social empresarial (RSE) o inversión socialmente responsable, se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar.
1. UNIVERSIDAD FERMÌN TORO
VICE-RECTORADO ACÀDEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y ECONÒMICAS
ESCUELA DE COMUNICACIÒN SOCIAL
ESTUDIANTE:
ANGISIRA
DOCENTE: MILAGRO SILVA
M-726
2. Durante los últimos años el tema de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha
tomado una creciente importancia a nivel internacional, pero al mismo tiempo ha
generado un fuerte debate sobre sus alcances e implicaciones, debido a la aparente
dificultad de cómo poder llevar a la práctica un concepto que incide de manera directa
en la imagen de la empresa en la sociedad, con el riesgo reputacional, todo ello dentro
de un entorno de negocios globalizado en el que se han incrementado las demandas
sociales sobre el papel desempeñado por las empresas, el impacto de sus actividades
en la sociedad y en el medio ambiente.
Este nuevo enfoque en la manera de hacer negocios ha hecho replantear los
esquemas tradicionales de gestión empresarial, propiciando la gerencia del cambio
organizacional basada en los planteamientos de la RSE, haciéndolos coincidir con el
objetivo fundamental de convertir la empresa en un motor de desarrollo económico,
pero de manera ética y socialmente responsable, sin priorizar el beneficio o la utilidad
económica de la inversión sobre aspectos reprochables desde un punto de vista
social.
El cumplimiento de estas normativas básicas no se corresponde con la
responsabilidad social, sino con las obligaciones que cualquier empresa debe cumplir
simplemente por el hecho de realizar su actividad. Sería difícilmente comprensible que
una empresa alegara actividades de RSE, si no ha cumplido o no cumple con la
legislación de referencia para su actividad.
La escala y el carácter de los beneficios que puede otorgar la aplicación de
responsabilidad social en una empresa, es relativo a la naturaleza de la misma y es
difícil de cuantificar. Algunos autores (Orlitzky, Schmidt, and Rynes) encuentran que
hay una relación directa entre el desempeño social/ambiental y el financiero. Sin
embargo, aquellas empresas que aplican RSE no buscan un crédito financiero en el
corto plazo.
A menudo la RSE se utiliza para mejorar la imagen de la empresa. Si la estrategia de
la empresa de promover, mejorar la imagen de la compañía y sus operaciones están
alejadas de la responsabilidad social, el programa de RSE se puede interpretar como
un intento de lavado de imagen (greenwash si se trata de asuntos ambientales) y la
empresa queda en evidencia.
3. Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la responsabilidad social de la
empresa es el conjunto de acciones que toman en consideración las empresas, para
que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad y que afirman
los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos
internos, como en su relación con los demás actores. La RSE es una iniciativa de
carácter voluntario.
Bajo este concepto de administración y de gestión se engloban un conjunto de
prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales que persiguen un nuevo
equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental. Los antecedentes de la
RSE se remontan al siglo XIX, en el marco del cooperativismo y el asociacionismo que
buscaban conciliar eficacia empresarial con principios sociales de democracia,
autoayuda, apoyo a la comunidad y justicia distributiva. Sus máximos exponentes en la
actualidad son las empresas de economía social, por definición empresas socialmente
responsables.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE), debe ser compatible de aplicar al
conjunto de operaciones productivas y de gestión del negocio. Y esta parte se
encuentra en prácticas estratégicas globales con estándares mínimos de exigencias
legales. Lo contrario, puede llevar a dichas organizaciones en un momento
determinado a incurrir en grandes gastos que a la final no serán compatibles con lo
que a nivel global se exige en la materia.
Si la (RSE) no se transforma en mejora a la competitividad de la organización y sus
propios resultados frente a temas bien concretos como laboral, ambiente, entorno
social, simplemente debe calificarse como Acción Social.
Igualmente, en la actualidad, los países de la región, están adelantándose en la
regulación de la RSE, de manera discreta, en diversas leyes puntuales, por lo cual, es
preferible adelantarse a las regulaciones en materia de Responsabilidad Social
Empresarial antes que las mismas sean impuestas de manera sorpresiva para la
empresa, porque esto puede significar la pérdida de clientes y mercado, al necesitar
usar el personal en las actualizaciones legales relativas a sus deberes sociales.
La gestión responsable de la empresa implica que esta actúe conciliando (punto de
equilibrio) entre los intereses del negocio y las expectativas que de ella tiene la
comunidad (particularmente sus grupos de interés o stakeholders).
Las principales responsabilidades éticas de la empresa con los trabajadores y la
comunidad son:
4. Servir a la sociedad con productos útiles y en condiciones justas.
Crear riqueza de la manera más eficaz posible.
Respetar los derechos humanos con unas condiciones de trabajo dignas que
favorezcan la seguridad y salud laboral y el desarrollo humano y profesional de
los trabajadores.
Procurar la continuidad de la empresa y, si es posible, lograr un crecimiento
razonable.
Respetar el medio ambiente, evitando en lo posible cualquier tipo de
contaminación, minimizando la generación de residuos y racionalizando el uso
de los recursos naturales y energéticos.
Cumplir con rigor las leyes, reglamentos, normas y costumbres, respetando los
legítimos contratos y compromisos adquiridos.
La escala y el carácter de los beneficios que puede otorgar la aplicación de
responsabilidad social en una empresa, es relativo a la naturaleza de la misma y es
difícil de cuantificar. Algunos autores (Orlitzky, Schmidt, and Rynes) encuentran que
hay una relación directa entre el desempeño social/ambiental y el financiero. Sin
embargo, aquellas empresas que aplican RSE no buscan un crédito financiero en el
corto plazo.
Si bien la definición usada para explicar el impacto en los accionistas se refiere
generalmente a esfuerzos solidarios y voluntarios, la gestión de RSE puede operarse
desde departamentos internos a la compañía como recursos humanos, desarrollo del
negocio o relaciones institucionales o bien puede formar parte de una unidad
independiente que reporta al director o, en algunos casos, a la junta de directivos.
Aunque algunas compañías implementan acciones con valores similares, sin
necesariamente definir un equipo o un programa estratégico.
Las empresas pueden desempeñar un papel muy importante en la vida de las
personas, no solo como proveedoras de empleo y de riqueza, sino como agente de
desarrollo en las comunidades en la que están insertas. Muchas grandes empresas
son conscientes de ello y han tratado de aprovechar las expectativas que genera la
RSC para obtener ventajas competitivas (ayudan ayudándose). La filantropía
corporativa ha dejado de ser una actividad autónoma confiada a una fundación y va
formando parte, cada vez más, de las estrategias que contribuyen a realizar el objeto
social de la empresa.
Los cambios generados a nivel internacional en el entorno de negocios han
desplazado el enfoque tradicional de la empresa basada en los accionistas
5. ("shareholders") por el enfoque de los grupos de interés ("stakeholders"), bajo el cual
se asume que las empresas no rinden cuentas única y exclusivamente a sus
accionistas, sino que también deben tomar decisiones compartidas con todos los
actores sociales de su entorno: Empleados, proveedores, gobiernos nacionales y
regionales, clientes, consumidores y organizaciones sociales, entre otros.
El manejo de las relaciones de la empresa con sus grupos de interés permite, de una
manera natural, efectiva y en un adecuado clima de confianza, desarrollar esa cultura
ética empresarial basada en valores universales como la honestidad, la transparencia,
la comunicación y el diálogo. Los cambios generados a nivel internacional en el
entorno de negocios han desplazado el enfoque tradicional de la empresa basada en
los accionistas ("shareholders") por el enfoque de los grupos de interés
("stakeholders"), bajo el cual se asume que las empresas no rinden cuentas única y
exclusivamente a sus accionistas, sino que también deben tomar decisiones
compartidas con todos los actores sociales de su entorno: Empleados, proveedores,
gobiernos nacionales y regionales, clientes, consumidores y organizaciones sociales,
entre otros.
El manejo de las relaciones de la empresa con sus grupos de interés permite, de una
manera natural, efectiva y en un adecuado clima de confianza, desarrollar esa cultura
ética empresarial basada en valores universales como la honestidad, la transparencia,
la comunicación y el diálogo.