3. Jesús se dirige a su Padre en una oración cargada de confianza y ternura, en la que se entrega totalmente a Él: “Padre mío” le dice. “Si es posible que pase de mí este cáliz; pero no sea como yo quiero, sino como quieras Tú.”
4. Cuánto dolor, cuánto sufrimiento se refleja en su Divino Rostro
5. Ya han cosido a Jesús al madero. Los verdugos han ejecutado despiadadamente la sentencia. El Señor ha dejado hacer, con mansedumbre infinita.
6. “ No era necesario tanto tormento. Él pudo haber evitado aquellas amarguras, aquellas humillaciones, aquellos malos tratos, aquel juicio inicuo, y la vergüenza del patíbulo, y los clavos , y la lanzada...Pero quiso sufrir todo eso por ti y por mí.”
7. Bajaron a Cristo de la cruz con cariño y veneración, y lo depositaron con todo cuidado en brazos de su Madre. Aunque su Cuerpo es una pura llaga, su rostro está sereno y lleno de majestad. Miremos despacio y con piedad a Jesús, como le miraría la Virgen Santísima.
8.
9. Hemos de rezar siempre, pero hay momentos en que esa oración se ha de intensificar. Abandonarla sería como dejar abandonado a Cristo y quedar nosotros a merced del enemigo. “¿Porqué dormís?” Les dice y nos dice también a nosotros “Levantaos y orad para no caer en la tentación.”
10. Recuerda que el Viernes Santo se inicia la novena a la Divina Misericordia. C.M.Pérez 9/4/09 http://www.slideshare.net/CMP Como un regalo del Dulce Señor Jesús, que no se cansa de amarnos y buscarnos; El nos invita a sumergirnos en la fuente de su Infinita Misericordia Divina