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ANÁLISIS DE LAS VÍAS AÉREAS
ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS
167
9.1. MORFOLOGÍA FACIAL Y RESPIRACIÓN BUCAL
Las vías aéreas evolucionaron a lo largo de la escala filogenética para
permitir que en el hombre la nariz fuese un instrumento de respiración, pre-
parada para recibir y acondicionar el aire que caminaba hacia los alveolos pul-
monares. Es normal y fisiológico, por tanto, respirar nasalmente. La respira-
ción bucal, como complemento de la respiración nasal, se considera normal
en los casos de esfuerzo físico. Solamente en estas condiciones la respira-
ción bucal es considerada como fisiológica. Y es por eso que el sistema res-
piratorio está preparado para un respiración mixta: respiración nasal princi-
palmente y respiración bucal complementaria. Sin embargo, para que la
respiración nasal se realice plenamente, algunas condiciones morfológicas
deben estar presentes, como por ejemplo, la permeabilidad del tracto respi-
ratorio superior, comprendido por las narinas, nasofaringe y bucofaringe. Cuan-
do por algún motivo el flujo aéreo nasal está restringido, el hombre pasa a
desviar la respiración nasal hacia la boca, creando el cuadro patológico cono-
cido como respiración bucal. La condición denominada de “respiración bucal”
representa un cuadro patológico donde la respiración bucal prevalece sobre
la respiración nasal. El diagnóstico de la respiración bucal debe ser realizado
por el otorrinolaringólogo. El ortodoncista, al trabajar con la morfología facial,
puede sospechar del cuadro de respiración bucal y diferir al paciente para el
diagnóstico exacto. ¿Por qué el ortodoncista se preocupa por el patrón res-
piratorio del paciente?
La preocupación del ortodoncista con la respiración bucal se debe al
hecho de la tan discutida y aún inconsistente interferencia negativa que ejer-
ce sobre ella el desarrollo de la oclusión y el crecimiento facial. La investiga-
ción más clásica realizada por Harvold y colaboradores en 1973, comparando
la interrelación “patrón respiratorio y morfología dentofacial” fue realizada
con una obstrucción total de las narinas en macacus Rhesus con obturadores
de silicona. Después de algunos meses se encontraron cambios en la oclusión
y faciales, quedando demostrada la relación “causa-efecto” entre la respira-
ción y el comportamiento dentofacial. En seres humanos, trabajos en niños
con obstrucción nasal comprobada demuestran que después de la adenoi-
dectomía ocurren cambios cefalométricos y oclusales en dirección al creci-
miento normal. A pesar de estas investigaciones con animales y con seres
humanos, la interacción, función y morfología dentofacial no es simple, prin-
cipalmente en lo que se refiere a la definición de la relación causa-efecto.
¿Quién es el factor etiológico? La respiración bucal, ¿provoca alteraciones en
la morfología dentofacial, o es la morfología dentofacial la que favorece la res-
piración bucal?
Por el hecho de ser un morfologista, el ortodoncista hace su diagnósti-
co en el paciente con respiración bucal basado principalmente en las carac-
terísticas faciales. Por ejemplo, la ausencia de sellado labial, en pacientes con
síndrome de cara larga (Figura 9.1), lleva al ortodoncista a sospechar de “res-
piración bucal”. Se discute entre los ortodoncistas la posibilidad de que la res-
piración bucal promueva un crecimiento vertical de la cara. Sin embargo,
por otro lado se admite también la hipótesis de que las características de la
cara larga no resultan de la obstrucción de las vías aéreas superiores, aun-
que sí obedecen a una determinación genética, siendo producto de la mor-
fogenética. En resumen, 1) la obstrucción de las vías aéreas produce altera-
ciones en la morfología facial, o 2) las alteraciones faciales son primarias,
determinadas genéticamente, facilitando la obstrucción de las vías aéreas.
Independientemente de esta polémica, una afirmación está comprobada: la
respiración nasal optimiza el desarrollo de la oclusión así como favorece la
estabilidad después del tratamiento de los problemas transversales y vertica-
les, pasando a ser de gran interés y diana de la Ortodoncia. Por esta razón
es por la que el ortodoncista se preocupa por el patrón respiratorio de su
paciente. ¿Cómo el ortodoncista diagnostica la respiración bucal?
ATLAS
CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL
168
El primer aspecto importante en el diagnóstico de la respiración bucal
es el concepto teórico. El término “respirador bucal” debe ser empleado para
niños que tengan un aumento de la resistencia aérea nasal comprobada por el
otorrinolaringólogo, por medio de espirometría. Este es el diagnóstico exac-
to. Varios factores pueden obstruir las vías aéreas y establecer el cuadro de res-
piración bucal. Estos factores incluyen rinitis alérgica, hipertrofia de adenoides
y amígdalas, hipertrofia de los cornetes, desvío del septo nasal, etc… Además
de las alteraciones del tejido blando, es fácil deducir que las obstrucciones se
manifiestan en condiciones anatómicas más favorables, como por ejemplo, en
patrones faciales verticales, con altura facial elevada, donde la morfología de
la nasofaringe es más larga, más estrecha y menos profunda. Esa condición
anatómica vuelve a la nasofaringe en las caras largas más vulnerable a las obs-
trucciones del tracto respiratorio aéreo. Esto explica por qué niños con cara
larga y estrecha presentan mayor resistencia nasal a la respiración que aque-
llos con cara corta y ancha, es decir, braquifaciales. Probablemente por eso
se acostumbra a relacionar la cara larga con la respiración bucal. Entonces nece-
sitamos responder una pregunta: ¿Qué es una cara larga?
El Síndrome de cara larga definido por Schendel y colaboradores en
1976 o exceso vertical maxilar de Molones et al, 1982, o simplemente cara
larga, ocurre en un porcentaje pequeño de la población, aproximadamente
en un 1,5 %, y corresponde al tipo dólicofacial con exceso vertical localiza-
do en el tercio inferior, como demuestra el análisis facial en las figuras 9.1 y
9.2. Conocida también como “facies adenoidea”, la cara larga presenta des-
proporción entre los tercios faciales, con aumento del tercio inferior en rela-
ción al tercio medio de la cara, ausencia del sellado labial pasivo, exposi-
tt FFiigguurraa 99..11.. Morfología facial normal (A y B) y morfología facial típica de una “cara larga” (C y D): sellado labial pasivo (A y B) en contraposición ausencia
de sellado labial por exceso vertical (C y D). Las características de la cara larga son: ausencia de sellado labial pasivo, exposición acentuada de los incisivos
superiores en situación de reposo, y mentón doble al intentar cerrar los labios. El ortodoncista sospecha de respiración bucal por el análisis facial del
paciente. Sin embargo, son dos conceptos diferentes: el análisis facial es morfológico, mientras que el análisis del patrón respiratorio es fisiológico. No
siempre los pacientes con cara larga son respiradores bucales.
A B C D
ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS
169
ción excesiva de los incisivos superiores con el labio superior en reposo, expo-
sición de encía superior en la sonrisa, además de un aumento en la longitud
de la sínfisis, con mentón doble en el intento de promover el sellado labial.
