El documento explica las técnicas para hacer un buen resumen, incluyendo leer atentamente el texto original para comprenderlo, subrayar las ideas principales y palabras clave, hacer un esquema del contenido, y redactar un nuevo texto más breve que resume las ideas fundamentales pero mantiene el orden y la estructura del original, sin incluir comentarios personales. Un buen resumen debe captar la idea completa del texto original sin copiar frases literalmente y respetar el registro formal.
1. TÉCNICAS DE TRABAJO: EL RESUMEN
El resumen
El resumen es un ejercicio de síntesis que solemos realizar a menudo en la
vida cotidiana, como cuando contamos el argumento de una película, una
anécdota vivida, etc. Sin embargo, en el ámbito académico, resumir no es un
ejercicio sencillo, aunque sí frecuente, porque responde a la necesidad de
extraer información de un documento, o de sintetizar un trabajo propio o ajeno
más extenso para tareas distintas o con objetivos diversos.
Resumir es crear un nuevo escrito, más breve, que solo utiliza del primero las
informaciones más importantes. El resumen exige: suprimir lo accesorio,
seleccionar lo fundamental, generalizar lo particular e integrar el resultado en
un texto nuevo. Aunque resumir es rehacer el texto original reduciendo su
extensión, el texto resultante debe contener exactamente las ideas del texto
objeto del resumen.
Los pasos que hay que seguir para hacer un buen resumen son los
siguientes:
Leer atentamente el texto para comprenderlo bien, a fin de captar su
significado global (y, previamente, el significado de todas las palabras).
Algunos aspectos formales ayudan a comprenderlo: el título (que puede
sintetizar el tema), los subtítulos o epígrafes, las formas que manifiestan
la estructura (párrafos, números, etc.), el tipo de texto (noticia, diálogos,
etc.)…
Subrayar las palabras clave y, a partir de estas, seleccionar las ideas
principales de cada párrafo, dejando al margen las secundarias. Otra
forma de “subrayar” es resumir brevemente, y con nuestras propias
palabras, cada párrafo. Podemos anotar la síntesis en el margen
izquierdo de cada apartado o párrafo del texto.
Hacer un esquema del texto, incluyendo una breve síntesis del
contenido de cada apartado y atendiendo a los párrafos y conectores.
Hay que recordar que los párrafos son unidades de significado que
organizan el texto (cada uno suele incluir una idea). En cuanto a los
conectores, es útil remarcarlos por su importancia en la organización
textual. Se debe seguir el orden del texto original.
Respetar la estructura y el orden de las ideas del texto original, cuidando
que el contenido quede equilibrado; es decir, no resumiendo demasiado
unos párrafos ni excesivamente poco otros.
2. Debemos evitar:
La copia literal de frases del texto original.
El estilo telegráfico o esquemático (tipo “lista”), con párrafos
excesivamente cortos y sin conectores.
Los comentarios u opiniones personales.
Las indicaciones del tipo el autor considera…, el texto trata de…
Con el esquema como guía, procederemos a redactar el resumen
cohesionando las ideas. Nos situaremos como autores del texto, manteniendo
un punto de vista objetivo. La prueba de que un resumen está bien hecho es
que una persona que no haya leído el texto original se haga una idea completa
de este.
Nos pueden pedir una extensión determinada para el nuevo texto y según
esta la síntesis (o selección de la información) será mayor o menor. En general
la extensión depende del texto original, pero se suele precisar que en ningún
caso el resumen debe sobrepasar un cuarto de la extensión del original.
La expresión ha de ser clara y precisa, y el registro formal (sin abreviaturas),
utilizando los tecnicismos del original, si es necesario. Si se considera preciso
introducir alguna expresión del autor especialmente significativa, debe
entrecomillarse. Resulta imprescindible revisar y corregir varias veces el texto
final.