El modelo pedagógico tradicional se basa en que los estudiantes son receptores pasivos de la información transmitida por los profesores de forma experta. Las características incluyen la relación unidireccional entre maestros y alumnos, el énfasis en la memoria y el esfuerzo para aprender, y la noción de que los estudiantes son una "pizarra en blanco". Este método se estandarizó durante la Revolución Industrial para educar a más personas como ciudadanos obedientes.