El diagnóstico morfológico de labios entreabiertos evoca el diagnóstico de
respirador bucal. Sin embargo, son dos condiciones distintas. Cuando nos
referimos a cara larga estamos manejando un término diagnóstico de mor-
fología facial mientras que al utilizar respirador bucal el concepto diagnósti-
co es de tipo fisiologico. Definitivamente, labios entreabiertos y exceso ver-
tical en la cara no son sinónimos de respirador bucal. Pero como el
ortodoncista es un morfologista, que realiza el diagnóstico basado en la mor-
fología, interpreta la función “respiración” mediante el análisis de la “mor-
fología facial”. Para el ortodoncista la cara larga puede ser sinónimo de res-
piración bucal. ¡Concepto erróneo!. Esto confunde con frecuencia a los
investigadores, mezclándose términos que en las publicaciones ortodónci-
cas suelen inducir a equivocaciones.
Es oportuno comentar que el exceso vertical de cara, es decir, una cara
larga, y de etiología morfogenética no se corrige con Ortodoncia o con orto-
pedia. No existe mecánica ortodóncica u ortopédica que aplicada por el orto-
doncista obtenga un impacto facial importante para los problemas verticales.
La única forma de tratamiento con modificación consistente y real en la cara
consiste en la cirugía ortognática, mediante la técnica de reducción de la altu-
ra facial, que incluye: impactación del maxilar, rotación antihoraria mandibu-
lar y casi siempre mentoplastia de avance y reducción vertical.
Desde el punto de vista cefalométrico (Figura 9.3), la cara larga se carac-
teriza por un ángulo goniaco más abierto, menor longitud de la rama mandi-
bular, mostrando una menor dimensión de la altura facial posterior en rela-
ción a la altura facial antero-inferior. Otras magnitudes cefalométricas
aumentadas sugieren un comportamiento vertical de la mandíbula, como por
ejemplo, en los ángulos ENAENP.GoGn y SN.GoGn. Esto significa que la mor-
fología mandibular favorece una rotación en sentido horario durante el cre-
cimiento facial. El análisis estructural de Björk, que resume la evaluación mor-
fológica de la mandíbula, ya valorada en el capítulo “Análisis del crecimiento
facial”, considera siete características morfológicas que ayudan a definir un
patrón de rotación mandibular durante el crecimiento, ya sea horario o anti-
horario: 1) inclinación de los cóndilos; 2) curvatura del canal mandibular; 3)
forma del borde inferior de la mandíbula; 4) inclinación de la sínfisis; 5) ángu-
lo interincisivo; 6) ángulo interpremolar e intermolar y 7) altura facial anteroin-
ferior. Pero además de la evaluación esquelética, ¿es posible evaluar el espa-
cio aéreo en la telerradiografía lateral?
Una investigación realizada por Cardoso en 2005 intentando definir las
características esqueléticas de la cara larga y utilizando la telerradiografía late-
ral de cráneo, comparó los valores cefalométricos de una cara larga con una
cara normal (Patrón I), en individuos adultos. Los resultados permitieron cons-
tatar que el crecimiento esencialmente vertical presentado por la cara larga
se manifiesta principalmente debajo del plano palatino, con aumento del ángu-
lo goniaco y de la inclinación del plano mandibular, lo que justifica la nomen-
clatura de “cara hiperdivergente”. La altura facial anteroinferior se encontró
aumentada, influyendo en la altura facial total y alterando la relación de la altu-
ra facial anteroinferior con la altura facial posterior. La presencia de retrog-
natismo maxilar y mandibular también fue observada.
Es posible evaluar el espacio aéreo en la telerradiografía lateral. La tele-
rradiografía representa un medio importante de diagnóstico morfológico del
espacio aéreo al permitir una visualización del tracto respiratorio y del tejido
adenoideo, en tamaño, forma, localización y crecimiento, como demuestra
la figura 9.4. Este recurso es usado tanto por el otorrinolaringólogo como
por el ortodoncista. La diferencia es que la radiografía que el otorrinolarin-
gólogo solicita es denominada radiografía de senos, y no es estandarizada.
Sin embargo, en la interpretación del tracto respiratorio por la telerradiogra-
ATLAS
CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL
170
tt FFiigguurraa 99..22.. Morfología facial típica de “cara larga”. El exceso vertical del maxilar y del tercio inferior de la cara impide el sellado labial pasivo, al mismo tiempo
que se exponen excesivamente los incisivos superiores. Esta exposición refleja, realmente, el exceso vertical del maxilar. Es posible percibir en la fotografía facial
de perfil que para mantener el cierre labial, el mentón se contrae y crea la situación típica de “mentón doble”, característica del exceso vertical de la cara. El
término “mentón doble” significa que el mentón blando (músculo mentoniano) está por encima del mentón duro formado por la sínfisis mentoniana.
fía, es más importante el espacio relativo que el tejido adenoideo ocupa den-
tro del tracto respiratorio. ¿El espacio aéreo libre tiene dimensión suficien-
te para permitir el flujo aéreo nasal? La limitación inherente a la imagen radio-
gráfica por su naturaleza bidimensional, no facilita una evaluación completa
y tridimensional del tracto respiratorio, aunque constituya un método satis-
factorio para valorar la permeabilidad del espacio aéreo superior. Además,
ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS
171
tt FFiigguurraa 99..33.. El patrón morfológico registrado en la telerradiografía caracteriza la cara larga (A). Las medidas cefalométricas (B) también denuncian un
aumento de la altura maxilar y de la altura facial anterior inferior (AFAI). La morfología mandibular presenta modificaciones significativas, con aumento del
ángulo goniaco e inclinación exagerada del plano mandibular.
A B
no se retrata la condición funcional, que debe ser evaluada instrumentalmen-
te por el otorrinolaringólogo. El hecho admitido de que la permeabilidad del
tracto respiratorio aumenta con la edad, en especial a partir de la adolescen-
cia, se debe a dos motivos: el crecimiento del tracto respiratorio y la involu-
ción del tejido linfoide del mismo. ¿Qué significa involución o atrofia del teji-
do linfoide?
ATLAS
CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL
172
tt FFiigguurraa 99..44.. Telerradiografías en norma lateral mostrando en zona detallada diferentes relaciones espaciales del tejido adenoideo en el tracto respiratorio.
Es fácil comprender que la morfología facial influye en la forma anatómica de la naso y bucofaringe, y consecuentemente, ayuda de esta forma a definir el
grado de obstrucción que los tejidos blandos imponen al espacio nasofaríngeo.
ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS
173
El complejo linfático que envuelve la faringe, llamado anillo de Walde-
yer, está formado por las vegetaciones adenoideas, amígdalas peritubarias y
amígdalas linguales. Este tejido linfoide obedece a la curva de crecimiento de
todo el tejido linfoide del organismo. Con un crecimiento rápido en los pri-
meros años de vida y en la infancia, aproximadamente hasta los 3 años de
edad, tiene un pico de crecimiento antes de la adolescencia siendo a partir
de aquí cuando comienza su atrofia progresivamente. El tejido linfoide del sis-
tema estomatognático tiende a acompañar con poca nitidez la clásica curva
de crecimiento del tejido linfático simulada por Scammon et al, en 1930 (Figu-
ra 9.5). Por tanto, los problemas de obstrucción aérea atribuidos al tejido lin-
fático son comunes en la infancia y en la pre-adolescencia y son raros en la
adolescencia y en los periodos posteriores de la evolución del ser humano.
