1. Seguridad vial.
El concepto de seguridad vial supone la prevención de accidentes de tráfico con el
objetivo de proteger la vida de las personas. Los especialistas reconocen diversos
factores que atentan contra la seguridad vial, como el exceso de confianza a la hora
de conducir, la comodidad que brindan los vehículos actuales (que permiten
alcanzar grandes velocidades casi sin que el conductor lo note) y el consumo de
alcohol.
Como consecuencia del desarrollo de la tecnología y de la presencia tan importante de la
misma en nuestro día a día, se ha producido el establecimiento de otro nuevo factor como
consecuencia de un importante número de
accidentes de tráfico. En concreto, nos
estamos refiriendo al hecho de que el uso de
los teléfonos móviles durante la conducción ha
supuesto un elevado número de trágicas
consecuencias en carretera. El ir hablando por
dicho móvil, el atender una llamada e incluso
el mandar un sms o WhatsApp mientras se
está conduciendo despista a quien va al
volante y hace que no esté atento a la vía y
ello se traduce en choques, salidas de la
carretera y colisiones de todo tipo que han
ocasionado muertes y lesiones de gravedad a personas en todo el mundo.
Nuestra ciudad Tacuarembó es relativamente pequeña, pero ocupa el segundo lugar en la
categoría de ciudades con más siniestros de tránsito. Esto nos hace pensar el ¿por qué?
de esta situación y es lo que nos motiva a seleccionar este eje transversal e investigarlo.
Recorriendo nuestra ciudad y fotografiando la misma, observamos que cuenta con todas
las señalizaciones de tránsito adecuadas y necesarias para la circulación de vehículos y
peatones. Frente a instituciones públicas se encuentran cebras o lomadas, que hacen que
el conductor disminuya o detenga la velocidad; también debemos resaltar la cantidad de
semáforos que existen en la ciudad, brindando seguridad en diferentes intersecciones
múltiples.
Según lo mencionado anteriormente podemos afirmar que la señalización para una buena
circulación está, por lo tanto lo que no está funcionando es la concientización de las
personas. En el caso de los peatones, se recomienda que siempre crucen las calles
en las esquinas y que nunca bajen de la vereda hasta el momento de cruzar, entre
otros consejos que contribuyen a aumentar la seguridad.
Dada la importancia que tiene la seguridad vial en nuestras vidas desde hace años en los
centros de enseñanza de todo el mundo se apuesta por impartir sesiones, jornadas o
clases sobre la misma. De esta manera, lo que se pretende es que desde pequeños
2. tengamos claras las normas de circulación y las acciones a realizar, tanto al volante de un
vehículo como peatones, para poder evitar accidentes.
En nuestra ciudad se debería implementar más la enseñanza en la escuela de normas de
tránsito ya que sabemos que no se trabajaba como se debería, y en la mayoría de los
casos es lamentable decir que se toca el tema únicamente el día nacional sin siniestros
de tránsito.
SEÑALIZACIONES EN TACUAREMBÓ
Se puede apreciar que la señal de tránsito está
bien aplicada, pero el conductor no respecta la
misma.
LA EDUCACIÓN VIAL EN LA ESCUELA
En nuestro país la Educación Vial en las Escuelas Primaria e Inicial tiene hoy por hoy un
cierto protagonismo. La inclusión de esta temática en los currículos escolares no hace
más que evidenciar la preocupación social en este tema y la decidida pretensión de
abordarlo. La Educación Vial se entiende, según Castaño (1995)[2] como toda acción
educativa permanente, que favorece el desarrollo de conocimientos, habilidades, hábitos
de comportamientos, valores y actitudes positivas frente al tránsito con el fin de mejorar la
seguridad vial, para reducir así el número de accidentes y sus secuelas.
En este sentido, la Educación vial presenta una doble finalidad:
Por un lado, sensibilizar a los alumnos sobre los riesgos de la circulación y prepararlos
para que hagan frente a las responsabilidades que tengan como peatones o que
adquieran como conductores de vehículos (bicicletas, ciclomotores…) y, por otro,
ayudarles a tomar conciencia de su responsabilidad en la vida social de manera que
puedan contribuir a la mejora de las condiciones de la circulación velando por la propia
seguridad y el comportamiento de manera responsable, teniendo en cuenta a los demás
usuarios. Es importante destacar que tanto en educación inicial como en primaria, es
3. necesario insistir en un enfoque globalizador, esto es, tratar las unidades didácticas
basadas en el estudio de la calle, el barrio, la ciudad, a través de las cuales los alumnos
podrán alcanzar un mayor conocimiento de los problemas que implica la utilización de las
calles como peatones, viajeros y conductores de bicicletas. Los alumnos de educación
primaria, por su parte, ya se inician en comportamientos viales como peatón autónomo y,
en algunos casos, como conductor de bicicletas. Por ello, los objetivos de Educación Vial
deben tender a que el niño/a tenga por una parte, un mayor conocimiento del entorno
físico en relación con el tránsito y, por otra, a que se comporte adecuadamente como
peatón o usuario de bicicleta.
Es preciso reforzar y ampliar, sobre todo en el primer ciclo, todos los conocimientos y
experiencias vividas en la etapa anterior, pero con más minuciosidad y detalle, y dar paso
a ejercicios de mayor dominio del espacio. Se ha de insistir, igualmente, en el
conocimiento de la bicicleta y de las señales de tránsito.