La auditoría pedagógica evalúa dos áreas: la gestión administrativa pedagógica, que revisa la organización, liderazgo, recursos y planificación de la institución; y la gestión en el aula, que verifica que las actividades docentes estén alineadas con la planificación institucional y respaldadas por evidencias. Una auditoría pedagógica exitosa requiere que todos los procesos educativos, desde la planificación macro hasta los planes de clase, estén debidamente documentados.
1. AUDITORÍA PEDAGÓGICA
La Auditoría Pedagógica, es similar a una
Auditoría Financiera, en ella; por ejemplo, es
prioritario, demostrar que los procesos de
adquisición, compras, pagos a proveedores, etc., se
encuentran respaldados en documentos que
evidencian un buen manejo financiero y contable.
Dr. Fabián Guzmán Proaño, MBA
En la Auditoría Pedagógica se busca que los procesos de enseñanza-aprendizaje se
encuentren documentados, esto es, mostrar las evidencias de gestión. A su vez se
divide en dos grandes ramas: la auditoría de gestión administrativa pedagógica y
la auditoría de la gestión en el aula.
La auditoría de gestión administrativa pedagógica, se refiere a la auditoría de la
forma de organización institucional; el estilo de dirección y liderazgo; los recursos
y mecanismos de control utilizados; y, la forma de planificación.
En cambio la Auditoría de la gestión en el aula, nace en la planificación de la
gestión administrativa pedagógica. Son los lineamientos pedagógicos establecidos
por la autoridad los que marcan el camino de trabajo y desempeño en el aula. Así,
lo que se trabaje en el aula tiene que estar documentado y respaldado con
evidencias pertinentes, adecuadas y competentes, y alineada con la planificación
institucional.
El P.E.I. (Proyecto Educativo Institucional), es el marco referencial de la
planificación de aula. En este se encuentran establecidos la visión, misión, políticas
educativas, modelo educativo, estrategias metodológicas, formas de evaluación,
etc. En un segundo momento se debe establecer el P.C.I. (Plan Curricular
Institucional), en este se determina el currículo institucional. En un tercer
momento, se estructura el Plan por Áreas; y, finalmente, el Plan de Clase o de
Aula.
Ahora, ¿Qué tiene que ver la Auditoría de Gestión Pedagógica con todos estos
elementos? La respuesta es sencilla: todo lo que hace, desde la planificación macro
hasta el micro curricular, debe estar documentado.
2. En cada proceso de aprendizaje, la documentación utilizada debe consignar una
numeración, tener la fecha, hora, día, el tipo de instrumento utilizado, nombres de
los involucrados, responsables y, sobre todo, forma de consenso y firmas de
respaldo. Al final del proceso pedagógico, es necesario levantar un acta de
conclusión con resultados.
En el siguiente cuadro se resume el alcance de la auditoría de Gestión Pedagógica: