, Lo que hace inferir la existencia de peque?íos bancos arrecifales discontinuos (patch reefs); su espesor es reducido, I el máximo encontrado ha sido de 14 m. Se incluyen en estos am-- bientes los depósitos de periarrecife que se distinguen por un - mayor contenido de matriz micrítica y una mayor fragmentación de los componentes. La facies predominante es la biorrudita de rudistas, cora-- les y algas. La matriz es micrí.tica y puede estar completamente recristalizada el pseudoespato forma cristales de grandes dimen. siones. Las conchas aragoníticas de rudistas y corales están -- reemplazadas por calcita. Las cavidades internas de los molus-- cos se encuentran abiertas en algunos horizontes, pero, general- mente, están rellenas con espato; frecuentemente contienen sedi- E 1
  • 94. TUXPAN 3MURO SUR 1 11 s ESPINO 1 A CAZONES 2 N -- - CINCUCNTA 100 tauo i - - - - - - - - - - - _ 0 1) sw NE ATUN 502 ILITh ¶ A A' 1 AMBIENTES ARRECIFALES U AMBIENTES LAGUNARES ]K BANCOS OOLITICOS FIG19 AMBIENTES DE DEPOSITO ILUSTRADOS POR LAS SECCIONES TRANSVERSAL SW—NE Y LONGITUDINAL S—N L