3. 3
PRÒLOGO
En la historiografía de la Revolución Mexicana existen diversas omisiones o huecos
de investigación sobre algunos movimientos regionales como los de La Villada o
Las Guerrillas Villistas.
Las causas que originaron La Villada se remontan a 1914, en los momentos de las
diferencias jerárquicas entre Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército
Constitucionalista y el general Francisco Villa, lìder militar de la División del Norte.
La desavenencia era, en es'encia, sobre las decisiones bèlicas de la guerra
revolucionaria contra el gobierno usurpador contrarrevolucionario del general
Victoriano Huerta.
Las pláticas de Ell Pacto de Torreón, de septiembre de 1914, de avenencia entre
Villa y Carranza resultaron infructuosas y la Convención de Aguascalientes, de
noviembre de 1914, dividió de manera definitiva a los ejércitos revolucionarios,
estableciendo la pugna entre los dos nuevos gobiernos nacionales, producto del
triunfo contra la dictadura huertista; el Gobierno Convencionista y el Gobierno
Constitucionalista.
En abril de 1915, la lucha de facciones provocó las batallas más sangrientas de la
historia mexicana; Celaya, Trinidad y Èbano fueron los lugares donde la antigua
División del Norte, transformada en parte del Ejército Convencionista fue perdiendo
el grueso de sus efectivos y vituallas.
Sin esperanza de levantar cabeza, el derrotado Ejército Convencionista se replegó
a sus terrenos naturales del norte del país. Sin embargo, durante su paso por los
estados del centro y occidente, surgieron diversos grupos guerrilleros;
aparentemente aliados al Gobierno Convencionista y seguidores de la mítica figura
de Francisco Villa. Es de hecho, el momento en que surge La Villada como
movimiento popular alterno a la derrota del convencionismo.
Al caer el sostenimiento militar del Gobierno Convencionista, su último presidente;
Francisco Lagos Cházaro, siguió a las tropas de Benjamín Argumedo a Durango,
en el intento de levantar el espíritu popular del convencionismo.
4. 4
Sin el convencimiento personal de su legitimidad polìtica y poder nacional, Lagos
Cházaro prefirió el exiliarse en los Estados Unidos mientras que, en febrero de 1916,
Argumedo, enfrentado a los carrancistas constitucionalistas de Durango, al
mantener la efímera fidelidad a su extinto gobierno, fue fusilado con el fondo musical
de la lírica de las recién creadas Mañanas de Benjamín Argumedo.
Al terminar el Gobierno de la Convención, sin el control político del país, los hombres
de Villa y Zapata continuaron la lucha insistente por sus demandas de tierra, justicia
y libertad.
Sin medir consecuencias, o esperando propicios acontecimientos a su favor, el 9 de
marzo de 1916, Villa invadió la población de Columbus, Nuevo México, en los
Estados Unidos y este suceso fue suficiente para que; una parte del Ejército
Estadounidense, iniciara la Expedición Punitiva en territorio mexicano.
Mientras Villa era infructuosamente perseguido por las tropas estadounienses, en
el estado de Chihuahua, en otros lugares de la República se suscitaban las acciones
de los guerrilleros villistas, algunas de las cuales eran catalogadas, màs como de
bandidaje común, que como de lucha social revoluicionaria, dado que la belicosidad
de algunas de estas guerrillas, era focalizada en contra de la poblaciòn civil y no asì
en contra las tropas constitucionalistas.
Así surgieron guerrillas autodenominadas villistas en los estados de: Jalisco,
Chihuahua, Zacatecas, Nuevo México, Guanajuato, Michoacán, Colima, Coahuila,
Durango y Nayarit, bajo las òrdenes de jefes regionales como Pedro Zamora,
Ramón Ortiz, Luis B. Gutiérrez, Aurelio E. Murga Terán, José Inés Chávez García,
el propio Francisco Villa, Félix Díaz, Justo Avila, Macario Silva, Lorenzo Avalos,
Sabino Rodríguez, Carlos Chávez, Dionisio Carreón, Juan Galindo, Martín López e
Hipólito Villa, entre muchos otros.
Con intenciones de reconstruir a la División del Norte, Villa ocupó las ciudades de
Chihuahua y Torreón, a fines de 1916. Sin embargo, estas acciones de brillo militar
no tuvieron ya los aliados ni el apoyo suficiente para rehacer al ejército vencedor de
Victoriano Huerta.
Las banderas villistas eran agraristas, de lucha por el progreso, la democracia, la
justicia y la educación y sus postulados están expresados en diversos documentos
5. 5
como la Ley Agraria Villista de 1915; el Manifiesto a la Nación, de San Andrés,
Chihuahua, fechado en 1916; El Manifiesto al Pueblo Mexicano, de Chihuahua,
Chihuahua, de 1914; A mis compatriotas, al pueblo y al Gobierno de los Estados
Unidos, de Naco, Sonora, fechado1 el 5 de noviembre de 1915. Entre estos
documentos es digno mencionar el desconocido Plan de Río Florido; hoy Villa
Ocampo, Durango, fechado en 1919, contra el gobierno de Venustiano Carranza.
El periodo carrancista de 1916 a 1920 se mantuvo legítimo, a pesar de las múltiples
pugnas regionales, como las ya mencionadas guerrillas villistas que, de vez en
cuando, daban albazos espectaculares en las ciudades del norte del país. De la
misma manera el Ejército Constitucionalista tuvo que enfrentar a la guerra agrarista
de los zapatistas de Morelos, Puebla, Tlaxcala, Guerrero y el Estado de México.
Otros conflictos durante el periodo fueron: La contrarrevolución de Félix Díaz con
su Ejercito Reorganizador Nacional que tuvo brotes rebeldes en diversos estados;
el Movimiento Soberanista Oaxaqueño; la Rebelión de los Finqueros chiapanecos;
mejor conocidos como de los mapaches. La Revolución Emancipadora de Pueblos
y Razas de América, que enarbolaba el Plan de San Diego; y la Expedición Punitiva
estadounidense.
De la misma manera, en medio de la inestabilidad económica y monetaria el
gobierno de Carranza tuvo que sortear la fluctuación de preferencia entre el bando
aliado y el teutón para la posible participaciòn de México en la Primera Guerra
Mundial, así como las terribles pérdidas humanas producto de la hambruna y la
peste, sobre todo por la influenza española en 1918.
En esos conflictivos años también se suscitaron rebeliones poco explicables, como
la del general Elizondo y se desarrollaron fuertes cacicazgos, como el de Manuel
Pelaes, a la sombra del gobierno estadounidense, en la región petrolera de los
estados de Veracruz y Tamaulipas. Por otra parte, los católicos mexicanos,
limitados en su culto y propiedades, también externaron su descontento por la vía
armada.
De cualquier manera, la promulgación de la Constitución de 1917, dio legitimidad y
cohesión al grupo constitucionalista hasta el momento en que sus desavenencias
internas no permitieron màs que el rompimiento para que; en 1920, surgiera la
6. 6
hegemonía del Grupo Sonora que resultó triunfante, enarbolando el Plan de Agua
Prieta, encumbrando a este grupo polìtico en el Palacio Nacional, al tiempo que su
principal vocero y presidente interino; Adolfo De la Huerta, logró la rendición de Villa,
acabando con uno de los principales focos insurreccionales del país.
De La Villada, entre 1916 y 1920, surgieron una gran cantidad de composiciones de
la lírica narrativa y su confrontación con otras fuentes: documentales,
hemerográficas y bibliográficas, entre otras, dan validez histórica a las diversas
creaciones, al cotejar la autenticidad y veracidad de los acontecimientos que narran
y los personajes y lugares que mencionan.
Cada una de las composiciones incluidas en este trabajo tienen un texto adicional
que las ubica en lugar, tiempo y circunstancia.
Los corridos históricos, en el contenido de sus letras, obedecen al bando al que el
autor pertenece, por lo cual no se puede pedir objetividad al documento cantado o
publicado en hoja suelta.
De hecho, el principal valor de la lírica narrativa histórica de La Villada se centra en
su fuerza testimonial, la cual tiene tanto o más peso específico que los escuetos y
dispersos partes de guerra, por la belleza poética con que relatan los
acontecimientos y describen a los personajes populares regionales del movimiento.
Al ubicar cronológicamente las composiciones compiladas, junto con la reseña de
su cotejo histórico, heurìstico y hermenèutico, se tiene clara una secuencia del
devenir histórico de la actuación protagónica de las guerrillas villistas en el país, así
como la de sus antagónicas Defensas Sociales regionales y el Ejército Federal y las
compañías de soldados auxiliares irregulares que combatieron a las guerrillas de La
Villada.
Los corridos reunidos abarcan desde 1916, iniciando con el corrido jaliscience de
La Perra Valiente y la secuencia se prolonga hasta 1926 con La decapitación del
cadáver de Villa y La tumba abandonada que tal vez sea el màs famoso corrido
villista.
Francisco Villa es el personaje de la historia mexicana sobre el cual se han
compuesto una mayor cantidad de corridos históricos y ficticios.
7. 7
Como guerrero revolucionario, Villa ha sido objeto de un culto popular poco común
y suman cientos los libros, películas y documentales nacionales y extranjeros que
se ocupan de su vida y acciones militares, tanto en lo histórico como en lo legendario
y de ficción.
El culto a Villa incluye obras iconográficas y serigráficas, oraciones, murales,
posters, fotografías y carteles, así como monumentos, calles, poblados, villas,
marcas de productos, negocios y logotipos con el nombre y la figura del personaje.
Desde su asesinato, ocurrido en 1923, Pancho Villa no era considerado oficialmente
entre los héroes de la Revolución Mexicana, a pesar de su decisiva participación
como brazo armado de la guerra antihuertista.
El episodio de la guerrilla villista que nos ocupa, en la que el asì llamado Centauro
del Norte se enfrentó al triunfante Gobierno Constitucionalista, provocó que la
promoción de su culto oficial fuese postergada y, en cambio, en una buena cantidad
de literatura histórica se intentó desvirtuar la importante actuación de Villa en la
conformación del México moderno.
Fue hasta el 25 de noviembre de 1966 cuando el nombre del general Francisco
Villa, escrito con letras de oro, fue descubierto en el recinto de la Cámara de
Diputados del Congreso de la Uniòn. A partir de ese momento, el reconocimiento
del Gobierno Mexicano a Villa es algo que ya no es mal visto y, el 28 de noviembre
de 1976, los restos del guerrero durangueño fueron reinhumados en el Monumento
a la Revolución, en la Ciudad de México.
9. 9
La Perra Valiente1
Anónimo
Novecientos dieciséis,
también el cuatro de marzo,
murió la Perra Valiente,
la hicieron dos mil pedazos.
Murió la Perra Valiente
a las seis de la mañana,
con un mauser en las manos,
porque no se acobardaba.
En el sitio de Volcanes,
no me quisiera acordar,
donde ascendió el mayor Flores
a teniente coronel.
En el sitio de Volcanes
no me quisiera acordar,
fusilaron a La Perra
en la esquina de un corral.
Decía la Perra Valiente,
cuando me miró rodeado:
"No corra mi general,
qué ¿no me mira sitiado?".
El general avanzando,
qué caso le había de hacer:
"Defiéndete como puedas,
algún fin has de tener".
Decía el capitán Téllez:
“¿No decías que eras valiente,
querías conocer tu padre,
aquí lo tienes presente?".
Dijo el capitán Tellez:
como él fue el que lo mató,
que después de estar herido,
el máuser le descargó.
1
VICENTE T. MENDOZA. El romance español y el corrido mexicano (Estudio comparativo), México,
UNAM, 1937, pp. 509 a 510.
10. 10
Decía don Pedro Zamora:
"La Perra, ¿donde estará?"
le contesta Catarino:
"Ya se halla en la eternidad".
Decía Catarino Díaz:
"Nos quieren hacer poquitos,
ya mataron a La Perra,
pero quedan los perritos".
Decía Catarino Díaz,
quemando parque de acero:
"Ya mataron a La Perra,
murió mi fiel compañero".
Decía don Pedro Zamora:
“Salimos a Cuernavaca,
ya mataron a La Perra,
pero les queda La Urraca”.
Decía don Pedro Zamora,
haciéndose hacia un corral:
"Vamos haciéndoles fuego,
no a todos nos matarán".
Pantaleón Robles decía,
paradito en una laja:
"Si ganaron o perdieron,
voy agarrando ventaja".
Salió don Pedro Zamora,
con rumbo a La Lagunilla,
con diecinueve soldados
gritándoles: "¡Viva Villa!".
Ya con ésta me despido,
son recuerdos de la guerra;
aquí se acaba el corrido
de Saturnino La Perra.
11. 11
Después de las derrotas de la División del Norte, los grupos regionales afiliados al
Gobierno Convencionista (villistas); fueron quedando aislados, se rindieron, o
fueron derrotados y sus jefes: fueron fusilados, afiliados al constitucionalismo o se
dedicaron al bandidaje.
En el estado de Jalisco, la partida del general Pedro Zamora, quien había peleado
en las filas maderistas y después contra la dictadura huertista, se hallo en 1916
peleando como villista, asaltando haciendas y poblados en el sur del estado.
Uno de los principales jefes del general Pedro Zamora fue el mayor Saturnino
Medina, mejor conocido como La Perra, apodo que se gano porque en los
momentos de combate se ponía a ladrar como perro.