Una investigación realizada en la ciudad de Bauru, Brasil por Silva Filho
en 1989, mostró que en niños de 7 años de edad, con oclusión normal, cara
equilibrada (Patrón I) y en los que no existían signos de respiración bucal, un
poco más del 50% del espacio nasofaríngeo se encontraba ocupado por teji-
do linfoide. Aproximadamente el 47% del espacio nasofaríngeo está libre per-
mitiendo así el paso del aire durante la respiración nasal. En términos numé-
ricos, el espacio aéreo libre registrado en las telerradiografías de este estudio
mostraron una amplia variación aérea encontrando desde 2,1 mm a 12,6 mm
con un espacio medio de 6,8 mm. Esta diferencia numérica se debe a la varie-
dad de tipología facial que aún considerándose normal, se distribuye en los
tipos braquifacial, mesofacial y dólicofacial. Estos datos numéricos permiten
concluir que si el espacio aéreo nasofaríngeo se mantiene permeable o sufi-
ciente para la función respiratoria nasal, su dimensión no interfiere en la mor-
fología cráneofacial. Por otro lado, también encontramos en la literatura orto-
dóncica autores que mencionan como límite mínimo del espacio aéreo libre
para permitir el flujo aéreo nasal la distancia de 4 mm. En estos casos se acon-
seja la derivación de pacientes con un espacio aéreo reducido al otorrinola-
ringólogo. ¿Es posible definir el patrón respiratorio en base a la dimensión
del espacio aéreo libre del tracto respiratorio?
La amplitud de las vías aéreas puede sugerir si el patrón respiratorio
del individuo es nasal o bucal. El área de interés anatómico en la telerradio-
grafía lateral para el diagnóstico del patrón respiratorio se refiere a la región
adenoidea, el espacio aéreo libre en la nasofaringe y en la bucofaringe, el
paladar blando, la parte posterior de la lengua y la pared posterior de la farin-
ge (Figura 9.6). Más importante que los valores es la evaluación morfológica
de la imagen del tracto respiratorio y su correlación con las características mor-
fológicas de la cara, así como las manifestaciones clínicas relatadas por los
padres en la anamnesis, como por ejemplo, la apnea. No podemos olvidar
que el diagnóstico de la respiración bucal siempre tiene que ser confirmado
por el otorrinolaringólogo.
tt FFiigguurraa 99..55.. Curva de crecimiento de los tejidos linfático, neural, general y
genital, simulada por Scammon et al, en 1930. Puede observarse la atrofia
progresiva del tejido linfoide después del pico de crecimiento en la
pubertad.
ATLAS
CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL
174
tt FFiigguurraa 99..66.. Estructuras anatómicas pertenecientes a las vías aéreas observadas en la telerradiografía de perfil; 1. Paladar blando; 2. Contorno lingual;
3. Nasofaringe; 4. Orofaringe; 5. Epiglotis; 6. Contorno adenoideo; 7. Vértebras: atlas, axis y cervical C3.
11
22
55
77
33
44
66
Amígdalas
faríngeas
Paladar
blando
Dorso
Lengua
Amígdalas
palatinas
Epiglotis
Lengua
Orofaringe
Atlas
Axis
C3
Nasofaringe
ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS
175
tt FFiigguurraa 99..77.. En estas dos telerradiografías del mismo paciente con escaso intervalo en las tomas, puede observarse el menor espacio aéreo libre de la
nasofaringe en el momento de la deglución (A) enmascarando los valores normales de profundidad en la nasofaringe en una situación de reposo (B).
A B
9.2. ANÁLISIS NUMÉRICO DEL ESPACIO NASOFARÍNGEO
La radiografía cefalométrica constituye uno de los elementos auxiliares
más importantes en el diagnóstico del espacio nasofaríngeo. Han sido nume-
rosos los ortodoncistas que han realizado métodos de evaluación numérica
del espacio aéreo. Como éste aumenta con la edad y el tejido linfoide locali-
zado en la pared posterior de la nasofaringe disminuye después de la puber-
tad, fue necesario establecer unos índices que correspondiesen con las dimen-
siones sagitales de las vías aéreas de la nasofaringe en diferentes tramos o
épocas. Esos valores cefalométricos, o índices, son especialmente importan-
tes en el caso de niños con edades comprendidas entre los 6 y 12 años, fran-
ja de edad propiamente ortodóncica.
McNamara, en 1984, propuso que el espacio aéreo libre, representado por
la profundidad de la nasofaringe, fuese medido desde la pared posterior del
paladar blando hasta la pared posterior de la nasofaringe. Sin embargo, el
problema de utilizar como referencia el tejido blando es que en caso de que el
paciente esté deglutiendo durante el disparo radiográfico la distancia sufre dis-
torsión perdiendo validez. En este momento, el paladar blando se contrae, sien-
do traccionado hacia arriba y atrás por la musculatura del velo del paladar.
ATLAS
CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL
176
La medida propuesta por McNamara para la evaluación del espa-
cio aéreo nasofaríngeo es bastante simple. Sin embargo, el paciente
no debe deglutir durante la toma radiográfica (Figura 9.7), pues en
este caso existirá una modificación del espacio aéreo. Para que esta
medida sea realmente efectiva, es necesario que el paciente sea entre-
nado para evitar la deglución durante el disparo radiográfico.
Una forma de solucionar este problema consiste en la utilización
como referencia anterior de una estructura esquelética; la espina nasal
posterior. En 1970, Linder-Aronson empleó la distancia lineal ENP-ad2 en
la evaluación del espacio libre para las vías aéreas de la nasofaringe. La
medida ENP-ad2 corresponde a la amplitud desde el punto espina nasal
posterior hasta el punto ad2, localizado en la intersección de la línea ENP-
So con la pared posterior de la nasofaringe (Figura 9.8). El punto So se
localiza en el punto medio de la distancia que une los puntos silla turca
(S) y basion (Ba). Los valores medios de esta magnitud fueron obteni-
dos tanto en niños que respiraban por la nariz como para aquellos que
respiraban por la boca, y el examen otorrinolaringológico recomendaba
la cirugía adenoidea, en una edad entre los 6 y 11 años (Tabla 9.1).
06-07 Nariz 14,24 2,16
06-07 Boca 9,26 3,29
08-09 Nariz 16,21 2,42
08-09 Boca 9,51 3,85
10-11 Nariz 17,55 2,74
10-11 Boca 10,77 3,74
Franja de
ENP-ad2
edad (años)
Forma de respiración
x– SD
Fuente: Vilella y colaboradores, 2004.
tt TTaabbllaa 99..11.. Medidas aritméticas (x–) y desvíos estándar (SD) en
relación a la medida ENP- ad2 (mm), en relación a la edad (Linder-
Aronson 1970).
tt FFiigguurraa 99..88.. Puntos cefalométricos utilizados en la obtención de la distancia
ENP-ad2 por Linder-Aronson, valorando la amplitud de las vías aéreas en la zona de
la nasofaringe.
S
So
ENP
Ba
ad2
de su normal relación sobre la función respiratoria, el ortodoncista debe siem-
pre derivar al paciente para un examen con el otorrinolaringólogo.
