1. ENSAYO.
Eddie Herrera 10-1
Al pensar en una mujer sobresaliente, la primera que viene a mi mente es
Juana de Arco, ya que en lo personal, es para mí una mujer que lucho no
solo por su país y su rey, sino también contra una sociedad donde la mujer
estaba totalmente limitada en todos los aspectos donde no tenía ni voz ni
voto, donde no existía, y en la época en donde cualquier mujer que quisiera
quitarse ese yugo, era acusada de brujería, herejía, y era quemada viva.
Demostrando con ello el poder que les era permitido a los hombres de esa
época para mantener dominadas y sumisas a las mujeres.
Y poder tenerlas “amarradas” a ellos tenerlas como esclavas y solo tenerlas
de ama de casa o cosas así, porque allí todo era así todo era los hombre y
las mujeres en la casa como esclavizadas por sus parejas.
Pero ella logra superar todo y destruye es tradición de estar a la orden de un
hombre.
Ya ella al mando del ejército, no solo se encargaba de decirles lo que debían
de hacer, sino que cabe resaltar que ella no tomaba sola las decisiones al
atacar o enfrentar a los contrarios, sino que lo hacía de manera democrática,
esto es, pedía consejos y opinión a su ejército, planeando la mejor táctica
para la lucha y demostrando que llegando a acuerdos donde a los dos tanto
hombres como mujeres puedan aportar ideas y lograr un mejor desempeño
en el enfrentamiento permitiendo con ello el triunfo en la batalla.
Pero fue precisamente en ese momento, a finales del siglo XII que surge
la historia de Juana, la mujer que fue Papisa. Una historia con gran
contenido misógino, triste y denigrante que pone de manifiesto que
no todos estaban en contra de la mujer, pero muchos otros sí, «sobre
todo aquellos canonistas y teólogos obsesionados con el tema de la
impureza de la mujer, e incluso, con la supuesta inferioridad intelectual
de las mujeres.