La acción mas importante de Saturnino Medina fue la derrota de los 100 efectivos
constitucionalistas del general Manuel G. Ulloa, en la hacienda El Gallinero, en
febrero de 1916, excediéndose con el plagio de 8 mujeres.
De Guadalajara, el general Pablo Quiroga, comandante militar del estado de Jalisco,
envió a los 200 de tropa del mayor Petronilo Flores para combatir a la guerrilla
zamorista.
Flores trabo combate con los de Zamora el 4 de marzo de 1916, en la hacienda de
Volcanes, municipio de Atenguillo, Jalisco. En el encuentro murió Saturnino Medina
junto con algunos de sus soldados. El cadáver de La Perra fue conducido a Cuautla,
Jalisco para su exhibición.
La guerrilla de Pedro Zamora continuó combatiendo, hasya 1920, junto con sus
subordinados: Catarino Díaz y José Covarrubias, mejor conocido como La Urraca.
13. 13
El Corrido de Columbus2
Anónimo
Cuando entramos a la plaza de Columbus
todos los gringos se echaron a correr,
y gritaba su padre Pancho Villa:
"¡Mexicanos, avancen al cuartel...!"
Pancho Villa, valiente guerrillero
y sus soldados al pie del cañón,
disparaban hasta el último cartucho
en defensa de nuestra nación.
Si porque somos muy pocos los villistas
piensan los gringos que nos van a acabar,
aunque traigan mil fusiles y cañones
en la sierra los van a dejar...
¿Qué se creían los norteamericanos
que'l combatir era un baile de carquis... ?
Con la cara tapada de vergüenza
van de vuelta para su país.
Mister Wilson, Carranza y su pandilla,
el chapopote quisieron confiscar:
mientras viva, su padre Pancho Villa,
La Adelita ¡se los va a llevar!
Adiós mi México, febrero veintitrés:
dejo Carranza pasar americanos,
diez mil soldados, quinientos airoplanos,
¡siguiendo a Villa queriéndolo matar...!
Francisco Villa, ya no monta a caballo,
ni sus soldados tampoco montarán:
¡Francisco Villa, es dueño de airoplanos,
que los manija, con gran tranquilidad...!
2
ALEJANDRO GOMEZ MAGANDA. Corridos y Cantares de la Revolución Mexicana, México,
Instituto Mexicano de Cultura, 1970, pp. 58 a 59.
14. 14
El 9 de marzo de 1916, a las 4:30 de la mañana., Francisco Villa y sus generales
Rafael Castro y Pablo López, con 400 de tropa, atacaron de manera sorpresiva, la
población de Columbus, Nuevo México, en territorio estadounidense.
En el ataque a Columbus, los villistas incendiaron dos manzanas, saquearon la
población y se llevaron material bélico y caballos.
Las bajas fueron del bando estadunidense fueron siete soldados y siete civiles
muertos, mientras que, del lado villista, hubo pocas bajas. Después del ataque, los
guerrilleros de Villa se retiraron de Columbus a las 6 de la mañana.
Se desconocen los motivos que Villa tuvo para atacar Columbus y; entre las varias
suposiciones al respecto sobresalen las siguientes: por surtirse de armamento; por
vengarse de un comerciante estadounidense que lo había defraudado con la venta
de parque inservible; corno represalia por el reconocimiento del Gobierno
Estadounidense de Woodrow Wilson al Gobierno Constitucionalista de Venustiano
Carranza y; porque el Gobierno Estadounidense permitió el paso de tropas
carrancistas en su territorio, para combatir a los villistas en el estado de Sonora. Se
llego a decir incluso que Villa había sido patrocinado por algunos capitalistas
estadounidenses para provocar una invasión a México.
Luego de la incursión a Columbus, las relaciones entre México y Estados Unidos se
pusieron tensas y, como represalia, el Gobierno Estadounidense envió tropas
invasoras a territorio mexicano, a partir del 15 de marzo, en la llamada Expedición
Punitiva, que fue autorizada por el Gobierno Constitucionalista. En esta invasión,
tropas norteamericanas se internaron en el estado de Chihuahua, para combatir a
Francisco Villa y ofrecieron recompensa por su cabeza. La Expedición Punitiva
habría de prolongarse hasta el 7 de febrero de.1917.
15. 15
En la Expedición Punitiva, el Gobierno de los Estados Unidos puso precio a la
cabeza de Francisco Villa
16. 16
Corrido del ataque de Ramón Ortiz al pueblo de Salamanca3
Anónimo
Año de mil nuevecientos
el dieciseis que paso,
entro don Ramón Ortiz,
al pueblo donde se crio.
Al llegar a la estación,
les pregunto si llegaba,
el Ferrocarril Central
o algún otro tren de carga.
Los empleados contestaban,
con un semblante apacible:
"Señor, todavía no sé,
pero ahorita suena el timbre".
Luego al momento lo supo
que sí tenía que llegar,
"¡Ay!", les dice a sus amigos:
"No lo vayan a bailar".
Luego se fue para el centro
con muchísimo valor;
con unos cuantos soldados
pero hombres de corazón.
Luego se fue para el centro
pasiándose en su caballo,
toda la calle de Juárez
el mero treinta de mayo.
Dos vueltas dio por la calle,
de una punta hasta l’otra;
le mataron el caballo
y fue toda su derrota.
Dicen que me han de abajar
de los cerros arrastrando;
3
JUAN DIEGO RAZO OLIVA. Rebeldes Populares del Bajío, (Hazañas tragedias y corridos (1910-
1920), México, Ed. Katún, 1983, pp. 90 a 92.
17. 17
ya se les ahorra el trabajo,
yo solito vine andando.
Decía don Ramón Ortiz:
"Decían que no había de entrar;
ya les di pruebas de hombre,
ya me voy a retirar".
"Yo ya vide a mi mama,
que era lo que yo deseaba;
adiós todos mis amigos,
ya me voy a mi morada".
"Adiós todos mis amigos,
adiós mi mamá, también,
ya yo me voy pa' los cerros,
a ver si llego con bien".
Ya con ésta me despido,
pasando por la estación,
han de dispensarme el rato,
que pasaron con Ramón.
18. 18
Con respecto a Ramón Ortiz, el investigador guanajuatense Juan Diego Razo Oliva
nos refiere que Ortiz fue: "Salmantino de alrededor de 35 años, que trabajó en una
pequeña propiedad del suroriente de Salamanca. Recién ocupada esta ciudad por
los carrancistas triunfadores de Celaya, en abril de 1915, un oficial intento fusilarlo
por supuestos nexos con el villismo.
Ortiz se salvo de morir, pero no de una cruel sabliza, a manos del carrancista. Lleno
de justo coraje, reuniendo a sus amigos y vecinos: José Olivares, José Rostro y
Guadalupe Flores, Ortiz se levanto en armas.
Como general brigadier villista recorrió un ancho territorio; desde Celaya-San
Miguel, hasta León y Degollado, y desde Salvatierra-Yuriria hasta Huanímaro-
Pénjamo.
En marzo de 1918, combatiendo en un punto llamado La Yerbabuena, Jalisco,
Ramón Ortiz cayo muerto y su cadáver fue decapitado, para exponer la cabeza en
Salamanca. Su corrido narra cuando ataco Salamanca en mayo (el día treinta) de
1916, entrando al poblado para ver a su madre, a que lo vieran sus amigos, ya en
plan rebelde, y para apoderarse de un tren con municiones"4
Poco después Ramón
Ortiz se integro a las fuerzas del bandido José Inés Chávez García.
4
JUAN DIEGO RAZO OLIVA. El Corrido Histórico del Bajío Guanajuatense, México,disco TLALLI,
(Texto adicional al disco Testimonios al viento, Corridos históricos del Bajío), 1983,, p. 6.
19. 19
La persecución de Villa5
Anónimo
De nuestra patria, México querido
gobernando Carranza en el país,
pasaron doce mil americanos,
queriendo a Villa castigar por un desliz.
¡Ay! Carranza les dice afanoso:
"Si son valientes y lo quieren perseguir,
concedido, les doy el permiso
para que así se enseñen a morir".
Organizaron tras él persecusiones,
sin llegarle jamas a divisar,
y regresaban muy tristes y abatidos,
por no poder a Villa castigar.
Los soldaditos que vinieron desde Texas,
los pobrecitos comenzaron a temblar,
muy fatigados de ocho horas de camino,
los pobrecitos se querían regresar.
Aquellos soldados muestrábanse biliosos,
por las marchas penosas bajo el sol
y burlándose de ellos Pancho Villa,
les enviaba recados de dolor.
Pancho Villa ya no anda a caballo,
ni su gente tampoco andará,
Pancho Villa es dueño de airoplanos
y los alquila con gran comodidad.
Cuando creyeron que Villa estaba muerto,
todos gritaban con gusto y con afán:
"Ahora sí, queridos compañeros,
vamos a Texas cubiertos de honor".
Más no sabían que Villa estaba vivo
y que con él nunca habían ya de poder,
ahí si quieren hacerle una visita,
5
CELESTINO HERRERA FRIMONT. Corridos de la Revolución, Pachuca, Hidalgo, Ediciones del
Instituto Científico y Literario, 1934, pp. 72 a 78.
20. 20
está en Parral, lo pueden ir a ver.
Comenzaron a echar expediciones,
Pancho Villa también se transformo,
se vistió de soldado americano,
toda su gente también se transformo.
Más cuando vieron que flotaba
la bandera que Villa les pinto,
se equivocaron también los pilotos,
se bajaron y prisioneros los cogió.
Pancho Villa les dice en su mensaje,
que en Carrizal seiscientos les mato,
que agradezcan a Don Venustiano,
los prisioneros él fue quien los salvo.
¡Ay! Carranza les dice afanoso:
"Si son valientes y lo quieren perseguir
yo les extiendo amplio permiso
para que así se enseñen a morir".
Toda la gente, allá en Ciudad Juárez,
toda la gente asombrada se quedo,
de ver tanto soldado americano,
que Pancho Villa en los postes colgó.
Qué pensarían estos americanos,
que combatir era un baile de carquis,
con su cara llena de vergüenza,
se regresaron otra vez a su país.
Como saben que en México se mata
y que a diario se mueren por acá,
con un solo soldado, mexicano,
nuestra bandera en sus manos flotará.
Cuando entraron los gringos a Chihuahua,
todos pensaron que nos iban a asustar,
pensarían que iban para Nicaragua,
muy asustados pudieron regresar.
21. 21
El famoso corrido de La persecución de Villa, mal que bien, nos da razón de la
Expedición Punitiva, que, al mando del general John J. Pershing, se inicio el 15 de
marzo de 1916 y se prolongo hasta el 5 de febrero de 1917.
Durante todo ese lapso, los estadounidenses invasores no pudieron lograr su
supuesto objetivo de atrapar a Francisco Villa para castigarlo por su incursión a
Columbus, Nuevo México (ver corrido de Columbus). Si embargo, en su avance por
el estado de Chihuahua suscitaron algunos encuentros con tropas carrancistas y
con la población civil.
El 12 de abril de 1916 la guarnición de Parral, Chihuahua junto con la población civil
del mismo lugar, detuvieron el avance de la invasión hacia el centro del país.
Pershing estableció cuartel en la Colonia Dublán, poblada por mormones de origen
estadounidense, y de ahí organizó sus movimientos por el estado de Chihuahua.
El 18 de junio, las fuerzas estadounidenses del capitán Charles T. Boyd intentaron
ocupar la Estación de Carrizal, Chihuahua y fueron rechazados por los carrancistas
del general Félix U. Gómez. En esta acción murieron Boyd y Gómez, junto con
algunos cientos de soldados de los dos bandos (aunque en el corrido se alude a
Francisco Villa como el defensor de El Carrizal).
Por su parte, Francisco Villa estuvo herido durante algún tiempo, pero sus tropas
seguían hostilizando a los carrancistas: al recuperarse, Villa incursionó en los
poblados texanos de Glen Springs y Boquillas, e incluso llegó a tomar la capital del
estado de Chihuahua.
Años después, el general John J. Pershing, fue nombrado general en jefe de los
Ejércitos Aliados en Europa, en el momento en que Estados Unidos tomó
participación en la Primera Guerra Mundial.
22. 22
La salida de las tropas estadounidenses de territorio mexicano se debió; tanto a la
presión por la Primera Guerra Mundial, como a las conferencias de paz entre el
gobierno mexicano y el estadounidense.
Tropas estadounidenses de la Expedición Punitiva
23. 23
1916. Corrido de Pancho Villa (o La Expedición Punitiva). A. Anónimo. S. p. i. S. l.
26. 26
1916. Corrido de la persecución de Villa. A. Anónimo. G. Taller de la Gráfica
Popular S. f.
27. 27
1917. Corrido de la persecución de Villa. A. Anónimo. S. p. i. S. l. S. f.
28. 28
El Chivo Encantado6
Anónimo
De Apatzingán a Paracho,
¡ay!, qué dolores causó
ese engendro del Demonio
a quien Santana mato.
El Chivo Prieto Encantado
esas tierras recorrió
dejando en todas las partes
la miseria y el dolor.
Llegando hasta La Cañada,
de las guaris abuso,
El Chivo Prieto Encantado
que ya el Diablo se llevo.
