2. LOS TEMPLARIOS
Fueron fundados en el 1119 en Jerusalén por Hugo de
Penyes y Godofredo de St. Omer. Su fin era para defender
los lugares santos y a los peregrinos. Eran llamados
.Templarios. porque su sede principal estaba en la zona
llamada .Templum Salomonis.. Tenían una regla inspirada en
San Bernardo, que para ellos había compuesto el .De laude
novae militae ad Milites Templi.. Realizaban tres votos, más el
cuarto de defender los lugares santos y a los peregrinos. Se
dividían en tres categorías:
1.Chevaliers (nobles).
2.Freres sergents (escuderos)
3.Freres servants des metiers
Había además algunos sacerdotes con las misiones típicas de
su ministerio. La estructura era típica de este tipo de órdenes:
3. Los miembros eran sobre 4000; de los cuales el 50%
eran franceses. Estaban bien organizados y con una
fuerte disciplina, tenían sus bienes bien
administrados, como en general en las órdenes
religiosas. Su riqueza era menor que la de los
cistercienses, o los mismos Hospitalarios. A
diferencia de estos administraban el dinero con un
método moderno, como un banco, que disponía de
una gran liquidez, y que prestaban sin interés.
Tuvieron a finales del 1295 la administración del
tesoro del rey de Francia
4. En el pasado habían tenido
problemas por razones
jurisdiccionales, porque
dependiendo del papa, habían
entrado en conflicto con los
obispos locales. En el 1200
hicieron los proyectos para una
unificación de las ordenes
caballerescas, con vistas a una
cruzada. Parecía lógico, que antes
de usar el dinero de los estados,
se utilizase las riquezas ya
destinadas para este fin.
También se empezó a hablar de
incontinencia sexual, de excesos
en el beber. Las ceremonias
secretas para aceptar a los
novicios habían suscitado
sospechas.
5. • Inesperadamente en el 1305 Felipe el
hermoso comenzó la lucha contra los
templarios, siendo las razones muy
oscuras. Podemos conjeturar que:
• ·el rey tenía necesidad de dinero; el
pretexto de utilizarlo para la cruzada era
una buena forma para apoderarse;
• ·la orden era un obstáculo para llevar a
cabo la política de reforzar el poder del
estado deseado por el rey y sus ministros.
6. Había que conseguir dinero, de modo rápido y
sin intereses. Una primera acción de Felipe IV
consistió en arrestar y exiliar a todos los judíos
de su reino el 21 de julio de 1306, lo que le
permitió apropiarse de todos sus bienes. Más
tarde, en 1311, haría algo parecido con los
mercaderes italianos. En 1307 les llegaba el
turno a los templarios. Para acaparar sus
riquezas, sin embargo, habría que anular su
poder, su prestigio y, sobre todo, su dependencia
directa del Papado.
7. La primera fase consistió en buscar y reunir acusaciones
contra los templarios. Entre los primeros “testigos”
encontramos a un personaje turbio, Esquiu de Floyran, que
decía haber sido templario y que había cometido diversos
delitos que le llevaron a la cárcel. Una vez en libertad, se dirigió
primero a la corte del rey de Aragón, Jaime II, con una serie de
graves acusaciones contra la Orden del Temple que habría
obtenido, supuestamente, de un templario apóstata conocido
en la cárcel.
El rey aragonés no hizo ningún
caso de estas acusaciones, y
entonces Esquiu marchó a
Francia. No es fácil imaginar que
alguien dirigía los pasos y las
acusaciones de este hombre,
como antes alguien había
coordinado e incitado a tantas
personas, a proferir acusaciones
absurdas contra Bonifacio VIII...
8. • Las calumnias de Esquiu fueron,
obviamente, muy bien acogidas por Felipe
el Hermoso, y no falta quien insinúa que
detrás de Esquiu estaba la astucia y la
imaginación de Guillermo de Nogaret. El
rey pudo también “reunir informaciones”
de algunos templarios que habían dejado
la orden o habían sido expulsados por su
mala conducta (lo cual ya los hace
testigos poco fiables). Incluso el rey
instigó a doce falsarios para entrar en la
Orden y actuar como espías, para poder
testificar así contra los templarios.
9. Todo comenzó cuando un
francés Esquiu de Floyran
(1305), que afirmaba haber
pertenecido a la orden lanzó
una serie de acusaciones:
En el momento de la
admisión de los novicios,
estos debían pisotear el
crucifijo y escupirle en la
cara,
Debían renegar de Cristo,
Debían adorar un ídolo,
llamado Bafomet,
Se manchaban con la
sodomía, y otras cosas
escandalosas.
10. PRISION DEL GRAN MAESTRE
► Previamente, el rey había realizado una maniobra que
resultó vital para su proyecto. El Maestre de los templarios,
Jacobo (Jacques) de Molay (ca. 1243-1314), residía en
Chipre (que, como dijimos, esa la sede central de la Orden)
y habría que atraerlo a Francia. El Papa lo llamó, quizá en
parte con la idea de que había que analizar ciertos
proyectos para preparar la conquista de Tierra Santa, quizá
también para pedirle una defensa de la Orden. Jacobo no
intuyó el peligro al que iba a exponerse, y partió hacia
Francia con un nutrido grupo de caballeros. El rey, de
manera cínica, lo agasajó grandemente en París, e incluso
le permitió ser padrino de uno de sus hijos. La víctima
había caído, sin saberlo, en una complejísima telaraña de
la que sólo lograría librarse con la muerte.
11. Clemente V, ante las incesantes presiones del
rey, consintió la apertura de una severa
instrucción contra los Templarios. Parecía que
la cosa estaba en manos del papa. Pero el
rey continuaba apresando a todos los que
vivían en Francia, y confiscaron todos sus
bienes, haciendo creer que la operación era
con el consentimiento del papa, aunque toda
era obra suya. Invitó también a los demás
soberanos a hacer lo mismos en sus reinos.
Los interrogatorios fueron acompañados de
torturas, que daban los resultados queridos,
porque la alternativa era: o confesar para
salvar la vida o no confesar y ser condenado
a muerte. La mayoría confesó todo aquello
que le impusieron.
12. • Felipe IV el Hermoso
presiona al Papa
Clemente V, y éste
los suspendió el 3 de
abril de 1312. Felipe
IV, por su parte,
persiguió, encarceló,
desterró y sometió a
suplicio a todo
templario que caía en
sus manos.
13. • Jacques de Molay declaró y reconoció, bajo tortura, los cargos que
le habían sido impuestos; aunque con posterioridad se retractó, y
por ello en 1314 fue quemado vivo frente a la Catedral de Notre
Dame, el 18 de marzo de 1314, donde nuevamente volvió a
retractarse, en forma pública, de cuantas acusaciones se había
visto obligado a admitir, proclamando la inocencia de la Orden y,
según la leyenda, maldiciendo a los culpables de la conspiración:
• «"Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se
abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón.
Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos
aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir."
"Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os
emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes
de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año..."»
• En el plazo de un año, dicha maldición se supuso que comenzaba
a cumplirse, con la muerte de Clemente V († 20 de abril de 1314);
de Felipe IV (a causa de un accidente cerebrovascular durante una
expedición de caza el 29 de noviembre de 1314); y finalmente de
Guillermo de Nogaret (envenenado ese mismo año).