En la tabla 9.2 se representan los índices de normalidad, comprobados
por medio de la medida ENP-ad2 según Vilella y colaboradores. Correspon-
den a individuos respiradores nasales sin alteraciones respiratorias y no some-
tidos a cirugía adenoidea previa.
En este trabajo fue observado que la nasofaringe presenta un patrón de
crecimiento similar al resto del cuerpo, al contrario que el tejido adenoi-
deo. El espacio aéreo libre nasofaríngeo, representado por la distancia line-
al ENP-ad2, aumenta desde los 4 hasta los 16 años de edad. Sin embargo,
este tejido linfático es mayor en la franja de edad 4 a 5 años, disminuyendo
en tamaño progresivamente hasta la edad de 10 a 11 años, cuando aparece
un leve aumento, volviendo a disminuir al poco tiempo. El espacio aéreo
nasofaríngeo, por el contrario, no disminuye y gracias al crecimiento facial se
produce un movimiento hacia abajo del paladar duro, determinando la amplia-
ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS
177
tt GGrrááffiiccoo 99..11.. Valores medios de la distancia lineal ENP- ad2 según la edad
y el tipo de respiración de la muestra.
La telerradiografía corresponde a una lectura bidimensional de una estruc-
tura tridimensional. Como tal, tiene sus limitaciones, y por este motivo, el diag-
nóstico cefalométrico del espacio aéreo libre de la nasofaringe precisa ser
confirmado con métodos que evalúan lo referido al espacio en tres dimensio-
nes, como por ejemplo la nasofaringoscopia. El diagnóstico instrumental rea-
lizado por el otorrinolaringólogo fundamenta el diagnóstico y definición de
la conducta terapéutica. Sin embargo, parece obvio que cuanto menor es el
espacio aéreo libre diagnosticado en la telerradiografía, mayor es la posibili-
dad de obstrucción real. En 2004, Vilella y colaboradores confirmaron esta
hipótesis y constataron la existencia de similitud estadística entre los resulta-
dos del examen endoscópico en la nasofaringe y la evaluación cefalométrica
de las vías aéreas superiores al utilizar ENP-ad2.
En el gráfico 9.1 se encuentran señalados los índices cefalométricos refe-
rentes a la medida ENP-ad2, de acuerdo con la franja de edad estudiada por
Villela. La línea azul mantiene los valores de las medias aritméticas de los pacien-
tes que respiraban normalmente. La línea roja representa los valores de las
medidas aritméticas, menos un desvío patrón, de los individuos que respira-
ban por la nariz. La línea amarilla contiene los valores en los individuos que res-
piraban por la boca. Valores encontrados por encima de la línea roja represen-
tan las vías aéreas nasofaríngeas sin obstrucción. Cuando los valores están
situados entre la línea roja y la línea amarilla, el clínico debe estar atento al
modo en que respiran estos pacientes. Valores situados debajo de la línea roja
sugieren obstrucción de las vías aéreas nasofaríngeas.
Es importante recordar que los índices cefalométricos medios son orien-
tativos y no pueden ser considerados como único criterio de diagnóstico en
la obstrucción de vías aéreas nasofaríngeas. Estos índices unidos al examen
clínico, o según el caso, a otro tipo de evaluación, serán capaces de ayudar
al ortodoncista a seleccionar a los niños que necesiten una exploración más
detallada por el especialista. Cuando el ortodoncista evalúa las vías aéreas en
relación a la nasofaringe con la finalidad de comenzar un tratamiento orto-
dóncico, el examen otorrinolaringológico debe ser recomendado en aquellos
pacientes con sospecha de respiración bucal, ya sea por el patrón facial que
el paciente posea, por las características del análisis morfológico del espacio
aéreo en la nasofaringe y 108,416 mm bucofaringe, o basado en los valores
de la medida cefalométrica ENP-ad2 menores a las medias aritméticas repre-
sentadas por la línea de color rojo (Gráfico 9.1). También es importante valo-
rar las características encontradas en la anamnesis, y si persiste cualquier duda
ATLAS
CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL
178
ción de las vías aéreas. Esos datos sugieren que el desarrollo del teji-
do adenoideo sigue un ciclo un poco diferente a aquel verificado en
otros tejidos de origen linfoide.
9.3. DETERMINACIÓN DEL ESPACIO OROFARÍNGEO
En el espacio orofaríngeo se encuentran situadas las amígdalas,
que con facilidad podemos observar en la exploración clínica. Su ima-
gen en la radiografía lateral de cráneo es reflejada en la región del
ángulo goniaco encontrándose en la mayor parte de las ocasiones
ocultas por las estructuras vecinas. La medición de la longitud de la
orofaringe puede ser realizada por la prolongación de una línea que
pase por los puntos B y Go (Figura 9.9), cuantificando la distancia line-
al localizada entre la pared posterior de la faringe (punto f1) y la super-
ficie dorsal de la base de la lengua (punto f2). Al valorar la distancia de
esta manera es posible observar la poca influencia que con el tiempo
sufre por los posibles cambios anatómicos, además de permitir estan-
darizar fácilmente la medición (Tabla 9.3).
tt FFiigguurraa 99..99.. Puntos cefalométricos utilizados en la cuantificación milimétrica del
espacio orofaríngeo por medio de la distancia lineal f1-f2.
04-05 12,47 2,79
06-07 14,24 2,16
08-09 16,21 2,42
10-11 17,55 2,74
12-13 18,77 3,06
14-15 20,36 2,67
ENP-ad2
Franja de edad (años)
x– SD
Fuente: Vilella y colaboradores, 2006.
tt TTaabbllaa 99..22.. Medidas aritméticas (x–) y desvíos patrón (SD) en
relación a la medida ENP - ad2 (mm), de acuerdo con las diferentes
franjas de edad.
Go
f1
f2
B
ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS
179
Para el ortodoncista resulta de gran utilidad evaluar si el paciente pre-
senta una posición normal de la lengua, pues las consecuencias y efectos dele-
téreos de la interposición lingual y la fonación atípica, así como de la apnea
obstructiva del sueño, son de vital importancia en el crecimiento facial.
Es importante tener en cuenta los índices de normalidad para poder reco-
nocer a partir del diagnóstico cefalométrico si el paciente que va a ser trata-
do presenta algún tipo de alteración. En el gráfico 9.2 se muestran los valo-
res normales de profundidad en la orofaringe dentro de la franja de normalidad.
Así de 6 a 11 años están entre 8,76 mm y 14,86 mm; entre 9,07 mm y 15,07 mm
para la franja de edad de 12 a 17 años y entre los 9,55 mm y 16,99 para el
periodo de tiempo comprendido entre 18 a 23 años.
Para aquellos pacientes que se encuentran fuera de estos valores es reco-
mendable que el ortodoncista observe con mayor atención en la realización
de la anamnesis y la exploración clínica los posibles signos de sospecha por
obstrucción amigdalina, mejorando así el diagnóstico precoz y la interrelación
entre ortodoncista, otorrinolaringólogo y logopeda.
06-11 11,81 3,05
12-17 12,07 3,00
18-23 13,27 3,72
f1 - f1
Franja de edad (años)
x– SD
Fuente: Vilella y colaboradores, 2006.
tt TTaabbllaa 99..33.. Medidas aritméticas (x–) y desvíos patrón (SD) referentes a la
medida f1-f2 en mm, de acuerdo con la franja de edad estudiada (Nuemberg
& Vilella, 2006).
tt GGrrááffiiccoo 99..22.. Valores cefalométricos medios según la edad de la muestra
que reflejan la media del espacio orofaríngeo (f1-f2) para las diferentes
franjas de edad (Nuemberg & Vilella, 2006).