Con Inés Chávez Ramírez
al estado maltrato,
robaron vacas y chivas
y los jacales quemó.
Santana Galván un día,
en un paso les salió
y le dijo que era un indio,
que fabricaba carbón.
El Chivo Prieto Encantado
a Santana prometió
dejarle las manos libres,
si entraba en el escuadrón.
Santana Galván le dijo:
"Ya a ese precio me enroló",
pero llegando la noche
}al Chivo Prieto mato.
A la orilla del camino,
El Chivo Prieto durmió,
con hombres que ese Santana,
entre pinos los metió.
6
VICENTE T. MENDOZA. El Corrido Mexicano, México, Fondo e Cultura Económica, Colección
Popular #139, 1984, pp. 219 a 221
29. 29
Bajaron de entre los pinos,
como pinos en fogon,
los hombres del Güero Ramos,
por encargo de Galván.
Gritaban todo a una:
"¡Viva la Revolución!"
Y al Chivo Prieto mataron,
sin valerle lo barbón.
Santana Galván le trajo,
la cabeza a la ciudad
del Chivo Prieto Encantado,
ejemplo de gran maldad.
Volando por esa sierra,
de Paracho a Apatzingán,
van palomas de mi tierra,
huyendo de un gavilán.
Son las pobrecitas guaris,
que lloran en su volado,
los daños que les hiciera,
El Chivo Prieto Encantado.
Ya con ésta me despido,
aunque regreso mañana,
y así mataron al Chivo,
esos hombres de Santana.
30. 30
El general Luis B. Gutiérrez, mejor conocido como El Chivo Prieto Encantado fue
oriundo de Arteaga, Michoacán y participó en la Revolución como: maderista,
antihuertista, convencionista y finalmente como bandido, aunque se
autodenominaba villista.
Como convencionista, Luis B. Gutiérrez peleo bajo las ordenes del general Pedo
Zamora y como bandido actuó al lado de José Inés Chávez García (ver corrido de
José Inés Chávez García) y su superficie de acción abarco partes de los estados
de: Michoacán, Colima y Jalisco.
Los datos sobre la muerte de El Chivo Prieto Encantado son muy contradictorios:
mientras que en el corrido se menciona que quien mato al Chivo Encantado fue
Santana Galván; Vicente González Méndez y Héctor Ortiz Ibarra ubican la muerte
de El Chivo Encantado en la hacienda de El Naranjo, Colima, a manos del
tingüindense Ignacio Huerta. Otra versión; la única que da fecha exacta del suceso,
es la de Ricardo B. Nuñez quien nos dice que: "El Chivo Encantado tuvo la osadía
de tomar el entonces pueblo de Tecomán, Colima, haciendo sus víctimas entre los
comerciantes del lugar, a los cuales robo una fuerte cantidad de mercancías, quemó
la Estación del ferrocarril y; después de una arenga que dirigió a los habitantes del
poblado, huyó con su botín al estado de Michoacán, siendo alcanzado por los
soldados de la guarnición de Colima, los cuales le quitaron el producto de aquel
robo. Pocos días después, el 26 de agosto de 1916,El Chivo Encantado fue muerto
cerca de la hacienda de La Estrella, Jalisco, y su cabeza fue llevada a la ciudad de
Colima por el señor Telésforo Aguilar,
31. 31
ROMANCE HISTÓRICO VILLISTA7
Anónimo
(Fragmentos)
(...)
IV.- Fusilamiento de los Juilones
Los del Primer Escuadrón
allí quedamos pendientes,
llevando la comisión
de ir a quemar los puentes.
La fecha del treinta y uno,
cuando ya había amanecido,
nos fuimos a descansar
hasta el arroyo del Nido.
En este arroyo del Nido
tuvimos muy bien cuidado,
porque cada uno estuvo
de saber el resultado.
No esperaba el enemigo,
en aquella hora fatal,
corriendo como aves tristes
por todito el mezquital.
Unos cuantos de a caballo,
los fueron a perseguir
y al darle baque8
para atrás
ninguno quería venir.
La tropa no interesaba
de los pobres pasajeros
querían que a la guarnición
los hicieran prisioneros.
Pocos momentos después
7
Romance Histórico Villista, (Diario en verso de un soldado de Villa), Chihuahua, Chihuahua,
publicación de Antonio Delgado, 1975, pp. 43 a 148.
8
Baque para atrás.- Baque barbarismo del inglés, back, atrás o detrás, de vuelta o retorno.
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llegamos con los juilones,
los mandaron fusilar
por puritos arrancones.
Si estos tuvieran confianza
y no hubieran arrancado,
los hubieran perdonado,
no los hubieran matado.
(...)
IX.- Hay que asaltar un tren.
El trece ya recibimos
la orden para marchar
al rumbo de Sacramento
que era donde había qué agarrar.
En el arroyo de La Tinaja
el coronel dijo así:
"Esta noche estudio el plan,
para que se acuerden de mí".
El catorce muy temprano
reunió su oficialidad
declarándoles un sueño
bueno de felicidad.
Les dijo a sus oficiales:
"Mi sueño me da una idea,
que en El Cobre hay que asaltar,
un tren, no importa cual sea".
Como a las cuatro de la tarde
de La Tinaja salimos
caminando con la gente
hasta el lugar que dijimos.
A la derecha de El Cobre
hay un cerrito elevado,
que de allí, no nos movimos
hasta que no había aclarado.
El quince, como lo he dicho,
a la estación nos bajamos
33. 33
buscando al telegrafista
pero ya no lo encontramos.
Con los vecinos de allí
tuvimos el derrotero
que a las ocho de la mañana
iba a pasar pasajero.
Les dijo mi coronel:
"que formen los Escuadrones
aquí morimos o mueren
todos estos coroneles".
También ordeno a su gente
que no fueran a tirar
porque si era el pasajero
lo tenían que respetar.
Como a las ocho serían,
cuando el tren se aproximaba
no podíamos ver pelados
un puro humo se miraba.
Se le hacía a mi coronel
que el tren ni había de llegar
por haber tumbado postes
y lo fueran a notar.
El tren llego, no hubo duda,
era tren de pasajeros
que conducía a los traidores
que van para el extranjero.
(...)
XII.- El veintisiete para Chihuahua marchamos
El día veintidós salimos
del rancho de Santa Rosa
a dar molestias a Antonio,
a Cienega de Mendoza.
Antonio Perez decía:
"Gente como esta no he visto,
pero antes de que llegara,
ya tenía el almuerzo listo".
34. 34
Como a las cinco sería,
llevo mi cuenta cabal,
recibió mi coronel
mensaje del general.
En el mensaje decía
que de allí se regresara
a la toma de Chihuahua
y en Las Huertas lo esperaba.
Con ésta disposición
mi coronel no avanzo
a juntarse con Quevedo
pero el mensaje mando.
En ese mismo momento
dijo: "Yo voy personal,
andando toda la noche
yo doy con el general".
También ordeno que Aurelio,
con la gente se quedara,
para que otro día saliera
y hasta La Playa avanzara.
El día veintitrés salió,
como lo habían ordenado,
allí durmió con su gente
todos en muy buen estado.
El veinticuatro salió,
con su gente organizada
al rancho de Calabacillas,
en donde hizo la jornada.
Al llegar a Calabacillas
al coronel encontramos
diciéndonos: "Me fue mal,
al general no lo hallamos".
El veinticinco temprano
nos dijo mi coronel:
"Nos vamos a Sacramento,
para irnos por todo el riel".
Mando trozarles los hilos,
35. 35
de la comunicación,
también les quemo unos postes,
estos eran de pilón.
Hasta enfrente de Las Quintas
hemos podido llegar,
organizada la tropa
ya lista para pelear.
Luego miramos un tren
que rumbo al norte salía,
disponiendo el coronel
salirle a la travesía.
El tren como malicioso,
ya no quiso colar más
se le hizo más conveniente
devolverse para atrás.
La tropa, a mata caballo,
al tren se le abalanzo,
pero como iban cansados
al fin el tren se paso.
No tuvimos novedad
en estos tiros cambiados,
nomás tres muías hirieron
y se fueron los pelados.
Al agua de Tierra Blanca,
allí nos fuimos a sestear,
siempre pendientes de ver
si el tren se volvía a pelear.
De allí mando el coronel
avisarle al general;
que su tropa se encontraba
cerca de la vía Central.
Al correo le hizo entender
que se iba a Jesús María
y que allí iba a dormir,
donde lo hallaba otro día.
Llegamos a éste ranchito,
ya queriendo obscurecer,
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hallando la novedad
que un tren se alcanzaba a ver.
Aurelio, que iba a paseo,
al rancho de Sacramento
allí se encontró a Quevedo
reuniendo su campamento.
Le mandaron avisar
al coronel del ranchito,
para ver qué disponía,
Quevedo ya estaba listo.
El coronel ordeno
que tocaran botasilla9
para ir a traer al tren
que acercándose venía.
Tanto Quevedo como él,
su tropa la organizaron,
poniéndole en tiradores
y en tiradores quedaron.
El tren se nos devolvio,
quién sabe porqué lo haría,
cuando ya se disponía
a entrar para La Boquilla.
Al fin dejaron los puestos,
no había esperanza ninguna,
volviéndose a acampar
como cosa de la una.
El veintiséis se aclaro,
luego alcanzamos a ver,
dos trenes que iban a Juárez
Treviño quería correr.
Quevedo y Murga dijeron:
"No hay que dejarlos pasar,
preparemos a la gente
por si se ofrece pelear".
Formaron su línea de fuego,
todita la infantería,
9
Botasilla.- toque de clarín para que los soldados ensillen sus cabalgaduras .
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el tren no quiso la gorda,
les dijo que no quería.
Como en ese día anterior,
se devolvieron atrás,
dejándonos a nosotros
en tiradores nomás.
Unos cuantos oficiales
los fueron a perseguir
les tiraron unos tiros
y nomás los vieron ir.
Enseguida tramitaron
que mejor avanzarían
a donde estaba el general
para ver qué les decía.
Sus cálculos los echaron
y el acuerdo fue seguir
no faltando quien dijera
que un tren se veía venir.
Ese tren venía de Juárez
y nosotros ya montados
tuvimos que devolvernos
a devolver los pelados.
Ese tren vino propuesto,
hasta estación Molinar
creyendo estos que allí
se podrían desembarcar.
La intención es la que vale,
lo digo en éstos renglones,
que luego que ya nos vieron
le avisaron a talones.
Un oficial de Quevedo
que iba adelante primero,
éste les pudo coger
de ellos un prisionero.
Cerca del Cobre llegamos
con esa persecución
y de allí nos devolvimos
con vaquitas a montón.
38. 38
Al llegar a Sacramento
llegó comunicación
que avanzara la Brigada
y también la munición.
El veintisiete a las cinco
para Chihuahua marchamos
y enfrentito de Las Quintas
allí nos organizamos.
(...)
XIX. - Avanzó hasta Bermejillo a correrlos a patadas
El dieciseis a las ocho,
salimos a la estación,
nos íbamos a embarcar
y salir para Torreón.
Los trenes no regresaron
el jefe no lo sabía,
nos volvimos a acampar,
para salir otro día.
Como seis vacas matamos,
ya tirando la tantiada,
de oír lo que nos decían,
que por allá no había nada.
José Arballo recordó,
de las hambres retrasadas,
mandó juntar las cabezas
y llevarlas tatemadas.
El horno, como era ajeno,
no se quería calentar,
temiendo que las cabezas
crudas fueran a quedar.
El diecisiete a las ocho,
volvimos a regresar,
formados a la estación
comenzamos a embarcar.
39. 39
A las diez de la mañana,
ya Murga se había embarcado,
haciendo también balance
pieza de pan por pelado.
Como a las dos de la tarde,
nos despacho el general,
ordenando al maquinista
nos apeara en Peronal.
Por la tarde y por la noche
iba la tropa azorada,
comiendo su pan con leche
y cabeza tatemada.
Como a las seis del dieciocho
llegamos al Peronal,
allí nos desembarcamos
como ordeno el general.
Don Nicolás que era jefe
y general de Brigada
avanzo hasta Bermejillo
a correrlos a patadas.
Los trenes del enemigo
nos salieron a encontrar,
no creían que por detrás
los pudieron atacar.
La gente de Martín López
días antes se adelanto,
les pudo quitar un tren
y el otro se les salió.
Como a las seis de la tarde
un correo mando a avisar:
"Bermejillo está tomado
no tienen que vacilar".
Fernández mando ordenar
la tropa se organizara
y después de organizada
a Bermejillo avanzara.
Pasamos por la estación
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como gatos en costales
preguntando, ¿donde había agua
que darle a los animales?.
Dormimos en un ranchito
en la miseria siguiente,
sin pasturas la remuda
y sin comida la gente.
El diecinueve seguimos
a la estación Sacramento,
era la orden de Fernández
de poner su campamento.
El día veinte nos dijeron:
"Hoy descansan todo el día
mientras llega a Bermejillo
el general Pancho Villa".
El veintiuno recibieron
la orden para marchar
diciendo: "A Gómez Palacio
hoy nos vamos a tomar".
A Gómez hemos salido,
y poco antes de llegar
nos pusieron un correo
que ya podíamos entrar.
