Este documento describe la experiencia de la autora durante la pandemia de COVID-19, incluyendo el cierre de su escuela de prácticas, el confinamiento en casa y las dificultades de la educación a distancia. También discute cómo la música levantó los ánimos durante ese tiempo y reforzó su vocación por la enseñanza. Finalmente, expresa haber aprendido lecciones sobre la unidad, solidaridad y valor de la educación durante esta crisis.
1. Ainhoa Valderrey Sanz
2º P.E.C. EP + EI
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FUNDAMENTOS Y
ESTRATEGIAS
DIDÁCTICAS DE LA
EDUCACIÓN MUSICAL
Ainhoa Valderrey Sanz
David Carabias Galindo y Alberto Acebes de Pablo
2º P.E.C. EP + EI
Universidad de Valladolid
Facultad de Educación
Campus de Segovia “María Zambrano”
2. Ainhoa Valderrey Sanz
2º P.E.C. EP + EI
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“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo” (Nelson Mandela).
Desde que el Coronavirus (COVID-19) apareció en nuestras vidas, la sociedad se enfrentó a un
cambio drástico en el día a día. Recuerdo que por aquel entonces yo me encontraba realizando en
la Escuela Pública Infantil “La Cigüeña” (Valladolid) las prácticas sobre el Ciclo Formativo de
Grado Superior en Educación Infantil. Durante esa mañana, todos los miembros de la comunidad
educativa estaban alarmados sin saber qué iba a pasar con el centro educativo y, por tanto,
surgieron diversas cuestiones: ¿Mañana vendremos a trabajar?, ¿Nos cerrarán la escuela?, ¿Qué
van a hacer los padres con los hijos e hijas en casa?, ¿Cuándo nos van a comunicar algo respecto
a este tema para poder transmitírselo a las familias?
Quince días más tarde desde este revuelo me encontré ante la situación de estar confinada en casa.
Al principio, las familias estábamos muy preocupadas ya que no podíamos salir a la calle más que
para lo estrictamente necesario. Es decir, se nos coartó la libertad. La convivencia entre los
miembros familiares y la conciliación de la vida familiar-escolar-laboral no siempre fue fácil.
Durante ese periodo, yo tuve que hacer frente al Proyecto de Atención a la Infancia desde mi
hogar. Todos los docentes, especialmente los tutores, se involucraron en que el proceso fuera lo
más fácil posible dentro de lo complejo que resultaba estar cada uno de nosotros y nosotras desde
casa. Mientras duró este lapso de tiempo, muchas familias demostraron la desigualdad que existía
entre las clases sociales. Es decir, no todas las familias contaban con dispositivos electrónicos en
sus hogares. Esto supuso que, en este caso, la Junta de Castilla y León facilitase el acceso a
Internet a cada alumno y alumna para abogar por una igualdad y por el derecho a continuar con
la formación académica. Asimismo, los profesores se vieron obligados a cambiar de forma
considerable la metodología y la evaluación de sus clases adaptándose así a la nueva situación.
Debido a la gran cantidad de horas que pasábamos en casa, cada persona invertía su tiempo en
diversas acciones: bailar, cantar, deporte, retos, preparar bizcochos, hacer videollamadas… Es
importante remarcar el auge que supuso la música durante el confinamiento. Gracias a los
distintos estilos musicales cada persona dejaba de lado la tristeza e incertidumbre por el “qué
pasará” dando lugar a la alegría que sentíamos escuchando a nuestros compositores favoritos.
Análogamente, los jóvenes mostrábamos la necesidad de volver a vivir una fiesta para vibrar al
ritmo de los instrumentos, las voces, los intérpretes y las letras. Todo ello era un reflejo fiel de la
diversión que la música y la danza aportan a nuestro día a día.
Una vez que el COVID-19 parecía que nos daba una tregua, el confinamiento se fue levantando
progresivamente. Cada tarde iba con mi hermana a dar un paseo por la zona en la que vivimos
respetando las distancias y los horarios establecidos por el Gobierno. En dichos paseos fuimos
conscientes de la cantidad de personas que mostraban tolerancia 0 al virus poniendo en riesgo a
las personas de su alrededor.
3. Ainhoa Valderrey Sanz
2º P.E.C. EP + EI
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Desde ese momento, más se reforzó mi vocación hacia la enseñanza. Sobre este aspecto puedo
decir que considero que la educación debería experimentar un cambio para adaptarse a las
necesidades del momento rompiendo con la enseñanza tradicional que se ha venido dando a lo
largo de los últimos tiempos. Por tanto, creo que tanto las aulas (disposición) como el material
escolar (libros de texto) deberían ser más innovadores. Sin lugar a duda, la pandemia ha dejado
un poso en la sociedad sobre la trascendencia de la educación. Con esto quiero decir que cada
persona debería ser consciente de que la educación es necesaria y, por esta razón, se debería dejar
de menospreciarla y empezar a valorarla.
Si hay algo que he aprendido de la pandemia ha sido la unidad que debemos mostrar todos los
ciudadanos ante un hecho inesperado que nos golpea a todos por igual, la solidaridad y el
reconocimiento hacia todos los profesionales que nos han facilitado en la medida de lo posible
esta situación (médicos, enfermeros, transportistas, cajeras, personal de limpieza, maestros), la
amistad, el amor por la familia, el respeto por los animales, la importancia de la cultura que quedó
perfectamente reflejada al no poder acudir al cine o al teatro, la relevancia de una educación
transformadora que sirva como preparación para la vida y la excelencia de la música por haber
conseguido a través de las melodías la creación de momentos de desconexión de lo que estaba
ocurriendo en el mundo exterior.
A modo de conclusión, puedo afirmar que todas estas vivencias han supuesto un gran aprendizaje
para mí tanto a nivel personal como profesional.