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  • 1.  ANÁLISIS DE LAS VÍAS AÉREAS
  • 2. ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS 167 9.1. MORFOLOGÍA FACIAL Y RESPIRACIÓN BUCAL Las vías aéreas evolucionaron a lo largo de la escala filogenética para permitir que en el hombre la nariz fuese un instrumento de respiración, pre- parada para recibir y acondicionar el aire que caminaba hacia los alveolos pul- monares. Es normal y fisiológico, por tanto, respirar nasalmente. La respira- ción bucal, como complemento de la respiración nasal, se considera normal en los casos de esfuerzo físico. Solamente en estas condiciones la respira- ción bucal es considerada como fisiológica. Y es por eso que el sistema res- piratorio está preparado para un respiración mixta: respiración nasal princi- palmente y respiración bucal complementaria. Sin embargo, para que la respiración nasal se realice plenamente, algunas condiciones morfológicas deben estar presentes, como por ejemplo, la permeabilidad del tracto respi- ratorio superior, comprendido por las narinas, nasofaringe y bucofaringe. Cuan- do por algún motivo el flujo aéreo nasal está restringido, el hombre pasa a desviar la respiración nasal hacia la boca, creando el cuadro patológico cono- cido como respiración bucal. La condición denominada de “respiración bucal” representa un cuadro patológico donde la respiración bucal prevalece sobre la respiración nasal. El diagnóstico de la respiración bucal debe ser realizado por el otorrinolaringólogo. El ortodoncista, al trabajar con la morfología facial, puede sospechar del cuadro de respiración bucal y diferir al paciente para el diagnóstico exacto. ¿Por qué el ortodoncista se preocupa por el patrón res- piratorio del paciente? La preocupación del ortodoncista con la respiración bucal se debe al hecho de la tan discutida y aún inconsistente interferencia negativa que ejer- ce sobre ella el desarrollo de la oclusión y el crecimiento facial. La investiga- ción más clásica realizada por Harvold y colaboradores en 1973, comparando la interrelación “patrón respiratorio y morfología dentofacial” fue realizada con una obstrucción total de las narinas en macacus Rhesus con obturadores de silicona. Después de algunos meses se encontraron cambios en la oclusión y faciales, quedando demostrada la relación “causa-efecto” entre la respira- ción y el comportamiento dentofacial. En seres humanos, trabajos en niños con obstrucción nasal comprobada demuestran que después de la adenoi- dectomía ocurren cambios cefalométricos y oclusales en dirección al creci- miento normal. A pesar de estas investigaciones con animales y con seres humanos, la interacción, función y morfología dentofacial no es simple, prin- cipalmente en lo que se refiere a la definición de la relación causa-efecto. ¿Quién es el factor etiológico? La respiración bucal, ¿provoca alteraciones en la morfología dentofacial, o es la morfología dentofacial la que favorece la res- piración bucal? Por el hecho de ser un morfologista, el ortodoncista hace su diagnósti- co en el paciente con respiración bucal basado principalmente en las carac- terísticas faciales. Por ejemplo, la ausencia de sellado labial, en pacientes con síndrome de cara larga (Figura 9.1), lleva al ortodoncista a sospechar de “res- piración bucal”. Se discute entre los ortodoncistas la posibilidad de que la res- piración bucal promueva un crecimiento vertical de la cara. Sin embargo, por otro lado se admite también la hipótesis de que las características de la cara larga no resultan de la obstrucción de las vías aéreas superiores, aun- que sí obedecen a una determinación genética, siendo producto de la mor- fogenética. En resumen, 1) la obstrucción de las vías aéreas produce altera- ciones en la morfología facial, o 2) las alteraciones faciales son primarias, determinadas genéticamente, facilitando la obstrucción de las vías aéreas. Independientemente de esta polémica, una afirmación está comprobada: la respiración nasal optimiza el desarrollo de la oclusión así como favorece la estabilidad después del tratamiento de los problemas transversales y vertica- les, pasando a ser de gran interés y diana de la Ortodoncia. Por esta razón es por la que el ortodoncista se preocupa por el patrón respiratorio de su paciente. ¿Cómo el ortodoncista diagnostica la respiración bucal?
  • 3. ATLAS CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL 168 El primer aspecto importante en el diagnóstico de la respiración bucal es el concepto teórico. El término “respirador bucal” debe ser empleado para niños que tengan un aumento de la resistencia aérea nasal comprobada por el otorrinolaringólogo, por medio de espirometría. Este es el diagnóstico exac- to. Varios factores pueden obstruir las vías aéreas y establecer el cuadro de res- piración bucal. Estos factores incluyen rinitis alérgica, hipertrofia de adenoides y amígdalas, hipertrofia de los cornetes, desvío del septo nasal, etc… Además de las alteraciones del tejido blando, es fácil deducir que las obstrucciones se manifiestan en condiciones anatómicas más favorables, como por ejemplo, en patrones faciales verticales, con altura facial elevada, donde la morfología de la nasofaringe es más larga, más estrecha y menos profunda. Esa condición anatómica vuelve a la nasofaringe en las caras largas más vulnerable a las obs- trucciones del tracto respiratorio aéreo. Esto explica por qué niños con cara larga y estrecha presentan mayor resistencia nasal a la respiración que aque- llos con cara corta y ancha, es decir, braquifaciales. Probablemente por eso se acostumbra a relacionar la cara larga con la respiración bucal. Entonces nece- sitamos responder una pregunta: ¿Qué es una cara larga? El Síndrome de cara larga definido por Schendel y colaboradores en 1976 o exceso vertical maxilar de Molones et al, 1982, o simplemente cara larga, ocurre en un porcentaje pequeño de la población, aproximadamente en un 1,5 %, y corresponde al tipo dólicofacial con exceso vertical localiza- do en el tercio inferior, como demuestra el análisis facial en las figuras 9.1 y 9.2. Conocida también como “facies adenoidea”, la cara larga presenta des- proporción entre los tercios faciales, con aumento del tercio inferior en rela- ción al tercio medio de la cara, ausencia del sellado labial pasivo, exposi- tt FFiigguurraa 99..11.. Morfología facial normal (A y B) y morfología facial típica de una “cara larga” (C y D): sellado labial pasivo (A y B) en contraposición ausencia de sellado labial por exceso vertical (C y D). Las características de la cara larga son: ausencia de sellado labial pasivo, exposición acentuada de los incisivos superiores en situación de reposo, y mentón doble al intentar cerrar los labios. El ortodoncista sospecha de respiración bucal por el análisis facial del paciente. Sin embargo, son dos conceptos diferentes: el análisis facial es morfológico, mientras que el análisis del patrón respiratorio es fisiológico. No siempre los pacientes con cara larga son respiradores bucales. A B C D