En Gómez estaba Villa
porque éste nos la ganó,
viendo los trenes que traía
el enemigo corrió.
Como cinco cañonazos
tiraron por dar la prueba,
que otro día irían a quedar
sin pantalón y sin leva.
XX.- Veinticuatro horas son buenas para tomarles Torreón.
Esa noche que llegamos,
Villa ordenó a sus Brigadas
que así pasaran la noche
con las bestias enfrenadas.
41. 41
A todos sus oficiales
les ordeno posesión;
veinticuatro horas son buenas
para tomarles Torreón.
El veintidós a las cinco
marchamos con ordenanza,
con el general Fernández
por tenerle más confianza.
Villa le dijo a Fernández:
"A tí te voy a mandar,
por el cañón del Guarache,
no te vayas a rajar".
"Te llevas a Aurelio Murga,
Brigada de San Andrés
para que sepan en Torreón
que con ellos se dan tres”.
Al llegar a un cerro grande,
frente al de La Cruz está,
nos tiramos cañonazos
que fue una barbaridad.
El cerro estaba tomado
por los mismos compañeros
tirándoles metrallazos
que parecían aguaceros.
Fernández le dijo a Aurelio:
"Aquí rompemos la guerra
pasaremos en corrida
aunque se muera uno que otro".
Por el Cerro de Calabazas
sube el Primer Escuadrón:
"que quiten las posesiones
que dan vista hacia Torreón".
Al Cuarto Escuadrón le mandan
que suban esos cerritos,
no nos vayan a flanquear
porque somos muy poquitos.
Valdiviez, Murga y García,
42. 42
los tres en disposición,
dispusieron que García
entrara por el cañón.
Estando García de acuerdo
que Murga lo protegiera,
lo mandó subir al cerro
que le nombran Polvorera.
Murga subió con su escolta
a cumplir la comisión,
con otros cuantos soldados
de uno y otro Escuadrón.
Murga avanzó medio cerro
luego se dio una parada,
para apaciguar el fuego
de nuestra misma Brigada.
Aurelio sacó su anteojo
y se puso muy atento,
para ver al enemigo
cómo traía el movimiento.
a José Arballo le dijo:
"Vete pronto y muy de prisa,
arriba de ese cerrito,
para ver que se divisa".
José Arballo se siguió,
con todas las precauciones,
encontrando al enemigo
cogiendo las posiciones.
Al pie de los parapetos
han plantado su bandera
y al grito de"¡Viva Villa!",
han corrido los Herrera.
Les cogimos su bandera
y se las hicimos pedazos
y al correr las codornices
les dimos muchos balazos.
Arballo mando un correo
a Aurelio que le dijera:
"El enemigo corrió
43. 43
dejándonos la bandera".
Aurelio llega y pregunta:
"¿Donde van los correlones?
ahora lo que hay que hacer
no dejar las posesiones".
"Que venga el Cuarto Escuadrón
y que les eche la aullada,
dejando abajo del cerro
todita la caballada."
Ya serían como las diez
no estabamos ni apurados,
tocándoles mala suerte
a dos de nuestros soldados.
Al encumbrar el cerrito
a Andrés Corral nos lo hirieron
de los mismos compañeros
los que avanzar no quisieron.
Ha llegado el desconsuelo
la hora en qué lamentar;
ya Basilio Soto es muerto
nos lo acaban de matar.
No se rajen compañeros,
De la Rosa contesto:
"Si Basilio Soto es muerto,
todavía les falto yo".
A los pies del coronel
se ha recibido éste duelo;
Soto que herido en la cara
se ha ido volando al cielo.
Siguiendo el tiroteo
cuando a poquito ratito,
se quejaba Moisés López
diciéndonos: "¡Ay Diosito!".
El brazo derecho fue
donde le dieron el tiro
y cumpliéndose dos horas
dejo el último suspiro.
44. 44
Aurelio disimulaba
el dolor que le acobija
por los dos de sus soldados
que habían matado ese día.
Se fue por la línea de fuego
donde estaba Chavarría,
preguntando dónde estaban,
los heridos que tenían.
Chavarría le rindió el parte
que Chacón no había salido,
no sabía si estaba muerto
o estaba nomás herido.
Perfecto Chacón murió
en el campo de batalla,
junto con Vicente Cárdenas,
joven que lo acompañaba.
El día estaba terminado
y no se podía tomar,
dando la orden mi jefe
que teníamos que avanzar.
Se fue el día, llego la noche,
dejamos la posesión,
caminando en tiradores
para el centro de Torreón.
Bajó la escolta de Aurelio,
subiendo y bajando cerros,
teniendo la feliz suerte,
de encontrar los compañeros.
Encontramos a Pastrana
en su línea que tenía,
diciéndonos: "le di ceza10
a los de caballería".
Brigada Benito Juárez,
que era un montón de mayates,
si querías romper el sitio
10
dar ceza.- palabras usadas por los campesinos norteños para retirar al becerro de las ubres de la
vaca, dándoles un golpe en el hocico.
45. 45
con Pastrana te atorastes.
Se pusieron a acordar;
Pastrana, Arballo y García;
que Arballo fuera otra vez,
a los puestos que tenía.
Arballo subió a la gente
al cerro de Polvorera,
como lo ordenó García,
a esperar que amaneciera.
La gente ya no quería,
no querían obedecer,
por no tener parque ni agua
mucho menos qué comer.
Uno al otro se decía:
"Se nos acaba el aliento"
con dos días y dos noches
que les faltaba alimento.
Luego que ya amaneció,
Arballo buscaba a Aurelio,
que por no haber dado vuelta
le entraba el desconsuelo.
Encontramos seis soldados
que conducían los heridos
a Epifanio Cerecerez
y a otros mas desconocidos.
Aurelio con Chavarría
y con el otro Escuadrón
les aclaró por las calles
de ese mentado Torreón.
De la Rosa y José Arballo
siguieron con su trabajo
en línea de tiradores,
marchando a la cuesta abajo.
Nos dirigimos a un cerro
Cansados, hechos pedazos,
pero haciéndoles la seña,
allí nos dieron de balazos.
46. 46
Cerrito de la Agazapa,
te tuve que bautizar,
mucho trabajo nos diste
y nos quieres traicionar.
Un talaca11
de la tropa,
lo pensó de otra manera,
avisándole a talones
y tirando la bandera.
La línea dio media vuelta,
como queriendo arrancar,
cuando llegaba un correo;
ya no hay orden de tirar.
Atendimos al correo
demostrándole obediencia,
no dándole a maliciar,
lo hacíamos por conveniencia.
Al grito que hicieron alto,
la gente se organizó,
contemplando al enemigo
que por enfrente pasó.
A orillas del pueblo llegamos
donde Aurelio nos halló,
mando formar a la gente
y allí nos organizó.
Nos fuimos a encuartelar
a la placita de toros,
después trajimos los muertos
y a los heridos a todos.
Aurelio mandó hacer cajas
de los muertos que le hicieron,
en prueba de gratitud
por sus servicios que dieron.
El sábado fue éste día
y de fecha veintitrés
día en que enterramos cinco hombres
del pueblo de San Andrés.
11
talaca.- hombre flaco, tilico, esquelético.
47. 47
Los llevaron al panteón
a hacerles su funeral
cumpliendo con el deber
de una tropa nacional.
XXI.- El descarrilamiento de Rellano
El domingo veinticuatro,
como a las cinco serían,
salieron doscientos hombres
al puente de Picardía.
Salazar llevó a la gente
llevando la comisión
de ir a quemar los puentes
y devolverse a Torreón.
El veinticinco llegamos,
ya queriendo obscurecer,
no procuraban comida
por procurar por mujer.
Veintiséis y veintisiete,
dos días que descansar,
porque el veintiocho a las diez,
nos tenemos que embarcar.
El día veintiocho salimos,
a formar a la estación,
haciéndonos inocentes
con venimos de Torreón.
Toda la noche anduvimos
en el tren sobre los rieles
se le asentaba12
a la tropa
no comer en los hoteles.
El veintinueve también
anduvimos todo el día
pasándonos de Escalón
y a poquito obscurecía.
12
asentar.- extrañar, echar de menos.
48. 48
En la sección de Abasolo
la máquina agua agarró
y antes de llegar a Rellano
el tren se descarriló.
Esa desgracia sufrida
que el tren nos ocasionó,
serán seguros recuerdos,
a mí también me tocó.
Cincuenta y nueve nomas
fue el número de golpeados,
no habiéndome dado cuenta
de los muertos aprensados.
De quejidos y clamores
nomás una voz se oía,
lamentando la desgracia
que nos tocó en ese día.
Fernández dijo a su escolta:
"No sean desacomedidos,
vayan a ayudarle a Murga
a levantar los heridos.
Adelante hay cuatro carros,
dos van a desocupar,
para mandar los golpeados
a Jiménez a curar.
Que haya una comisión
compuesta de diez soldados,
allí les dieron cien pesos
para curar los golpeados.
Hemos llegado a Jiménez,
en la mayor aflicción,
donde murió Eroilán Robles
y se enterro en el panteón.
Un paisano le decía,
como su fiel compañero;
una cruz a su sepulcro
escrita con un letrero.
Cuando se me ha de olvidar
que en el letrero decía:
49. 49
"Aquí murió Eroilán Robles
que fue soldado de Villa".
En diciembre, el veintinueve,
lo tengo en el pensamiento
esa fecha se murió
en un descarrilamiento.
El treinta fue sepultado,
de Jiménez al panteón
viniendo Robles del sur,
de la toma de Torreón.
Los demás de los golpeados,
los llevaron a curar,
recetando los doctores
que tenían que reposar.
El treinta y uno ordenaron,
por orden del general,
embarcaron los golpeados
para llevarlos al Parral.
Intitulado como Romance Histórico Villista, este extenso corrido cuenta con 442
cuartetas y está dividido en 24 partes. En la introducción histórica del texto, Antonio
M. Delgado nos aclara que; cuando su primo Amador Delgado trabajaba en la
Imprenta del Gobierno del Estado de Chihuahua, un buen día se presento un amigo
suyo acompañado de un campesino, quien entrego a Amador una libreta
conteniendo el diario manuscrito.
Amador nunca pudo publicar el diario del desconocido campesino, tampoco volvió
a ver a su autor y decidió entregar el manuscrito a Antonio M. Delgado quien lo
publicó en 1975.
El Romance Histórico Villista abarca del 15 de octubre de 1916 al 3 de enero de
1917 y narra algunas acciones de la guerrilla villista en los estados de: Chihuahua,
Durango y Coahuila.
En la primera quincena de octubre de 1916, el general Francisco Villa lanzó en el
pueblo de San Andrés (hoy Riva Palacio), Chihuahua su Manifiesto a la Nación, en
el que condenaba al gobierno de Don Venustiano Carranza y la invasión
50. 50
estadounidense, al tiempo que convocaba a elecciones libres y civilistas, reconocía
la vigencia de la Constitución de 1857, limitaba la adquisición de bienes raíces a los
estadounidenses y chinos y declaraba las vías ferreas y los minerales como
propiedad de la nación, entre otros puntos.
De la primera a la undécima parte del Romance Histórico Villista, el autor anónimo
nos describe con detalle la vida cotidiana de los guerrilleros villistas, adheridos al
Manifiesto de San Andrés y obedientes al coronel Aurelio E. Murga Terán (nacido
en San Andrés, Chihuahua, el 12 de noviembre de 1891) y su hermano el coronel
Juan Murga Terán.
Entre las partes transcritas se describe cómo; el 20 de noviembre de 1916, el
general Francisco Villa inicio el ataque a la ciudad de Chihuahua, que era
guarnecida por las tropas constitucionalistas del general Jacinto B. Treviño.
Villa envió propios a los diferentes jefes de guerrillas que operaban en el estado de
Chihuahua, entre ellas a la Brigada Murga de Aurelio Murga y Silvestre Quevedo.
Luego de algunas escaramuzas en el tramo de ferrocarril de Chihuahua a Ciudad
Juárez, la Brigada Murga se dirigió a la ciudad de Chihuahua y su asalto al cerro de
Santa Rosa decidió la victoria villista sobre los carrancistas de Treviño.
El 27 de noviembre de 1916 los hombres de la Brigada Murga entraron a Chihuahua
por el rumbo del actual barrio de Pacífico (llamado así por su relación con el
ferrocarril Chihuahua-Pacífico).
Para el 29 de noviembre, ante el avance de las tropas constitucionalistas del general
Francisco Murguía, Villa ordeno que la columna del general José Inés Salazar y
Silvestre Quevedo se dirigiera a Horcasitas, para detener a los efectivos de Murguía.
En estación Horcasitas, ubicada en el tramo del ferrocarril de Chihuahua a Ciudad
Camargo; los constitucionalistas del general Francisco Murguía derrotaron a los
villistas, el 1 de diciembre de 1916, por lo que la Brigada Murga se vio obligada a
dispersarse, mientras que, inevitablemente, las tropas de Francisco Murguía
avanzaron sobre la ciudad de Chihuahua y entraron a la misma a ésta el 2 de
diciembre.
Repuesto de la derrota de Horcasitas; Villa reconcentró sus tropas, las municionó y
se dirigió hacia el sur del estado de Chihuahua, ocupó Satevó, La Joya y Parral.
