El ejercicio físico retrasa el proceso de envejecimiento en personas mayores
1. El ejercicio físico retrasa el
proceso de envejecimiento en
personas mayores
Científicos españoles han comprobado, por primera vez en humanos, el efecto
beneficioso del deporte en los niveles de la coenzima Q10, una molécula asociada al
proceso de envejecimiento y a la prevención de las complicaciones cardiovasculares o
crónicas que lo acompañan.
Investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (centro
mixto CSIC-Junta de Andalucía, Universidad Pablo de Olavide) en Sevilla
han demostrado los beneficios del ejercicio físico como ‘terapia’ anti
envejecimiento en personas mayores.
En concreto, el equipo se ha centrado en determinar la relación entre la
actividad física y ciertos parámetros sanguíneos relacionados con la
capacidad antioxidante durante este proceso. Estos indicadores en
sangre, como la coenzima Q10 (CoQ10), son las fábricas de energía del
organismo humano y los principales responsables a la hora de prevenir la
oxidación de las moléculas biológicas (estrés oxidativo celular) y, con
ello, el paso del tiempo.
El equipo de expertos ha expuesto en un artículo publicado este mes en
la revista Biogerontology cómo, en poblaciones mayores, el deporte de
moderada intensidad puede retardar el proceso de envejecimiento,
disminuyendo hasta un 15% el estrés oxidativo de las células.
“Es la primera vez que se muestra en humanos el efecto beneficioso del
ejercicio físico en los niveles de coenzima Q10, utilizándose como terapia
frente al descenso de la actividad antioxidante asociada con el
envejecimiento y en la prevención de las complicaciones
cardiovasculares o crónicas que lo acompañan”, explica Jesús del Pozo-
Cruz.
El estudio, que incluyó a 70 participantes de forma voluntaria, se inició
con el objetivo de establecer dos grupos diferentes en base a sus
características. “Los voluntarios fueron agrupados en dos intervalos de
edad (jóvenes entre 20 y 30 años y mayores entre 60 y 70) y
caracterizados en cuanto a sus hábitos de vida (nutrición, dinamismo
social y actividad física), morfología y capacidades funcionales mediante
la cumplimentación de cuestionarios y realización de test específicos”,
apunta del Pozo-Cruz.
“Finalizada esta sesión inicial, procedimos a la extracción sanguínea y a
su posterior evaluación en el laboratorio, estableciendo los resultados y
las conclusiones”, añade el experto.
2. El deporte como terapia
Una de las principales aplicaciones es la posibilidad de desarrollar
terapias de envejecimiento saludable y disminuir, de esta forma, la
dependencia de asistencia sanitaria a edades avanzadas.
“El conocimiento específico de cuáles son los parámetros biológicos más
afectados por el envejecimiento junto a su relación con los hábitos
sociales, nutricionales y actitudinales del individuo nos otorga una valiosa
información a la hora de diseñar terapias preventivas basadas en el
ejercicio físico y capaces de aminorar el efecto del paso del tiempo”,
sostiene del Pozo-Cruz
De hecho, el presente estudio ha permitido al equipo de trabajo abrir
nuevas líneas de investigación con el objetivo de promover nuevas
políticas en materia de deporte y salud destinadas, principalmente, a la
población de personas mayores.
”El siguiente paso en nuestra investigación es realizar una intervención
durante al menos nueve meses con el objetivo de determinar la
verdadera edad biológica de los individuos y su estado de salud general,
obteniendo información útil para desarrollar terapias preventivas que
disminuyan la progresión de las enfermedades asociadas con la edad”,
apostilla el investigador.
Estos resultados son fruto del proyecto Estudio de la relación de la
actividad física y el envejecimiento con parámetros bioquímicos y
antioxidantes en sangre, apoyado por el Centro Andaluz de Biología del
Desarrollo y financiado por el Centro Andaluz de Medicina del Deporte de
la Junta de Andalucía y que formó parte de la tesis doctoral del
investigador Jesús del Pozo-Cruz y su director, el doctor Guillermo López
Lluch.
Referencia bibliográfica:
Jesús del Pozo-Cruz et al.: "Physical activity affects plasma coenzyme Q10 levels differently in
young and old humans". Biogerontology, 2014.