  • 4. ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS 169 ción excesiva de los incisivos superiores con el labio superior en reposo, expo- sición de encía superior en la sonrisa, además de un aumento en la longitud de la sínfisis, con mentón doble en el intento de promover el sellado labial. El diagnóstico morfológico de labios entreabiertos evoca el diagnóstico de respirador bucal. Sin embargo, son dos condiciones distintas. Cuando nos referimos a cara larga estamos manejando un término diagnóstico de mor- fología facial mientras que al utilizar respirador bucal el concepto diagnósti- co es de tipo fisiologico. Definitivamente, labios entreabiertos y exceso ver- tical en la cara no son sinónimos de respirador bucal. Pero como el ortodoncista es un morfologista, que realiza el diagnóstico basado en la mor- fología, interpreta la función “respiración” mediante el análisis de la “mor- fología facial”. Para el ortodoncista la cara larga puede ser sinónimo de res- piración bucal. ¡Concepto erróneo!. Esto confunde con frecuencia a los investigadores, mezclándose términos que en las publicaciones ortodónci- cas suelen inducir a equivocaciones. Es oportuno comentar que el exceso vertical de cara, es decir, una cara larga, y de etiología morfogenética no se corrige con Ortodoncia o con orto- pedia. No existe mecánica ortodóncica u ortopédica que aplicada por el orto- doncista obtenga un impacto facial importante para los problemas verticales. La única forma de tratamiento con modificación consistente y real en la cara consiste en la cirugía ortognática, mediante la técnica de reducción de la altu- ra facial, que incluye: impactación del maxilar, rotación antihoraria mandibu- lar y casi siempre mentoplastia de avance y reducción vertical. Desde el punto de vista cefalométrico (Figura 9.3), la cara larga se carac- teriza por un ángulo goniaco más abierto, menor longitud de la rama mandi- bular, mostrando una menor dimensión de la altura facial posterior en rela- ción a la altura facial antero-inferior. Otras magnitudes cefalométricas aumentadas sugieren un comportamiento vertical de la mandíbula, como por ejemplo, en los ángulos ENAENP.GoGn y SN.GoGn. Esto significa que la mor- fología mandibular favorece una rotación en sentido horario durante el cre- cimiento facial. El análisis estructural de Björk, que resume la evaluación mor- fológica de la mandíbula, ya valorada en el capítulo “Análisis del crecimiento facial”, considera siete características morfológicas que ayudan a definir un patrón de rotación mandibular durante el crecimiento, ya sea horario o anti- horario: 1) inclinación de los cóndilos; 2) curvatura del canal mandibular; 3) forma del borde inferior de la mandíbula; 4) inclinación de la sínfisis; 5) ángu- lo interincisivo; 6) ángulo interpremolar e intermolar y 7) altura facial anteroin- ferior. Pero además de la evaluación esquelética, ¿es posible evaluar el espa- cio aéreo en la telerradiografía lateral? Una investigación realizada por Cardoso en 2005 intentando definir las características esqueléticas de la cara larga y utilizando la telerradiografía late- ral de cráneo, comparó los valores cefalométricos de una cara larga con una cara normal (Patrón I), en individuos adultos. Los resultados permitieron cons- tatar que el crecimiento esencialmente vertical presentado por la cara larga se manifiesta principalmente debajo del plano palatino, con aumento del ángu- lo goniaco y de la inclinación del plano mandibular, lo que justifica la nomen- clatura de “cara hiperdivergente”. La altura facial anteroinferior se encontró aumentada, influyendo en la altura facial total y alterando la relación de la altu- ra facial anteroinferior con la altura facial posterior. La presencia de retrog- natismo maxilar y mandibular también fue observada. Es posible evaluar el espacio aéreo en la telerradiografía lateral. La tele- rradiografía representa un medio importante de diagnóstico morfológico del espacio aéreo al permitir una visualización del tracto respiratorio y del tejido adenoideo, en tamaño, forma, localización y crecimiento, como demuestra la figura 9.4. Este recurso es usado tanto por el otorrinolaringólogo como por el ortodoncista. La diferencia es que la radiografía que el otorrinolarin- gólogo solicita es denominada radiografía de senos, y no es estandarizada. Sin embargo, en la interpretación del tracto respiratorio por la telerradiogra-
  • 5. ATLAS CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL 170 tt FFiigguurraa 99..22.. Morfología facial típica de “cara larga”. El exceso vertical del maxilar y del tercio inferior de la cara impide el sellado labial pasivo, al mismo tiempo que se exponen excesivamente los incisivos superiores. Esta exposición refleja, realmente, el exceso vertical del maxilar. Es posible percibir en la fotografía facial de perfil que para mantener el cierre labial, el mentón se contrae y crea la situación típica de “mentón doble”, característica del exceso vertical de la cara. El término “mentón doble” significa que el mentón blando (músculo mentoniano) está por encima del mentón duro formado por la sínfisis mentoniana. fía, es más importante el espacio relativo que el tejido adenoideo ocupa den- tro del tracto respiratorio. ¿El espacio aéreo libre tiene dimensión suficien- te para permitir el flujo aéreo nasal? La limitación inherente a la imagen radio- gráfica por su naturaleza bidimensional, no facilita una evaluación completa y tridimensional del tracto respiratorio, aunque constituya un método satis- factorio para valorar la permeabilidad del espacio aéreo superior. Además,
  • 6. ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS 171 tt FFiigguurraa 99..33.. El patrón morfológico registrado en la telerradiografía caracteriza la cara larga (A). Las medidas cefalométricas (B) también denuncian un aumento de la altura maxilar y de la altura facial anterior inferior (AFAI). La morfología mandibular presenta modificaciones significativas, con aumento del ángulo goniaco e inclinación exagerada del plano mandibular. A B no se retrata la condición funcional, que debe ser evaluada instrumentalmen- te por el otorrinolaringólogo. El hecho admitido de que la permeabilidad del tracto respiratorio aumenta con la edad, en especial a partir de la adolescen- cia, se debe a dos motivos: el crecimiento del tracto respiratorio y la involu- ción del tejido linfoide del mismo. ¿Qué significa involución o atrofia del teji- do linfoide?
  • 7. ATLAS CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL 172 tt FFiigguurraa 99..44.. Telerradiografías en norma lateral mostrando en zona detallada diferentes relaciones espaciales del tejido adenoideo en el tracto respiratorio. Es fácil comprender que la morfología facial influye en la forma anatómica de la naso y bucofaringe, y consecuentemente, ayuda de esta forma a definir el grado de obstrucción que los tejidos blandos imponen al espacio nasofaríngeo.
  • 8. ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS 173 El complejo linfático que envuelve la faringe, llamado anillo de Walde- yer, está formado por las vegetaciones adenoideas, amígdalas peritubarias y amígdalas linguales. Este tejido linfoide obedece a la curva de crecimiento de todo el tejido linfoide del organismo. Con un crecimiento rápido en los pri- meros años de vida y en la infancia, aproximadamente hasta los 3 años de edad, tiene un pico de crecimiento antes de la adolescencia siendo a partir de aquí cuando comienza su atrofia progresivamente. El tejido linfoide del sis- tema estomatognático tiende a acompañar con poca nitidez la clásica curva de crecimiento del tejido linfático simulada por Scammon et al, en 1930 (Figu- ra 9.5). Por tanto, los problemas de obstrucción aérea atribuidos al tejido lin- fático son comunes en la infancia y en la pre-adolescencia y son raros en la adolescencia y en los periodos posteriores de la evolución del ser humano. Una investigación realizada en la ciudad de Bauru, Brasil por Silva Filho en 1989, mostró que en niños de 7 años de edad, con oclusión normal, cara equilibrada (Patrón I) y en los que no existían signos de respiración bucal, un poco más del 50% del espacio nasofaríngeo se encontraba ocupado por teji- do linfoide. Aproximadamente el 47% del espacio nasofaríngeo está libre per- mitiendo así el paso del aire durante la respiración nasal. En términos numé- ricos, el espacio aéreo libre registrado en las telerradiografías de este estudio mostraron una amplia variación aérea encontrando desde 2,1 mm a 12,6 mm con un espacio medio de 6,8 mm. Esta diferencia numérica se debe a la varie- dad de tipología facial que aún considerándose normal, se distribuye en los tipos braquifacial, mesofacial y dólicofacial. Estos datos numéricos permiten concluir que si el espacio aéreo nasofaríngeo se mantiene permeable o sufi- ciente para la función respiratoria nasal, su dimensión no interfiere en la mor- fología cráneofacial. Por otro lado, también encontramos en la literatura orto- dóncica autores que mencionan como límite mínimo del espacio aéreo libre para permitir el flujo aéreo nasal la distancia de 4 mm. En estos casos se acon- seja la derivación de pacientes con un espacio aéreo reducido al otorrinola- ringólogo. ¿Es posible definir el patrón respiratorio en base a la dimensión del espacio aéreo libre del tracto respiratorio? La amplitud de las vías aéreas puede sugerir si el patrón respiratorio del individuo es nasal o bucal. El área de interés anatómico en la telerradio- grafía lateral para el diagnóstico del patrón respiratorio se refiere a la región adenoidea, el espacio aéreo libre en la nasofaringe y en la bucofaringe, el paladar blando, la parte posterior de la lengua y la pared posterior de la farin- ge (Figura 9.6). Más importante que los valores es la evaluación morfológica de la imagen del tracto respiratorio y su correlación con las características mor- fológicas de la cara, así como las manifestaciones clínicas relatadas por los padres en la anamnesis, como por ejemplo, la apnea. No podemos olvidar que el diagnóstico de la respiración bucal siempre tiene que ser confirmado por el otorrinolaringólogo. tt FFiigguurraa 99..55.. Curva de crecimiento de los tejidos linfático, neural, general y genital, simulada por Scammon et al, en 1930. Puede observarse la atrofia progresiva del tejido linfoide después del pico de crecimiento en la pubertad.
  • 9. ATLAS CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL 174 tt FFiigguurraa 99..66.. Estructuras anatómicas pertenecientes a las vías aéreas observadas en la telerradiografía de perfil; 1. Paladar blando; 2. Contorno lingual; 3. Nasofaringe; 4. Orofaringe; 5. Epiglotis; 6. Contorno adenoideo; 7. Vértebras: atlas, axis y cervical C3. 11 22 55 77 33 44 66 Amígdalas faríngeas Paladar blando Dorso Lengua Amígdalas palatinas Epiglotis Lengua Orofaringe Atlas Axis C3 Nasofaringe
  • 10. ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS 175 tt FFiigguurraa 99..77.. En estas dos telerradiografías del mismo paciente con escaso intervalo en las tomas, puede observarse el menor espacio aéreo libre de la nasofaringe en el momento de la deglución (A) enmascarando los valores normales de profundidad en la nasofaringe en una situación de reposo (B). A B 9.2. ANÁLISIS NUMÉRICO DEL ESPACIO NASOFARÍNGEO La radiografía cefalométrica constituye uno de los elementos auxiliares más importantes en el diagnóstico del espacio nasofaríngeo. Han sido nume- rosos los ortodoncistas que han realizado métodos de evaluación numérica del espacio aéreo. Como éste aumenta con la edad y el tejido linfoide locali- zado en la pared posterior de la nasofaringe disminuye después de la puber- tad, fue necesario establecer unos índices que correspondiesen con las dimen- siones sagitales de las vías aéreas de la nasofaringe en diferentes tramos o épocas. Esos valores cefalométricos, o índices, son especialmente importan- tes en el caso de niños con edades comprendidas entre los 6 y 12 años, fran- ja de edad propiamente ortodóncica. McNamara, en 1984, propuso que el espacio aéreo libre, representado por la profundidad de la nasofaringe, fuese medido desde la pared posterior del paladar blando hasta la pared posterior de la nasofaringe. Sin embargo, el problema de utilizar como referencia el tejido blando es que en caso de que el paciente esté deglutiendo durante el disparo radiográfico la distancia sufre dis- torsión perdiendo validez. En este momento, el paladar blando se contrae, sien- do traccionado hacia arriba y atrás por la musculatura del velo del paladar.
  • 11. ATLAS CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL 176 La medida propuesta por McNamara para la evaluación del espa- cio aéreo nasofaríngeo es bastante simple. Sin embargo, el paciente no debe deglutir durante la toma radiográfica (Figura 9.7), pues en este caso existirá una modificación del espacio aéreo. Para que esta medida sea realmente efectiva, es necesario que el paciente sea entre- nado para evitar la deglución durante el disparo radiográfico. Una forma de solucionar este problema consiste en la utilización como referencia anterior de una estructura esquelética; la espina nasal posterior. En 1970, Linder-Aronson empleó la distancia lineal ENP-ad2 en la evaluación del espacio libre para las vías aéreas de la nasofaringe. La medida ENP-ad2 corresponde a la amplitud desde el punto espina nasal posterior hasta el punto ad2, localizado en la intersección de la línea ENP- So con la pared posterior de la nasofaringe (Figura 9.8). El punto So se localiza en el punto medio de la distancia que une los puntos silla turca (S) y basion (Ba). Los valores medios de esta magnitud fueron obteni- dos tanto en niños que respiraban por la nariz como para aquellos que respiraban por la boca, y el examen otorrinolaringológico recomendaba la cirugía adenoidea, en una edad entre los 6 y 11 años (Tabla 9.1). 06-07 Nariz 14,24 2,16 06-07 Boca 9,26 3,29 08-09 Nariz 16,21 2,42 08-09 Boca 9,51 3,85 10-11 Nariz 17,55 2,74 10-11 Boca 10,77 3,74 Franja de ENP-ad2 edad (años) Forma de respiración x– SD Fuente: Vilella y colaboradores, 2004. tt TTaabbllaa 99..11.. Medidas aritméticas (x–) y desvíos estándar (SD) en relación a la medida ENP- ad2 (mm), en relación a la edad (Linder- Aronson 1970). tt FFiigguurraa 99..88.. Puntos cefalométricos utilizados en la obtención de la distancia ENP-ad2 por Linder-Aronson, valorando la amplitud de las vías aéreas en la zona de la nasofaringe. S So ENP Ba ad2
  • 12. de su normal relación sobre la función respiratoria, el ortodoncista debe siem- pre derivar al paciente para un examen con el otorrinolaringólogo. En la tabla 9.2 se representan los índices de normalidad, comprobados por medio de la medida ENP-ad2 según Vilella y colaboradores. Correspon- den a individuos respiradores nasales sin alteraciones respiratorias y no some- tidos a cirugía adenoidea previa. En este trabajo fue observado que la nasofaringe presenta un patrón de crecimiento similar al resto del cuerpo, al contrario que el tejido adenoi- deo. El espacio aéreo libre nasofaríngeo, representado por la distancia line- al ENP-ad2, aumenta desde los 4 hasta los 16 años de edad. Sin embargo, este tejido linfático es mayor en la franja de edad 4 a 5 años, disminuyendo en tamaño progresivamente hasta la edad de 10 a 11 años, cuando aparece un leve aumento, volviendo a disminuir al poco tiempo. El espacio aéreo nasofaríngeo, por el contrario, no disminuye y gracias al crecimiento facial se produce un movimiento hacia abajo del paladar duro, determinando la amplia- ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS 177 tt GGrrááffiiccoo 99..11.. Valores medios de la distancia lineal ENP- ad2 según la edad y el tipo de respiración de la muestra. La telerradiografía corresponde a una lectura bidimensional de una estruc- tura tridimensional. Como tal, tiene sus limitaciones, y por este motivo, el diag- nóstico cefalométrico del espacio aéreo libre de la nasofaringe precisa ser confirmado con métodos que evalúan lo referido al espacio en tres dimensio- nes, como por ejemplo la nasofaringoscopia. El diagnóstico instrumental rea- lizado por el otorrinolaringólogo fundamenta el diagnóstico y definición de la conducta terapéutica. Sin embargo, parece obvio que cuanto menor es el espacio aéreo libre diagnosticado en la telerradiografía, mayor es la posibili- dad de obstrucción real. En 2004, Vilella y colaboradores confirmaron esta hipótesis y constataron la existencia de similitud estadística entre los resulta- dos del examen endoscópico en la nasofaringe y la evaluación cefalométrica de las vías aéreas superiores al utilizar ENP-ad2. En el gráfico 9.1 se encuentran señalados los índices cefalométricos refe- rentes a la medida ENP-ad2, de acuerdo con la franja de edad estudiada por Villela. La línea azul mantiene los valores de las medias aritméticas de los pacien- tes que respiraban normalmente. La línea roja representa los valores de las medidas aritméticas, menos un desvío patrón, de los individuos que respira- ban por la nariz. La línea amarilla contiene los valores en los individuos que res- piraban por la boca. Valores encontrados por encima de la línea roja represen- tan las vías aéreas nasofaríngeas sin obstrucción. Cuando los valores están situados entre la línea roja y la línea amarilla, el clínico debe estar atento al modo en que respiran estos pacientes. Valores situados debajo de la línea roja sugieren obstrucción de las vías aéreas nasofaríngeas. Es importante recordar que los índices cefalométricos medios son orien- tativos y no pueden ser considerados como único criterio de diagnóstico en la obstrucción de vías aéreas nasofaríngeas. Estos índices unidos al examen clínico, o según el caso, a otro tipo de evaluación, serán capaces de ayudar al ortodoncista a seleccionar a los niños que necesiten una exploración más detallada por el especialista. Cuando el ortodoncista evalúa las vías aéreas en relación a la nasofaringe con la finalidad de comenzar un tratamiento orto- dóncico, el examen otorrinolaringológico debe ser recomendado en aquellos pacientes con sospecha de respiración bucal, ya sea por el patrón facial que el paciente posea, por las características del análisis morfológico del espacio aéreo en la nasofaringe y 108,416 mm bucofaringe, o basado en los valores de la medida cefalométrica ENP-ad2 menores a las medias aritméticas repre- sentadas por la línea de color rojo (Gráfico 9.1). También es importante valo- rar las características encontradas en la anamnesis, y si persiste cualquier duda
  • 13. ATLAS CEFALOMETRIAYANÁLISISFACIAL 178 ción de las vías aéreas. Esos datos sugieren que el desarrollo del teji- do adenoideo sigue un ciclo un poco diferente a aquel verificado en otros tejidos de origen linfoide. 9.3. DETERMINACIÓN DEL ESPACIO OROFARÍNGEO En el espacio orofaríngeo se encuentran situadas las amígdalas, que con facilidad podemos observar en la exploración clínica. Su ima- gen en la radiografía lateral de cráneo es reflejada en la región del ángulo goniaco encontrándose en la mayor parte de las ocasiones ocultas por las estructuras vecinas. La medición de la longitud de la orofaringe puede ser realizada por la prolongación de una línea que pase por los puntos B y Go (Figura 9.9), cuantificando la distancia line- al localizada entre la pared posterior de la faringe (punto f1) y la super- ficie dorsal de la base de la lengua (punto f2). Al valorar la distancia de esta manera es posible observar la poca influencia que con el tiempo sufre por los posibles cambios anatómicos, además de permitir estan- darizar fácilmente la medición (Tabla 9.3). tt FFiigguurraa 99..99.. Puntos cefalométricos utilizados en la cuantificación milimétrica del espacio orofaríngeo por medio de la distancia lineal f1-f2. 04-05 12,47 2,79 06-07 14,24 2,16 08-09 16,21 2,42 10-11 17,55 2,74 12-13 18,77 3,06 14-15 20,36 2,67 ENP-ad2 Franja de edad (años) x– SD Fuente: Vilella y colaboradores, 2006. tt TTaabbllaa 99..22.. Medidas aritméticas (x–) y desvíos patrón (SD) en relación a la medida ENP - ad2 (mm), de acuerdo con las diferentes franjas de edad. Go f1 f2 B
  • 14. ANÁLISISDELASVÍASAÉREAS 179 Para el ortodoncista resulta de gran utilidad evaluar si el paciente pre- senta una posición normal de la lengua, pues las consecuencias y efectos dele- téreos de la interposición lingual y la fonación atípica, así como de la apnea obstructiva del sueño, son de vital importancia en el crecimiento facial. Es importante tener en cuenta los índices de normalidad para poder reco- nocer a partir del diagnóstico cefalométrico si el paciente que va a ser trata- do presenta algún tipo de alteración. En el gráfico 9.2 se muestran los valo- res normales de profundidad en la orofaringe dentro de la franja de normalidad. Así de 6 a 11 años están entre 8,76 mm y 14,86 mm; entre 9,07 mm y 15,07 mm para la franja de edad de 12 a 17 años y entre los 9,55 mm y 16,99 para el periodo de tiempo comprendido entre 18 a 23 años. Para aquellos pacientes que se encuentran fuera de estos valores es reco- mendable que el ortodoncista observe con mayor atención en la realización de la anamnesis y la exploración clínica los posibles signos de sospecha por obstrucción amigdalina, mejorando así el diagnóstico precoz y la interrelación entre ortodoncista, otorrinolaringólogo y logopeda. 06-11 11,81 3,05 12-17 12,07 3,00 18-23 13,27 3,72 f1 - f1 Franja de edad (años) x– SD Fuente: Vilella y colaboradores, 2006. tt TTaabbllaa 99..33.. Medidas aritméticas (x–) y desvíos patrón (SD) referentes a la medida f1-f2 en mm, de acuerdo con la franja de edad estudiada (Nuemberg & Vilella, 2006). tt GGrrááffiiccoo 99..22.. Valores cefalométricos medios según la edad de la muestra que reflejan la media del espacio orofaríngeo (f1-f2) para las diferentes franjas de edad (Nuemberg & Vilella, 2006).