51. 51
Desde Parral, Villa lanzo su ataque a Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua, lugar
donde, el 13 de diciembre de 1916, los villistas derrotaron a las tropas
constitucionalistas del Segundo Batallón que comandaba el mayor Tirso Hernández.
En Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua se suscito un grave incidente; los villistas
habían registrado los trenes ocupados, carro por carro y luego de recoger las
vituallas últiles que encontraron embarcadas, dejaron a las mujeres soldaderas
constitucionalistas ocupando el tren en que se hallaban. A la sazón, el general
Francisco Villa se detuvo a cierta distancia del tren ocupado por las soldaderas,
dictando órdenes a uno de sus oficiales; en un momento, otro oficial villista cruzó
entre Francisco Villa y el tren de las soldaderas. Se escuchó un disparo y el oficial
que cruzaba cayó muerto, cerca del general Villa.
Como el disparo salió del tren de las soldaderas constitucionalistas, se corrió la voz
de que éstas trataban de dar muerte al general Villa, razón por la cual la escolta de
Dorados de Villa masacró a las soldaderas constitucionalistas. En esa ocasión
murieron alrededor de 90 soldaderas y según Francisco R. Almada, el incidente fue
provocado por la esposa del pagador de las fuerzas del general Rosalío Hernández.
De Santa Rosalía de Camargo, Villa encarriló sus tropas hacia Torreón; ocupó
Bermejillo, el Peronal, Gómez Palacio y Lerdo, Durango; siguiendo la vía de
ferrocarril de Camargo a Torreón.
Los combates de la tercera toma villista de Torreón se realizaron del 20 al 24 de
diciembre de 1916.
Torreón era defendida por las tropas de los generales: Severiano A. Talamantes,
Fortunato Maycotte y Luis Herrera.
El general Luis Herrera murió en la acción de la toma de Torreón y el general
Severiano A. Talamantes, herido en su honor militar por la derrota, decidió
suicidarse.
Por su parte, el autor anónimo del Romance Histórico Villista nos dio su punto de
vista de soldado raso de la Brigada Murga, sobre los movimientos y sentimientos de
los villistas en ésta campaña.
Luego de la tercera toma villista de Torreón, el movimiento de la guerrilla villista
preocupó fuertemente al gobierno de don Venustiano Carranza, mientras que los
52. 52
jefes estadounidenses de la Expedición Punitiva veían cada vez mas lejano el
supuesto objetivo de su misión.
Huyendo de Torreón, el general Fortunato Maycotte se retiró hasta Parras, Coahuila
y ahí fue reforzado por las tropas constitucionalistas del general Francisco Murguía,
quien había substituido al general Jacinto B. Treviño, como jefe de operaciones
militares del estado de Chihuahua.
Con las fuerzas de Murguía, Maycotte logró recuperar la Región Lagunera. Villa se
retiró al norte, internándose en Chihuahua, utilizando la vía ferrea, fue entonces
cuando se suscitó el descarrilamiento de Rellano, Chihuahua que relata la parte
transcrita del romance .
El 3 de enero de 1917 en Estación Reforma, Chihuahua, las tropas del general
Francisco Villa combatieron a las constitucionalistas del general Francisco Murguía,
en la acción, el primero fue derrotado El mismo día, Murguía recuperó Ciudad
Jiménez e Hidalgo del Parral, mientras que los villistas fueron también derrotados
en Satevó y Villa de Zaragoza.
En el epílogo del Romance Histórico Villista, el autor nos da razón de estas
acciones, desde el punto de vista villista. Dada la gran extensión del romance, se
decidió no reproducir la totalidad del corrido y más bien se seleccionaron las partes
sobresalientes del mismo.
54. 54
Generales villistas Martín López Aguirre y José Inés Salazar, guerilleros villistas y
protagonistas del Romance histórico villista
55. 55
La toma de La Piedad13
Anónimo
Con fecha día quince de abril,
amanecer dieciseis,
ha tomado La Piedad
el general don Inés.
Serían las cinco o las seis
que a la plaza iban entrando,
soldados del general,
¡Ah!, qué bien iban quedando.
¡Ay!, qué valor de Ramírez,
cuando a la plaza iba entrando,
se fue derecho al cuartel
y los iba fusilando.
Decía don Ramón Ochoa,
cuadrándose a la pared:
"Ya me mataron a mi hijo,
ahora lo vamos a ver".
Luego que ya lo mataron
lo echaron en su caballo,
los villistas se decían:
"Aquí mataron buen gallo".
A fuego cerrado entraron,
todititos los villistas;
a fuego querían salir,
pobrecitos carrancistas.
Los villistas les decían:
"Pelones hijos del seis,
se salió del camposanto
mi general don Inés.
El teniente Nares decía,
con su sombrero de pelos:
13
ALVARO OCHOA SERRANO. La Violencia en Michoacán (Ahí viene Chávez García), México,
Gobierno del Estado de Michoacán / Instituto Michoacano de Cultura, 1990, pp. 262 a 263.
56. 56
"Si vieran qué ganas traigo
de encontrar a Caballero".
A puro fuego taparon
la salida de Zamora,
los carrancistas decían:
"Cuántos moriremos ahora".
Iba el capitán Abraham
por la calle del Cincuenta:
"¿En dónde está Caballero,
señores, dónde se encuentra?"
Cuando ya el tren les silbó,
en la estación de Santa Ana
los carrancistas decían:
"Que repiquen las campanas".
Decía el señor Caballero:
"No han tenido novedad
los que sobraron decían:
"Tomaron a La Piedad".
Ya con esa me despido
con una "pe" y una "a",
aquí termina el corrido;
La toma de La Piedad.
Entre el 15 y el 16 de abril de 1917, las tropas irregulares de José Inés Chávez
García (ver corrido) ocuparon brevemente la poblacion de La Piedad, Michoacán;
en una de las múltiples correrías de los chavistas. En esos días los chavistas se
autonombraban villistas.
57. 57
Combate de Numarán14
Anónimo
Salió de Huandacareo,
José Inés, rumbo a la sierra,
Flores y López lo siguen,
para hacerles fuerte guerra,
pero eso no lo consiguen,
porque Inés no los espera.
El gobierno muy airado,
mandándole desafíos,
pero de temores llenos
le siguen para el Bajío,
Inés dice: "Hoy la decido,
por las orillas del río".
Llego al Carmen, se afortina
con admirable estrategia,
el gobierno no camina,
pues ya, al contrario, lo deja
y teme que lo extermine
y el miedo ya no lo deja.
Flores llego a la Tepuza,
se metieron'para adentro,
entraron y se robaron
los ornamentos del templo,
y varias cosas violaron
que pronto vieron l’ejemplo.
Los villistas desvelados
cansados de caminar
toditos muy fatigados
y con ganas de pelear;
"Ah, qué ganas les traemos",
les dicen al general.
El coronel Madrigal
se acerca muy obediente,
"Aquí estoy mi general,
estoy con toda mi gente,
sus órdenes me ha de dar,
14
ALVARO OCHOA SERRANO. La violencia en Michoacán (Ahí viene Chávez García), Op. Cit. pp.
270 a 272.
58. 58
para salirles al frente".
Nares lleva gente buena,
las pruebas las van a dar,
por apodo es La Venena,
ya se ha lucido en pelear
en su tierra y en la ajena,
para ellos siempre es igual.
Como a las once del día,
descargaron sus cañones,
"¡Qué viva Chávez García!",
gritaban como unos leones,
el volteadero se veía
de caballos y pelones.
Más de doscientos murieron,
del partido carrancista,
este combate se vio
y en el punto Buenavista,
allí donde Nicho murió,
y otros cuantos villistas.
Ya con ésta me despido,
recuerdo del mes de enero,
nos despedimos contentos
del valiente guerrillero,
nomás quedan los lamentos,
en Numarán, del gobierno.
Continuando con su secuela anticarrancista de saqueos y violaciones, José Inés
Chávez García atacó Numarán, luego de que el 5 de enero, había sido rechazado
en Huandacareo. El ataque se inició por el lado de Tepuza, municipio de Numarán;
en la acción no faltaron los inseparables jefes chavistas: "El Mocho" Nares y Bruno
Alcaraz, alias La Venena. El corrido sobre la victoria de los chavistas en Numarán,
según se dice, fue compuesta por un sacerdote que se mantuvo oculto durante el
ataque.
59. 59
Corrido del saqueo de Salamanca15
Anónimo
Domingo de Carnaval,
qué día tan señalado,
que al pueblo de Salamanca
los villistas han entrado.
En la esquina del Puente Obscuro,
la música ahí venía,
allí los hizo tocar
el coronel Juan García.
"¡Ay!", gritaba éste Arellano,
mero enfrente del abasto:
"Viva don Ramón Ortiz,
también don Pancho Palo Alto".
Se fueron pa' la Parroquia
pegándose a las paderes,
gritando: "¡Viva Palo Alto!
también don José Gutiérrez".
Se fueron pa’ la Parroquia
se deregían a la tienda;
"¡Ahora, señor don Eulogio,
a jugar Carlestoliendas".
Se fueron pa'l portalito,
se metieron a otra tienda;
porque le vieron fortines
de jugar Carlestoliendas.
"Esa tienda es de pelea",
decía el coronel Juan García;
"porque le veo gallinero
arriba de la azotea".
iAy! la mercería de Campos
toditita la quebraron;
ya lo dejaron sentado
la mercería se llevaron.
15
JUAN DIEGO RAZO OLIVA. Rebeldes Populares del Bajío. Hazañas, tragedias y corridos, México,
Editorial Katún, 1983, pp. 118 a 119.
60. 60
Decía don José Rosales:
"Ya yo me voy pa' Celaya,
ya me dejaron sentado
se llevaron la cambaya.16
Gritaban los Tecolotes:17
"También nosotros ahí vamos
’ora que se vayan todos
vamos a ver qué arañamos.
Decía don Matilde Alfaro:
"Salgan si tienen valor;
aquí les traigo el gallito
que les mato a Peñaflor”.
"Traigo muy poquita gente"
decía el coronel Juan García.
"Yo quisiera que saliera
toda la gendarmería'.'.
Se llevaron a Espinoza,
se lo llevaron pa'l cerro,
que iba a ser el rayador,
repartidor del dinero.
Por el lado de Las Playas
gritaban las avanzadas,
decía don Ramón Ortiz:
"¡Sálganle, gorras aguadas!"
Ya con ésta me despido,
de día y con su confianza.
Aquí termina el corrido
del Saqueo de Salamanca.
En éste corrido se nos da relación de como; el 28 de febrero de 1918, la ciudad de
Salamanca, Guanajuato, que en forma austera celebraba la fiesta de carnaval
(carlestoliendas en el corrido), sufrió un ataque por parte de las guerrillas villistas
guanajuatenses dirigidas por los jefes: Ramón Ortiz, Matilde Alfaro, Antonio
Arellano, Macario Silva, Juan García, Pancho Palo Alto y José Gutiérrez. Los
16
Cambaya.- denominación que se aplica a objetos de buena calidad.
17
Tecolotes.- mote que se da a los gendarmes.
61. 61
villistas saquearon los comercios de Salamanca y en la refriega murieron algunos
defensores de la población; gendarmes, voluntarios civiles y algunos de los
integrantes del pequeño destacamento militar que guarnecía Salamanca.
Al retirarse los villistas, los constitucionalistas se apoderaron de Salamanca y; en
vez de ir en persecusión de los guerrilleros, prefirieron dedicarse a la misma acción
que su predecesores; el saqueo.
62. 62
La llegada de Villa a Tepehuanes18
Autor: Alberto Granillo,
comunicado por el señor Pedro Carrera,
en el pueblo de La Purísima,
municipio de Tepehuanes, Durango,
recogido por Lucio Quintero Corral, s/f.
(Fragmentos)
¡Ahí viene Francisco Villa!,
con todos sus coroneles,
dicen que viene colgando
a los jueces de cuarteles.
¡Ahí vienen ya los villistas!,
con éste viejo carcacha,
y los padres de familia,
que escondan a sus muchachas.
Por el lado de El Venado,
les pegaron un grito,
era el general Aguirre
y el general Teodorito.
El combate se empezó
en las Mesas Cardenchentas,19
dejaron sus provisiones
y sus maletas mugrientas.
Gritaba Francisco Villa
les gritaba con afán:
"¡Agárrenme al Jorobado!
para echármelo a mi morral".
Le contesta Teodorito:
"No se vaya a equivocar,
viejo barbas de zamarro
si no soy pieza de pan".
18
LUCIO QUINTERO CORRAL. Pancho Villa derrotado en Tepehuanes, Durango. al intentar tomar
la ciudad de Durango, en 1918, Ciudad Juárez, Chihuahua, Edición del autor, 1990, pp. 26
19
Cardenche.- nombre de una planta desértica de tallo agujereado y espinoso.
63. 63
A Villa lo derrotaron,
pues esa fue su fortuna
y Aguirre lo va siguiendo
rumbo al cerro de La Laguna.
Les decía Francisco Villa,
les decía en su despedida:
"A mi general Eulogio Ortiz
le voy a quitar la vida".
Gritaba Miguel Aguirre:
“¡Échenles fuego bonito!
que paguen las vacas gordas
que se hartaron en El Ojito"
64. 64
Corrido al General Aguirre20
E. Martínez Nájera/Zavala Ortiz
Mil nuevecientos dieciocho
éste recuerdo quedó,
pues el general Aguirre
un escrito recibió,
pero como era de Arango
a él ni cuidado le dio.
