Las organizaciones y alianzas urbanas y el papel de la ciudad
Estado plurinacional e ideologías. Fernando Molina
1. Posiciones ideológicas frente al Estado Plurinacional
FernandoMolina1
El Estado Plurinacional es una combinación compleja y contradictoria entre el esfuerzo liberal de igualación, el esfuerzo
nacionalista de integración y el esfuerzo comunitarista de reconocimiento de identidades indígenas
Al formularel primerplande una sociedadliberal, el egregioJohnLocke estableció que ésta debía
garantizarla igualdad entre los hombres, que en su opinión constituía “ley natural”. Pero Locke
hablaba de un tipo específico de igualdad, que ahora llamaríamos “igualdad legal y política”: no
negaba que los seres humanos fueran distintos entre sí por muchas razones, solo pensaba que
todos debían gozar de los mismos derechos y las mismas posibilidades para decidir sobre su
destino común. Según el liberalismo, en esta igualdad se funda una comunidad política justa.
La igualdad legal y política se ha blandido como respuesta a la “cuestión indígena” desde la
fundación misma de Bolivia. En la opinión liberal convencional, la concesión de derechos
ciudadanos a los indígenas sirve como antídoto contra la discriminación que éstos sufren. Para
defender esta posición no es necesario confiar ingenuamente en la eficacia de las definiciones
legalesenlatransformaciónde larealidad;bastacon señalarque labrecha entre el postuladoy su
realización,que procedede causasempíricas, noinvalida la justeza de los valores implícitos en el
primero.Enotras palabras,si se discriminaalosindígenas es porque se rompe la ley republicana,
que es ciega a las diferencias étnicasy por tanto equitativa; ergo, la solución consiste en cumplir
efectivamente esta ley (y no, como piensan otros, en modificarla).
La igualdad liberal es una igualdad “formal”, esto es, indiferente o neutral respecto a las
peculiaridades reales de los grupos poblacionales. Sin embargo, puesto que no le es posible
extenderse a todos los habitantes de la tierra, encuentra su límite en un tipo de peculiaridad, la
nacional. Lasventajasde la leyliberal solopueden beneficiar a los miembros de un país. Quienes
no pertenecen a éste, es decir, quienes no comparten la misma identidad legal, no se admiten
como iguales. Eneste punto,entonces, unapeculiaridad real limitael potencial homogeneizador,
la fuerza igualadora del liberalismo; por más que quiera, éste no puede trascender las fronteras
nacionales; a cambio de esta concesión, el liberalismo se arraiga en el Estado nacional, lo que
loviabiliza, tanto al reducirlo a una escala factible como al dotar de una base emocional –el
patriotismo– a su planteamiento racional. “En tanto somos bolivianos, tenemos derechos
iguales…, etc. ”Surge así la sociedad moderna “normal”, que resulta de una articulación entre
liberalismo y Estado nacional.
Ningún liberalismo, empero, puede ser nacionalista en el sentido fuerte de la palabra. El
nacionalismo buscalaintegraciónde lapoblación enunproyectohistórico único, que implica una
ideología común. Para eso pasa por encima de los escrúpulos formalistas de la sociedad liberal:
adapta laleya sus necesidades (no sus necesidades a la ley) y excluye de la comunidad política a
los focos de resistencia contra su movimiento (la “antinación”). Su autoconfianza arrolladora en
una verdad nacional notiene que ver con la ecuanimidad liberal de derechos iguales para todos.
El Estado del 52
1 Periodista y escritor
2. Pese a estasdiferenciasde método,lasmedidas adoptadas porel nacionalismo en1952 para librar
a los indígenas de las ataduras económicas y políticas que hasta entonces les habían impedido
formar plenamente parte de Bolivia –esto es, la reforma agraria, el voto universal y la educación
obligatoria general– tuvieron, en la evaluación final, un sentido lockeano. No fueron pasos en
dirección de una sociedad colectivista, sino que crearon la base fundamental de la sociedad de
mercado y la democracia: una comunidad de individuos con iguales derechos legales y políticos.
Peroel esfuerzo nacionalistaparasubsumiralasidentidades indígenas en una identidad nacional
mayor, que fue exitoso en parte, fracasó en otra parte por la debilidad de tal mercado y tal
democracia(estaesla diferencia entre el caso boliviano y el mexicano). Como resultado de este
fracaso,hasta ahora la exclusiónindígena–o la “selección negativa” de una parte de la población
en el mercado y la democracia –sigue siendo un problema lacerante.
La soluciónque paraeste problemaproponenlosliberales convencionales noesotraque la que ya
conocemos:el cumplimientode laley igualitaria.Execran,encambio, de las reformas legales que
ofrecenderechos“especiales” oadicionalesalosindígenas, yaque destruyenel másfundamental
de los principios sobre los que reposa la sociedad moderna: la prohibición de los privilegios de
nacimiento o emergentes de la raza o la casta a la que cada quien pertenece. La solución de los
nacionalistasconvencionales –muydebilitados hoy en día– es también la misma: más subsunción
de los indígenas dentro de la nación boliviana mestiza.
El proyecto comunistarista
Una respuesta distinta y relativamente nueva –aunque sus supuestos filosóficos se remonten a
Aristóteles– es la “comunitarista”, que pretende sustituir la ilusión de la igualdad formal por el
reconocimiento de la diferencia, y por tanto saltarse la articulación “sociedad liberal-Estado
nacional”o, lo que es lo mismo, “salirse” de la sociedad moderna, para experimentar una nueva
forma de organización colectiva basada en las identidades particulares y no en los derechos
generales. Unaformulación extremade estapropuestafue presentadaporÁlvaroGarcía Linera en
mayo de 2003, antes de ser vicepresidente, en el artículo “Autonomías indígenas”, en el que se
plantea,entre otrascosas“el derechode las nacionalidadesycomunidades culturales indígenas a
la libre determinación y, por tanto, a la autonomía política” y “un Ejecutivo y una Cámara
LegislativaNacionalIndígenas(aymara,qheswa…) de entre cuyosmiembroseselegidoel ejecutivo
del régimen autónomo. Esta asamblea ejerce sus funciones sobre la jurisdicción territorial
continuadel territorio de la comunidad cultural (urbana-rural) y es elegida directamente por los
propios miembros (de esta)…”
El Estado Plurinacional creado por la Constitución de 2009 no concreta plenamente ninguna de
estasfilosofíaspolíticas.Resultade ladefiniciónde que el paíscontiene 36 identidadesnacionales
distintas,peronoes un Estadocomunitarista, yaque solounade estasnaciones,laboliviana,goza
de “autonomía política”, es decir, de “un Ejecutivo y una Cámara Legislativa…” En esa medida, el
Estado Plurinacional continúa el proyecto nacionalista previo, que era de integración de la
población enunasolaidentidad,aunqueconladiferenciade que esta identidad ya no se imagina
homogénea (una sola tradición, una sola lengua, una sola mezcla racial), sino plural. Las nuevas
identidadessubnacionalesgozan de determinados derechos colectivos que no comparten con el
resto de la comunidad política, lo que imposibilita que el Estado Plurinacional sea plenamente
liberal, pero a la vez estos derechos colectivos no anulan y ni siquiera son un freno para los
derechos generales de los individuos.
3. En verdad, el límite efectivo para las libertades individuales no son las nuevas
identidades“nacionales”, sino el viejo dogmatismo nacionalista que busca imponer un proyecto
social único, excluyente y antiliberal. Al mismo tiempo que repite el método político de su
antecesor, el nuevoproyectonacionalistase diferenciade éste enque imaginala nación boliviana
tanto como un conglomerado de naciones indígenas –una concesión al comunitarismo–, cuanto
como un conglomerado de individuos iguales ante la ley –una concesión al liberalismo.