valoracion hemodinamica y respuesta a fluidorerapia
Ensayo de farmacologia - ¿Quien Paga?
1. ¿Quién paga?
Por Delmy Michelle Andrade Pérez
Diciembre 11/12/2020
La producción de fármacos en los últimos años y de acuerdo a la lectura se ha
convertido en un proceso cada vez más regulado. En el proceso de patente es
interesante que hay un dilema moral entre si la invención de un medicamento se
debe privatizar ante el derecho del creador de poder sacar un beneficio económico
de su producto o si debería permitirse la libre producción del fármaco de acuerdo a
las necesidades del público para encontrar una cura o tratamiento, en el mayor de
los casos para las enfermedades a las cuales estos medicamentos están dirigidos.
En mi opinión se debe buscar un equilibrio en la ley por medio de la cual tanto el
usuario como el creador puedan beneficiarse y esto permita promover el estudio de
medicamentos efectivos en el tratamiento de enfermedades y que permitan que
haya un incentivo en la búsqueda e investigación de nuevos tratamientos.
Mientras leía el texto recordé una película llamada “The Constant Gardener” de
2009 basado en libro del mismo nombre basado en un escándalo de Pfizer que
sucedió en 1992 en relación a testeos de medicamentos para la meningitis que
infringían tratados de derechos humanos, casos como este o el de pruebas de sífilis
hechas en Guatemaltecos por USA sin el conocimiento de los involucrados son
eventos que muestran la cara oscura de una industria cada vez más presente y
cercana al usuario, en el texto menciona como las farmacéuticas invierten cada vez
más y más recursos en publicidad así como también en poder manipular o persuadir
al personal de salud de las ventajas de uso de los productos así como también se
trata de persuadir a los usuarios al uso del ciertos productos, en la televisión
americana es común ver mensajes relacionados a medicamentos que se
promocionan con sus ventajas pero generalmente también incluyen información
sobre las contraindicaciones del producto porque esto está regulado por el gobierno
de Estados Unidos, sin embargo pensaba en países como el nuestro donde el
acceso a la educación es limitado y donde la mayor parte de la población se
persuade por publicidad donde no vemos regulación de los medicamentos de la
misma manera, no se indica los riesgos de uso, por ejemplo IHADFA obliga a las
compañías como la Tabacalera Hondureña y la Cervecería Hondureña a colocar
anuncios donde se indica los riesgos de uso en el consumo de sus productos,
incluyendo etiquetas donde se indica las consecuencias de productos que contienen
nicotina. Dicho esto la regulación en la publicidad de medicamentos en Honduras
también debería ser regulada de la misma manera, advirtiendo al público de manera
activa los riesgos en el uso de medicamentos tanto aquellos que necesitan receta
así como también los medicamentos de venta libre que son cada vez más
frecuentes en la población, más accesibles y sin regulación alguna, es normal hoy
caminar por el centro de San Pedro Sula y encontrar venta de antibióticos,
ibuprofeno junto con uña de gato, resverastrol y otros medicamentos de “de origen
2. natural” que en muchos casos infringen regulaciones de la FDA que ni siquiera se
vende en Estados Unidos pero se venden en nuestros países en vías de desarrollo
como quien compra mentas en una pulpería.
También es de mi atención el hecho que debido a los altos costos de investigación
dependemos de países de primer mundo para la elaboración de medicamentos en
muchos casos cuyo destino no llegara a nuestros países pero que en muchas
ocasiones son nuestros países el patio de conejillo de Indias de la industria
farmacéutica para el desarrollo de los mismos, así que cuando el texto pregunta
¿Quién paga? Podríamos decir que la deuda de estas farmacéuticas con países en
vías de desarrollo es mucho mayor que lo que el usuario del medicamento pagara
una vez elaborado y aprobado, es este punto moral y de ética donde se debe
analizar el costo beneficio de la producción, investigación y elaboración de
medicamentos.
Como en el caso antes mencionado de Guatemala, el gobierno estaba al tanto de
los testeos realizados en el país, que se llevan a cabo en ese país, debido a es más
barato para la farmacéutica y las leyes menos estrictas o básicamente invisibles, a
diferencia de si se testea en Estados Unidos donde en muchos casos la
farmacéutica paga a la persona que se presta para el testeo de medicamentos de
venta al público en sus diferentes fases. Los gobiernos locales deberían obligar a
las mismas a poder invertir en investigación en nuestros países, se debería
incentivar a la investigación de manera local en la producción de nuevos
tratamientos y no solo ser lugares de producción masiva, sino también participantes
activos en la creación de medicamentos que sean accesibles para la población y los
más desprotegidos, así mismo poder regular la manera en que se desarrollan los
mismos y que sea más abierto el acceso del público a conocer que están tomando,
labor en la cual los médicos y futuros médicos debemos ser responsables no
dejarse persuadir por el “marketing” de casas farmacéuticas que velan por sus
ganancias sino tener presente la realidad de las personas que atendemos que no
siempre tendrán el poder económico para acceder a cierto medicamento pero que
también tienen derecho a un sistema de salud digno. Por último es importante la
regulación de medicamentos genéricos que son accesibles a la población que no
siempre son sugeridos por los médicos debido a que pueden ser biosimilares sin
embargo no efectivos en el tratamiento, por lo que es importante que se tenga un
conocimiento idóneo de las características de estos productos para poder sugerir
tratamientos y que el paciente pueda también tener autonomía en su tratamiento
conociendo las ventajas y desventajas entre las diferentes opciones que le sean
brindadas tomando en cuenta sus posibilidades económicas. Concluyo en que si
bien el usuario es quien paga los costos del medicamento detrás del mismo hay una
industria que tiene la responsabilidad de reconocer el valor humano detrás del
desarrollo de los fármacos y que no solo se debe a sus inversionistas sino también
a la ciencia y la búsqueda constante por mejorar la salud de aquellos que sufren.