Arango quería la plaza,
pues se la quería torrar;
"Su hijo traigo prisionero
con él me voy a vengar,
me entregas diez mil cartuchos
a cambio de su libertad".
Aguirre le contesto,
en sentido muy formal:
"Tu eres un gran guerrillero,
yo también soy general,
la plaza no te la entrego
ya te puedes retirar".
En su caballo retinto
el general se montó,
en la plaza de Tepehuanes
él un grito les pegó,
ciento treinta hombres traía,
mientras que Amaro llegó.
Arango se retiro
con el rumbo al Pitorreal,
en Los Cerritos, Durango,
Aguirre lo fue a alcanzar,
"Esa injusticia que hiciste,
tú la tienes que pagar".
Adiós rancho de El Ojito,
qué tristeza te quedó,
al ver a Manuel Aguirre
que ahí la vida perdió,
ahí se gravó el recuerdo
20
Ibid, p. 27
65. 65
que para siempre quedó.
Derrotado en enero de 1917 (ver Romance Histórico Villista), en la hacienda de
Babícora, Chihuahua. En abril del mismo año; el general Francisco Villa decidió
dispersar a sus tropas e iniciar la guerra de guerrillas.
Mientras sus subalternos actuaban en pequeñas partidas; en el norte del estado de
Durango y en el estado de Chihuahua, el 14 de mayo de 1917, Villa dio la sorpresa
de su ataque a Ojinaga, Chihuahua y continuó combatiendo a las Defensas Sociales
(conocidas como Socialistas) y a las tropas constitucionalistas regulares de los
estados de Durango y Chihuahua, desplazándose por la sierra de Durango y
contando con el apoyo de la población, en lo tocante a vituallas e información
estratégica.
Para junio y julio de 1917, Francisco Villa, disfrazado de soldado constitucionalista,
junto con solo cuarenta y cinco hombres, en un audaz desplazamiento, arribó a
Huejuquilla (Hoy Ciudad Jiménez, Chihuahua).
Los biógrafos de Villa explican que la idea de los villistas era llegar a la Ciudad de
México; a donde se había enviado a una avanzada secreta con el plan de apoyar
un atentado contra la vida de don Venustiano Carranza. Según Francisco
Cervantes: "Villa fue duramente batido cerca de la ciudad de León, Guanajuato,
viéndose obligado a dispersar a sus hombres y emprender, con sólo cinco de ellos,
una penosa, difícil y arriesgadísima retirada para regresar al norte del país".21
Graziella Altamirano G. y Guadalupe Villa G. suponen que "la ausencia de Villa en
Durango y Chihuahua, durante varios meses, nos hace suponer, que por estas
fechas se llevó a cabo en el Cuartel General del Ejército Libertador del Sur, (en el
estado de Morelos) una reunión en la que participaron delegados de los dos
movimientos (zapatistas y villistas), constituidos en una Junta Revolucionaria; a
partir de esta junta, Villa denominó a sus fuerzas: Ejército Defensor de la Causa del
Pueblo".22
21
FEDERICO CERVANTES. Francisco Villa y la Revolución, México, INEHRM, 1985, p. 578.
22
GRAZIELLA ALTAMIRANO G. Y GUADALUPE VILLA G. La Guerrilla Villista a Través de los
Testimonios de sus Protagonistas, México, Ponencia del Primer encuentro de historiadores orales
de Amértica Latia y España, Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora, 1989, p. 16.
66. 66
Una vez en sus territorios naturales, Villa volvió a juntar a sus guerrillas,
combatiendo en Ojinaga, Chihuahua y dispersando de nuevo a sus cuerpos, e
iniciando una nueva serie de correrías en el norte del estado de Durango.
Después de ocupar la hacienda de Canutillo, Villa combatió en los municipios de: El
Oro, Santiago Papasquiaro y Tepehuanes, Durango, contra fuerzas regulares
constitucionalistas y Defensas Sociales que, en la región, se habían organizado
para combatir a los villistas.
Por su parte, los constitucionalistas habían iniciado la táctica de guerra de tierra
quemada y la reconcentración de las poblaciones adictas al villismo, mermando el
abastecimiento de las guerrillas.
El 11 de marzo de 1918, Francisco Villa ocupó la población de El Venado, municipio
de Tepehuanes, Durango, el ataque fue dirigido por los generales: Martín López,
Nicolás Fernández y Miguel García y por el coronel Ismael Maynez.
El mismo día, en Santa Catarina de Tepehuanes (hoy Tepehuanes), se reunieron
las tropas constitucionalistas del general Miguel Aguirre, las Defensas Sociales de
Rincón de Ramos y puntos circunvecinos, bajo las órdenes del general irregular
Teodoro Arreola, mejor conocido como El Jorobado, y las tropas constitucionalistas,
procedentes de la ciudad de Durango; recién llegados a Santa Catarina de
Tepehuanes, en el ferrocarril de Durango a Tepehuanes, estos últimos estaban a
las órdenes del general Joaquín Amaro.
El día 12 de marzo de 1918, los efectivos carrancistas sorprendieron a los villistas
en El Venado. En la acción cayeron algunos villistas. Otros huyeron hacia el rumbo
norte y el resto fueron aprehendidos. Estos últimos fueron ahorcados en los árboles
del Cerro de El Pitorreal.
En el Corrido del General Aguirre se menciona el hecho de que Francisco Villa había
aprehendido a Manuel Ramírez (Manuel Aguirre en el corrido), hijo natural del
general Miguel Aguirre, y de que Villa envió una carta a Aguirre, intentando
convencerlo de que se rindiera, a cambio de la vida de Manuel Ramírez, a lo que
Miguel Aguirre no contesto y Manuel Ramírez fue fusilado.
67. 67
Corrido de Chávez Garcia vs. Flores23
Anónimo
En un punto señalado,
distrito de La Piedad,
hubo un combate lucido,
murió una gran cantidad.
Que les pelió don Inés
al gobierno en realidad.
Mandaron un telegrama:
"Oiga, mi coronel Nares,
lo aguardo aquí con su gente,
vénganse todos cabales,
porque ahí viene Flores fuerte;
lo aguardo por esos planes".
Y Nares le contesto:
"Que su gente no peliaba,
que estaban en Jueves Santo
y el Señor no perdonaba
y Flores le contesto:
"Que la hora se le pasaba".
De Purépero salió,
el general con su gente,
se encontró con el gobierno,
se atacaron duramente;
y Chávez se afortinó
a un lado de San Vicente.
Corrieron los carrancistas
a la hacienda de García,
no querían hablar muy recio
en secreto se decían:
"Hermanos, qué les parece,
perdió nuestra compañía".
Salieron a perseguirlos
en fuerte persecución,
sin saber que en Jueves Santo
los iba a hacer matazón;
23
JUAN DIEGO RAZO OLIVA. Testimonios al viento. Corridos históricos del Bajío, México, disco
TLALLI, # 1. TLC-8013, 1983, cantado por Los Hermanos Cadena.
68. 68
en el rancho del Zapote,
quedaron hechos montón.
Decía el capitán primero:
"-¿Y a dónde me escondo yo?-"
A violencia de carrera
y el caballo lo salvó,
nomás la capa y la gorra,
un villista le avanzó.
69. 69
Corrido de Inés Chávez Garcia o El desafío de Chávez Garcia24
Anónimo.
Señores tengan presente,
lo que canto en éste día:
las hazañas del valiente
don Inés Chávez García.
ESTRIBILLO I:
"La revolución
la tengo por mía",
decía el valiente
Chávez García:
"Y en todos estos cantones,
soy padre de los pelones".
Salieron quinientos hombres,
del partido carrancista,
con orden de afusilar
a toditos los villistas.
ESTRIBILLO II:
¡Viva don Inés
y su compañía,
que se ha lucido ,
en tanta batalla!,
no es contrario a su partido,
no le teme a la metralla.
Decía el señor don Inés,
con su valor sin segundo:
"Soy villista y lo he de ser
mientras yo viva en el mundo".
ESTRIBILLO I.
Decía Rafael Espinosa:
"Señor, lo acompañaré",
y don Inés le decía:
"¿Para qué lo quiero a usted?"
24
GUILLERMO HERNÁNDEZ. The Mexican. Revolution, The Heroes and Events, 1910-1920 and
Beyónd, A collection of corridos fron early historic recordings, El Cerrito, California, álbum de discos
Folklorick Records # 9041/44, s / f cantado por Los Hermanos Bañuelos.
70. 70
ESTRIBILLO II.
"A mis soldados de a diez,
a mis sargentos de a treinta
y a mí, por ser general,
que se me corten cuarenta".
ESTRIBILLO I.
De Tlazazalca salieron
con rumbo a La Colorada:
"Váyanse poniendo en puntos,
que ya los traigo en railada".
ESTRIBILLO I.
Dice el señor don Inés:
"Por Dios que no tengo frío;
soy la espada del valiente,
respetada en El Bajío".
ESTRIBILLO II.
"En Zamora, en Degollado,
en La Piedad de Cabadas,
a los pelones quité:
armas, parque y caballada".
ESTRIBILLO I.
"De Irapuato a Monteleón
siempre he sido respetado,
el puente de Los Ocotes
siete veces lo he quemado".
ESTRIBILLO II.
"A la hora del atorón
yo nunca me hago a la orilla,
porque soy de convicción
soldado de Pancho Villa".
ESTRIBILLO I.
Corrido de José Inés Chávez García
https://www.youtube.com/watch?v=8mdhMZhMTjQ Cantado por Los Hermanos
Bañuelos
71. 71
Corrido de José Inés Chávez García
https://www.youtube.com/watch?v=PtQJfyn6VQA Cantado por el Trío Iglesias –
Calvo - Silva
José Inés Chávez García es tal vez el personaje histórico mexicano que reunió una
mayor cantidad de apodos: José Inés Chávez García, La Fiera de Godino, El Indio,
El Ave Negra de la Revolución y el Gengis Khan Michoacano.
Partiendo de los motivos que propiciaron estos sobrenombres se puede reconstruir
la evolución de la carrera guerrera de Chávez García.
Empezando por el nombre mismo; José Inés Chávez García debió haberse llamado
José Inés García Chávez, por ser hijo de Anacleto García y Bartola Chávez y se
desconoce el motivo por el cual Chávez García invirtió el orden de sus apellidos.
Alias La Fiera de Godino, éste sobrenombre se debió a que Chávez García nació
en el rancho de El Godino, de la Tenencia de Zurumuato, municipio de Puruándiro,
Michoacán el 19 de abril de 1889.
Alias El Indio, éste mote se debió a la apariencia física de Chávez García: bajo de
estatura, lampiño, regordete y de rasgos indígenas.
Alias El Ave Negra de la Revolución, el apodo se relaciona con la carrera
revolucionaria de Chávez García, quien se inicio en las armas por un lío amoroso
que lo llevo a formar parte de una cuerda de reos, durante el porfirismo; de donde
más tarde paso a ser miembro del Sexto Cuerpo de Rurales, bajo las ordenes de
Francisco Cárdenas (en 1913, Cárdenas asesino al presidente Francisco I. Madero),
y le toco participar en las acciones contra el guerrillero anarquista veracruzano
Santana Rodríguez, alias Santanon, en 1910.
Al inicio de la revolución, Chávez García fue maderista, después antihuertista y
actuó bajo las órdenes de Anastasio Pantoja.
Anastasio Pantoja fue fusilado en Romita, por las tropas del general Francisco
Murguía, acusado por el general Joaquín Amaro de un error de guerra que Amaro
había cometido, el 15 de abril de 1915.
72. 72
A partir del momento de la ejecución de Anastasio Pantoja, Chávez García comenzo
a actuar como bandido y por su propia cuenta, apareciendo publicamenté como
partidario de Francisco Villa, aunque Villa lo desconocía como su adepto.
El cuerpo de soldados de Chávez García fluctuaba entre los 1000 y los 3000
hombres conocidos como Los Leopardos Pintados y fueron organizados en
diferentes partidas comandadas por el Estado Mayor Chavista cuyos principales
jefes fueron: Manuel Roa, Jesús Zepeda Madrigal alias El Tejón y Luis B. Gutiérrez
alias El Chivo Encantado, así como Rafael Nares, conocido como El Mocho o El
Manco Nares; este último actuó como segundo de Chávez García.
Otros jefes chavistas fueron: Rodolfo Sánchez, Fidel González y Macario Silva.
La época de mayor acción de Chávez García fue de 1915 a 1918, siendo su territorio
de dominio: la región norte del estado de Michoacán, el sur de Jalisco y el suroeste
del estado de Guanajuato.
El saqueo, el asesinato, la tortura y la violación fueron las constantes de los asaltos
de los chavistas; en especial la violación se convirtió en la obsesión de los
Leopardos Pintados y todavía es muy sonado, en la conseja popular, el caso de Las
Vírgenes de Tacámbaro; se trató de un suicidio colectivo de muchachas, quienes,
al entrar Chávez García a Tacámbaro, se escondieron en la galería del teatro de la
localidad y antes de perder el honor, prefirieron lanzarse desde la azotea al suelo,
al ser descubiertas por los Leopardos Pintados.
