Duele al alma ver a ese hombre, Jesús crucificado. El corazón se llena de tristeza al contemplar a Jesús deshecho, que más bien parece un gusano y no un hombre.
3. Nadie puede quedarse indiferente ante el Hombre
que pasó por el mundo haciendo el bien. Ante el
hombre amigo de publicanos, pecadores y
prostitutas. Ante el hombre que fue dejando la
liberación a su paso por entre hombres rotos,
destruidos, sumidos en la marginación y la pobreza,
marcados por una sociedad injusta y clasista. Ante el
Crucificado se hace la lectura de todos los
crucificados de la tierra sin nadie que los defienda.
4. El Varón de dolores está en la cruz porque
asumió el dolor del corazón del hombre. Se
ha hecho dolor en experiencia del dolor.
Tiene la cabeza hundida sobre el pecho.
Tiene los brazos abiertos de par en par.
Tiene su cuerpo roto, abierto, chorreando
sangre. Tiene en su rostro la paz y la dulzura
de alguien que ha sufrido por amor.
5. Está en la cruz por ser fiel a su Dios y al hombre.
Está clavado por cumplir la voluntad del Padre hasta
las últimas consecuencias. Está amarrado al madero
por tener su corazón amarrado al hombre que sufre.
Él ha puesto en alto al hombre que sufre. El ha
puesto en alto al hombre hundido. El ha subido a la
altura al hombre abajado, tirado en la basura. Está
en la cruz porque ha amado sin medida. Porque ha
realizado su vocación en fidelidad a los caminos del
Padre.
6. Ha hecho de la cruz un camino. -EL CAMINO –
desconcertante para la humanidad.
No tiene figura. Pero en su sangre vierte todo su amor por
el hombre. No tiene rostro, pero detrás de Él existe otro
rostro, el del Padre, que se ha hecho corazón abierto en el
Hijo amado y clavado. Jesús Crucificado es el amor libre,
limpio y gozoso del Padre por la humanidad. En Jesús
Crucificado el Padre ha dicho a los hombres: “Así os he
amado”. Ha dicho:”Creed de una vez por todas en la
verdad de mi amor por vosotros”.
7. En su Hijo Crucificado ha dicho: “Nadie tiene mayor
amor que el que da la vida por los que ama. Y yo os
he amado hasta entregar a mi hijo a la muerte por
daros vida”.
8. Así Dios nos ha amado. El Padre ya no tiene más que
hacer ni que decir al hombre, ha pronunciado su última
palabra: el Hijo amado en cruz. Ya nadie puede dudar
de su amor.
9. Jesús Crucificado es el amén del Padre., es como
su firma, su compromiso definitivo en el hombre,
es como la última prueba descarnada de la verdad
de su amor. Es el Crucificado el silencio eterno y
definitivo del amor de Dios. Desde ahora su amor
se puede estrujar entre las manos, Desde ahora el
amor del Dios del cielo ha descendido a la tierra, al
hombre y el amor del hombre de la tierra ha
ascendido hasta el cielo.
10. Desde ahora, mirar el corazón de Dios es MIRAR
EL CRUCIFICADO. ¡Oh misterio deslumbrante!.