2. • Cuando acudes a la consulta del médico, o a algún
hospital, habrás visto en numerosas ocasiones que
existen muchos carteles en las salas de radiografías en
los que se pide a las mujeres que si piensan que
podrían estar embarazadas avisen al médico. En el
caso de que aún no lo estés pero estés intentando
quedarte encinta, has de tener la precaución de
posponer este tipo de pruebas radiográficas, al menos,
hasta el período post-menstrual para evitar cualquier
tipo de riesgo. Desde hace muchos años, se sabe que
si una mujer es expuesta a una sesión de Rayos X
podría tener consecuencias en el embrión que lleva en
su interior.
3. • «Los riesgos para el bebé son mínimos. La
mayoría de las situaciones en las que nos
exponemos a la radiación, como en exámenes
rutinarios con radiografías dentales, no son una
exposición que pueda poner en riesgo la salud
del bebé. La dosis utilizada es pequeña y
además el embrión o feto está protegido en el
útero, ya que la radiación es absorbida en la
mayor parte por la madre. Además de ser
radiografías focalizadas, sólo radian aquella
zona a la que están dirigidas» aseguró Lourdes
García Payo, odontóloga.
4. • Los riesgos dependen de los niveles de radiación
• Entre los efectos perjudiciales que las
radiografías pueden tener en el feto están los de
tipo visual, retraso mental e incluso algunos tipos
de leucemia.
• No obstante, en el caso de que resulte
imprescindible que te realicen este tipo de
pruebas diagnósticas, el médico te colocará un
delantal de plomo en la parte del abdomen para
que el feto no reciba estas radiaciones y evitar
consecuencias irreversibles.