Alias El Gengis Khan Michoacano. Este último apodo fue aplicado a Chávez García
porque, aprovechando la ausencia de poder suscitada por la lucha de facciones
entre convencionistas y constitucionalistas y después las luchas de los villistas y
zapatistas. En este contexto, José Inés Chávez García arrasó a todas las
poblaciones michoacanas, guanajuatenses y jaliciences que tuvieron la mala suerte
de estar en medio de sus correrías.
Estas poblaciones se defendían de las agresiones de los Leopardos Pintados
mediante la organización de Defensas Civiles, y estas autodefensas, en última
instancia, junto con algunos destacamentos constitucionalistas, fueron las únicas
fuerzas que opusieron una precaria resistencia a quien se consideró a sí mismo
gobernador de Michoacán.
73. 73
Cabe hacer notar que; cuando la fuerza de Francisco Villa ya declinaba en el norte
del país, Villa invitó a Chávez García a combatir a los constitucionalistas en el norte
del estado de Durango, pero como Chávez tenía el dominio casi completo de su
territorio, fue poco el Ínteres que puso en aceptar la invitación de Francisco Villa,
aún cuando siempre se decía partidiario del villismo.
En los corridos de Chávez García contra Flores y El desafío de Chávez García se
canta cómo; después de estar copado por los carrancistas del capitán primero José
Flores, en la Hacienda de La Luz, distrito de La Piedad, Michoacán, durante los
días: 23, 24 y 25 de marzo de 1918, José Inés Chávez García rompió el cerco
carrancista y resultó triunfante sobre las fuerzas de José Flores, el 28 de marzo de
Numarán, Michoacán.
Durante una de las acciones de esta jornada bélica, en el poblado de La
Yerbabuena, municipio de Tlazazalca, Michoacán, murió el subalterno chavista
guanajuatense Ramón Ortiz (ver corrido del Ataque de Ramón Ortiz a Salamanca)
y su cabeza fue enviada a Salamanca, Guanajuato para su exposición pública.
74. 74
Corrido de la Defensa Social de Valparaíso, Zacatecas25
Anónimo
Año de mil novecientos,
el dieciocho al terminar,
éstas son las mañanitas
de la Defensa Social.
Estaban todos contentos
y con ganas de pelear,
no sabiendo que su Valle
se lo habían de quemar.
El día dieciocho de mayo
la desgracia sucedió,
entrando los faldillones,
Valparaíso se quemó.
"¡No se acobarden!",
gritaba Alfredo,
"¡Qué viva el valor
y que muera el miedo!
y tomemos el ejemplo
de nuestro jefe Cordero".
En el fortín del Mercado
había gente singular,
a ese Pascual, El Guayabo,
no dejaré de admirar.
En el Círculo de Obreros,
el viejito don Sabino,
le decía a Jesús del Hoyo:
"¡Véndanos tantito vino!".
Catarino Argomaníz
gritaba con mucho empeño;
"¡Qué se cierren las cantinas
o si no, nos vence el sueño!".
25
VICENTE T. MENDOZA. El Corrido Mexicano, México, Fondo de Cultura Económica, Colección
Popular # 139, 1984, pp. 69 a 74.
75. 75
“¡No se acobarden...!”
Gritaba Joaquín Carranza:
"Carmen Bazán, ¿cómo ves?
-Lo que yo creo que nos falta
son las escoltas de a pie".
Al señor don Rigoberto,
no siendo nuestro paisano,
tuvimos que agradecer
que dio bonito la mano.
Y don Jesús Talamantes,
que es un hombre tan prudente,
nadie me podrá negar
que es arrojado y valiente.
¡No se acobarden...!
Y si hablamos de valientes,
no nos hemos de olvidar
de que Baudelio Cifuentes
no se cansó de pelear.
También Enrique Gallegos
es muchacho de valor;
pero si al Güero Fidencio
no se le pide favor.
Y de Vicente Ramírez
tuvimos que conprender
que no nomás toca el piano,
también se sabe meter.
¡No se acobarden...!
Don Tomas Perez gritaba:
"Que abran la carnicería
y preparen unas pulpas
no he comido en todo el día".
También el pobre Santitos
corriendo no tenía fin;
buscándole los changuitos
al amo don Agustín.
¡No se acobarden...!
76. 76
Julio es un hombre callado
y valiente por los cielos,
es una raza de leones,
esa familia Bañuelos.
Decía Tolano Gallegos:
"Ya me brinca el corazón,
apenas tengo doce años
y ya mate a un faldillón".
Ese Valentín Bañuelos,
muchacho de gran valor;
herido peleó dos días
y dos noches con tesón.
Decía Juanito Perales:
"Manuel Luna, ¿cómo haremos?
evacuaremos la plaza,
si no, aquí nos quemaremos".
¡No se acobarden...!
Decía don Julián Palacios:
"No vale ser buen empleado,
yo sí que vine por lana
para salir trasquilado".
Decía don Pedro Trujillo:
"Señores, aquí ¿qué haremos?
Si seguimos en la iglesia,
de hambre y sed nos moriremos".
Decía Francisco Ramírez:
"A ver qué plan les formamos;
si a las tres no se retiran,
muy silencitos nos vamos".
¡No se acobarden...!
Y contesto don Fidencio:
"Eso si no puede ser,
si abandonamos el templo
la gente va a perecer".
El señor Miguel Trujillo
hizo en voz alta oración:
"¡Te encargamos las familias,
77. 77
Purísima Concepción!".
Don Miguel Trujillo chico,
es hombre que no se altera;
salió por entre las llamas,
con su arma y su cartuchera.
¡No se acobarden...!
Decían a José Trujillo:
"¿Te vestimos de mujer?",
"No, muchachos, no me vistan,
así no puedo correr".
Gritaba don Pancho Nava,
bajándose del fortín:
"No me deje sin caballo,
amigo don Agustín".
A don Agustín del Hoyo,
hombre de todos querido,
mucho le dolió el dejar
aquel muchacho dormido.
iNo se acobarden...!
Y don Herminio Ramírez,
a salirse se encamina
y estando herido, no pudo
sacarse la mandolina.
Los dos hermanos Acosta,
don Pedro y don Tranquilino,
demostraron su valor
y no probaron el vino.
Epigmenio Talamantes,
joven valiente y callado,
corriendo escoltaba al pueblo
con su rifle bien cargado.
El señor don Rafael Torres,
que era nuestro presidente,
tuvo que evacuar la plaza
obligado por la gente.
¡No se acobarden...!
78. 78
Deeía el señor presidente:
"No es por falta de valor;
nos ganaron con cautela
y perdimos con honor".
Eran cien los defensores,
los otros mil ochocientos;
pero venían taladrando
y haciendo horrores sin cuento.
¡No se acobarden... !
A cuatro de la mañana,
silencios fueron saliendo,
pues no pudieron estar,
en los fortines ardiendo.
Vuelen, palomas del Valle,
párense en aquel jacal,
y canten las mañanitas
de la Defensa Social.
Durante la Villada; nombre regional que, en Valparaíso, Zacatecas, se dio al periodo
histórico de las guerrillas villistas, los villistas faldillones; nombre regional que se dio
a los soldados villistas abajeños del estado de Nayarit, por su camisa volada de
manta blanca, que dirigía el general villista Justo Ávila y el jefe Félix Díaz, alias el
Tepiqueño, atacaron la población de Valparaíso, Zacatecas, el 18 de mayo de 1918.
Luego de ocupar el poblado, los faldillones se dedicaron al saqueo y al pillaje.
Los habitantes de Valparaíso; conocido regionalmente como Valle, decidieron
organizarse como Defensa Social, bajo el mando de José de Jesús Talamantes,
para combatir a los faldillones de Villa. Dos días después del ataque de los
faldillones; ayudados por las Defensas en Huejuquilla, Tenzompa, Mezquitic y San
Juan Capistrano; los de Valparaíso lograron evacuar a la población del Valle.
Antonio Saucedo Ovalle nos refiere que el presidente municipal de Valparaíso,
Zacatecas:
"Rafael Torres, 1918. Recibe el ataque despiadado del general Justo Ávila
quien incendia la presidencia municipal pasando a cuchillo a don Pablo
79. 79
Reyes padre, Pablo Reyes hijo, Reynaldo Madera, de Potrero de Gallegos,
Martín Trujillo, hombre de avanzada edad y sólo por el delito de ser padre de
Miguel, Edmundo y José Trujillo los cuales después fueron colgados en la
Alameda, de lo que hoy es la Calzada de los Mártires del 18 de mayo de
1918, que fueron acompañados por otros, como un señor que le decían La
Peseta y 41 defensores de éste pueblo; en forma cruel y sanguinaria los
clavan del cuello de una alcayata de los álamos dando un aspecto esta
calzada sumamente horripilante. Cuentan los vecinos; que iban a verlos
colgar, para poderles rezar un padrenuestro y un avemaria.
Tres días duraron las vejaciones, saqueos y violaciones en éste pueblo
estoico, hasta que el capitán de caballería don Jesús Talamantes Hernández
organiza, el 20 de mayo de 1918, la Defensa Civil y hacen huir a los
revolucionarios, con la ayuda de pueblos hermanos con sus defensas; como
lo fueron la de San Juan Capistrano, Mezquixtic, Tenzompa y Huejuquilla El
Alto, Jalisco".26
26
ANTONIO SAUCEDO OVALLE. Así fue y así es Valparaíso, Valparaíso, Zacatecas, Edición del
autor,1986,p. 31.
80. 80
Corrido de Eligio Daza Gòmez27
David Guerrero
Señores, con su licencia,
me presento en esta casa,
a componerle unos versos
al señor Eligió Daza.
Don Eligió, carrancista,
de esos que valen la plata,
puso a Eutimio Figueroa
en los cuernos de una vaca.
El Espejo les gritaba:
"¡Ese parque no se escapa!"
Le contesto don Eligió:
"¡Aquí lo tiene tu papa!".
Decía don Cipriano Daza,
con carabina en la mano:
"Aunque me cueste la vida
yo me junto con mi heraano".
Estaba Trino Moreno,
que el bigote le temblaba,
cuando supo que la gente
de Salvador se acercaba.
Estaba El Americano
asomado en su fortín,
cuando llegò Alberto Méndez
tocándoles el clarín.
Y don Teodosio, El Zapote,
brincándose las ventanas
se dirigió a los horcones,
a repicar las campanas
Señores ya me despido,
yo solo vine a su casa
a cantar este corrido,
27
GONZALEZ MENDEZ VICENTE, Y HECTOR ORTIZ YBARRA. Los Reyes, Tingüindín, Tancítaro,
Tocumbo y Per iban, Centro Occidental de Michóacan, Morelia, Michoacàn, Gobierno del Estado de
Michoacàn, Monografìas municipales, 1980, pp. 463 a 464
81. 81
en honor a Eligió Daza.
En este corrido se da fe de como; el 22 de mayo de 1918, las fuerzas del teniente
coronel Eligió Daza; jefe carrancista de la guarnición de Apatzingán, Michoacán, por
medio de ingeniosas argucias guerreras; como provocar polvareda con ramas,
dar toques de clarín para desorientar al enemigo, así como la ruidosa llegada de
refuerzos dirigidos por su hermano Cipriano, hicieron huir a los villistas que, dirigidos
por Eutimio Figueroa, José EL Espejo Zamora y Salvador Àlvarez; habían puesto
sitio a la población de Apo, Michoacàn.
82. 82
Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes28
Gonzalo Raymundo
Señores, pongan cuidado
prestarme buena atención;
de lo que acaba de pasar
voy a dar información.
El veintisiete de mayo,
presente lo tengo yo,
el tren que iba a Tepehuanes
sangriento asalto sufrió.
El veintisiete de mayo,
presente lo tengo yo,
ese tren de Tepehuanes
Marcial Ortiz lo asaltó.
Pasaron a Canatlán
y no había ocurrido nada
pero el tren les fue asaltado
llegando a Piedra Encimada.
Entre las diez y las once,
cuando el caso sucedió,
oyeron los pasajeros
que una bomba estalló.
Gran sorpresa recibieron
toditos los pasajeros
al ver que estaban rodeados
por más de cien bandoleros.
Les decía Marcial Ortiz,
a todos sus bandoleros:
“Súbanse pronto a los carros
a ver si encuentran dinero”.
Y la escolta que allí iba
por dos horas combatió
28
GONZALO RAYMUNDO. Gran tragedia del horrible asalto que sufriò el tren de Tepehuanes, hoja
suelta, Colecciòn de hojas sueltas de Antonio Raymundo Muros, facilitada po su hijo Moisès Muros
Martìnez, en Santiago Papasquiaro, Durango, 1987.
83. 83
pero en ese poco tiempo
bastante gente murió.
Cuando ya quedaron dueños
del campo los bandoleros,
comenzaron a robar
a todos los pasajeros.
Hasta el mayor Balerazo
que iba a esta ciudad
de dinero le quitaron
pues una gran cantidad.
Pobrecito Carlos Lira
¡Ah!, qué suerte le tocó,
como él era el maquinista
graves heridas sufrió.
Fogonero y maquinista
junto con el celador
los trajeron a Durango
a los tres en un armón.
Se subieron a los carros
toditos los bandoleros
y el dinero les quitaron
a todos los pasajeros.
De la gente que allí iba
se oían ayes lastimosos
porque los villistas iban
todititos muy furiosos.
Lloraban los inocentes
y también las señoritas
de ver todas las infamias
que cometían los villistas.
Esas son barbaridades
de esos hombres sin piedad
que andan dejando inocentes
en la mayor orfandad.
De los muertos que quedaron,
sobre los carros del tren,
murió el teniente Tostado
y también un coronel.
84. 84
Murió Francisco Muñoz
de la gente de Laveaga
y de Tejamen murió
el mayor Marcial Ibarra.
Pobre del mayor Ibarra
¡Ah!, qué suerte le tocó
que al dirigirse a su tierra
en el camino murió.
Vuela, vuela palomita,
y párate en aquella parra,
anda a avisar a Tejamen
que murió el mayor Ibarra.
Sigue paloma volando
y sin hacer tanto alarde
y avísale a Julio Ibarra
que ya falleció su padre.
Pues de la gente de Arrieta
murió el coronel Hernández
y murieron de la escolta
varios jefes y oficiales
Por los datos que aquí ha habido
y se dice que son ciertos
de ese asalto que ha ocurrido
quedaron cincuenta muertos.
Ya se acabó la tragedia
de ese tren que fue asaltado
señores yo no lo vi
pero así me han platicado.
El 27 de mayo de 1918, la guerrilla villista de Marcial Ortiz atacó el ferrocarril de
Durango a Tepehuanes, en el punto conocido como Piedra Encimada, situado en el
kilómetro 79 de la vía entre las estaciones de Pinos y Las Olas, cerca de la población
de Canatlán, Durango. En el asalto murieron más de 50 personas, entre militares
carrancistas y civiles. Por su parte, los villistas obtuvieron un botín cercano a los
100,000 pesos.
85. 85
En el corrido de La gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de
Tepehuanes, se relata cómo se efectuó el asalto y se menciona la muerte de
algunos oficiales carrancistas como el teniente coronel José Tostado y el coronel
Francisco Muñoz, ambos miembros del Estado Mayor del general Miguel Laveaga ,
así como el general Marcial Ibarra y el coronel Gabino Hernández, los dos
pertenecientes a las tropas carrancistas del general Domingo Arrieta León. El botín
que los villistas obtuvieron fue cuantioso, porque en el tren viajaba el pagador de la
Brigada Gavira, Alfonso Balerazo quien cargaba con 45,000 pesos en monedas de
oro para cubrir los haberes de las tropas carrancistas destacadas en los partidos de
Indé y El Oro, Durango.
86. 86
Corrido de Pueblo Nuevo de Degollado29
Anònimo
Pueblo Nuevo infortunado,
qué triste es tu situación,
pues don Inés lo ha quemado,
sin tenerle compasión.
El general pone un parte,
es por demás su capricho,
los voluntarios son firmes,
hasta el último cartucho.
Para entrar a los fortines
y acabar con los retenes,
se van rompiendo paredes
dejando las calles libres.
El general Nares dice:
"Eso lo vamos a ver,
vámosle prendiendo fuego,
¡Qué bonito es ver arder!"
Todas las niñas bonitas,
toditas eran doncellas;
A Nares dieron reliquias
que ya no podía con ellas.
Debía Atanasio Curiel:
"Yo no sé lo que me pasa,
pues ya somos muy perdidos,
reventaron en la plaza".
Murieron como soldados,
en su valor fueron fieles,
a puñal fueron pasados
esos valientes Curíeles.
Había un fresno elegante,
en la orilla de la plaza,
nomás se oía rechinar
29
ÀLVARO OCHOA SERRANO. La violencia en Michoacán (Ahí viene Chávez García), Mèxico,
Gobierno del Estado de Michoacàn / Instituto Michoacano de Cultura, 1990, pp. 268 a 269.
87. 87
los jalones de las reatas.
Ya con ésta me despido,
de Pueblo Nuevo lucido,
pues don Inés lo ha quemado,
por no haberle obedecido.
Desde la Navidad y hasta el 27 de diciembre de 1917, los hombres de José Inés
Chávez García ocuparon la población de Degollado, Michoacán. Luego de acabar
con los 100 de Defensa Social y de Acordada que defendían el lugar, los chavistas
se dedicaron al saqueo y a la violación. Para 1918, los chavistas villistas dejaron
Degollado y continuaron sus correrías en el municipio de Zamora.
88. 88
Corrido de Uriangato30
Alberto Vieyra /
Faustino Torres
y Esteban Nùñez
En el mes de junio, el día veinticuatro,
tengan presente ese día,
del fuerte ataque que hubo en Uriangato,
con José Inés Chávez García.
Mil quinientos fueron los bandidos,
los que intentaron entrar,
en contra de cien vecinos del pueblo,
de la Defensa Social.
Al toque de las campanas, toditos corrían,
todos con gran animación,
a coger las armas, porque el enemigo
venía cerca del panteón.
Para comenzar se formaron todos,
todos juntos en reunión,
para recibir del padre Paredes,
toditos la bendición.
Cuando los bendijo, les suplico a todos:
"Aclamen a San Miguel,
porque él es el príncipe de la milicia
y nos ha de favorecer".
Como a la una y media se consumò el fuego
en los primeros fortines,
rompiendo el fuego, primero la gente
de Inés y Pancho Martínez.
Por El Atorón, barrio de La Loma,
fue por donde ellos entraron,
como no había quien les hiciera fuego,
por eso se aprovecharon.
A los indefensos, que ellos se encontraron,
30
ÀLVARO OCHOA SERRANO. La Violencia en Mlchoacán (Ahí viene Chávez García), Op. Cit., pp.
287 a 290.
89. 89
a todos los maltrataron,
los golpearon mucho, mucho los robaron
y luego los incendiaron.
Cuando los del templo vieron
la humareda que de la orilla salía;
"Por tì moriremos, pueblo uriangatense,
que esclavos ser de Chávez García".
Algunas muchachas, que en el templo había,
gritaban en su delirio:
"Si vemos que vencen a los defensores,
subimos a dar auxilio".
Para que vean còmo se pelea,
tumbado de uno por uno,
y tengan presente la toma que hicieron,
el veinticuatro de junio.
Serian las cuatro y media de la tarde,
¡Ay!, què hora tan señalada,
cuando no alcanzaban a sacar los muertos
y heridos de La Deseada.
Porque ese rancho ellos eligieron,
como hospital general,
para los muertos y heridos que hubiera,
los llevaron a curar.
Cuando el doctor se dirigió a Chávez:
"Mi general, còmo hacemos,
ya son veinticuatro heridos que tengo
y algodón ya no tenemos".
Muy enojado, le contestó Chávez:
"¡Ah!, qué pueblo tan valiente,
que por creerme de Nùñez me puse en vergüenza
y me mataron la gente".
Seis horas duraron, sosteniendo el fuego,
¡Ah qué pollitos tan finos!
cuando llegaron a prestar auxilio
Urrutia con dos amigos.
Los dos amigos que Urrutia traía
yo te los voy a decir:
Uno se llamaba Timoteo Tena
90. 90
y el otro Francisco Servìn.
Una persona muy honorable,
que no era ni defensor,
vino a pelear con gran valentía,
que era don Salvador.
"¡Viva Uriangato!", llegaron gritando,
con muchísimo valor,
cuando se metieron para echarlos
fuera de lado del obrador.
Noventa y cinco fueron las bajas,
que a Chávez García le hicieron,
todo el Estado Mayor le mataron
que fue cuando lo corrieron.
Al día siguiente pensaron volver,
a las seis de la mañana,
pero toditos se desanimaron
cuando sonò la campana.
"¡Ah!, qué pollitos tiene Uriangato,
hay que dejarlos pa'cría,
para jugarles y darles tronchado
a los de Chávez García".
Que suene el clarín, que toque el tambor,
pabellón de tres colores,
¡Que viva el heroico pueblo de Uriangato
con todos sus defensores!
Corrido de Uriangato, cantado por la Banda La Lobera.
https://www.facebook.com/CanalHola13/videos/corrido-de-uriangato-con-banda-la-
lobera/1135438110153494/
Uriangato, Guanajuato, fue de los pocos pueblos que opusieron su Defensa Social
a las huestes de José Inés Chávez García, en el corrido se da fe de la resistencia
de los uriangatenses a los chavistas el 24 de junio de 1918, para esos días la estrella
de Chávez ya había perdido su fulgor.
92. 92
Corrido de Juan Garcia31
Anónimo.
El día veintiocho de junio,
como a las once del día,
en esa Puerta del Roble
mataron a Juan García.
En esa Puerta del Roble
mataron a Juan García.
El guardia estaba dormido
cuando un tiro de repente,
cuando les llego el aviso
que el gobierno estaba enfrente,
cuando les llego el aviso
que el gobierno estaba enfrente.
"¡Ay!", les decía Juan García:
"Ora, Atanasio Arellano,
no le vayas a correr
que la llevamos de gano",
"No le vayas a correr
que la llevamos de gano".
Decía Atanasio Arellano:
"Yo no juyo ni desmayo,
¿adónde está mi asistente?
que me traiga mi caballo",
"¿adonde está mi asistente
que me traiga mi caballo".
Por la lomita de enfrente,
todos muy a la carrera,
porque dentro de las peñas
nomás se vía la humareda,
porque dentro de las peñas
nomás se vía la humareda".
Decía Margarito Plaza
"Túpanle como aguacero,
apúntenle a Juan García,
31
JUAN DIEGO RAZO OLIVA. Testimonios al Viento, Corridos Historíeos del Bajío, disco TLALLI #
1, TLC-8013, cantado por José Soledad y José Romero, Los Hermanos Cadena, Op. Cit., Texto
adicional pp. 14
93. 93
aquel vestido de cuero",
"Apúntenle a Juan García,
aquel vestido de cuero".
Decía Dolores Acosta:
y le respondió Sebastián:
"Fuimos los Reyes Chiquitos
por los cerros de San Juan",
"Fuimos los Reyes Chiquitos
por los cerros de San Juan".
Decía Dolores Acosta:
"Ni me quisiera acordar,
en esa Puerta del Roble,
se nos quedo qué desear",
"En esa Puerta del Roble,
se nos quedo qué desear".
Entre Raymundo y Matilde
fueron los que lo animaron
y a los primeros balazos
corrieron y lo dejaron,
y a los primeros balazos
corrieron y lo dejaron.
Luego que ya lo mataron
dieron parte a Guanajuato:
"Ya Juan García está colgado,
en el pueblo de Irapuato",
"Ya Juan García está colgado,
en el pueblo de IrapuatoV.
Salieron todos los ricos,
que hasta la calle se tupe:
"Murió la espada valiente,
de Hacienda de Guadalupe".
"Murió la espada valiente
de Hacienda de Guadalupe".
Ya con ésta me despido,
con la flor de una alhelía,
aquí terminan los versos
del coronel Juan García,
aquí terminan los versos
del coronel Juan García.
Ya con ésta me despido,
94. 94
ya viene alboreando el día,
aquí termina el corrido
del coronel Juan García,
aquí termina el corrido
del coronel Juan García.
Sobre éste corrido, su compilador original, Juan Diego Razo Oliva nos da las
siguientes referencias: "Juan García, era empleado joven de la hacienda de
Guadalupe de Rivera, al sureste de Irapuato, de allí salió con un grupo armado; en
el que figuraban sus tíos Valente y Cleofas y su papá Sabino, a unirse a los villistas
‘ora de Macario Silva, ‘ora de Ramón Ortiz y ‘ora de Alfaro. Este último y un tal
Raymundo Rivera; al parecer, emparentado con los dueños (?) de la hacienda, lo
enrolaron. Y significándose por valiente y apto para el mando militar, Juan García
llegó a coronel del villismo. En todo el centro del Bajío guanajuatense y luchó
incansable contra el carrancismo hasta que, a mediados de 1918, en un punto de la
sierra de Guanajuato llamado La Puerta del Roble, murió en combate; y su cadáver
fue colgado en una calle de Irapuato".32
32
JUAN DIEGO RAZO OLIVA. Rebeldes Populares del Bajío, Op. Cit., p. 59.
95. 95
Corrido del asalto al tren de pasajeros en La Piedra Encimada, o
La muerte de Marcial Ortiz33
Felipe García.
Mil novecientos dieciocho,
presente lo tengo yo,
el veintisiete de mayo
Marcial el tren asalto.
El tren salió de Durango,
con destino a Tepehuanes,
en esa Piedra Encimada
los villistas asaltaron.
Cuarenta mil pesos oro,
se llevaron los villistas,
era el pago que llevaba,
a las fuerzas carrancistas.
Mil novecientos dieciocho
ni me quisiera acordar,
en los Llanos del Toboso
allí se murió Marcial.
Iban con destino a Lajas,
por el puerto de Coneto,
todos iban pensativos
porque Marcial había muerto.
En esa hacienda de Lajas
sepultaron a Marcial,
y algunos de sus compañeros
empezaron a llorar.
Allí quedo sepultado,
con toditos los honores,
el jefe de los villistas
de San Juan y de Menores.
33
Comunicado por don Cenobio Valenzuela, recogido por Enrique Arrieta Silva en la ciudad de
Durango, en:ENRIQUE ARRIETA SILVA. Corridos Revolucionarios, Durango, Durango, Editorial del
Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 145 a 146.